Dave
El resto del día había pasado con la mayor normalidad que es posible tras haberte acostado con tu mejor amigo, tras tomar una ducha y cambiarme a ropa cómoda sin el olor a sudor ni pecado había pasado el día con mi esposa. Rose y Kanaya se habían ido ya que Kanaya tenía una importante cena de negocios por la noche y debían arreglarse para ir dejándonos solos en esa casa tan grande. Durante todo ese tiempo la culpa me carcomía y el baño había ayudado a enfriarme la cabeza, había sobre reaccionado y ni le di tiempo a John de darme explicaciones.
¿Ahora que iba a hacer? Sin mi mejor amigo, con el miedo que mi esposa descubriera mi infidelidad y con estos sentimientos de culpabilidad que golpeaban mi pecho y me causaban ganas de vomitar y decir toda la verdad. Todo eso estaba realmente mal.
Me levante para tomar un poco de mi amado jugo de manzana, era el único de mis amores que no me hacían daño y me entendía y escuchaba sin importar la gravedad del asunto. Mientras lo buscaba escuche como sonaba el timbre de la casa, el característico “Ding dong dang ding WAF” era uno de los tantos caprichos de mi esposa que deje que pusiera en la casa además que me daba risa y aún más la cara de desagrado de Rose.
-¡Ya voy!-grito Jade y la vi pasar caminando tranquilamente en dirección a la puerta, tome mi jugo y lo abrí dándole algunos pequeños sorbos. Ruidos fuertes se comenzaron a escuchar y después la melodiosa voz de Karkat, maldición mi día no podía ir peor. Salí de la cocina para encontrármelo en el recibidor viéndome con el ceño fruncido como siempre pero había una chispa de ira en sus ojos.
-…Tengo que hablar con Dave a solas-
-…Bien, Jade estaremos en el patio- Di otro sorbo a mi jugo de manzana para intentar calmarme, estaba seguro que quería hablar sobre John. Jade asintió y volvió a la sala mientras nosotros nos dirigíamos a la cocina para salir por la puerta que conectaba con el patio. Él castaño me siguió en silencio con las manos en sus bolsillos pero la mirada fija en mí, una vez afuera me senté en un desnivel que había dando unos sorbos a mi jugo.
-Supongo que ya sabes porque he venido- Empezó a hablar rompiendo el silencio que se había formado, Karkat estaba extraño ya que hablaba de forma calmada pero apretaba fuertemente sus puños dejándose los nudillos blancos como si se contuviera a golpearme.
-Es sobre John ¿no?- Di otro sorbo para hacer tiempo. Karkat volteo a verme con el ceño fruncido nuevamente.
-Exacto…Escucha en este momento quisiera golpear tu estúpido y horroroso rostro de muñeco de plástico pero me aguanto porque prometí no hacerlo-Suspiro y yo agradecí el hecho que no me golpeara, mi rostro era demasiado bello para eso- Así que no te quedara de otra más que escucharme de una puta de vez y con tu jodida boca-profana-labios-vírgenes callada o me valdrá eso y te golpeare tan fuerte como pueda ¿entiendes?- Asentí algo nervioso, aun recordaba cuando rompimos y Karkat me dio una patada justo…en mi pequeño-no-tan-pequeño Davidcito.- Bien, ahora quiero que comprendas algo que creo que ya sabes pero aun así te lo recordare –Hizo una leve pausa para aclararse levemente la garganta- ¡John es el chico más inocente y virgen que un aceite de oliva extra-virgen y que Jeremy Fitzgerald!*- Grito con el rostro poniéndose rojo de ira, oh no eso significaba que se iba a poner a gritar y dar discursos tan largos como lo hacía el hermano mayor de este- ¡¿Cómo se te pudo ocurrir esa idiotez de que John lo pleaneo y te intentaba seducir?! ¡Las capacidades de John de seducción a propósito son como las de Elizabeth Bennet!**
-Karkat…¡En español que no entiendo tu idioma de comedias románticas para chicas!- Odiaba cuando comparaba personajes de sus películas románticas y yo no tenía de a que carajos se estaba refiriendo en ese momento.
