Hace ya 1 mes que habíamos regresado de Inglaterra y sentía un gran vacío en mi interior, después de dos semanas de haber estado meditando el por qué de ese vacío caí en la conclusión que era la melancolía de no tener a mi mejor amigo conmigo, Hablamos por chat y algunas veces por Skype pero n oes lo mismo, es como volver a cuando solamente teníamos trece años y hablábamos por pesterchum.
Suspire un poco acomodándome en la suave alfombra de la sala de la linda casa que compartía con mi adorada Jade. Cuando era más joven (entre los 17 años) pensé que nunca sentaría cabeza, que sería como todos esos personajes de la televisión que tienen un gran trabajo, salen de fiesta cada fin de semana y van de cama en cama porque nunca les hará falta alguna chica que quiera ser suya. ¿Quién pensaría que el fabuloso Dave Strider sentaría cabeza?
Cuando comencé a salir con Jade recuerdo haberme sentido culpable, era como una hermana para John y si de por si los amigos se enojan cuando sales con su hermana ahora con John que esos eran como uña y mugre pensé que sería peor. Más él solo nos sonrió y nos ofreció uno de los pasteles que su papá había preparado para él.
-Ese idiota- reí tomando el dije de Breath entre mis dedos, me alegraba que lo haya guardado. Cerré los ojos recordando a las pequeña niña llamándome papi y al chico de ojos azules sonrojándose mientras lavaba un plato.
¡Ding dong dang ding WAF!
…Sigo pensando que fue muy mala idea dejar que Jade escogiera el timbre de entrada, es decir, ¡¿Quién quiere un jodido timbre que tengo un ladrido de pastor alemán al final?! ¿Cómo se que es de pastor alemán? Según me dijo Jadey había de distintas razas de cachorros.
Escuche los pasos que rápidamente bajaban las escaleras del segundo piso para llegar a la puerta antes de que la persona desconocida tras la puerta se le ocurriera volver a tocar el timbre. Aun acostado en el piso escuche como se abrió la puerta.
-¡Poopop pasa!-tras eso entraron en la habitación Jade y su primo, Jake English. Me levante del piso para saludarle y sentarme en el sillón.
-Hey Jake, ¿qué tal todo?- pregunte con una sonrisa mientras el ojiverde tomaba asiento en el sillón frente al mio.
-¿Quieres algo de tomar?- pregunto.
-No gracias chicos, son muy amable- sonrió quitándose sus lentes para limpiar una mancha y volvérselo a poner.- Venia de visita y para…bueno hablar un rato-
-Oh genial, ¿Cómo esta Dirk?- pregunte, desde que regresamos no había podido hablar con mi hermano mayor más que cuando me llamo para preguntarme si estaba bien y como fue todo.
La cara de English se ensombreció viendo hacia sus zapatos con un gesto de incomodidad- Dirk y yo lo hemos dejado- anuncio dejando a Jade con la boca abierta y lo admito, a mí también.
-¿Cómo que lo dejaron? Pero si ustedes eran la cosa más empalagosa que comer manzanas acarameladas con cubierta de chocolate con otra capa de chocolate blanco.-
-¿Cuándo rompieron Jake?- Jade lo abrazo apoyando su cabeza en su pecho mientras que el azabache seguía con la mirada perdida.
-Antes de que volvieran de Londres, al parecer Dirk solo estaba en una etapa de curiosidad y dijo que había sido genial pero no era para el-
-¿Etapa curiosa? Créeme Dirk ha estado demasiado tiempo en la etapa curiosa como para no saber que está al otro lado de la acera- Durante toda mi vida había pensado que mi hermano era homosexual, bueno también el me daba muchos argumentos como sus boxers de My Little pony, que haya tenido peluches de ponys, nunca había tenido una novia o no me decía que chica de la escuela le parecía que estaba buena.
-Pobrecillo- Jade lo abraza y acaricia su cabello- Todo estará bien, no necesitas a ese Strider para seguir
-Gracias Jade- correspondió al abrazo.
Salí de la habitación algo incómodo, estaban hablando de mi hermano y además yo no tenía ese don para consolar a las personas, probablemente terminaría haciendo que se sintiera mal.
-Vaya día-
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John
Con una mano hacia malabares con las maletas intentando evitar el fatídico destino de estas a que se me cayeran y terminaran en el piso y con la otra tomaba la pequeña manita pálida de mi pequeña hija. Después de ocho incomodas horas de vuelo habíamos regresado a Washington, Jane se portó muy bien ya que la noche anterior estaba tan emocionada que no pudo ni dormir como resultado se quedó dormida la mayor parte del vuelo.
-Aquí se siente más calientito- sonrió la pequeña despojándose de su bufanda y el guante de su manita izquierda.
-Tendrás que acostumbrarte cariño, ahora viviremos aquí- salimos del aeropuerto donde pedí un taxi, era un hombre grande, de cabello negro que le llegaba hasta los hombros, tenía grandes músculos y sudaba mucho pero fue muy amable al ayudarme a subir las maletas. Le di la dirección y arranco el auto, Jane estaba pegada a la ventana diciéndome todo lo que veía.
Sonreí apoyando mi cabeza en el asiento, estaba tan feliz de poder regresar a Washington, Hace dos semanas gracias a Rose me hicieron una buena oferta de trabajo en Washington, me pagarían más que en Inglaterra y podría regresar con mis amigos. No sé quién se emociona más, si mi pequeña hija o yo, creo que fue un empate entre ambos.
A los veinte minutos llegamos a un edificio de departamentos que se veía que estaba bien cuidado, baje del taxi ayudando a la niña a bajar mientras el taxista sacaba de la cajuela nuestras maletas, le ayude y pague por el servicio.
-¿Lista para conocer tu nueva casa?- pregunte a Jane a sabiendas que saldría corriendo en cualquier momento a buscar el número de departamento.
-¡Sí!- Y dicho y hecho corrió al interior del edificio, la seguí de cerca con el montón de maletas. Esta vez tendría una compañera de departamento con quien también trabajaría en la guardería de elite en la que me habían contratado. Espero poder llevarme bien con ella.
-¡Mami mami aquí es!- escuche el grito de la pequeña detective y llegue lo más rápido que pude.
Frente a ambos estaba una puerta color caoba con tres números dorados: 413. Me aventure a dar tres golpes en la puerta esperando a que mi compañera de habitación saliera.
La puerta se abrió lentamente.