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Cockroach por Karry

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Notas del capitulo:

Espero que les guste! :3

 

 

Caminaba en dirección a su hogar sin ánimos, había sido un día pesado y la preocupación de cómo llegar a fin de mes se hacía más presente. Entro a su edificio y marcó el número del piso en el ascensor, una señora llegó a su lado para esperar el ascensor también, pero se quedo lejos de él, lo cual debía ser por la apariencia que traía, estaba muy sucio y sudado. Trabajaba de mecánico en un taller de autos, por lo que siempre se ensuciaba con grasa y esas cosas y como en el taller no habían duchas solo podía limpiarse un poco con algún trapo. Llegó el ascensor y se subió, pero la señora decidió esperar el otro. Cuando llegó a su piso se bajó y fue hacia su departamento para entrar.

 

—Hola— Saludó a su compañero de departamento y amigo con el cual vivía hace años. Era un chico con cabello castaño, alto y bastante atractivo.

 

—Hola—Le dijo desde el sillón.

 

—¿Hay algo para comer?—No había comido nada, y moría de hambre.

 

— Hmm….creo que queda una sopa instantánea— Respondió sin mucho interés.

 

—Perfecto— todo era mejor que nada.

 

—Deberías bañarte primero, desde aquí puedo sentir tu olor, y además— lo miro con una mueca de repulsión— luces horrible.

 

—Cállate —Pero tenía razón.

 

Dejó hirviendo el agua para su sopa y se fue al baño.

 

El haberse duchado lo repuso un poco, aunque aun seguía cansado, se puso un pantalón de buzo y una sudadera para tomar su sopa en el sillón junto con su amigo.

 

—¿Qué harás hoy? —Le preguntó, ya sabía la respuesta.

 

—Trabajo.

 

—¡¿Cómo le puedes llamar a eso trabajo?! — había escuchado muchas veces lo mismo, pero no podía evitar enojarse cada vez que lo oía.

 

— Reita no quiero tener esta discusión de nuevo— Dijo mientras cambiaba el canal de la tele.

 

Se quedaron en silencio durante un momento. Uruha era prostituta, sí era puto, pero él no lo veía como el tabú que la sociedad lo veía, era como cualquier otro trabajo remunerado solo que con sexo, o sea, además de ganar dinero la pasaba bien, nada mal ¿no?, pero Reita no estaba de acuerdo con eso, el creía que su amigo debía conseguir un trabajo “de verdad” como solía decir.

 

— ¿Vas a poder pagar la renta?—Preguntó Uruha, tomando en cuenta que el mes pasado el tuvo que pagarla completa, ya que a su amigo no le había alcanzado el dinero.

 

—Sí, este fin de semana cubriré el turno de mi tío en el taller, así que haré más dinero— Su jefe era su tío, quien le enseñó del mundo automotriz, pero era un jefe estricto y le pagaba por trabajo realizado, es decir no tenía un sueldo fijo, si no que dependía de la cantidad de autos que arreglara.

Reita y Uruha eran amigos de infancia, siempre habían estado juntos, así que cuando llegó el momento se fueron a vivir los dos solos.

 

—Deberías probar alguna vez…—Dijo Uruha sin mirarlo.

 

— ¿Qué cosa?—no tenía idea a lo que se refería.

 

—Mi trabajo— sonrió de lado. Lo que más deseaba en ese momento era que Reita se uniera, pensaba que le iría bastante bien.

 

—Estás loco, prefiero morir de hambre— Dijo mientras comía un gran bocado de fideos.

 

 

Uruha rió incrédulo.

 

—Ganarías mucho más de lo que ganas ahora—Se burló. No entendía como el rubio podía hacer tantas cosas por una mísera cantidad de dinero.

—No me importa— Era cierto, Uruha ganaba mucho más que él y ¡solo trabajaba de noche! “La vida es injusta” pensó Reita—Ya, deja de reírte de mí y prende el play— Dijo dejando el envase de sopa en la mesa.

Uruha obedeció, prendió la consola y acercó los dos controles para jugar con su amigo “Street fighter”

 

****

 

Había llegado hace casi dos meses a la ciudad con su mochila llena de sueños de ser un rock star, pero lo único que pudo conseguir fue un trabajo de músico en un bar, el cual no estaba mal, pero no era lo que se había imaginado. Además vivía en una casa abandonada que unos chicos se la  habían tomado y accedieron a que se quedara, así que no tenia comodidades.

