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Ataduras por vickytoya

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Notas del fanfic:

Jejejeje espero que les guste, me ha gustado mucho y me he divertido escribiéndolo.

Lamento haber invertido los papeles (la verdad no xP)

Sin más.

Disfruten.

Notas del capitulo:

 

 Maknae on top!

He hecho algunas correcciones a mis pésimos horrores, les pido una disculpa a todos aquellos que los leyeron con estos.

 

Ataduras

Mantiene amarrado a su novio a la cama, ha revisado las ataduras un par de veces asegurándose de que éstas no estén tan duras para que no le lastimen. Los lazos en sus pies le dan la libertad suficiente para doblar las rodillas hasta que  sus plantas estén planas sobre el colchón, cuando la aceptación hacia lo que ha realizado llega a su cabeza procede recorrerlo con la vista.

Ve las piernas abiertas del mayor, su sexo expuesto, el abdomen subiendo y bajando suavemente al compás de sus respiraciones. Se arrodilla entre los muslos, abriendo un poco sus piernas, subiendo con caricias por su torso hasta que llega a los hombros y sus labios rozan los del mayor.

Sonríe entre éste cuando siente como el otro le responde al húmedo tacto, y abre sus ojos, cerciorándose de que los de Myungsoo siguen cerrados antes de separarse. Se reincorpora, haciendo su espalda hacia atrás, luego acaricia los muslos de éste antes de tomar su miembro con una mano y con la otra su propia dureza, empezando a frotarlas uno contra el otro lentamente, sintiendo como ambos crecen ante el roce; aprieta con suavidad el miembro del mayor, sintiéndolo caliente.

Está tan caliente en su mano como la mirada que  le da; esa que recorre sus acciones, el cuerpo y crea el fuego que se escurre por toda su anatomía. Lo siente en forma de excitación y en menos de lo esperado un ligero jadeo sale de sus labios.

— ¿Era necesario atarme? —pregunta con dificultad el mayor. La sonrisa que el menor le regala es suficiente contestación.

Sí.

Era completamente necesario.

Sungjong resbala por el abdomen dejando de jugar, acerca su cabeza hasta el íntimo lugar, lo recorre con la punta de la nariz y cuando llega hasta la cima lo introduce en su boca. La humedad de ésta provoca un escalofrío por toda la extensión de la espalda del mayor, lo cual hace que éste contraiga los dedos de los pies deliciosamente.

Le dan ganas de decirle que lo desate, que lo deje tocarlo, pero sabe lo que Sungjong está a punto de hacer; hace tiempo se lo ha estado diciendo, una y otra vez. Le da algo de pena  admitirlo, pero desde que se lo ha propuesto le ha estado esperando, estaba esperando sentirlo de esa manera, esperaba que el menor le dominara, y ahora que le tiene así todo su cuerpo temblaba conmocionado, acostumbrándose a sentir todas las sensaciones que el menor le provoca.

Succiona la punta de su pene con más avidez mientras su mano bombea la base caliente y lleno de venas proveniente del mayor, lo siente crecer, endurecerse, ponerse más caliente; puede saborear su exitación en cuanto la cima empieza a chorrear, dándole de tragar el líquido pre seminal.

Entonces Myungsoo se da cuenta de que sus piernas tienen más libertad que sus brazos, así pues, las dobla y empieza un vaivén con sus caderas, cosa que en lugar de molestarle al menor lo enciende aún más, a pesar de ello, la presión sobre la base no ha mitigado, lo bombea como si se le fuera la vida en ello, al tiempo que succiona.

El vientre de Myungsoo se contrae y deja de envestir al tiempo que se descarga en la boca del menor. Cuando éste termina por tragar la blanquecina sustancia voltea a ver el rostro de su novio, sus ojos grandes brillan con el reflejo del amanecer y su lengua saborea  los restos del semen que ha chorreado por la comisura de sus labios.

Entonces empieza la verdadera tortura, el ahora flácido miembro de su novio presiona contra su sexo que se encuentra despierto, sus labios se encuentran con el cuello del mayor y bajan hasta el pecho antes de tomar un descanso. Sus dientes, lengua y labios se encuentran en uno de los pezones color marrón, y su mano se concentra en pellizcar el otro, notándolo endurecido al tacto. Se separa un tanto de su torso, lambe el corto recorrido hasta el otro pezón y vuelve a aplicar el mismo tratamiento que al anterior.

La habitación hace tiempo que se ha ido inundando de los gimoteos que salen de la boca del mayor. El menor logra captar su nombre entre algunos de ellos y siente la satisfacción recorrerle el pecho; a pesar de que le incita a seguir cuando los jadeos se hacen presentes, lo que más le enciende es el miembro creciendo cerca del suyo, lo sabe porque cada cuando busca un nuevo lugar donde chupar o morder, su miembro roza con el del otro deliciosamente, provocándolos a ambos.

Sus cuerpos brillan perlados en sudor y la visión que tiene Myungsoo de Sungjong es preciosa, pues los colores se le impregnan en el brillante cuerpo mientras el menor sigue trabajando sobre él, excitándolo nuevamente, a un paso de volver a llevarlo a la cima.

Entonces se separa.

— ¿Por qué…? —comienza a preguntar, callando al instante cuando siente una leve mordida en los muslos y uno de los largos y esbeltos dedos hurgando en su entrada.

