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El incidente del tejado por eggy33

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Notas del fanfic:

Los personajes en este fanfic no me pertenecen, yo solo los utilizo de forma indecente para saciar mi lujuria y la de otros fans, pertenecen a Patrick Rothfuss...y eso

Kovthe se frotó los brazos con gesto de fastidio mientras la tormenta le azotaba la cara. Estaba furioso con Elodin, el maestro que lo había privado de una pacífica noche junto al fuego de Anker´s para arrastrarlo hasta el tejado del archivo con el único fin de “experimentar la tormenta”. Y vaya que Kovthe estaba experimentándola: la barbilla le temblaba de frío y tenía la piel desnuda (Elodin había insistido en desnudarse) tan mojada que el pelirrojo ni se molestaba en intentar secarse.


-Creo que esto no está funcionando-dijo Kovthe mientras veía al maestro tiritar a su lado.-Quizás deberíamos entrar…


-No podemos-dijo Elodin inexpresivo.-Perdí la llave.


-¡¿Qué?!-vociferó Kovthe sintiendo como la desesperación iba dominándolo.-¿Cómo?


-Se fue volando-dijo Elodin con una indiferencia que hizo que a su estudiante le hirviera la sangre.-Junto con la ropa.


-¡¿Se voló la ropa?!-chilló con Kovthe mientras el alma se le caía a los pies.


-Sí, hace unos minutos-dijo Elodin sin mudar su expresión.-Es una tormenta poderosa la de esta noche.


-¿Y qué vamos a hacer?-preguntó el pelirrojo obligándose a calmarse, Elodin debía de tener un plan ¿verdad?


-Esperar hasta la mañana y gritar con todas nuestras fuerzas-dijo Elodin encogiéndose de hombros.-Esperar a que Lorren no me mate por robarle la llave…y eso.


-¡Le robaste la llave!-chilló Kovthe con ganas de echarse a llorar.-¡Podrían expulsarme del Archivo de nuevo!


-No lo harán-dijo Elodin molesto ante la histeria de su alumno.-Re’lar Kovthe, un nominador debe saber mantener la calma ante estas situaciones. Ahora concéntrate, siente la tormenta, deja que ella te sienta a ti. Es tu mente despierta la que se está portando como la hija mimada de un príncipe modegano pero te perdono porque tu mente dormida es más sabia, deja que tome el control…


-¡Mi mente dormida y una mierda!-le interrumpió Kovthe.-Primero me tiras desde un tejado, después me tienes cinco días sin dormir y ahora planeas matarme de frío-el pelirrojo alzó la vita hacía el cielo cargado de energía-o de un rayo, lo que pase primero.


-Está bien, olvidémonos de la lección-concedió Elodin-Lo mejor será darnos calor entre nosotros-dijo mientras se acercaba y le apretaba el redondo trasero al menor.


-No vamos hacerlo ahora-dijo Kovthe apartándose.


-¿Por qué no?


-Pues porque estamos en un lugar público, y llueve…-balbució Kovthe maldiciendo su falta de elocuencia ante Elodin mientras sus mejillas se teñían de un rojo capaz de competir con su pelo.


-¿Eh?-dijo Elodin divertido.-No sabía que mi amante seguía siendo la virgen purísima de hace tres bimestres.


Kovthe apartó la mirada, era verdad que llevaba acostándose con Elodin por casi un año. No se sentía orgullosos de ello pero Elodin era el único que conocía que podía brindarle la clase de información que él necesitaba (la clase de información por la que había ido a la universidad en primer lugar). Así que había empezado a darle su cuerpo al maestro a cambio de lecciones de nominación, pero con el tiempo se había vuelto un hábito que él mismo también disfrutaba, excepto cuando a Elodin se le pasaba la mano (el maestro era tan estrafalario en la cama como en su vida diaria).


Elodin se acercó nuevamente y esta vez Kovthe no se molestó en apartarlo, sabía que el maestro podía ser implacable en ese sentido. El mayor comenzó un beso que el pelirrojo no tardó en corresponder: una auténtica batalla de lenguas, la única batalla a Kovthe no le importaba perder.


Elodin recorrió aquel cuerpo ya conocido con sus manos, le encantaba la piel blanca y suave, los hábiles y ligeros dedos, las largas y sinuosas piernas y los rosados y adorables pezones de Kovthe, era adicto a su cuerpo. Kovthe se dejó hacer mientras el mayor mordisqueaba sus pezones dejando pequeñas marcas moradas y delineaba con las manos las finas cicatrices que le habían quedado después de ser azotado.


