Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuando nos volvamos a encontrar por Kira-ler

[Reviews - 50]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Dave

¡No sé cómo sobreviví a ese maratón de películas románticas y ridículamente cursis! Cada vez que estaba a punto de dormirme, Dirk me daba un codazo para que me quedara despierto. Lo peor fue que mi hermano mayor le agrego a la tradición Strider el ver animes shojos. ¡Shojos! Desde aventuras escolares, misterios, comedias, dramas, troleos innecesarios hasta chicas con poca personalidad con su harem de hombres. Hubo algunos buenos y otros que realmente, maldecía a mi hermano por quitarme mi valioso tiempo.

Pero de alguna manera aprendí cosas de esas películas y animes shojos, que no dudaría en poner en practica con el pequeño azulito. La había jodido de todas las maneras posibles, pero el tener su perdón me había dado más esperanzas para reconciliarnos y poder ganarme su corazón.

Primer intento

Aparecí en la puerta del departamento de John, había pasado una semana desde la última vez que nos vimos y hoy pondría en práctica lo aprendido. Timbre esperando a que el azabache me abriera, grito “Ya voy” mientras se escuchaban pisadas acercándose. Finalmente John abrió la puerta, me miraba algo sorprendido, quizás porque no se esperaba que apareciera en su puerta. Muy bien Dave, hora de ser cool y poner en práctica lo aprendido. El primer truco fue el más cliché de todos, pero siempre funcionaba.

En mis manos tenía una caja de Gushers y unas flores, un ramo de gardenias.

Si algo había aprendido de todas esas películas, era a escoger las flores indicadas. Y tras horas de búsqueda y estudio, me había decidido por unas gardenias.

—Dave, ¿qué haces aquí? —Me pregunto el delirio azul con una pequeña sonrisa en su pálido rostro. ¿Debía sentirme esperanzado por esa sonrisa?

—Yo…te traje esto—Le extendí la caja de Gushers con un pequeño moño rojo y el ramo de gardenias, con una sonrisa sincera en mi rostro. John las tomo un poco dudativo, olio el perfume de las flores con una gran sonrisa. Sentía que había elegido bien las flores. Según la información que había encontrado, las gardenias significaban pureza y dulzura, además de un amor secreto. Aunque su amor por John no era tan secreto…aun le parecia que sus sentimientos por el menor se habían desarrollado demasiado pronto. Pero tenía la sospecha que esos sentimientos ya estaban ahí, atados y siendo callados lo más posible.

—Gracias Dave, las flores son hermosas pero…ya no como Gushers desde que me entere que eran de Betty Crocker. —Me agradeció John con una sonrisa nerviosa.

¡¿Cómo pude ser tan tonto?! ¡Agh! Había olvidado eso. Dios casi había sido tan perfecto.

—Yo lo siento…te veo luego—Me despedí avergonzado por mis actos. ¡Estúpida sangre Strider!

Segundo intento

Había pasado una semana tras mi deplorable intento con los gushers. Nuevamente, era algo cliché pero debía valer la pena y hacerme ganar puntos con John ¿no es así?. Si bueno, no hay un verdadero marcador pero todos sabemos que va así: Dave 50-Eridan 0. Ya vería ese cabeza de pez, nunca le daría a ese pequeño niño…Me alegra que nadie pueda escuchar mis pensamientos, o probablemente ya tendría a policías golpeándome con macanas.

Suspire antes de armarme de valor y presionar un botón. Había visto en muchas películas como les daban serenata a las chicas, así que me pareció una buena idea. Claro que en las películas, las chicas viven en casas. No en departamentos, por lo que estaba preparado para huir si alguien se quejaba y llamaba a la policía.

Alce la bocina conectada a mi celular. Porque llevar grabadoras era de chicos poco cool. Comenzó a tocar una corta intro antes de comenzar a cantar, de fondo se escuchaba la voz del verdadero cantante pero la opacaba con mi canto. Note como las luces de los departamentos se prendían y gente curiosa salía al balcón para ver. Y entre esas personas, pude notar a cierto chico de cabellos negros cargando una pequeña de ojos azules.