Casi salta de la cama cuando eso sucede, el menor hace acopio de toda su fuerza y le levanta el torso, introduciendo una almohada entre éste y la cama con el fin de hacer más cómoda su tarea y la posición de Myungsoo. Mete uno de los testículos de su amante en la boca, cuando lo saca se atreve a crear un camino de saliva hasta toparse con el fruncido ano, el cual se siente deseoso en su dedo.

Levanta un tanto más las caderas del mayor y empieza a lamer ese lugar, introduciendo su lengua a la par del dígito en su entrada, buscando con insistencia ese punto que sabe lo hará gritar como quiere escucharlo, lo hará entregarse completamente.

Lo hará que le pida hacerlo suyo.

Saca la lengua e introduce un segundo dedo en su caliente cavidad, se sorprende al sentirlo resbalar dentro con facilidad, los remueve con más o menos fuerza según los gemidos de Myungsoo y entonces lo encuentra.

Lo sabe por cómo se contraen los músculos del mayor y por el grito que ha muerto en sus labios, pidiendo por más.

Entonces el menor le desata los tobillos, poniendo las piernas del mayor sobre sus hombros. Su miembro está listo, el calor le recorre el cuerpo y la boca se le deshace al ver la entrada expandida del mayor ante sus ojos, listo para recibirlo.

Y lo hace.

Se entierra en el mayor placenteramente, ambas espaldas se arquean de placer y el gruñido escapando de los labios de Myungsoo pide por más.

Más fuerte.

Más adentro.

Más rápido.

Más...

Lo quiere todo del menor y por el amor de Dios quiere que comience a moverse dejando fuera la suavidad que hasta ahora han caracterizado sus embestidas, pero por más que pide, gime e intenta mover sus piernas para atraerlo más hacia él, el menor sigue con el ritmo impuesto.

Sale casi por completo de él y suavemente vuelve a empalarlo, haciéndolo sufrir, dándole placer, pero no todo el que él quiere, sonriendo internamente mientras sus labios forman una deliciosa “o” por donde escapan suaves gemidos, jadeos y ronroneos; sabe que si sigue así Myungsoo pronto terminará por aburrirse, así que de repente da una embestida dura y certera, sacando un gemido más alto que los anteriores, dibujando una sonrisa en el rostro de Sungjong.

Se dedica a la faena, le da duro y profundo, a veces lo alterna con embestidas rápidas un poco más superficiales. Myungsoo grita cuando Sungjong da en la próstata y el menor le toma el miembro notando que está a punto de llegar.

Rodea la gota de líquido pre seminal albergada en la punta y tomándola entre sus dedos empieza a masturbarlo nuevamente, bombea al ritmo de las embestidas, presiona a veces fuerte, a veces suave hasta que explota entre su mano y sus vientres. El líquido caliente y el esfínter apretándose alrededor de su miembro a causa del clímax del mayor lo hacen llegar, derramando su cálida esencia dentro de su novio.

Sin salir del mayor empieza a lamer sus restos de semen, llevando las piernas albergadas en los hombros más arriba cada vez que intenta llegar al abdomen del otro, reincorporándose poco a poco para tomar un respiro y luego volviendo a lamer, provocando un movimiento en su entrada nuevamente.

Cuando termina el trabajo deja las piernas del mayor sobre el colchón y se estira sobre el cuerpo de éste para desatar sus muñecas.

—Fue delicioso—murmura Myungsoo y el menor le sonríe.

—Así es como me siento cuando estás en mi interior—comenta y le da un beso en los labios.

El mayor corresponde vorazmente, rodeando la cintura de su novio con sus brazos ahora libres, girándolo lentamente hasta dejarlo abajo.

El menor ríe y al otro no le queda más que reír también.

—Por eso te quería atado—murmura el menor cuando siente al otro recorrerle el cuello con sus besos.

—Te habrías rendido.

—Te habría dejado que me hicieras tuyo de todas las maneras posibles antes de que pudiera hacer alguna parte de mi cuerpo a tu entrada.

Sonríe cómplice y Myungsoo lo gira, dejándolo boca abajo, le recorre el cuerpo con sus dedos y su boca, delinea la espalda suavemente y cuando se encuentra en el trasero del menor pone su miembro entre éstas, causando una deliciosa fricción.

El menor gime.

El otro entra en su estrecha cavidad. No le ha preparado de manera adecuada, pero Sungjong está tan húmedo que todo ha ido como la mantequilla.

De los labios de Sungjong escapa el nombre de Myungsoo y sus manos se contraen en puños llenos de la sábana de lino que tendrán que cambiar en cuanto terminen la labor; Myungsoo sabe dónde tocar para llevar a su adorable novio al éxtasis, lleva conociendo su cuerpo desde hace un año ya, cuando los roces empezaron a subir de tono y las necesidades a quedar insatisfechas.

Sungjong expulsa su semilla humedeciendo las sábanas y antes de terminar, el mayor saca su miembro del delicado cuerpo, llevándolo hacia la fina boca del menor para que éste  termine todo. Una vez que ha terminado llenándole la boca al chico le da un beso que le roba el aliento.

—Te amo—comenta como quien habla del tiempo.

—Lo sé.

Myungsoo frunce el ceño—, ¿lo sabes?

El menor asiente—. Sí, si no me amaras, no me habrías dejado hacerte mío.

Sonríen de manera cómplice y los corazones de ambos laten al compás de una música inexistente para los demás.

Una música que ellos se atreven a llamar amor.

Notas finales:

¿Les ha gustado? Espero que sí, porque la verdad a mi me ha encantado.

Por favor no me maten, yo los quiero mucho.

Hasta la próxima.

Victoria.


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