Kovthe retomó el beso impaciente mientras pegaba su cuerpo al del mayor, desde que había vuelto de su viaje el pelirrojo estaba más lujurioso que nunca, había estado meses sin las atenciones del mayor y aunque se había acostado con otros, Felurian, Tempi, etc, la química que tenía con Elodin era inigualable.


Kovthe levantó la pierna izquierda rodeando la espalda del maestro con ella, acercó ambos cuerpos y logró que sus erecciones se friccionaran deliciosamente. Elodin Interrumpió el beso para deslizar su mano entre las piernas de Kovthe, acarició suavemente la piel alrededor de la entrada, delineándola y volviendo loco al menor, el rosado agujero comenzó a temblar como si rogara un poco de atención. Elodin volvió a acariciar superficialmente la zona húmeda hasta que se decidió a meter tres dedos de golpe.


Kovthe soltó un respingo de sorpresa ante la violenta intrusión, pero no tardó en acostumbrarse a los dedos de su maestro lo cuales él movía de manera lenta y circular, el pelirrojo se acercó al cuello del mayor y hundió los dientes como un castigo ante su brusquedad, Elodin gruñó un poco pero se dejó hacer mientras Kovthe se llenaba la boca con la dulce sangre del mayor.


-Abre más las piernas-le susurró Elodin con el mismo tono distraído de siempre. Kovthe obedeció dócilmente mientras comenzaba a gemir quedamente cada vez que el mayor rozaba aquel punto en su interior que era capaz de nublarle la razón hasta el puto de abrirle las piernas voluntariamente a un loco de remate como Elodin.


-Ya estoy listo-dijo Kovthe mientras apartaba la mano de Elodin de su interior. Bajó su pierna y se arrodilló frente al maestro nominador para meterse su despierta erección en la boca. El mayor enredó sus dedos en el cabello rojo fuego de Kovthe mientras el lamía el miembro lubricándolo con maestría y dejaba que las manos de Elodin presionaran su nuca para encajar el miembro en su cálida garganta. Kovthe succionó ansioso porque el mayor se corriese en su boca, le había terminado por agarrar el gusto al semen de Elodin el cual terminaba tragándose por lo menos una vez por semana. Pero el maestro le tiró de los cabellos apartándolo del miembro.


-Hoy no quiero correrme en tu boca-dijo Elodin con el tono autoritario que hacía que, por un momento, pareciera el director que había sido, antes de perder un tornillo y comenzar a acostarse con sus estudiantes de quince años, por supuesto.


Kovthe sonrió de forma libidinosa mientras se colocaba en cuatro y apartaba una nalga de forma descuidada para que el mayor pudiese darle un buen vistazo a su entrada.


-Adelante-ronroneó-¿Dónde te parece un buen lugar para correrte?-en cuanto formuló la pregunta Kovthe se arrepintió, no era más que un juego pero Elodin era capaz de tomárselo de manera literal, Kovthe recordó una vez en que el maestro se había encaprichado por correrse en su oreja: estuvo parcialmente sordo una semana hasta que se tragó su orgullo y fue a ver a Mola a la clínica lo cual los puso a ambos en una situación incómoda.


Por suerte Elodin no hizo nada demasiado inesperado se limitó a arrodillarse detrás de su alumno y presionar su palpitante erección. Kovthe jadeó excitado ante el roce y comenzó a mover las caderas de forma cadenciosa para aumentar el contacto. Finalmente el mayor se hundió en el joven cuerpo gruñendo de satisfacción ante la elástica estrechez del pelirrojo.


Elodin comenzó a moverse de forma desquiciada como acostumbraba a hacer, mientras golpeaba enérgicamente el interior de su amante se deshizo en una sarta de palabrotas en por lo menos siete idiomas. Kovthe ya estaba acostumbrado a la clase de obscenidades que Elodin era capaz de decir y lo tomaba como un gesto de satisfacción por su parte.


El placer que invadía al pelirrojo se hizo demasiado violento, sintió como los brazos empezaban a temblarle incapaces de sostener su peso, se dejó caer pegando el rostro y el pecho en el frío y húmedo tejado de piedra manteniendo únicamente las caderas levantadas. Elodin aprovechó el cambio de posición para lograr más profundidad en sus estocadas haciendo que Kovthe comenzara a emitir unos adorables y sonoros gemidos que se esparcían en la noche de forma deliciosamente impúdica para ser acallados por la tormenta.


-Señor-dijo Kovthe jadeando por el ritmo demandante que Elodin le imponía.-Cambiemos de posición-suplicó.


