- Hinata-chan, debo contarte algo,- dijo un rubio con semblante preocupado.-Y voy a necesitar tu ayuda.
- Claro Naru-chan, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea,- le dijo una peliazul muy hermosa.
- Gracias,- respondió el rubio con alivio.- Recuerdas que hace 3 meses conocí a un joven del que me enamoré,- esperó a recibir un asentimiento por parte de su amiga.- Verás…
Naruto le contó todo lo que había vivido con ese joven, desde la más simple cita u obsequio, hasta lo más íntimo de su vida… su primera vez…
Hinata abría sus ojos de sorpresa, pues Naruto era doncel, así que ya intuía de qué iba la preocupación del rubio… ¿Qué más hacer? Pues ella lo iba a llevar al médico, debían asegurarse de su duda, pero ella estaba segura, Naru estaba en estado…
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Salieron del consultorio en completo silencio, caminaron hasta un parque cercano a la casa de ambos. Se sentaron en una banca, Naruto se quebró y Hinata lo abrazó para consolarlo.
- ¿Qué voy a hacer, Hinata? ¿Cómo voy a decirles a mis padres? ¿Cómo se lo diré a niisan? ¿Cómo lo encuentro a él?
- No sé Naru, no sé. Pero yo no voy a dejarte sólo, cuentas conmigo, vale.
- Gracias, no sabes lo importante que es para mí tenerte como amiga,- dijo el rubio con los ojos llorosos.
Sólo tenía 15 años, apenas y cursaba el primer semestre de preparatoria, ¿cómo le haría para mantener a su bebé? En primer lugar, ¿cómo se le ocurrió hacerlo sin protección? Él, quién era el más centrado de sus amigos, ¿cómo se dejó llevar por palabras hermosamente susurradas a su oído?
- ¿Dónde estás? ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no te despediste?- le preguntó al viento, pensando en un par de hipnotizadores ojos negros.- ¿Por qué me enamoré de ti?
Soltó a llorar, hacía dos días que Hinata lo había acompañado al médico, quien le dijo que sólo tenía un par de meses más para interrumpir el embarazo.Hinata no estaba de acuerdo con que lo abortara, él tampoco, pero se ponía a pensar en mil cosas y sabía que no iba a poder con todo eso… ¿Por qué hizo eso, si aún era un niño?
En esos días él y Hinata habían recopilado mil y un mitos para abortar de manera natural: una sopa de mariscos, un té de yerbas, una caída, un susto…hasta una inyección, pero todas le parecían crueles… también habían visto muchos testimonios de chicas y donceles jóvenes que se habían practicado un aborto a temprana edad y quedaron estériles.
Y a eso sumémosle las imágenes que Iruka-Sensei les pasó por el proyector en una clase de orientación educativa, había tocado el tema de los embarazos no deseados y el aborto, cada imagen era más cruel que la anterior, las distintas formas de matar a un nonato eran horribles… no se sentía capaz de hacerle eso a un pequeño que no tenía la culpa de nada.
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- Llevas mucho tiempo actuando extraño, ototo,- comentó un azabache de cabello largo y lacio.
- No sé de qué hablas Itachi,- negó el menor.
- Extrañas mucho al doncel rubio que conociste en vacaciones,- afirmó el mayor.- No te preocupes, Sasuke, estoy seguro que volveremos a verlo.
La mirada que le dirigió Sasuke lo dejó sorprendido, pudo ver tantas cosas, que no sabía que su hermanito podía reflejar.
- “Naruto…” pensó el azabache con anhelo.
A sus 22 años, Itachi era un genio en cualquier tema que le pudieran sugerir. Y sabía que Sasuke, a sus 17 años, era igual… pero en cuanto a cuestiones del corazón… su hermano menor tenía muchas cosas que aprender y él, como buen hermano mayor, lo ayudaría en todo.
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Había decidido hablar con su hermano mayor, quizá él lo comprendería…
- ¿Qué…qué has dicho?- preguntó el rubio mayor en completo shock.
- Estoy en estado, tengo casi 3 meses,- repitió el menor.
Deidara vio el semblante de su hermanito, estaba decaído, pálido y lloroso. Estaba pasando por un momento difícil y él debía consolarlo, vale que hubiera metido la pata, pero él era el mayor y como tal lo iba a respaldar en todo.
Lo abrazó a su pecho y el menor rompió en llanto otra vez…
- Oh, bebé, no estás solo,- lo consoló.- Nuestros padres no te dejaran y si lo hacen, me tienes a mí, ya tengo 20 y puedo mantenernos a los dos y al bebé.
