Kirino quería unirse como fuera al equipo Earth Eleven por ello debía de esforzarse para conseguirlo, por eso se fue a entrenar al campo de la ribera. Entrenó más de 12 horas seguidas y así consiguió fortalecerse, pero estaba tan agotado que por el camino cayó desmayado.
Un peliazul de ojos ámbar caminaba tranquilamente hacia el mismo campo de fútbol, fue cuando divisó a lo lejos a Kirino, lo primero que pensó es que era una chica de pelo rosa y dos coletas que se parecía su senpai.
-Creo que me acercaré-pensó para si mismo y se acercó a él, se sorprendió al ver que era Kirino quien estaba tirado en el suelo. Se le veía agotado y con muchos rasguños en su cara, de tal entrenamiento que hizo. Kariya lo cogió en brazos, ya que no lo podía dejar ahí tirado y en ese tan mal estado. Kirino se quejó algo cuando lo cogió este a caballito, pero no despertó seguía durmiendo.
Kariya lo llevó a su casa y lo dejó en su cama para que descansara, él de mientras haría otras cosas.
Al peliazul hacía mucho tiempo que le gustaba Kirino, pero no tenía ni idea de cómo decírselo, además parecía como si a él le gustase Shindou y estuvo un buen tiempo deprimido por eso. Con las cosas que le hacía al principio al pobre ¿Cómo lo iba a amar ahora? Eso nunca pasaría, estaba segurísimo de que solo podría pasar en sus sueños. Ver como Kirino descansaba en su cama era también como un sueño.
Kirino poco a poco abrió los ojos, sin saber bien al principio qué había pasado ni qué hacía en la casa de un chico que ni siquiera sabía quién era.
-¿Dónde estoy?-se acomodó en la cama sentándose y mirando todo a su alrededor. Kariya lo miró algo serio.
-Estás en mi casa senpai, te desmayaste y no te quería dejar ahí tirado en la calle-se rascó la nuca mirando al suelo. Sonaba tan impropio que fuera a hacer eso.
-¿Quién eres?-preguntó el pelirrosa sin saber quién era ni él mismo.
-Soy Kariya Masaki, ¿no me reconoces?-Kirino negó con la cabeza y sintió como el mundo se le venía abajo por eso. ¿No le recordaba o era una broma pesada por las bromas que él le causaba anteriormente? No se lo podría creer.-Esto es una broma tuya ¿verdad?-dijo primero con tranquilidad-¿Verdad?-y eso último con algo más de nerviosismo.
-Te digo la verdad Kariya, y ¿cuál es mi nombre?-cuestionó mirándole directamente a los ojos.
-Kirino Ranmaru, estás en un curso mayor que yo y estamos en el mismo club de fútbol-empezó a andar por la habitación de un lado hacia otro nervioso y asimilando lo que dijo el mayor.
-Ya veo, oye Kariya tranquilízate-pidió quitándose las dos coletas dejándose el pelo totalmente suelto. Kariya lo miró con un leve rubor, su senpai se encontraba tan mono así.-Cuéntame algo sobre mí ¿tengo novia?
-No que yo sepa, nunca me has contado mucho sobre tu vida. Aunque siempre estás con el capitán del equipo Shindou Takuto, y parece que le quieres mucho-apretó los puños celoso de que siempre estuviera con el castaño. La verdad ¿alguna vez le había pedido que pasase tiempo con él? No, tampoco se podía quejar.
-No creo que estuviera enamorado de él-ríe un poco- Oye ¿me dejarías ducharme? ¿Y sabes por qué me duele todo el cuerpo?- El peliazul pensó antes de responder.
-Te dejo ducharte y no sé, te encontré tirado en el suelo
-Está bien, gracias por tu hospitalidad- Kirino se fue hacia el baño y se fue a bañarse. Kariya se quedó tumbado en su cama pensando todo aquello que en poco tiempo había sucedido. Ahora no podría declararse, no le recordaba, y encima era imposible que en este tiempo se hubiera enamorado de él. ¿Qué pasará de ahora en adelante?
Kirino salió a la media hora después con una toalla en la cintura y otra en la cabeza para secarse el pelo. Kariya lo miró con una sonrisa de tonto enamorado.
-¿Por qué me miras así? Y es raro que hayas hecho todo esto por mí ¿y si realmente eres un violador y me quieres hacer cosas pervertidas?-dijo Kirino al salir de la ducha, Kariya casi se ahoga por lo que escuchó.