 

—¿Ya te vas? —Preguntó un chico de cabellos verdes, mientras se preparaba una pipa con marihuana.

 

—Sí, quiero llegar un poco más temprano—contestó entusiasmado mientras guardaba su guitarra con mucho cuidado.

 

—Que te vaya bien— El chico peliverde se llamaba kraven, fue la primera persona con la que tuvo contacto en Tokio, y que le ofreció quedarse allí.

 

—Gracias—Y se fue de ahí.

 

La casa era grande y antigua, estaba llena de graffitis y retratos callejeros, a veces llegaba más gente a pasar el rato o incluso a quedarse, pero Aoi se había asegurado con una habitación en el segundo piso donde tenía un colchón en el suelo y algunas frazadas. La ducha era con agua fría y la cocina parecía que explotaría en cualquier momento, pero al menos no tenía que pagar renta.

Salió camino al pequeño bar donde tocaba, normalmente se quedaba toda la noche, porque así ganaba un poco más de dinero. Su gran sorpresa fue, que cuando llegó alguien estaba en su puesto.

 

—Hey, Aoi—Lo llamó el dueño de aquel bar— Un amigo mío me pidió que le diera trabajo a su sobrino, así que desde hoy compartirán el escenario–le dijo su jefe, quien tenía el mismo aspecto que santa claus.

 

 

Aoi frunció el ceño. Aquel chico no le daba buena espina.

 

—a verrr, ¿y por qué? ¿Si yo llegué primero? —reclamó intimidante, simplemente no era justo.

 

—Anda, ¿para qué tan egoísta?, se turnarán—Dijo riendo al final y dejando frente a frente a los muchachos mientras él se iba atender a la clientela que venía llegando.

 

—Mucho gusto, soy Miyavi—Le estiró la mano y Aoi se dio cuenta que lo analizó de pies a cabeza.

 

—Sí, hola —le contestó bastante molesto, dejándole con la mano estirada— Cada media hora, nos turnaremos ¿de acuerdo?

 

****

 

—Bueno Reita, me tengo que ir— El castaño vestía una ropa bastante provocativa, su amigo lo quedó mirando con una mueca extraña— ¿qué?

 

— No nada… ¿a qué hora vuelves?— Le preguntó mientras le daba de comer a sus periquitos.

 

Uruha rió ante la pregunta.

 

—No me esperes despierto, Tendré mucha actividad— Dijo feliz mientras se ponía su chaqueta y se dirigía a la puerta— ¡Janne!

 

Reita quedó solo en su vivienda y en realidad era un poco temprano, rondaban las 10 pm, así que decidió salir a dar una vuelta, con su periquito Keiji en su hombro.

 

****

 

En el turno de su compañero de trabajo, un pelinegro había quedado bastante sorprendido, aquel muchacho que le había quitado horas de trabajo tenía una hermosa e inalcanzable guitarra eléctrica. Se encontraba en su turno tocando unos acordes bastante profesionales, según él. Cuando Miyavi bajó del escenario pasó al lado de Aoi con una sonrisa.

 

—Es tu turno…Pero lo siento, creo que te deje el muro demasiado alto…

 

Ok eso había sido una verdadera actitud de egocentrismo. Cómo odiaba a tipos que se creían tanto. Subió al escenario con su pobre guitarra acústica que ya estaba un poco desaliñada y empezó a tocar una canción bastante bonita, todo el público dejó de comer para sólo observar como él tocaba.

 

****

 

Luego de un rato el mecánico se encontraba sólo dando vueltas por la ciudad, ya que no tenía ningún solo peso para comprar algo. Iba pasando delante de un bar cuando se encontró a dos hombres peleándose, a puros golpes.

 

— ¡SUÉLTAME! ¡No tengo la culpa que sea mejor que tú! —El pelinegro con mechas de colores le daba con su mano un golpe en toda la cara al que parecía más moreno.

 

— ¡Y yo no tengo la culpa de que le gente me admire más a mí! —Ahora el contrarrestaba con un severo golpe en el estómago.

 

—¡¡HEY HEYY!! —Gritó Reita y los separó, mientras ambos aun se seguían mirando con odio— ¡¿qué le pasa?! Tranquilícense.