—*But I’m not a superhero, I’m not that kinda guy. —Comencé a cantar más alto esperando que John me escuchara. Después de todo esa era la parte que quería que el azabache escuchara. —But I can sabe you, babe. Give me a try. ‘Cause I’m running out of time. I know what I came to do, and I didn’t come to lose. —Hice una pequeña pausa mirando directamente a los ojos a John, con una gran sonrisa en mi rostro. —So I will fight until you’re mine. —Las mejillas de  John se pusieron rojas y me miraba con pánico. Verle así, con su cabello más despeinado, su pijama, sus mejillas rojas y cargando a esa pequeña quien me consideraba como su padre…Maldición, solo me daba más motivos y fuerza para quitar al estúpido hípster del camino. Continúe la canción repitiendo el estribillo. — Can’t you see we’re meant to be? So come with me and say you’re mine—La canción continuaba pero me quede callado, con una sonrisa mirando a John. Lo que restaba de la canción no lo podía cantar, ahí se suponía que el chico ya había conseguido a su amada. Y él apenas estaba en proceso.

Puso pausa en su celular viendo como las personas se comenzaban a retirar. Algunas reían de manera picara, otros aplaudían y una dulce ancianita…comenzó a lanzarme zapatos para que me callara.

—¡Ow! Tranquila señora—Pero esa mujer no me escuchaba. ¿De dónde sacaba tantos zapatos? No me quedo de otra más que huir antes de que una bota se impactara contra mi perfecto rostro.

Maldita viejita, por su culpa no pude hablar con John. Al llegar a casa me lance al sillón tomando mi amado jugo de manzana. Estúpida viejita, arruina declaraciones indirectas-muy directas.

Justo cuando le estaba dando un sorbo a mi jugo, mi teléfono sonó. Había recibido un mensaje. Saque mi celular del bolsillo del pantalón mirándolo con indiferencia, seguramente era Rose para hacerme otro análisis psicológico.

Grande fue mi sorpresa al ver que era de, nada más y nada menos, John. Lo abrí con rapidez ocasionando que me cayera un poco de jugo en el pantalón, pero no le tome importancia.

John [TXT]: Siento lo de la señora Magda, en sus tiempos de juventud fue lanzadora en un equipo de béisbol profesional. ¿Estás bien? ¿Te hiciste daño? PD: Gracias por la canción, Jane no ha parado de hablar de ello.

No pude evitar sonreír al leer la preocupación del menor. Dios ¿cómo podía ser tan jodidamente adorable? Siempre había sido así. Comencé a teclear para responder su mensaje.

Dave [TXT]: Estoy bien. Salí ileso de esa viejita beisbolista. Me alegro que te haya gustado la canción. Buenas noches. PD: Dile a esa pequeña que la quiero.

Había planeado agregar “Pero a ti te amo”, pero mejor lo borré para evitar que John se sintiera incómodo. Debía irme lento con él, después de todo…seguramente seguía algo tímido por esa noche que estuvimos juntos.

Esa táctica no había salido como la esperaba pero…sin duda había tenido buenos resultados

Tercer intento

Realmente no estaba seguro si esto iba a funcionar. Lo vi en uno de esos animes shojos de mi hermano…pero no pude ver la reacción de la chica porque me quede dormido un rato. Bueno supongo que funcionara ¿no es así?. Igual que en mi primer intento, me encontraba frente al departamento de los educadores con una bolsa café de regalo. Hace unos segundos había tocado y justo ahora John me habría la puerta, junto a él estaba Jane quien se abalanzo a abrazarme. Como pude, me agache para cargarla y besar su mejilla.

—Dave, hola—Me saludo John con una gran sonrisa. Correspondí a la sonrisa besando la coronilla. Agradecí las diferencias de estaturas que me dejaban poder besarle y cargar a Jane sin problema alguno.

—Buenos días John, buenos días Jane—Salude educadamente a ambos.

—¿Quieres pasar? —Me ofreció el chico de ojos azules con las mejillas levemente sonrosadas. Oh si, ¡había progresado en nuestra relación!

—Lo siento, venia de pasada para entregarte algo. —Baje a Jane quien me miraba emocionada.

—¿Le darás un regalo a mi mami? —Pregunto mientras tomaba la mano de su madre/padre.

—Si, toma John. Por favor úsalo. —Le entregue la bolsa café. John me miraba confuso comenzando a sacar el regalo. Seguramente eso me haría ganar puntos.

—Gracias Dave, pero no tenías que…Dave…¿qué es esto? —Su sonrisa fue cambiada por una expresión terrorífica a la vista. De esas que echaba Kanaya cuando se enojaba seriamente con alguien.