-¿Por qué?-preguntó el mayor con auténtica curiosidad sin menguar el ritmo en ningún momento.


-Es que…-Kovthe hablaba con dificultad, interrumpiéndose con sus propios gemidos y con el rostro rojo por la detonante combinación de vergüenza y placer.-es que me está entrando agua…allí dentro.


-Eso es un problema-dijo Elodin con voz ronca, Kovthe sintió como el miembro crecía dentro de él: al maldito enfermo le excitaba que Kovthe se estuviera convirtiendo en una fuente.-Pero si cambiamos de posición seré yo el que se moje. Tendrías que prometerme que te esforzaras para compensarme la lluvia.


-Sí-jadeó Kovthe-Lo prometo-Elodin dio una última y profundísima estocada haciendo que el menor se corriera de forma escandalosa y contrajera su entrada apresando el miembro del mayor. Elodin tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no correrse también, salió del menor con dificultad y observó como el chico se recuperaba del violento orgasmo.


-Vamos-dijo Elodin mientras lo ayudaba a sentarse.-Todavía no hemos terminado.


El mayor comenzó un beso lento y cansino que el pelirrojo fue correspondiéndole de a poco hasta estar lo suficientemente excitado para seguir. Hizo que el maestro se recostara en el piso y se posicionó encima, le gustaba aquella posición, para un chico arrogante como él compensaba un poco el hecho de ser el pasivo.


Se autopenetró lentamente mientras se deleitaba por la dureza del miembro entrando en su interior, jadeó con suavidad cuando ya estuvo por completo en su interior y se mordió el labio lascivamente cuando sintió que Elodin empujaba suavemente apremiándole para que se moviera. Kovthe inició un fluido movimiento de cadera producto de sus meses de experiencia en la materia, contraía y relajaba sus paredes interiores alternativamente deleitándose por los roncos gemidos de placer que le sacaba al maestro nominador. Fue agarrando velocidad mientras echaba la cabeza hacia atrás perdido en el placer secreto que Elodin le daba, preguntándose qué pensaría la gente si supiera que Kovthe el arcano, el sin sangre, el asesino de dragones se volvía una puta lujuriosa cuando su maestro le daba por el culo.


Pero aquella sensación lo valía, habría dado cualquier cosa por ella, desde su plaza en la universidad hasta su laúd, era un adolescente cegado por los placeres carnales, una ramera que disfrutaba dándole placer a un lunático. Kovthe se corrió ante lo pecaminoso de su acto y volvió a contraerse por el placer. Esta vez Elodin no se resistió y se corrió a su vez dentro del cuerpo del menor llenando su vientre con su abundante y cálida semilla.


Kovthe jadeó de gusto como un mendigo después de una comida caliente y se dejó caer sobre el fuerte pecho del mayor sin sacar el miembro de su interior. Le gustaba mantener aquella conexión carnal todo el tiempo que le fuera posible. Ambos se quedaron agitados con la respiración acelerada durante unos minutos hasta que Elodin se recuperó y le dio un suave y casto beso en la frente mientras le acariciaba la espalda. Kovthe vio desconcertado como empezaba a hacerse de mañana y se pegó aún más al cuerpo del profesor para evitar el frío aire matutino. La tormenta había cesado sin que ellos se diesen cuenta. Se separaron lentamente y Kovthe observó como el semen de Elodin, junto a una considerable cantidad de agua, se escurría por la cara interior de sus muslos, el mayor observó el espectáculo con una media sonrisa mientras Kovthe utilizaba el agua de lluvia de un charco para limpiarse.


Después de eso esperaron a que salieran los primeros alumnos madrugadores para comenzar a pedir ayuda, Lorren rompió la puerta para rescatarlo con su mejor cara de pocos amigos mientras un montón de gente se apelotonaba alrededor del Archivo cuchicheando. Uno de los fornidos secretarios que había ayudado a romper la puerta los interrumpió antes de que bajaran las escaleras.


-¡Eh! ¿Qué es eso?-Kovthe se volteó y observó el bulto con la ropa, y las llaves, en un rincón alejado del techo. Miró al maestro con incredulidad mientras él le obsequiaba una irritante sonrisa socarrona.


-¿Pasa algo?-preguntó haciéndose el inocente.


-Me duele el culo-dijo Kovthe con aspereza sin importarle que Lorren y los secretarios lo oyeran. Éstos apartaron la vista abatido mientras los dos amantes bajaban las escaleras para encontrarse con su público.

Notas finales:

ojala lo hayan disfrutado, dejen reviews!


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