No estaban por completo borrachos, Sasuke sabía lo que estaba a punto de hacer y fue ahí cuando su mente comenzó a atacarlo:
Memna y Naruto son personas diferentes en un mismo cuerpo. ¿Seguro que Naruto quiere esto?
No lo pensó mucho, se apartó del Kitsune para después colocarse su pijama azul. No lo hacía por él, porque en verdad lo deseaba, lo hacía por Naruto, porque le importaba Naruto no el pervertido de Memna con el que estuvo a punto de acostarse.
—mejor vístete y acuéstate a dormir. —sugirió Sasuke pasándole el short y la camisa blanca que se había quitado la noche pasada.
— ¿Por qué te detuviste? ¿Te arrepentiste? —pregunto Memna levantándose de la cama se acercó al moreno para abrazarlo del cuello— se lo que quieres…tu cuerpo me lo dice. —Dijo llevando su mano a la entrepierna del mayor— estas erecto.
—eso que importa. —Contesto Sasuke apartándolo suavemente para luego acostarse en la cama— descansa…
Memna se sentía ignorado pero a la vez feliz, era la primera vez que lo rechazaban, no era la gran cosa, pero le daba a entender que al moreno le importaba no solo su cuerpo… porque era obvio que lo quería, pero también lo que pensaba él y Naruto. Haciendo caso omiso se colocó la ropa de la noche anterior y se acomodó al lado del moreno. Sabía perfectamente que él no avanzaría ni borracho, lo que lo sorprendió. Pero que importaba… abrazo al moreno por la espalda, apoyado su cabeza en él, para luego intentar dormir.
Al moreno poco le importo, solo quería calmar la excitación de su cuerpo. Quería tocarlo pero no lo aria, no le daría el placer Kitsune, no solo por orgullo y sí que tenía mucho. Si no por el idiota de Naruto. Quería conocerlo en verdad, quería entenderlo y si podía ayudarlo. Sintió los brazos del menor en su cintura y la cola zorruna en una de sus piernas. Después de eso no podía dudar de las palabras de Memna, pero sabía que ocultaba algo, era de esas personas que no daban sin recibir.
La noche fue larga, ambos durmieron hasta las 10:00 de la mañana, Sasuke nunca había dormido tanto, siempre se levantaba a las 7:00 fuera o no festivo pero para su suerte y el menor lo era. No tenían clases.
El moreno se sentó en la cama sintiendo aun los brazos del menor enrollados en su cintura, ya no era Memna era Naruto, se veía muy lindo a pesar de tener las orejas y la cola, el color rubio de su cabello lo hacían ver más adorable.
—Naruto, despierta… —dijo el moreno dulcemente mientras acariciaba el cabello del menor.
—cinco minutos más… —pedía Naruto dormido.
Sasuke espero los cinco minutos más, no diez, ni dos ni una hora, fueron solo cinco minutos. Pasado el tiempo pedido por el rubio volvió a intentar despertarlo.
—Naruto, levántate…
—cinco minutos más… —repitió el menor.
—no, no de nuevo. —dijo quitándole las cobijas a la vez que se levantaba de la cama.
El rubio solo se abrazó así mismo con la cola para brindarse calor. Lo que al moreno le disgusto un poco, se veía dulce pero ya habían dormido más de diez horas. Así que el moreno lo tomo de las piernas para jalarlo hasta tirarlo de la cama
— ¿Qué haces? Idiota teme. —se quejó Naruto con los ojos llorosos mientras sobaba su cabeza después de la caída.
—te ves lindo así.
— ¿eh? —se sonrojo el rubio notando las oreja y la cola— ¿Cuánto te ha dicho Memna?
—Bueno… —pensó Sasuke sentándose en la cama mirando como el blondo movía la cola zorruna de un lado a otro— me hablo de tu secuestro, de los experimentos que hacían contigo, del día en que el nació o simplemente existió. Dijo que habían escapado por incendio que el provoco. Imagino que esa cola y esas orejas son consecuencias de los experimentos ¿cierto?
—Si…—contesto Naruto bajando sus orejas y dejando de menear la cola— ¿te dijo como salimos de ese lugar?
—No.
— ¿conoces al demonio de nueve colas? —pregunto el rubio.