- ¿De verdad?- preguntó Naru con ilusión.- ¿De verdad no me harán abortar a mi bebé?
- Jamás te obligaría a hacer algo así,- afirmó Deidara.- Desde el momento en que hiciste al bebé, él ya te escucha.
- Lo sé, el doctor me dio esa sugerencia y dijo que la operación estaba muy cara.
- Ese doctor inepto, cómo se le ocurre proponerle eso a mi hermanito,- gruñó por lo bajo.- Pero no te preocupes, te ayudaré a decirle a nuestros padres.
- Gracias, niisan.
- ¿Y quién es el padre?
Naruto sólo bajó la mirada con tristeza, ante esto, Deidara se sorprendió, pero lo abrazó otra vez.
Lo que Naruto no sabía, era que sus padres habían escuchado todo porque estaban preocupados por el extraño comportamiento de su hijo menor, así que supusieron que tarde o temprano acudiría con su hijo mayor en busca de consejo y no se equivocaron. Namikaze Minato se deslizó incrédulo por el dintel de la puerta mientras que Uzumaki Kushina se cubría la boca con la mano para contener los sollozos que salían de su boca… su bebé estaba embarazado… su niño de 15 años los iba a hacer abuelos… era una gran noticia, pero…
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Ya con el apoyo de Deidara, fue más fácil para Naruto enfrentarse a sus padres, quienes tomaron el hecho con calma, pues ya habían tenido tiempo para pensar con la cabeza fría. ¿Qué más podían hacer? No se atrevían a matar a su nieto nonato, aunque moverían cielo, mar y tierra para encontrar al padre del bebé…
Hinata se alegró al saber que su amigo iba a tener al bebé… además de que se había enterado de algo genial y sorprendería a su amigo con ello… pero primero debía organizar todo bien…
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Esa mañana había sido movida, Deidara apenas y había tenido tiempo para desayunar y salir corriendo al estudio, ese día iba a presentar el nuevo demo para el chico que representaba, pues el rubio aun a su corta edad ya era manager de un famoso cantante y también su compositor.
Regresó a su hogar ya entrada la tarde y se encontró a su hermanito en el jardín observando el pequeño árbol de Sakuras que plantaron de niños, se acariciaba el vientre con ternura y melancolía, seguramente estaba pensando en el padre de su sobrinito.
Sonrió para sus adentros, Hinata había hecho algo que ni sus padres pudieron hacer…rebuscó en su mochila una carta que había encontrado en el buzón esa mañana, dirigía a él, traía una nota de la amiga de su hermanito y dentro había una segunda carta dirigida a Naruto.
- Toma, te llegó esta mañana.
El menor lo vio sorprendido pues no lo había escuchado llegar, luego vio la carta y la abrió con emoción… reconoció la pulcra letra en esa blanca hoja.
“No quise irme sin despedirme de ti, salimos de noche, mientras yo dormía y desperté en un avión. Perdóname por no contactarte antes, pero me costó conseguir tu dirección. ¿Por qué no te la pregunté a ti? Porque soy idiota. De no ser por esa amiga tuya, no sé cómo te habría encontrado… Sólo quería decirte que no te he olvidado, jamás lo haré y que pronto volveremos a vernos. Te Amo Naruto. U. S.”
- ¿Es del padre de Nina-chan?- preguntó Deidara al ver los ojos de su hermano brillar.
- No se ha olvidado de mí, me ama y dijo que nos veremos pronto,- dijo entre sollozos, el embarazo lo tenía muy sensible.- Somos tan felices, verdad mi niña,- dijo mientras se acariciaba el vientre con cariño.
- ¿Vas a contestarle?
- Sí. Pero no le voy a decir sobre Nina-chan, le daremos una sorpresa. Pero le daré una pista…
A Deidara se le ocurrió una idea genial.- Naru ¿quieres escuchar mi nueva creación? Obviamente la canta el primo Nagato.
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“Yo también Te Amo y te he echado mucho de menos… Sólo por eso estás perdonado… te tengo una sorpresa, pero te lo diré hasta el día que nos volvamos a ver… espero que te haga tan feliz como a mí… pero como soy bueno, te mando una pista, sé que eres listo y con eso tendrás todo lo necesario para saber de qué trata… es una canción que escribió mi hermano Deidara y la canta mi primo Uzumaki Nagato, a quien representa… mi hermano se inspiró en mí… Te Amo Sasuke. Atte. Namikaze Naruto.”