-¿Qué? Pero ¿qué dices?-preguntó este hecho un lío- ¡Claro que no soy un violador! ¿Por qué lo sería?
-Es que con esos ojos y esa mirada lo pareces. Además, es fácil cogerme al llevar el pelo largo ¿Seguro de que no lo eres?- De verdad que a Kirino le había pasado algo grave en la cabeza.
-¡Que no lo soy!-Kariya se enfureció un poco por lo que escuchó- ¡Haz lo que quieras, como si te quieres ir!-se bajó de la cama y cerró la puerta de su habitación de un portazo.
Se fue a la cocina para coger algo de comer y se sentó en una silla. ¿Cómo podía pensar eso de él? ¿Tan fea era su apariencia? A lo mejor debería de cambiar algo su forma de ser, pero ¡a él le gustaba como era! No le importaba lo que un Kirino sin memoria dijera, bueno.. Un poco sí.
Kirino se empezó a reír a carcajadas, no se esperaba para nada que reaccionase así.
Para curarse las heridas que tenía por todo el cuerpo por su fuerte entrenamiento buscó una crema y se la juntó por todo el cuerpo.
Ahora tenía un problema también se había hecho daño en el trasero, pero no se lo veía. ¿Y si le pedía ayuda a Kariya? Pero… Ahora que se fijaba ¡¿Dónde estaba su ropa?! Lo más seguro es que el menor la hubiera cogido para lavarla porque estaba algo sucia.
Se puso la camiseta de la equipación de Kariya, ya que era la única ropa que le estaba bien y decidió bajar sin pantalones, de nuevo estaba ansioso por saber cómo reaccionaría.
Bajó y vio como Masaki comía algo de chocolate que se le antojó, pero ya haría algo con respecto a eso.
-Kariya ¿me ayudarías con una cosa?-se acercó a él con un leve rubor, en el fondo le daba corte pedírselo, pero sus heridas tendrían que sanar de alguna manera.
-¿Con cuál? Y creía que era un violador y que no querías verme-se le encontraba molesto.
-Solo era una broma-rió un poco- Y quiero que…-lo explicó todo bastante rojo. Y Kariya enrojeció todavía más.
-Pero ¡hazlo tú solo!-se cruzó de brazos para evitar mirarlo a la cara, si hiciera eso el Kirino con memoria lo mataría, estaba seguro.
-¡Es que no me veo! Ya te lo he explicado antes, venga quiero que mis heridas se curen…
-Está bien, dime si te duele lo que hago-cogió la crema y empezó a juntarla despacio y bastante rojo, Dios su corazón latía a más de 100 por ahora, sentía como si se le fuera a salir.
-No, no me duele y creo que así está bien gracias Kariya-le agradeció lo que hizo por él y le besó en la mejilla, el menor se puso más rojo si era posible.
-D-d-de nada-se dio la vuelta para no mirarlo a la cara, Kirino se abrazó a su espalda.
-¿Puedo preguntarte más cosas sobre mí?
-Sí, las que quieras yo te responderé con lo que sé.-se dejó abrazar todavía sonrojado por todo lo que había ocurrido. Todo eso parecía como un sueño.
-¿Qué clase de chico me gustaba?- ¿Chico? Se preguntó a si mismo, si le gustaba un chico seguro que era Shindou.
-No sé, creo que te gustaba Shindou, siempre te veías muy amistoso con él y te lo pasabas bien.-dijo realmente dolido, como le gustaría que se hubiera enamorado de él.
-No creo que me gustase él, a mí me pareces mono y mi tipo de chico ideal-respondió jugando con un mechón del pelo de Kariya, este flipaba.
-¿Qué? No lo creo ¿cómo te iba a gustar yo?- No lo podía entender.
-Gustándome, ¿por qué no podrías gustarme, Ma-sa-ki~?-deletreó su nombre y le mordió la oreja con suavidad.
-N-n-no sé y no hagas eso-se estremeció y se alejó para que no siguiera, aunque en el fondo quisiera pero ¡si Kirino recuperase la memoria él acabaría muerto! ¡No! Peor ¡bajo tierra! De solo pensarlo se le ponían los pelos de punta.
-Masaki-dijo en un tono seductor y poco a poco se fue acercando a él hasta acorralarlo contra la pared.-Yo…quiero hacerte mío, y te amo mucho-sin dejar responder al peliazul lo besó en los labios.