— ¿hablas del dios de la naturaleza? El que vive en las montañas. —pregunto Sasuke.
—sí, el…su nombre es Kurama, utilizaron su sangre y la inyectaron en mí, por eso las orejas y la cola de zorro —comento con una sonrisa nostálgica— cuando… cuando estaba en ese lugar vi como utilizaban los cuerpos humanos para mutarlos, clonarlos o simplemente torturarlos. Al tener la sangre de Kurama, el zorro de nueve colas…puedo comunicarme con él, porque es como si fuera su hijo, soy parte de, el… me presta su fuerza cuando la necesito, como el día en que golpee al sujeto que me quería robar.
— ¿Cómo sabes eso?
—Kurama me lo conto. Tengo un cuerpo que sirve como recipiente para tres. Para Kurama Memna y yo. Si pierdo el conocimiento Memna puede tomar control de mi cuerpo o viceversa, Kurama no está en mí, pero puedes ver todo lo que yo no. Memna no escapo solo, había un chico… nunca supe su nombre, su cabello era negro su piel era gris y tenía unas alas en forma de manos, él era uno de los experimentos de Orochimaru. Tampoco fue un incendio, a media noche mi cuerpo se transformó como ahora… pero desprendía un aura roja y maligna, era la energía de Kurama, no es un demonio, solo que así lo describen por el miedo o la sensación que desprende su aura. El chico de las alas de mano también podía transformarse, solo que podía cuando él quería, esa noche había llegado a un acuerdo con Memna. Ambo crearon un alboroto y liberaron a todos los experimento de Orochimaru. Ese día quien logramos escapar, prometió capturarnos de nuevo, decía que éramos suyos y que le pertenecíamos. El chico que nos ayudó prometió venganza. Cuando estábamos lejos nos sentíamos agotados, cansados, sin energía y maltratados. Nos colamos en una camioneta que iba rumbo a Konoha, era exactamente al lugar que queríamos llegar, cuando nos separamos no lo volvía a ver, estaba asustado… tenía miedo de volver a ver a Orochimaru así que él dijo que estaría conmigo… que me protegería. Pero desde esa noche no lo he vuelto a ver.
El moreno se sintió vulnerable. Quería ayudar a Naruto, pero no tenía como el rubio era mucho más fuerte que él y no estaba solo, tenía a Memna y al dios del bosque.
— ¿Aun tienes miedo? Naruto…
El rubio asintió levantándose del suelo y haciendo desaparecer la cola y las orejas se estiro levantando sus brazos y bostezando hasta no poder más.
El moreno se levantó y abrazándolo de la cintura lo beso aprovechando la boca abierta del rubio. El beso fue suave y tranquilo, pero las manos del moreno o la fuerza con la que abrazaba a Naruto lo lastimaba un poco, el oji-azul correspondió pero se separó minutos después por la falta de aire.
—teme… —dijo abrazándolo— sabía que el moreno tenía el mimo miedo que él, pero no la misma razón, su expresión lo preocupaba un poco, pues nunca había visto al azabache preocupado o vulnerable, en su mirada se veía el deseo de ayudarlo, pero sabía que no podría hacer nada para salvarlo de su destino.
—Dobe…—contesto Sasuke correspondiendo el abrazo— deseaba desde lo más profundo de su corazón ayudar al rubio, pero se sentía un estorbo, vulnerable, una basura que no podría hacer anda por quien quería. Por quien empezaba am…
Sus pensamientos lo sorprendían, así que decidió no terminar la palabra que se formaba en su cabeza, no era posible que empezara a sentir un sentimiento como ese por un revoltoso rubio.
Duraron unos cuantos minutos así, hasta que el estómago de Naruto rugió pidiendo comida.
—déjame adivinar, quieres comer Ramen. —expreso Sasuke recibiendo una enorme sonrisa y asentimiento del menor.
— ¿Cómo lo sabes?
—porque hueles a Ramen. —contesto Sasuke.
El rubio y el moreno bajaron hasta la cocina en donde Sasuke empezó a cocinar exclusivamente para el rubio, a él no le gustaba ese tipo de comida, pero lo hacía solo para complacer a Naruto además también lo utilizo como disculpas por lo que estuvo a punto de hacer anoche.