John
La puerta de caoba de mi nuevo departamento se abrió, respire profundo esperando ver a quien sería mi nueva compañera de cuarto, esperaba que fuera una buena persona considerando que mi pequeña hija también viviría con nosotros.
Abrió una chica como de mi edad, era un poco más bajita que yo, de cabello largo color negro y un poco ondulado, tenía grandes atributos delanteros (?). Estaba vestida con una camiseta de tirantes grandes de rayas naranjas y blancas, un pantalón de mezclilla, y tenía una cuchara en su boca mirándonos con curiosidad.
-Ehm…soy tu nuevo compañero de departamento- decidí explicarle y ella en respuesta saco la cuchara (con lo que creo que era chocolate) de su boca con una sonrisa.
-¡Oh claro! Pasen- abrió la puerta por completo y entro al departamento.
Mi pequeña Jane y yo nos vimos por un momento y entramos al departamento con nuestras maletas.
El departamento era un lugar grande y espacioso, pintadas las paredes de blanco con pisos de madera, se veía que era nuevo. En cuanto entrabas a la izquierda estaba un sala con dos sillones largos y uno individual de colores entre el café y el crema con un gran televisor pegado en la pared, junto a ella estaba un comedor con una mesa circular para 4 personas. Más al fondo estaba la cocina y el cuarto de lavado y a la derecha estaban tres habitaciones, dos dormitorios y un cuarto de baño completo.
La chica nos invitó a sentarnos en el sillón trayéndonos unas bebidas, me senté y Jane no paraba de estar de un lado a otro curioseando todas las cosas que había.
-Jane te cuidado y no rompas nada- le advertí a la pequeña, en eso mi nueva compañera regreso con dos vasos de agua, me dio uno y se sentó viéndonos.
Olvide presentarme, soy Karen Lozano- dio un trago a su vaso de agua esperando a que siguiera.
-Yo soy John Egbert, y ella es mi hija Jane- abrace a la pequeña niña que solo sonrió y entro a nuestra habitación.
-¡Oh es tan linda! ¿Entonces eres padre soltero?- pregunto mientras dejaba el vaso en la mesa viéndome directamente a los ojos.
-Ehm algo así, realmente no soy su padre…y nunca he tenido una relación con una chica- di un trago a mi bebida esperando que diciendo eso entremos más en confianza.
-Ahh…Entonces te gusta el pepino- Casi escupo el agua, comencé a toser sintiendo como me faltaba el aire. ¡Esas cosas no se dicen tan a la ligera y menos con esa expresión!.
-Bueno es mi única explicación a que no hayas tenido pareja femenina, porque…mira que tienes buena apariencia- Eso me hizo sonrojar, ¿Dave también creerá eso? ¡Oh no! Me golpee mentalmente. Dave no tendría que pensar si soy lindo o si estoy bueno, él tiene una linda esposa y es completamente heterosexual, es más heterosexual que el viejito de PlayBoy.
-¡No soy homo!...Bueno, ¡Si pero no!-
-Nahnah John tu pareces más homo que bisexual así que acepta que eres homo- sentencio la más bajita con el ceño levemente fruncido- Además no tiene nada de malo que te gusten los chicos, será genial. Y podremos hablar y quejarnos de los otros hombres- sonrió.
-Si fuera tan fácil- suspire, para mi desgracia en toda mi vida solo había sentido tal atracción por una sola persona.- ¿No hay problema con que Jane viva aquí?- Pregunte preocupado, esperaba que pudiera quedarme en ese departamento porque si no la dejan entonces encontraríamos otro.
-Claro que no hay problema, además bueno si trabajamos en una guardería es obvio que nos deben gustar los niños-hizo una pequeña pausa- no en mal sentido.
-¡Nadie pensó que en mal sentido!- Sin duda seria divertido vivir los tres juntos.
-Si bueno, te explicare las reglas. Nada de coshar en el sillón, comedor, cocina, lavandería o mi habitación- asentí con las mejillas encendidas, no haría eso sin estar en un lugar privado.- ¡Nadie toca mi chocolate! A menos que yo te de y por último, toca antes de entrar a mi cuarto, ¿entendiste?- Asentí aun sonrojado por la primera regla.
-No habrá problema…mucho menos con la primera regla- dije un poco deprimido, Dios ya no podía con ese sacrilegio de toda mi vida- Yo nunca…he hecho eso-
-¡¿QUÉ?!- Me miro como si me hubiese salido otra cabeza que escupiera fuego.- De verdad, ¿nunca lo has hecho?- sonrojado negué con la cabeza- ¡Suficiente! Hoy mismo tú y yo salimos para estrechar nuestros lazos de compañeros de departamento y para encontrarte buenos prospectos- me tomo del brazo jalándome a mi habitación donde Jane estaba sentada en mi cama leyendo su libro de Sherlock Holmes con un diccionario a su lado.
-¡Espera Karen!- me suelta prestando atención a lo que le diré- A..aún es muy pronto y quiero volverme a acostumbrar a la ciudad antes de pensar en salir…y mañana debemos trabajar- explique nervioso mientras tapaba mi rostro con mi manos avergonzado, ojala y yo pudiera ser tan honesto.
-Bueno…entonces ¡El fin de semana saldremos todo el día, comeremos chocolate hasta tener diabetes y por la noche te buscaremos algún chico bueno!-
-¡Ahhh no digas cosas así!...Tape mi rostro nuevamente escuchando como reía.
Sin dudas sería interesante vivir juntos.
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Karkat
Tome mi maleta de la estúpida banda donde se encontraban las demás, por buena fortuna esta vez no me la perdieron como ya me había pasado antes y créanme que no es nada bonito abrir tu maleta y encontrar puras bragas de alguna ancianita o esteroides de algún loco con el deporte.
Bueno al parecer ir a Washington se volvió una fiebre, tenía ganas de cambiar del ambiente frío de Londres y debía proteger al pequeño Egbert de las garras de ese maldito Strider.
Sali del aeropuerto caminando hacia la acera de en frente porque soy tan pobre y codo que no me pago ni un taxi para ir a buscar el motel donde me quedaría en lo que encuentro un departamento. Estaba tan cansado por las horas de viaje teniendo que soportar a mujeres gritonas, bebes y niños molestos, hombres que no se bañaban o roncaban muy fuerte, egh asqueroso.
Ya había avanzado unas cuantas calles más, todo se encontraba tan silencioso- Sentí como mi maleta de mano se hizo más pesada y cuando voltee me di cuenta que se había roto de la agarradera, tenía como 4 años en esas condiciones y solamente hoy se le ocurre caerse.
Al momento en que la iba a recoger sentí como algo impacto sobre mí. Mi cuerpo se sentía pesado, mis parpados se cerraron y sentía como poco a poco iba perdiendo la conciencia.
-¡Oh no Equius hemos atropellado a alguien!- grito una voz algo infantil y femenina.
-Parece que no tiene ningún daño grave, ¡No podemos llevarlo a un hospital o me quitaran la licencia!-hablo una voz grave pero temerosa.
-No te puurcupes, yo puedo atenderlo. Llevémoslo al departamento-
Sentí como me movían pero después todo se puso oscuro.