Karkat
Habían pasado dos días desde que ese par de locos con ningún maldito gramo de cordura me tenían secuestrado en su estúpida casa en lugar de haberme llevado al hospital. Además del dolor de cabeza de los mil demonios no había tenido otra complicación en mi salud, pero ellos insistieron a que me quedara un día más para ver qué efectos podría tener.
Era de mañana, me levante estirándome en la cama. Aun dormía en la habitación de esa pequeña enfermera…Nepeta según me había dicho, ella dormía en la habitación contigua junto con Equius pero según sabia (y me di cuenta) a veces sus horarios eran distintos ya que el día anterior Nepeta había regresado en plena mañana arrastrando sus pies y sin ánimos de nada. Al parecer ese día le toco hacer una guardia nocturna y pasaron muchas cosas en el hospital, entro a la habitación del gran hombre músculos y no salió de ahí hasta ya entrada la tarde cuando Equius volvió de su turno en el taxi.
Salí de la habitación llevando un cambio de ropa, Equius había tenido turno temprano y no volvería hasta la tarde y Nepeta volvió a tener turno nocturno por lo que seguramente ya estaba acurrucada como un pequeño gatito en la gran cama de su amigo.
A decir verdad, la pequeña castaña era como un gato. Además de su tic al hablar de cambiar algunas letras por los “puur”, su sonrisa, siempre se acurrucaba con su amigo dejándose acariciar el cabello y puedo jurar ¡oh santa mierda lo digo en serio! ¡Que ella hasta ronronea! Lo juro como que mi hermano Kankri perdió su virginidad con el estúpido del hermano del forever alone de Ampora.
Bostezando abro la puerta del baño quedándome impactado por lo que vi frente a mí. ¡Jodeeeeer solo este tipo de cosas me pasan a mí! ¡De seguro que en otra vida fui Hitler o ese estúpido meteorito que extinguió a los dinosaurios y ahora toda maldita deidad me castigaba de esta forma! ¡Hasta el dios del spaghetti! ¡Simplemente no puedo tener tanta mala suerte en mi vida!
Al abrir justamente se encontraba Nepeta, usaba solamente unas bragas grises con dibujitos de gatos negros, se estaba quitando el sujetador cuando entre pero gracias a Dios apenas lo estaba desabrochando.
-¡Lo...lo siento!- grite y salí de ahí con las mejillas rojas de vergüenza cerrando la puerta para correr a la habitación.
Su imagen no dejaba de pasar por mi mente, con su pequeño cuerpo de tez pálida, con unas pecas adornando sus pequeños hombros, su vientre plano, sus pechos eran de un tamaño normal y esas piernas admitía que eran demasiado hermosas y seductoras.
-¿Pero qué rayos me pasa?- escondí mi rostro en la almohada esperando a que mi sonrojo pasara.
Unos minutos después escuche como tocaban a la puerta, dejando mi almohada de lado me levante tomando aire esperando la posible cachetada o golpe de parte de la chica de ojos verdes. Abri la puerta y ahí estaba, vestida únicamente con un short gris y una blusa naranja de tirantes aun con su cabello mojado.
-Karkitty, ¿puuurdemos hablar?- Yo solo asentí sonrojado, aunque no me gustara que me llamara Karkitty en estos momentos mi maldita pena era tan jodidamente grande que no podía decirle nada- Lo que paso en el baño se que fue un accidente, así que no debes ponerte nervioso estando conmigo- me sonríe acariciando mi cabello como si fuera un niño al que le están explicando que no debe hacer travesuras.
-Yo…lo siento Nepeta. Si pudiera hacer algo para que estemos bien-
-Bueno purrdrías usar esto –Con un rápido movimiento me puso un collar con un dije, lo tome para leerlo. El dije decía “Karkitty, cuidado muerde”, la mire enojado mientras ella reía como niña pequeña.
-¡Oh tu maldita!- Comencé a perseguirla, Nepeta reía esquivándome y cerrándome la puerta en la cara cuando llego a la habitación de Equius. Oh esa maldita, como la odiaba a veces.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
No entendía porque me ponía tan raro cuando estaba con Nepeta, era una sensación como malestar pero al mismo tiempo como si algo se moviera dentro de ti de forma tan agradable.
-Quizás tengo una enfermedad en el estómago- suspire cambiando los canales de la televisión buscando algo interesante que ver. A penas era mediodía así que aun tenía tiempo para estar solito. Mi celular comenzó a sonar y lentamente lo saque de mi pantalón, era un mensaje de John preguntándome como estaba.
Ahora que recordaba, no se había preocupado ni por John o Jane desde que estaba con ese par. Era como si ninguna preocupación existiera y nadie más seria importante. Le contesto y aprovecho para decirle que estaba en la ciudad.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Estaban los tres reunidos en la mesa comiendo unas hamburguesas que Equius había pasado a comprar de regreso a la casa. Como no existía silencio en la maldita casa se la pasaron hablando de temas tan estúpidamente banales que me dieron ganas de ahorcarlos con el cable de la televisión.
-Oye Karkitty- me llamo Nepeta mientras comía una papa con cátsup, seguí comiendo pero con un movimiento le hice entender que la estaba escuchando.-¿Tienes donde vivir?- la verdad se me había olvidado eso, había llegado a la ciudad sin tener alojamiento y sabia que John ya tenía que compartir departamento con otra chica.
-Yo aún no-
-Podrías quedarte con nosotros- hablo el tímido Equius, les mire con confusión, apenas y nos conocíamos y ya me querían de compañera de casa…estos chicos realmente están jodidamente locos.
-¿Es en serio?- pregunte algo desconfiado, no fuera a ser una broma.
-Puuurrsupuesto, te puedes quedar en mi habitación y Equius y y odormiremos en la misma. De todas formas Equius siempre ha tenido literas por si teníamos un compañero- Me explico Nepeta esperando a que respondiera con una carita de esperanza.
-Bueno…ah joder, en lo que encuentro algo mejor me quedare con ustedes- Suspire con derrota mientras ambos hacían extraños movimientos de victoria.
Sonrei levemente, seria demasiado interesante.