—Uh…¿mi regalo? —No entiendo que tenía de malo. Era un uniforme escolar de tipo marinerita, lo había visto en ese anime como el chico lo intentaba regalar a la heroína. Hasta mi bro me había dicho dónde comprarlo.

—Jane…despídete de Dave, ya debe irse. —Entro a la casa con una cara de enfurruñado. Maldición…al parecer la había jodido. ¡Estúpido bro!

Tras mi tercer intento había aprendido algo importante, siempre pensar en las reacciones que John podría tener antes de ejecutar el plan. Al parecer con la canción había ganado un poco, si le hacía un rap estaba seguro que John le iba a desagradar. Porque según él y Rose “Sus raps eran horribles”.

Era mejor dejar todas esas ideas cliché de lado…y hacer algo sumamente importante. Como…¡Oh por Dios! ¿Por qué no se le había ocurrido antes? Algo que John realmente amaba y adoraba. Aún recordaba lo feliz que se había puesto cuando le regalo ese estúpido conejo de peluche y su símbolo.

Cuarto intento

Esta vez Karen me había dejado entrar, al parecer John y Jane estaban haciendo algunas compras por lo que los esperaba sentado en el sillón. No me confiaba mucho de Karen, era la novia de mi hermano o quien sabe que estatus tendrá en esa extraña relación con los dos chicos. Como sea, aun recordaba ese tonto encuentro con Eridan.

—¿Ha venido el chico pez? —Pregunte con curiosidad, debía saber los movimientos de mi enemigo.

—¿Eridan? Si, ha estado viniendo intentando cortejar a John. Hasta lo invito a salir pero, es evidente que John no acepto. —Sonreí con superioridad. Estúpido niño hípster ¿creía que se merecía a John? Que imbécil. —Oye quita esa sonrisa. Que John tampoco ha salido a citas contigo. —Era cierto. Bueno aprovecharía para pedirle una cita a ese chico pálido

—¡Llegamos! —Anuncio una aguda voz ya conocida. Frente a mi aparecieron Jane y John cargando varias bolsas del supermercado. —¡Papi! —Grito la pequeña al verme. —¿Viniste para darle otro regalo a mami? —

—Justo a eso vengo, Janey. —Sonreí acercándome a John, me miraba con el ceño fruncido y una mirada de advertencia.

—Dave, compórtate.

—Vamos John, siento el otro regalo. Hagamos como que nunca paso, ¿sí? —Pregunte entregándole una pequeña caja roja. John me miro curioso y empezó a abrirla con cuidado.

—¿Un conejo? —Pregunto sacando al conejo de la caja.

—No es solo un conejo John. Es un conejo con algo especial. —Señale una de las grandes orejas blancas del animal de peluche. El ojiazul la inspecciono con cuidado, dejando caer la caja al suelo por la impresión. Había conseguido el factor sorpresa.

—¡Dave! ¡Oh Dios! ¿Cómo lo conseguiste? —Tomo al conejo entre sus brazos, acercándolo a su pecho con una sonrisa. Genial, comenzaba a sentirme celoso de ese trapo con relleno.

—Tengo mis contactos. —Ahora me abrazaba a mí con una gran sonrisa. Ahora si era el resultado que esperaba. No fue fácil conseguir que Nicolas Cage firmara el conejo.

—Muchas muchas gracias. ¿Cómo podría pagártelo? — Era obvio que no le iba a cobrar, era un regalo. Pero tampoco quería desaprovechar la oportunidad.

—Ten una cita conmigo hoy—Le pedí rodeándole con mis brazos. Se sentía tan bien tener la calidez de ese cuerpo.

—Es…está bien—Accedió con un gran sonrojo en sus mejillas mirándome con esos ojos tan hermosos.

—Pasare por ti a las 7—Le informe dando un beso en su coronilla mientras le soltaba. Me aseguraría de darle la mejor de las citas que pudiera tener en toda su vida.

Regrese a casa muy feliz y con el apuro de hacer que todo fuera perfecto. Primero me di una ducha para tranquilizar mi euforia. John había aceptado tener una cita conmigo. Me sentía como la primera vez que fue a Washington a visitar a John, emocionado, ansioso y decidido. Tenía que ser romántico, pero no ser tan directo para no asustarle. Solo por hoy, dejaría que John fuera la persona más cool del lugar.