 

— El empezó todo— Dijo Miyavi mirando con odio a Aoi.

 

— No es cierto, fuiste tú— Respondió de la misma manera.

 

— ¿pero qué mierda? ¡Parecen niños de escuela! Ya son bastante grandes, no sigan con esta estupidez.

 

Reita aún no se salía de al medio, ya que ya veía ya que los otros se volvían a pelear.

 

—  Es verdad… No seguiré con esto, total seguiré siendo mejor que tú—Dijo Miyavi mientras tomaba su guitarra y se daba la vuelta para irse a su casa.

 

Aoi gruñó por las últimas palabras e iba a seguirlo, pero Reita se lo impidió.

 

— Hey cálmate, déjalo ya—Dijo el rubio mientras le daba un golpecito en la espalda, Aoi lo miro.

 

— ¿y quién eres tú? —le preguntó altivo.

 

El rubio se rió ante el tono “rudo” que utilizó el pelinegro.

 

— ¿eso importa? Sólo iba pasando por aquí…—Dijo dándose la vuelta para irse.

 

— ¿eso…eso es un pájaro? — Aoi se había fijado en el hombro del rubio.

 

Reita indignado se volvió para mirarlo fijamente a los ojos.

 

—  KEIJI PARA TI, KEIJI— le apuntaba con el dedo mientras lo miraba entrecerrando los ojos.— y es una ninfa, no un pájaro, idiota.

 

Aoi rió ante la escena y su mirada se relajó.

 

—Keiji… Se parece a ti — le dijo  pensando que ambos tenían el mismo peinado.

 

— ¿a que si? —había cambiado totalmente su postura.Luego le estiró la mano al pelinegro—Reita.

 

— ¿Qué apodo es ese? —Preguntó sonriendo mientras le devolvía el saludo dándole un apretón de manos.—Aoi.

 

— ¿Tocas la guitarra?— Le entró curiosidad al ver el estuche.

 

—Sí, trabajo en este bar de músico, pero ese idiota me robó escenario— Recordaba de mal humor.— No es que sea egoísta con el trabajo, pero ese tipo no me da buena espina.

 

—Ya veo...—no quiso indagar más en el tema —Yo toco el bajo— Dijo con un aire de superioridad.

 

Había aprendido en la escuela, pero por el trabajo lo había dejado hace muchísimo tiempo.

 

— ¿En serio?

 

—Sí, pero no tengo mucho tiempo para tocar con el trabajo…— su expresión cambió a una más apenada.

 

— Hey ¿por qué no nos juntamos  algún día a hacer algo? ¿Improvisar? ¡Será divertido!— No había tomado en cuenta lo que el otro le había dicho.

 

— Ehh…pero acabo de decirte que no tengo mucho tiempo…—al parecer estaba un poco sordo.

 

— ¡Pero algún tiempo tendrás! Ahora no estás en el trabajo…

 

—Sí, tienes razón— Pensó un poco la opción— Bien, te doy mi numero y nos ponemos de acuerdo en un día ¿vale?

 

— ¡Sí!

 

Sacó su teléfono rápidamente para guardar el número y anotó el número que le dictó el otro.

 

—Listo, pero…no tengo dinero para llamarte así que debes anotar el mío.—volvió a decir.

 

—Está bien, Aunque yo tampoco tengo dinero–Ambos rieron ante su pobreza y sacó su teléfono para guardar el de Aoi—Ok…”Desconocido que toca guitarra” —Dijo anotándolo de nombre.

 

— ¡Ey! ¡Me llamo Yuu! Bueno no importa… ya me tengo que ir, pero nos juntamos ¿Si?

 

—Sí, será divertido.

 

Se despidieron con un apretón de manos. Aoi entro al bar y Reita decidió volver a su casa a dormir, ya se había hecho muy tarde.

 

****

 

Era Sábado y el se encontraba solo en el taller, estaba terminando de reparar una fuga de un auto y cuando lo terminara quedaría libre. Se encontraba en eso cuando un Mercedes deportivo se detuvo frente al taller, obviamente se quedo mirando embobado el auto, cuando de pronto el piloto se bajó, era un hombre de baja estatura con lentes de sol más grandes que su rostro- según él- y traía una remera negra con una camisa a cuadros roja oscuro y unos pantalones negros ajustados. Su cabello era negro con las puntas rubias.

