Calalini
“No importa si el mundo muere o sufre, mientras este contigo nada será más importante para mi"
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Día 1: pruebas
En una zona oculta había un laboratorio especializado para personas con problemas muy graves, yo estaba entre esas personas junto con mi hermano mayor deidara. Mi nombre es naruto namizake, nosotros estamos en este lugar desde hace unos meses pues según esto tenemos una grave enfermedad mental.
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-deidara namizake y naruto namizake - un hombre con bata blanca con apariencia de doctor leía unos expedientes- edad: 16 años, enfermedad: esquizofrenia, sus ataques son muy graves y se hacen daño a ellos mismos o a sus familiares y tienen al menos 7 alucinaciones a diario… este es el expediente más reciente, llamen a sus padres-ordeno a uno de los guardias.
-si señor-.
Pasaron unas horas y dos personas llegaron al laboratorio muy angustiados y preocupados, al parecer era una pareja de casados, la mujer se veía muy joven a pesar de tener 38 años, tenía el pelo rojo como el fuego y sus ojos eran de color azul cielo, su piel era increíblemente blanca y suave, era totalmente hermosa mientras que su marido también era muy apuesto, su pelo era rubio y sus ojos eran también de color azul
-¿ustedes son los padres de los pacientes naruto y deidara?- ellos asintieron rápidamente, realmente parecían angustiados-bien síganme, el doctor los está esperando
Caminaron por unos pasillos hasta haber encontrado una oficina grande donde apenas salía una persona del lugar
-doctor, ¿Cómo están?- pregunto desesperada la mujer
-tranquila señorita kushina justo ahora vamos a verlos- respondió con mucha tranquilidad
Caminaron hacia un ascensor y bajaron hasta casi el último piso. Abajo era completamente diferente, hasta daba una clase de escalofríos pero estaba muy protegida. Caminaron hasta llegar a una oficina que más bien era un centro de investigación que estaba dividido en dos, del otro lado era una habitación blanca con muebles, dos camas individuales y un baño, se veía todo lo necesario para vivir, en dos esquinas de ahí habían dos personas con las rodillas pegadas al pecho y sus brazos las rodeaban, en la primera esquina estaba un muchacho de 16 años con cabellos rubios como el oro y ojos azules como zafiros, su piel era blanca y tenía una playera de manga larga holgada blanca y pantalones holgados del mismo color y en la otra había un muchacho de la misma edad pero parecía un niño pequeño, su cabello era rubio y hermoso y sus ojos de un hermoso azul tan bello como el cielo, el tenia la piel algo acanelada que resaltaba muy bien el color de sus ojos y su vestimenta era la misma que la del otro chico. Estaban temblando.
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La puerta se había abierto y el primero en alzar la vista fue mi hermano, habían llegado nuestros padres.
-naruto, deidara, tranquilos muy pronto todo terminara y los sacaremos de aquí- eran las palabras que a diario repetía mi mamá.
Cada semana nos visitaban diciendo nos que era por nuestro bien y que solo eran unas pruebas aunque más bien es tortura. Siempre a la semana me llevan a un cuarto horrible, hay hachas, tijeras de cirugía, cuchillos demasiado afilados, maquinas chicas y enormes muy extrañas; ahí me hacen un electroshock de una descarga de unos 80 volteos para ver si hago algún progreso y mejoro en mi condición, la terapia de mi oni-chan también es escalofriante, a él también lo llevan a otro cuarto y lo encadenan en el suelo de las manos y los pies, me dijo que los doctores le aseguraban que era para que no se llegara a hacer daño, lo dejan ahí y también le dan una descarga eléctrica por la misma razón que yo, se queda ahí por mucho tiempo a veces días sin comer ni tomar agua; nuestras “alucinaciones” nunca se las contamos así que es doble tortura para él para que hable, escuche de unos doctores que la tortura fuera para el por que como él es mayor que yo piensan que es más fuerte y resistente y así podrán sacarle muy fácil las respuestas, la tortura es horrible para él y sufre mucho aunque no lo demuestra para no darles el gusto a ellos, pero sé que esta tan destrozado por dentro como yo. Cuando llega de ese lugar se tambalea mucho y nos dan la misma ración de comida, oni-chan se atasca y siempre se queda con hambre, lo note hace poco así que ahora le paso en secreto la mitad de mi comida para que no me lleven a descubrir y a la próxima me den solo la mitad de mi comida y no pueda darle nada. El me dice que está bien y que no es necesario aunque ambos sabemos que eso es mentira. Muchas veces mi aniki y yo nos empezamos a cortar el brazo u otras partes del cuerpo, no es que nos guste hacer eso solo que siempre nos están obligando lo que los doctores llaman nuestros “delirios” pero en realidad es cierto, yo odio hacerlo pero si no lo hacemos nos empezarían a golpear y no quiero que mi hermano sufra todavía más.
Nuestros padres estuvieron hablando con nosotros un tiempo, de vez en cuando dei hablaba un poco o decía una palabra y mi oto-san trataba de contener una que otra lágrima pues su voz se oía muy débil y dolida, en cambio oka-san no contenía nada. Se fueron y nos volvieron a dejar solos. Qué tristeza, ellos no sabían lo que nos hacían, siempre pensaban que estábamos en esa habitación todo el tiempo. Hoy era el día de la tortura, nos jalaron y nos separamos por unos pasillos, me sentía realmente nervioso no sé si podría soportar tanto mi hermano, también me preocupaba por mí, mire en un rincón y allí estaba Lucy, ella era una de nuestras amigas, tiene el pelo negro largo recogido en dos coletas bajas, es muy tranquila aunque a veces esta muy alterada por que 300 nos quiere hacer daño, el es un gato naranja con rayas negras, casi siempre nos quiere lastimar porque a veces solo llega y se nos queda mirando por laaargo tiempo y por eso no nos cae muy bien, odio que nos digan que no son reales cuando sí lo son, también odio que cuando nos vengan a alimentar esos idiotas empiezan a toquetear y a insinuarse a mi hermano y de paso a mi también. Realmente odio eso. Al llegar me recostaron en una camilla y me ataron las muñecas y los pies y me pusieron un trapo en la boca para que no gritara o me mordiera la lengua hasta que sangrara o me la arrancara por el dolor, me conectaron unos cables a la cabeza mientras me trataba de preparar mentalmente, vi como empezaban a encender la maquina y me llego la descarga, el dolor era realmente horrible y recorría cada parte de mi cuerpo, hasta el mas mínimo rincón, sentía que no soportaría mas y estaba en lo cierto, termino y sentí como empezaba a cerrar los ojos mientras mi conciencia me abandonaba, algunos doctores me empezaron a zarandear para que reaccionara pero yo ya no oía nada. Cerré completamente mis ojos y ya no podía oír ningún tipo de voz, estaba harto de esta tortura, de sufrir en silencio, de ver a mi hermano todo débil y soportando todo para que no me preocupara, de que viviéramos en la mentira mientras nuestros padres pensaban que estábamos bien. ya no quería sufrir más, quería, solo quería que alguien, quien sea… nos salvara de este infierno.
Continuara…