Bueno ¿qué puedo decir? Hoy era nuestro último día en Londres, habíamos decidido desayunar en el departamento de John todos juntos. Estábamos los siete sentados en la mesa del comedor, bueno en realidad el comedor estaba diseñado para seis personas así que la pequeña tuvo que sentarse en las piernas de su mamá John para desayunar.
Rose nos explicaba sobre la trama de su nuevo libro, la verdad no le entendía nada…quizás era una historia de magia, magos, hechizos, homosexualidad y erotismo ¿Cómo podía funcionar todo eso junto? Eso sigo sin entenderlo porque ¡joder! Es como si te leyeras Harry Potter(1) combinado con…con…algún libro de Crónicas vampíricas(2), si metes todo eso en una licuadora y el lenguaje de Becquer(3) como resultado tienes una de las tantas novelas de mi querida hermanastra.
Como sea el día de hoy debo de enfocarme en que Karkat tenga claro que el pequeño Johnny Boy nunca será suyo, y por supuesto pasar un tiempo con John a solas. Quisiera que ambos pudiéramos aclarar todo el asunto de su fuga a lo Flash (de verdad, este chico es rápido cuando quiere).
-¡Dave!- hablando del Rey de Roma, le mire esperando a que prosiguiera- Estas derramando toda la miel de maple en la mesa.
-¡Ah!- Me sorprendí, ¿Cuándo carajos había agarrado la botella de miel? Estaba tan enfrascado en mis pensamientos que no me di cuenta. –Lo siento- me disculpe y me levante a la cocina para tomar un trapo mojarlo y limpiar la miel de la mesa.
-No te preocupes- me sonrió con afecto y haciendo una mueca divertida, contagiado por su alegría correspondí al gesto volviendo a mi lugar.
-No quiero que se vayan- Hacia pucheros la pequeña Jane quien ya había terminado su desayuno y había cambiado a los brazos de mi pelinegra quien jugueteaba con los cabellos de la menor.
-Y nosotros tampoco queremos pequeña Jane, pero debemos regresar a Washington - Kanaya comenzó a explicarle con una voz dulce y amorosa, la voz de una perfecta madre.
-Entonces….¡Mami y yo iremos!- declaro alegre comenzando a dar leves saltitos de emoción.
-Uhm tampoco podemos Jane, aquí es donde tu papi tiene trabajo y tú a tus amigos- intentaba persuadirla John. No era tan mala idea, que ambos se fueran a vivir a Washington con nosotros.- Además dejaríamos a Karkitty solo, y sabes que no puede ni hervir agua sin que se le queme- ese comentario nos hizo reír a todos y Karkat soltó una maldición contra el ojiazul que se disculpaba con la mirada.
Terminamos de desayunar y ahora venía la parte difícil…quien lavaría los platos, John lo iba a hacer porque era el anfitrión pero todos sabíamos que necesitaría la ayuda de alguien más para que no se viera tan mal. Kanaya se excusó diciendo que iria al baño, Rose que tenía que llamar a su editor y Jade aprovecho cuando Jane dijo que quería ir a comprar algunos Gushers en una tienda cercana al edificio. Y Karkat fue Karkat y se encerró en su habitación.
Me acerque a John tomando un paño para secar los platos y guardarlos, él me miro un poco sorprendido y solo asintió con una sonrisa viendo hacia la ventana con una mirada tranquila. Dios sus ojos reflejaban tanta calidez y alegría. Simplemente eran hermosos.
Termino de enjabonar uno y me lo paso, lo enjuague y los comencé a secar sin apartar mi vista de su rostro. Esa cara pálida aun con rasgos de niño pero que de alguna forma había madurado, tan diferente a como se veía ese día.
-¿Pasa algo Dave?- me miro con duda mientras tomaba otros vaso.
-Me preguntaba, ¿Cómo es que terminaste viviendo con Karkat?- también tenía mis dudas sobre eso. Había algo en mi interior que se agitaba con ira cada vez que recordaba que el castaño todos estos años había estado consiente del paradero de John y que vivieran juntos era inaudito.
-Oh eso- me miro un poco nervioso desviando la mirada- Cuando llegue a Londres no tenía donde quedarme, por una semana estuve viviendo en un motel de mala muerte. Un día estaba metiendo solicitudes para la universidad cuando me choque con KK literalmente-comenzó a reír al recordarlo, eso me molesto- Hubieras visto Dave, ambos caímos en la nieve y Karkat se veía tan gracioso enojado y con la nieve encima de el –siguió riendo- Después estuvimos hablando un poco y me dijo que estaba buscando conseguir un compañero de departamento así que le dije que yo podía vivir con él. Además tendría que pagar muy poco de renta si hacia los trabajos domésticos así que me pareció buena opción.
-Bueno me alegro que hayas encontrado un buen lugar para vivir rápido. Estábamos preocupados por ti-le mire con una sonrisa tranquila, sus ojos se encontraron con los míos con un poco de vergüenza.