Reita se acercó para ver que necesitaba.

 

—Hola, ¿Qué-

 

—Sí sí, quiero que veas la rueda de atrás— le habló mientras hacía algo en su teléfono, sin prestarle atención.

 

— ¿Qué tiene?— el tono que usó había sido más duro, odiaba cuando le cortaban antes de que terminara de hablar.

 

— ¿Cómo voy a saberlo? ¡Por algo viene aquí! —Esta vez dejó el teléfono para mirar a Reita.

 

—Bien…la revisaré…—Se estaba aguantando las ganas de golpearlo.

 

Se dirigió a la rueda y comenzó a trabajar, la saco para ver si perdía aire de algún lado y comprobó que estaba pinchada, así que en cualquier momento quedaría sin aire.

 

—Esta pinchada, hay que cambiarla antes de que pierda todo el aire— Le informó al chico bajito.

 

— ¿Entonces qué esperas?

 

El mecánico frunció el ceño. ¿Cómo algo tan pequeño podía albergar tanta maldad? Se preguntó.

Reita no dijo nada, antes de irse volteo para reclamarle, pero se contuvo y fue en busca de un neumático nuevo. Cuando terminó el trabajo fue donde el chico.

 

—Listo —Dijo limpiándose las manos con un trapo.

 

—¿Cuánto es?—preguntó indiferente.

 

–Son 5900 yens, el neumático y el cambio.

 

—Bien, toma— Le pasó un billete con el cual quedaba un vuelto para nada despreciable— Y quédate con el cambio, se ve que lo necesitas.

 

Lo miró de arriba abajo y se fue hacia su auto, fue entonces que Reita ya no se aguanto más.

 

— ¡Hey! ¡No puedes tratarme así! —¿Qué se creía ese duende ayudante de santa?

 

— ¿Así como? —Preguntó volteándose.

 

— ¡Así como si no valiera nada! — Ni siquiera su Ex lo había despreciado de esa forma.

 

—Y, ¿Cuánto vales?

 

— ¿Qué?—la pregunta le había tomado por sorpresa ¿pero qué cojones le pasaba con ese tipo?

 

— ¿Cuanto vales? Todos tienen un precio, ¿Cuál es el tuyo? Porque no pareciera que valgas mucho…

 

—Y-Yo...pues... — ¿Qué responder? Tenía mucha rabia, pero no sabía que responderle.

 

—Lo supuse— Dijo con una sonrisa altanera en rostro, para luego subirse a su auto y salir rápidamente de ese lugar.

 

— ¡Maldito engreído! — Gritó, pero el chico ya estaba muy lejos— ¡Estúpido duende Hijo del hobbit!

 

Ese día había sido bastante agotador, además de que cierto personaje le había irritado a tal punto que no había podido concentrarse lo suficiente el resto del día. A pesar de todo, había alcanzado a terminar un auto completo, y había recibido buena paga por parte de su tío. Reita venía con una sonrisa en el rostro, pensando en que compraría algo -que no fuera ramen- para comer esa noche con Uruha. De repente se le acercaron dos hombres, el se detuvo.

 

—Hola, disculpa ¿eres amigo de anastasia?-preguntó el primer hombre, parecía bastante adinerado.

 

— ¿eh? No, creo que se confundieron –Dijo con naturalidad.

 

— No no, el chico del burdel, el castaño de lindas piernas–contestó el otro hombre con una sonrisa tonta en su cara.

 

— ¡¿ Anastasia ?! — ¿Que mierda pensaba Uruha al ponerse esos tipos de nombres?

 

—Así se hace llamar, entonces lo conoces —afirmó el otro.

 

—No no... no lo conozco— Dijo Reita irritado y pasando al lado de aquellos dos. Ese maldito bastardo siempre le hacía pasar vergüenza, ya vería cuando llegara a la casa, Anastasia…

 

— Reita-Kun ¿por qué te enojas? — ¿Había escuchado bien? Lo habían llamado por su nombre. Reita se dio la vuelta.

 

— ¿Cómo diablos sabes mi nombre? —Ya estaba bastante cabreado por la situación.

 

—Pero si en el burdel eres famoso, Anastasia siempre habla de ti, el chico Rudo de bandita con trasero sexy.... —Dijo el hombre divertido.