Terminó de leer la carta que Itachi le había llevado, y observó el CD anexo, de título llevaba “Con una estrella”, lo puso en el reproductor de música y una suave melodía de piano se escuchó de fondo…
28 segundos después, una profunda voz se escuchó, característica de su cantante favorito… era el demo del nuevo disco…
“En el proceso mensual más tardío de su historia, fue a una amiga del colegio a la que le compartió su memoria.Le contó que dos meses atrás con aquel muchacho fugaz, hicieron tremendo pastel en aquel viejo hotel.”
“El anciano facultativo después de las pruebas anunció el positivo y para estas alturas el futuro padre ya era un fugitivo.Y mientras un rotativo anuncia la trillada utopía de la deuda externa, esa niña le fabrica su pecho una savia materna.”
“Llevas una estrella en tu vientre, llevas una vida que late, un posible ingeniero, rockero o escritor, quizá bohemio, quizá un señor, quizá compositor, poeta medio loco o trovador, quizá una idea, quizá una solución.”
“Ha buscado entre sus amigas el mejor de los consejos, que van desde una inyección hasta una sopa de cangrejos.Y sin la menor precaución, tres médicos le dieron su cotización, mientras le anuncian en la tele otra devaluación.”
“Llevas una estrella en tu vientre, llevas una vida que late, un posible ingeniero, rockero o escritor, quizá bohemio, quizá un señor, quizá compositor, poeta medio loco o trovador, quizá una idea, quizá una solución.”
“A esa estrella en tu vientre, no le digas detente. Si lo hubiesen hecho conmigo, hoy faltaría una canción.”
Terminó de escuchar la letra con los ojos abiertos como platos… esa no era una pista cualquiera, era la verdad disfrazada.
Debía hablar con Itachi para apresurar su regreso, pues sino le fallaban las cuentas, en tres meses más estaría escuchando el llanto de un bebé…
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10 años después…
Entró en su casa con sigilo, ya pasaba de la media noche y se alegraba de haber vuelto antes de tiempo de ese odioso viaje de negocios.
Pasó a ver a uno de sus mayores tesoros, su hija Nina de 10 años, una preciosa niña con todas las facciones de su rubio padre, incluidos los ojos azules, pero con cabello oscuro y el carácter de ambos… le dio un beso en la frente y la arropó con cariño, cuanto la había extrañado.
Divisó una parpadeante luz en la siguiente habitación y descubrió a su hijo Sora de 4 años, un varón idéntico a él, incluso en el cabello, pero con el carácter de Naruto, a excepción de lo celoso que había salido para con su padre doncel y su hermana mayor. El niño se había quedado dormido y se olvidó de apagar la lámpara de buró. Lo hizo por él y repitió las mismas acciones que con su hija… le susurró unas cuantas palabras cuando lo vio removerse y abandonó la habitación. Por si no quedó claro, Sora es otro de sus tesoros.
Llegó a la habitación principal y en un lado de la cama se encontró a su hermoso esposo, acurrucadito, como protegiendo algo con su pequeño cuerpo, nada alejado de la realidad…
- Estoy en casa, amor,- le dijo con suavidad.
El rubio se removió y perezoso abrió sus ojos.- Sasuke… bienvenido a casa.
- Gracias, Naruto,- le besó la frente para acariciar con ternura su vientre.
Porque Sasuke había vuelto a él hace 10 años, un instante antes de que diera a luz. Y porque no decir que Sasuke fue el causante de esas dolorosas contracciones… que se repitieron una segunda vez cuando Nina tenía casi 6 años y ahora, que Sora tiene 4 años, pronto habría una tercera y última… Naruto estaba decidido, aunque si tenía la dicha de traer otro bebé al mundo, le daría la bienvenida, porque…
Una estrella era depositada en su vientre… una estrella que merecía conocer una familia y hacerlos felices…
Flash back…
“A esa estrella en tu vientre, no le digas detente… si lo hubieran hecho… conmigo… hoy faltaría una… canción…”
Deidara le había hecho el coro a esa parte de la canción, dándole una sonrisa melancólica.
- Recuerda que yo fui la razón de que nuestros padres se casaran tan jóvenes, eso casi les costó el abandono de los abuelos, pero juntos demostraron que se amaban y que podían con la carga que en ese entonces era un bebé.
- Lo sé, niisan, amo a mi bebita y ahora que sé que su padre volverá por nosotros, me siento más feliz y mi niña igual.
Fin F. B.
Y pensar que fueron padres primerizos antes de ser mayores de edad… Sasuke con 17 años y Naruto con 15 años… para haber sido tan jóvenes, no lo habían hecho nada mal… sólo esperaban que sus hijos fueran más pacientes que ellos en su tiempo.
Fin… ¿?