John
Salí de casa aun algo abatido, necesitaba estar solo y comer puro helado no me haría bien además que no podía hacer nada con mi pequeña hija ahí, no quería que ella me viera así de mal. Después de que mi buen amigo Karkat se fue tuve una pequeña charla con la menor explicándole que Dave no podría venir al departamento porque se había ganado unas vacaciones pagadas a Escocia…si, siempre he sido malo mintiendo y a decir verdad me sentía culpable pero no quería que ella sufriera. Sabia cuanto se había encariñado con el rubio y decirle de la pelea solo sería quitarle a una de sus personas amadas, ya tenía suficiente con la ausencia de sus legítimos padres.
Necesitaba salir de ese departamento en el que paso todo y pensar un rato, Karen le había prometido cuidar a la pequeña y le había obligado a cambiarse de ropa. Dios a veces era peor que mi padre, es más ni él me decía nada por cómo me vestía así que me vi obligado a cambiarme a unos pantalones negros ajustados, una camiseta blanca y encima una azul de cuadros combinados con unas converse negras. Me sentía algo raro con usar ropa distinta, por lo menos no había dado por tirar todas mis camisetas de “Ghostbusters” y “Back to the future”.
La ciudad se veía tan calmada ese día, no era una hora de tráfico por lo que se podía disfrutar de la armonía del lugar, suspire con una pequeña sonrisa. Llegue a un parque donde busque rápidamente una banca para poder sentarme y leer agusto, los niños estaban disfrutando de un sábado jugando a la pelota y sus madres platicando entre ellas y al mismo tiempo cuidando a sus hijos. Todo parecía tan perfecto, familias haciendo picnics, niños correteando, mascotas jugando, parejas tomadas de las manos y gente leyendo pacíficamente.
Mire alrededor aun buscando una banca para sentarme pero la mayoría estaban ocupadas, pero la mayoría estaban ocupadas por adolescentes, parejas o…¡Por Nic Cage por fin! Justo a un lado de un árbol algo escondida, se encontraba una banca de madera con solo un ocupante quien se encontraba entretenido leyendo un libro. Me acerque tímidamente, desde donde estaba no podía verle el rostro pero ojala y no me haga pasar un trago amargo. Este día ya había sido demasiado para mi como también tener que soportar más humillación de la que mi supuesto mejor amigo me había ocasionado.
Al acercarme más por fin pude verle más de cerca, se veía que era alto, de cabello rubio y piel blanca, no podía verle por completo por el libro de…¿Harry Potter y las reliquias de la muerte? Bueno en ese caso no creo que sea alguien peligroso, nunca he conocido a alguien que lea Harry Potter y se ponga violento…si así fuera el caso te atacarían con ¿libros y bufandas? Dios ni mis bromas internas funcionan en este momento.
-¿Puedo sentarme?- Pregunte lo bastante alto como para que el chico me escuchara y no llamar demasiado la atención ante la demás gente del parque. El chico Potterhead bajo su libro mirándome por un instante, su cabello era rubio peinado hacia atrás con unos cuantos mechones de en medio teñidos de morado, usaba unas gafas gruesas color negras y tenía unos ojos morados. ¿Por qué siempre la gente tenia ojos de colores raros pero muy bonitos y yo tengo mis muy comunes ojos azules? Maldita genética que no me ayudaba.
-Está bien- Se mueve un poco para darme más espacio y regresar a su libro. Con una sonrisa asentí murmurando un rápido gracias, sentándome en la banca mirando el escenario frente a mí. Secretamente siempre me había dado envidia ver a las familias, cuando era niño por la falta de mi madre y ahora por la falta de alguien con quien pueda criar a Jane y ella pueda decirle papá…¡Además de a mí! Porque eso de decirme mami es solo una fase que ha durado sus años pero estoy tan seguro que pronto se le pasara como que Con Air es la mejor película de todos los tiempos.
Los recuerdos de la noche anterior volvieron a mí, mordí mi labio fuertemente intentando olvidar la sensación de esa boca sobre los míos y sus caricias en mi cuerpo así como sus palabras vacías. Ni siquiera las lágrimas salían, ya había gastado gran parte de mi juventud y sueños a Dave ahora debía cambiar y dejarlo atrás. No más al recuerdo de Dave Strider, oficialmente está vetado de mi corazón aun como amigo.
-Tu…¿eres Egbert vverdad?- La voz del chico me saco de mis pensamientos, voltee a verle algo confundido asintiendo con la cabeza ¿Acaso nos conocíamos de antes? –Oh Kar hablaba mucho sobre ti durante la univversidad- Me explico con ese extraño tic de pronunciar dos veces la v, me parecía algo adorable.
-¡Oh eres amigo de KK!- Quizás lo había visto o habían hasta llegado a charlar pero no lo recordaba, la universidad le había pasado en un parpadeo y apenas y lograba recordar algunos rostros.
-Algo así, nos tocaban proyectos juntos- Sonrió levemente cerrando el libro dejándolo sobre sus piernas.