Comencé a planearlo todo, desde la ropa que usaría hasta el lugar donde le llevaría. Tenía que pensar con cuidado, además debían ser cosas con las que el moreno estuviera agusto. Finalmente llegaron las 7. Ya me encontraba tocando la puerta del departamento con una sonrisa y un ramo de flores en mis manos. Escuche un “Ya voy” tras la puerta, seguido de pasos. Me abrió John con una sonrisa, usaba sus pantalones negros, una blanca y un saco negro encima.

—Dave, llegaste a la hora.

—Claro, sería un idiota si te hiciera esperar. —Respondí lo más galante que pude, por fin servirían esas novelas románticas que Bro me hizo ver de pequeño. —Te traje flores—Le extendí el ramo de crisantemos con una sonrisa.

—Muchas gracias. No tenías porque hacerlo. —Tomo el ramo mirándolo mientras acariciaba los pétalos de las flores. Se veía tan lindo, maldición necesitaba mi autocontrol.

—Claro que tenía que hacerlo. Yo…quería darte algo lindo. —Mis mejillas se calentaron un poco por tal confesión. John me miraba asombrado y sonriente.

—Espérame aquí, voy a dejar las flores. —En poco tiempo fue y regreso. Cerró la puerta con seguro para darse la vuelta y besar mi mejilla. Ahora yo era el asombrado. Me lleve mi mano a la mejilla con una sonrisa. —Te lo has ganado Strider.

Sonreí mientras salíamos del edificio. Claro, me veía muy calmado por fuera. Pero por dentro mi cerebro estaba gritando y mi corazón festejando a lo grande. Oh esta sería una noche fantástica.

Durante el camino estuvimos hablando de cosas banales; sobre música, la relación de Karkat y Nepeta, haciendo apuestas sobre cuando se casarían, y algunos recuerdos preciados. Tras 20 minutos de camino llegamos a un pequeño restaurante, había mesas adentro pero afuera era donde se creaba el ambiente. Daba una hermosa vista hacía los parques y la naturaleza.

—Este lugar es hermoso y tranquilo— Había jalado la silla de John para que se sentara. El moreno me agradeció mientras tomaba asiento. —No tienes que tratarme como una chica, Dave.

—Lo siento. —Me senté en  mi asiento comenzando a ver el menú. —Perdón si te incomode.

—¿Qué? ¡Oh no! —Se apresuró a negar John. —No me incomoda, solo…no estoy acostumbrado a tener citas y…esas cosas—Respondió mordiéndose el labio inferior huyendo de mi mirada. ¿Así que era eso?

—Está bien, tu solo dime si no te gusta alguna cosa que haga y lo dejare de hacer—De cierta manera, eso había sonado mal.

—Gracias, aunque eres buena compañía. —

—Pues veamos que ordenar— Pedimos de cenar, y como era un restaurante casual tomamos refresco. John pidió su Pepsi…ew no se como es que le encanta esa Coca cola región 4.

—Dave deja de mirar mi Pepsi con odio—

—No la veo con odio—Me cruce de brazos dando un  sorbo a mi bebida.

—Desde que teníamos 13 años, miras la Pepsi como si fuera tu peor enemigo. Supéralo Dave

—John esa cosa sabe horrible. Acéptalo.

—No sabe horrible—Copio mis acciones cruzándose de brazos y mirándome de forma desafiante.

—Claro que sí, su mal sabor es igual a esas malas películas que te encantan. —

—Oh eso ha llegado muy lejos. —Tomo su vaso con Pepsi y hielos acercándolo a mi vaso.

—John…no te atrevas. —Su mirada era retadora y paso un poco de su estúpida Pepsi a mi adorara Coca Cola. —No beberé esa bebida del infierno. Eres un monstruo John—Reí un poco por la estupidez por la que estábamos peleando.

—Oye, es como venganza por cuando me diste un pastel de Betty Crocker—Se encogió en hombros mirando mi bebida.

—Quizás…no esté tan mala. —Tome el vaso probando esa combinación. No sabía raro pero…aun así no era Pepsi ni coca.

—A ver—John tomo mi vaso dándole un sorbo justo…donde yo le había tomado. ¡Un beso indirecto! Me sentía como esas niñitas que se emocionan porque el chico que les gusta les tomaron de la mano. Pero es que, de cierta manera eso había sido un beso. —No sabe mal, pero me quedo con mi Pepsi

—Claro, como ya estropeaste mi Coca cola

—No seas gruñón, nada te cuesta pedir otra. —Bufe pidiendo otra Coca Cola. Cuando me la trajeron también traían los platillos de la cena. Cenamos con algunas platicas en medio, más que nada recordando los viejos tiempos. Cuando solo éramos un par de adolescentes y la vida era tan sencilla.

