En una pequeña habitación con muchas estanterías llenas de libros de distintos géneros pero con gran valor sentimental para su dueña, se encontraba cierta rubia con ojos purpuras y aficionada a usar lápiz labial de color negro. Tenía su frente recargada en su escritorio donde se encontraba su computadora con un documento a medias, ya llevaba 3 horas encerrada en esa habitación y aun le faltaban muchos capítulos para poder terminar el libro que había programado para lanzarlo en dos meses.
Rose dio un largo suspiro levantándose de su cómoda silla de oficina, y de la estaría más cercana tomo un libro, era color morado y en grandes letras blancas estaba el título “Blais Williams y el secreto del troll” con un pequeño dibujo de un chico de ojos azules y cabello rubio desordenado sosteniendo en sus manos un libro viejo de hechizos.
La rubia sonrió, ese era la primera parte de su saga de libros sobre Blais Williams, a pesar que Dave se burlaba de ella aceptaba que eran historias mágicas combinadas con una pizca de erotismo. Se sentó en el piso aun con el libro en sus manos ojeándolo un poco.
-Señor Williams- hablo con una voz seria pero simpática el hombre de traje negro elegante, se estaba acomodando su cabello castaño peinado a la perfección sin despegar la vista de mi- Es un placer anunciarle que ha sido aceptado en la escuela de magia Beskender-
¿Escuela de magia? ¿Acaso este hombre estaba completamente loco? Mire a mi alrededor para buscar alguna salida pero no tenia ninguna, él estaba tan cerca que me tenia acorralado en una esquina con mi espalda pegada a la pared.
-¿Qué es Beskender?- El hombre de traje me miro algo sorprendido pero solo río mientras sacaba un cigarro poniéndolo en su boca para encenderlo.
-La mejor escuela de magia, créeme la magia existe- hizo un movimiento con su dedo y la punta del cigarro prendió fuego mirándome con una sonrisa- ¿Ahora me crees?
Rayos se había visto tan real, pero aun si esa escuela existiera yo no tengo magia y no podría pagarla.
-Todos tenemos magia en nuestro interior Blais- abrí mis ojos y mi boca realmente sorprendido ¿acaso podía leer mi mente?- Bueno esa es magia especial que desarrolle así que, si puedo. No debes preocuparte por el costo, es completamente gratis-
Aunque me dijera eso no estaba seguro, siempre he sido esa persona a la que todo le sale mal por algún motivo y nunca me he sentido de forma especial como para poseer magia.
-No tienes nada que perder, aunque solo seas un huérfano en Beskender podrás encontrar amigos, amor, considerarlos una familia y te aseguro que no volverás a sufrir como en ese horrible orfanato.
-Acepto-
Rose hojeo otra página, ¿Cómo olvidar esos principios? Ella quería hacer algo diferente, algo fuera de lo normal en las sagas de mundos extraordinarios.
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Iba caminando junto al director Wilber hacia las habitaciones de los estudiantes, el director como siempre se estaba arreglando su elegante traje negro bajo su túnica morada parecía que lo hacía sin darse cuenta.
-Y llegamos Blais- anuncio con una sonrisa en su rostro. Frente a nosotros estaba una simple puerta de madera, posiblemente caoba, con un pequeño cartelito escrito con una elegante caligrafía “Lucas Gray”. Suspire mientras que el director Wilber abría la puerta sin tocar.
Y ante nosotros se encontraba un…bueno lo acepto, un apuesto chico de mi edad, con el cuerpo bien formado pero sin exagera con gotas de agua resbalando por su pálida piel, de cabellos rojo que llegaban hasta más debajo de sus orejas y algo desordenados. Solamente una toalla cubría su cintura y nos miraba con sorpresa con sus ojos morados.
-¡Director la profesora Samay que debe tocar antes de entrar!- su cara se puso roja de la ira, frunció el ceño al escuchar las risas del hombre de traje.
-Lo siento Lucas, siempre olvido eso pero no importa. He venido para presentarte a tu nuevo compañero de habitación- canturreo tomándome de los hombros, Lucas me miro penetrantemente y yo solo pude bajar la vista con las mejillas encendidas por la vergüenza. Quería mirarlo pero no podía.
-¿Compañero de habitación?...-dio una leve risa sarcástica- veamos cuanto duras niño.
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-Uhm…que raro- me miro Evan mientras apretaba mis mejillas.
-¿Qué cosa?- le pregunte a mi nueva amiga.
-Qué apenas te hayan aceptado- Me miro como si fuera un tarado y…hey acepto no ser el más suspicaz o inteligente de todos.