-¡Dios usa ese pequeño cerebro de tamaño de nuez que tienes en tu cabeza! ¿o acaso todos esos productos para el cabello ya te dejaron sin las pocas neuronas que te quedaban?- Hablo con sarcasmo- Cualquier persona que use su cerebro puede darse cuenta que John no hizo nada y todo fue por culpa del alcohol. Estoy seguro que en el fondo tú lo sabes pero no quieres ver, maldito ciego de mierda.-
-¡Cállate! ¿Crees que no he pensado en eso? ¡Lo he hecho! Pero simplemente no puedo, no puedo.- Sentí un fuerte golpe en el estómago sacándome el aire, Karkat me había golpeado ocasionando que cayera al piso tratado de sostenerme con una mano mientras intentaba respirar bien.
-¡Tu cállate y escucha rubio oxigenado!- Iba a reclamarle que mi cabello era natural pero al ver su cara y recordar el fuerte golpe decidí que lo más sensato era quedarse callado- Tú amas a John- Lo último me cayó como un balde de agua fría, mis mejillas se sentían calientes ¿Por qué?
-No se de qué me hablar Karkat, sabes que estoy felizmente casado- Me defendí aun algo temeroso de que me golpeara nuevamente.
-¡Oh vamos! Deja de ser un idiota y abre los ojos, lo he notado desde que fueron a Inglaterra. Amas a John, y eso fue una razón más para desvirgarlo tú mismo en ese estado de borrachera-
-No inventes cosas, no recuerdo nada de lo que sucedió- En parte era mentira, algunos recuerdos habían llegado a mí pero sobre todo uno en particular, uno que quería olvidar, que quería pensar que no fue más que un sueño, uno que apoyaba la teoría de Karkat.
-Juzgando por tu rostro…puedo suponer que tengo razón-Me miro por unos instantes mientras yo huía a su mirada, a veces realmente odiaba a Karkat y sus golpes de realidad…- Y debes decirle a Jade-Eso último me sorprendió, voltee a verle alarmado- No puedes estar con ella, solo la dañarías y dañarías a John más de lo que ya lo has hecho-
-Karkat entiende, me acosté con su casi hermano que siempre estuvo enamorado de mí. Me odiara por eso y estoy seguro que John ya me odia-
-Escucha, estoy seguro que Harley no es de las que odian y John tampoco, simplemente está decepcionado de ti-
-Como si eso fuese un consuelo- Suspire, debía estar solo para saber qué hacer.
-Pues es mejor a que te odie y te quiera golpear. Bueno yo ya hice mi trabajo- Comenzó a caminar en dirección a la puerta de la cocina para irse.
-Espera Karkat, ¿ya no te gusta John?- A decir verdad en estos días había notado como el castaño había cambiado su protección amorosa por una de hermanos hacia el de cabello azabache eso me tenía intrigado.
-Digamos que hay una gatita que me espera en casa- Me miro sonriendo ligeramente y con un sonrojo en su rostro, eran muy pocas las veces que se podía ver a Karkat sonriendo y esta era una de esas- Debes arreglar esto Strider- Dicho eso entro a la cocina dejándome ahí.
Dios eran tantas cosas pasando por mi cabeza, con esos estúpidos recuerdos de mi noche de pasión con el más pequeño agolpándose en mi cabeza “Yo también te amo” ¿Cuál sería el verdadero peso de esas palabras? Recordaba haberse sentido tan libre al pronunciarlas, ya era más que un hecho que su corazón perteneciera al azabache pero ya la había vuelto a joder. Por el momento tendría que ocuparse de Jade.
Suspiro entrando a la casa aun pensativo, debía hacerlo con tacto. Karkat estaba en lo cierto, no podía engañarla y no podía disculparse con John si no arreglaba las cosas con su querida chica de ojos esmeraldas. Camino hacia la sala con paso lento aun pensando en que diría, intentaba ir lo más lento posible pero cuando se dio cuenta ya estaba frente a ella.
Por favor que no lo odiara.