—¿Te ha gustado la cita? —Pregunte mientras ambos terminábamos el postre. John simplemente asintió dando un bocado a su delicioso flan. —Me alegro. No quería incomodarte, por eso te traje a este lugar.

—Dave, ¿exactamente qué significa todo esto? La cita, los regalos y los cortejos. Me confundes.

—¿Sabías que en México regalar crisantemos se considera una declaración de amor? —Agradecía a Wikipedia por esos datos, se suponía que en su país significaban alegría. Pero le gusto más  el significado en el país vecino. La cara de John se puso roja en poco tiempo, se veía que no se notaba esa respuesta. Sonreí ante tal reacción tan linda y adorable. —Es para dejarte claro, que voy en serio en ganar tu corazón. —Tome su mano acariciándola con delicadeza.

John no pudo responder y, a decir verdad, yo no estaba esperando una respuesta. Sabía que el moreno no me iba a aceptar así nada más, tenía que volver a ganarme su confianza.

Tras la cena le lleve a su casa, durante el camino ninguno hablo pero no fue incómodo. Al llegar simplemente le abrace y me despedí con un gesto de la mano dejándole frente a la puerta de su departamento.

Algo había aprendido de esas películas y animes.

 John

Las manos expertas del rubio se paseaban por mis piernas mientras que su lengua recorría todo mi cuello, gemidos se escapaban de mi boca sintiendo las deliciosas sensaciones que me causaba esa lengua experta. Pronto las manos del rubio se detuvieron en mis muslos, comenzó a subir la tela de la falda dejando al descubierto la ropa interior femenina que estaba usando.

—Hasta estas usando esto para mí.Había dejado de lamer mi cuello para dar algunos besos por mi rostro.Eres tan bueno conmigo John, me alegra que hayas usado ese uniforme solo para mí

Tras decir eso, una de sus manos comenzaba a acariciar mi intimidad por encima de la suave tela femenina que la mantenía atrapada. Volví a jadear y a gemir, mi piel ardía donde el rubio tocaba. Bajo las bragas comenzando a lamer mi miembro excitado. Oh Dios, solo ese hombre conocía mi cuerpo y cada zona sensible de él. Lamía, succionaba y acariciaba mi hombría causando que me viniera en poco tiempo. Soltando un vergonzoso gemido, repitiendo su nombre sin cesar.

—Dave…Dave

Abrí los ojos irritado. ¡Estúpido rubio! Con el ceño fruncido me levante de la cama, notando ese problema entre mis piernas que no había tenido desde la universidad. Me encerré en el baño metiéndome bajo el agua fría.

Si, una ducha fría. Porque no me tocaría pensando en él. No señor. Ya soy un hombre adulto quien debe dejar de soñar con su primer amor…y ese estúpido uniforme de marinerita. Justo la noche anterior habían tenido esa extraña y linda cita.

¿Por qué mi corazón había vuelto a palpitar con rapidez cuando Dave se apareció en la puerta? Rayos. Después de todo nunca podría parar estos sentimientos.

—Estúpido Dave

Notas finales:

*:Pero no soy un súper héroe, no soy ese tipo de chico. Pero puedo salvarte, nena, déjame intentarlo. Porque estoy corriendo fuera de tiempo. Sé lo que vine a hacer, y no vine a perder. Voy a pelear hasta que seas mío./¿no puedes ver que estamos hechos el uno para el otro? Ven conmigo, di que eres mío.

La canción es Superluv de Shane Dawson, no soy fan de él pero esa canción me gusta mucho.

Este capitulo lo escribi dos veces, aunque en uno no tenía tan avanzado. Batalle un poco con John, hace poco subi un fic con una versión medio dark de él y sufrí porque…John es mi lindo babu que sufre, no es él que hace sufrir.

Siento no haber actualizado antes, pero en resumen: ESCUELA. Ya salí de clases, solo tengo que presentar unos exámenes finales/semestrales…en realidad hoy tuve uno pero idk me dio mucha ansiedad y solo me calme escribiendo(durante la madrugada). Así que, si repruebo espero que hayan disfrutado este capítulo xD. Actualizare pronto y muchas gracias por leer, votar y comentar esta historia c:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).