-¿Por qué?-
-Comienzas a ir a Beskender a los 12 años, no a los 16-
Eso fue un gran shock para mi, y miles de dudas inundaron mi mente pero la más importante era ¿por qué tardaron tanto en llevarme a la escuela?
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-¡Me niego a hacerlo Williams!- frunció el ceño Lucas mientras dejaba uno de sus libros en su mochila.
-Por favoooor- le seguí rogando, si no fuera por la promesa al troll no me estaría rebajando a este nivel- Solamente tú tienes acceso al salón de astronomía. Si me haces ese favor yo…yo lavare tu ropa por dos meses.
-Nope- volvió a negarse- Que me hagas favores no significa que te ayudare a entrar al salón por la noche.
-¡Hare todo lo que quieras sin queja alguna!- y ya había sobrepasado mi desesperación como para llegar a ofrecer eso.
-¿Lo que sea?- me miro con una gran sonrisa maliciosa, yo asentí tragando duro, sentía que algo malo iba a pasarme. –Bien, te ayudare a entrar al salón de astronomía y con todo lo que tengas que hacer-
-Oh gracias Lucas- le agradecí sentándome en mi cama- Ehm…sobre el pago cuando- no pude terminar cuando fui interrumpido por él.
-Yo te diré cuando lo piense cobrar.
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Terminaba de empacar mis cosas en mi pequeña y vieja maleta, podía sentir la mirada de Lucas quien fingia leer su estúpido libro pero estoy seguro que esa mirada que siento en mi trasero no es de las hormigas que caminaban en línea para salir por el espacio entre la puerta y el piso.
-¿Qué quieres Lucas?- le pregunte al de cabellos rojos mientras me sentaba en mi cama bajando mi maleta.
-Fácil pequeño Blais- odiaba que me llamara así, nada más porque mido 1.65 y el casi lo mismo que esos gigantes no le daba el derecho a decirme “pequeño”.-Quiero que pagues mis servicios prestados en el salón de astronomía-
Por un momento me le quede viendo como si estuviera tonto y luego recordé como tuve que humillarme frente a el para sacar esa gran pista, suspire esperando que no pidiera algo demasiado malo para mí. No era nuevo el saber que el pelirrojo me odiaba.
Se paró dejando su libro de lado y sentándose junto a mí en la cama. Oh rayos no es bueno que se ponga tan cerca de mi ¿Acaso no sabe qué hace que mi corazón palpite tan rápido? ¡Eso no es bueno para los humanos! Con su mano derecha tomo mi mentón acercándose más a mí, rápidamente la sangre se acumuló en mis mejillas, no sabía qué hacer, no sabía a donde mirar.
Mirarlo era mala idea, con sus ojos morados viéndome con pasión y posesión, su boca saco la lengua mojando de forma sensual sus labios. Desvié mi mirada hacia un lado y comencé a pararme pero él me tomo de las muñecas y me acostó en la cama quedando encima de mí.
-Recuerdo que dijiste que lo harías sin queja alguna- Lucas me miro alzando una ceja.
-Bu..bueno no sabía que sería…”eso” como pago-
-Tsk no te emociones, solo lo hago porque debo superar mi record del año pasado- Por un momento creí ver que las mejillas de ese hijo de puta se sonrojaron pero creo que solamente fue mi imaginación porque como dije antes, es un hijo de puta.
-Pues ni te creas superior que…-
Sus labios chocaron con los míos, al principio fue lento podía sentir su respiración y como apretaba mis muñecas. Me deje llevar por el momento dándome el lujo de cerrar los ojos dejando que esa lengua traviesa pasara por mis labios. Moví un poco mi pierna pero abrí mis ojos al encontrarme con un bulto en el pantalón de Lucas, al parecer el también lo sintió porque se separó repentinamente volviendo a su cama.
-Como dije antes, te odio- volvió a su lectura haciendo esos gestos de niño egocéntrico.
-Yo te odio más- respondí volteándome para tocar mis labios. Aun podía sentir su lengua caliente en ellos.
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La rubia guardo el libro con una gran sonrisa en sus labios, desde que empezó la saga había amado la pareja de Lucas y Blais eran el uno para el otro. Algo que solamente su novia sabia era que ambos personajes estaban inspirados en Dave y John, no en su totalidad pero si en su relación que se va viendo en los siguientes libros como evoluciona. Dave y John al principio no eran amigos y a Dave le caía mal John, pero las cosas cambiaron y ahora son los mejores.
Claro que el factor “¿Y si?” cobraba vida en sus historias, ¿y si John y Dave se hubieran amado?.