-Lo siento, no podía soportarlo más.- agacho la cabeza un poco y luego la volvió a alzar con una sonrisa- ¡Pero estoy muy feliz por ti y por Jadey! Después de todo son el uno para el otro- me dio una sonrisa genuina.
-¿Por qué no te contactaste con nosotros?-
-Perdóname Dave pero…¿sabes? Me era difícil, al principio lo hice por mí pero después llego todo el asunto de Jane que sentí que debía enfocarme en ella y después podría hablar con ustedes-
-Pero no lo hiciste Egbutt- le mire con una sonrisa maliciosa- Serás castigado por eso…como en los viejos tiempos- Me miro y por inercia rodeo su estómago con sus brazos.
Me acerque a él comenzando a hacerle cosquillas buscando un punto que no hubiera protegido, el ojiazul intentaba no reír y evitar mis ataques pero ¡nadie le gana a alguien tan genial como lo es un Strider! Me acerque a su cuello y di un soplido haciendo que llevara sus manos a su cuello dejando desprotegido su torso.
-¡La victoria será mía!- Comencé a hacerle cosquillas, el pequeño solo reía y se estremecía por mis acciones. Así seguimos hasta que ambos terminamos en el piso, él acostado riéndose y yo sobre el. Ambos nos miramos, con un rápido movimiento John tomo mis gafas de sol dejando al descubierto mis ojos. –Hey regrésalos- me queje, John ya los había visto antes pero aún me era incomodo que la gente viera su color.
-Yo…ya había olvidado su color- susurro aprisionando las gafas contra su pecho y con las mejillas enrojecidas que miraban directamente mis ojos. Solté una risa nerviosa sentándome junto a él en el piso.
-Son raros y feos, sería mejor que los olvidaras- suspire esperando que me regresara esas gafas que eran como una protección para mí.
-Su color es peculiar, pero no es feo.-me puso los lentes con cuidado de no sacarme un ojo por accidente- siempre me gustaron tus ojos.-Tras escuchar eso sentí como la sangre se agolpaba en mis mejillas, damn eso no era bueno, con mis manos pude taparlo y agradecía a toda deidad conocida y desconocida lo despistado que podía ser el más pequeño.
-¿Te puedo preguntar algo?- John se levantó del piso y me ayudo a levantarme.
-Claro-
-¿Te gusta Karkat o llegarías a salir con el?-le pregunte expectante de saber la respuesta.
-KK solo lo considero un amigo, y…no creo que lleguemos a eso- suspire aliviado, Karkat respetaría las decisiones de John, siempre lo hacia asi que no había de que preocuparme pero se lo dejaría bien claro antes de irme.
-¿Cuándo se van a ir?
-Mañana en la mañana- suspire desanimado, no quería irme pero me alegraba que ambos habíamos hecho las paces.
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El día que tanto temíamos había llegado, el día de nuestra partida. Estábamos todos juntos reunidos en el aeropuerto, faltaban tan solo unos minutos antes de que nos dieran la orden para comenzar a abordar. Nos estábamos despidiendo y las chicas no dejaban respirar a John quien sonriente les prometía escribirles y estar comunicándose más seguido.
-Así que ha llegado el día de decir adiós Strider- hablo es estreñido de Karkat.
-Sí, pero no estés tan agusto. Aunque un mar nos separe estaré al pendiente de John y de todo lo que le pase-hable seriamente, iba cuidar de ese pequeño niño de ojos azules.
-Lo que digas Strider, aquí el que lo ha dañado eres tu-
-…- No podía negar eso- Si John dice que no deberás volver a intentar ser algo más con él.
-Tsk no eres quien para decirme que hacer- se quejó metiendo las manos en sus bolsillos.
En ese momento ambos azules se acercaron a nosotros abalanzándose sobre mi, se sentía tan bien esos brazos rodeándome y esos pequeños bracitos intentando llamar nuestra atención. John se separó y cargo a Jane con una sonrisa.
-John quiero que sepas que juro que nadie te volverá a hacer daño y que nos volveremos a ver…y hare que cambies de opinión sobre mis raps- Egbert me miro con una gran sonrisa y me volvió a abrazar.
-¿Cómo puedes ser tan dulce y tan tonto al mismo tiempo?- se quejó riendo.
-Es parte de mi encanto natural- rei y mire en su cuello, usaba mi collar de Time. Baje un poco el cuello de la camiseta mostrando mi collar con su símbolo.
-Pasajeros del vuelo 131 con destino a Washington favor de abordar por la sección B. Gracias.
-Awwww- fue un quejido general.
-Bueno, nos veremos en las vacaciones de verano. Prometió John con una sonrisa.
Volvimos a despedirnos y subimos al avión con esperanza de volvernos a encontrar cara a cara con nuestro pequeño amigo.
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Lo que no sabían era que cierto pelinegro tenía planeado algo diferente.