-Vaya, no recuerdo mucho de la universidad lo siento- Dios eso era penoso, que alguien te recordara y tú no supieras de esa persona.
-Nunca hablamos pero solo recuerdo que Kar siempre decía que tenías los más bellos ojos azules- Me sonroje ante eso último, el me miro y luego desvió la mirada con las mejillas algo rojas. –Al principio no te vvi bien y después note tus ojos…-
-Oh bueno…gracias- El ambiente se tensó un poco pero intente aminorarlo, quizás hoy podría hacer un nuevo amigo- Mi nombre es John Egbert por cierto- Me presente sonriendo.
-Eridan Ampora- …Nah su nombre seguía sin sonarme.
-Bueno espero y seamos buenos amigos Eridan- En verdad en estos momentos necesitaba algún amigo en quien confiar además de Karen y Karkat pero…ellos eran algo extremistas.-Sabes nunca me he podido terminar los libros de Harry Potter, he visto todas las películas pero me quede en el cuarto libro.-Al parecer eso fue suficiente, durante el resto de la tarde estuvimos hablando sobre Harry Potter, no era un gran fanático y había visto las películas y leído los libros porque a Jane le habían interesado pero después se interesó mucho más con Sherlock Holmes y los detectives.
Decidimos pasar a una cafetería a comprar un café y algo de comer, ya se estaba poniendo oscuro y digamos que los parques no parecen los lugares más seguros para estar considerando a los cholos o rateros que podían llegar. Llegamos a una pequeña cafetería con libros y comics adentro, aun entre charlas y risas nos sentamos en una pequeña mesita donde una amigable camarera nos tomó nuestra orden.
-Creo que ya hemos hablado mucho sobre mundos imaginarios- Se cortó repentinamente, Eridan parecía ser de los chicos que aman la magia pero saben que no existe a pesar de todo. -¿En que trabajas?-
-Soy profesor de jardín de niños- Sonreí dando un sorbo al café que me acababan de entregar hace apenas unos minutos, repare en su expresión de incredulidad- ¿Pasa algo Eridan?-
-¿No estudiaste informática?- Alzo una ceja acomodándose uno de los tantos anillos de su mano.
-Si pero…pasaron cosas y… - No quería mencionar mi pasado con Dave- Yo tengo una hija- Explique simplemente recibiendo la misma mirada de hace rato pero ahora acompañada de una tos.
-Espera espera…¿eres padre? ¿Estas casado?-
-No, no es mi hija de sangre. Una prima murió y pues yo la adopte porque si no se iría a un orfanato y no quería que ella sufriera algo así- Explique rápidamente para que dejara de hacerse ideas raras sobre mí.
-Eso es algo demasiado gentil John, supongo que ahora es muy feliz contigo- Asentí con una gran sonrisa, en pensar en mi pequeña hija me llenaba de felicidad.
-¿Y tú en que trabajas Eridan?-
-En algo así como Greenpeace pero de puros océanos- ¿Greenpeace de puros océanos? Por lo que me había comentado tenía mucha fascinación hacia las cosas marinas.
-Vaya eso es admirable- Sonreí emocionado, el rubio me miro y compartió la sonrisa.
-Si bueno no me gusta ver cómo la gente contamina los mares y a los animales, a veces pueden ser demasiado estúpidos- Alzo los hombros tomando de su té de canela. Seguimos hablando durante un rato hasta que me di cuenta de lo tarde que era, gracias a Dios mañana era día de descanso pero aun así debía regresar a casa temprano si no quería que Karen me lanzara una chancla.
-Rayos, debo irme Eridan fue un gusto conocerte- Me levante de la silla dejando el dinero que debía pagar por mi consumo.
-Espera John, me preguntaba si…-me había tomado de la manga de mi camiseta de cuadros y me miraba con las mejillas sonrojadas. Su sonrojo se veía adorable y aún más el esfuerzo que hacía por mirarme a los ojos, mis mejillas comenzaron a calentarse por la pena.- Si podíamos salir en una cita-
Una cita.
Eridan quería una cita conmigo. El sonrojo en mi rostro se hizo más intenso, estoy seguro que podía compararse con un tomate pero por Dios una…cita ¿Qué debía hacer? No tenía la preparación suficiente como para saber qué hacer en ese tipo de situaciones ¿Por qué Karen no está aquí para ayudarme? Lloriquee mentalmente para después darme una cachetada mental, no podía depender siempre de ella.
-Yo…yo te aviso cuando pueda- ¡¿Cómo pude decir eso?! Al parecer la única clase de seducción dada por Karen había surtido efecto pero estaba nervioso ¡Nunca había tenido una cita-cita con alguien! Nos pasamos nuestros números de celulares y tras una rápida despedida salí de la cafetería con mis mejillas rojas como las de Simon Snow y con mi corazón palpitando a un ritmo frenético por los nervios.
Quizás…sea bueno tener esta oportunidad.