 

“Ok, Reita cuenta hasta 10…Tranquilo, respira…Solo ignórales y sigue tu camino…”—pensaba el rubio.

 

****

 

— ¿ACASO ERES UN IDIOTA? —Gritaba Reita a su amigo, gritos que se podían escuchar por todo el edificio— NO PUEDES ESTAR HABLANDO DE MÍ DE ESA FORMA.

 

— ¿Por qué te alarmas tanto? — Uruha se encontraba en el sofá pintándose las uñas— ¿acaso es mentira? Tienes un sexy trasero, siéntate orgulloso.

 

—Eso no es cierto soy una tabla— replicó.

 

— Dije sexy, no grande— Uruha lo miraba divertido. Ese idiota se estaba burlando.

 

—Mira shima… Yo te estimo harto, pero eres un maldito chupa-…

 

Reita  estaba realmente enfadado pero no podía seguir la frase.

 

—¡¡Dilo!! ¡¡A ver dilo!! —le desafió el castaño.

 

—¡¡¡Eres un maldito chupa vergas!!!—gritó fuertemente desahogándose.

 

El día había sido realmente estresante y solo necesitaba gritar para soltarse, y eso Uruha lo sabía, por eso siempre lo provocaba para que este  pudiera sacar todo lo que tenía adentro.

 

— Lo...lo siento, no quise…—volvió a decir tratando de disculparse.

 

—No te preocupes, ya eliminaste todo el estrés—Dijo sonriendo— además, es verdad, no lo niego y me gusta— firme y claro— ahora, bájate los pantalones.

 

—¿Q-QUE? —preguntó Reita confundido, y de pronto Uruha ya le estaba bajando el cierre— ¿QUE HACES? —dijo mientras se volvía a subir el cierre y se alejaba de Uruha.

 

—Hey, quería ayudarte, quizás te ayude a relajarte— dijo con naturalidad su amigo, como si fuera lo más normal del mundo.

 

—¡relajarte mis putas polainas! Te he dicho mil veces que no me gustan los hombresss...—Decía  derrotado, dejándose caer en una silla.

 

Era realmente agotador discutir con Shima. De pronto sonó su teléfono celular y vio que era “Desconocido que toca guitarra”

 

 

—Oh… —Reita se levantó de su asiento y una sonrisa se dibujó en el rostro de Uruha.

 

—¿Si? Reita al teléfono— habló  apoyándose en el mueble de la cocina.

 

 ¡Hai! Aquí, Aoi —Se encontraba en el bar, y se escuchaba mucho ruido de fondo– ¿cómo estás?

 

—Bien bien gracias— Respondió animado ya que hace mucho tiempo que alguien-que no fuera shima- no lo llamaba por teléfono.

 

Uruha se paró a la entrada de la cocina y empezó a hablar en voz alta.

 

—¡Reitaaaa! ¿Quién es? ¡¡Ven aquí y sigue dándome duro!! DEJA ESE TELEFONO, ¡MI P* No se puede atender solo! Ahh… AH-AHH!... ¡Más! ¡¡Más!!—Dramatizó el castaño.

 

—….— ¿Qué mierda pasaba en la casa de Reita?

 

—¡¡Cállate imbécil!! —Reita trataba de tapar el micrófono del celular pero aún así se escuchaban los gritos de Uruha.

 

—¡¡Y siiii!! ¡¡Lo admitoo!! ¡¡Me gustan los miembros GRANDESS como el tuyo!!

 

Reita salió a perseguirlo para darle una buena paliza, pero este logró entrar a su habitación y cerrar la puerta.

 

—¡¡Maldito cobarde sal de ahí!!—gritaba enfadado el rubio.

 

¡Como odiaba ese tipo de bromas por parte del castaño! Recordó que tenía a Aoi en el teléfono y colgó, prefirió mandarle mensajes, por si Uruha volvía hacer de las suyas.

 

“Disculpa, mi amigo es un poco bromista”-Reita.

 

Como era de esperarse, la respuesta no tardo en llegar.

 

“O-OKAY… me reservaré mis comentarios…aunque no sabía que eras gay” -Aoi.

 

“NO SOY GAY. ES… MI AMIGO”-Reita.

 

 “tu amigo…ok, lo dejo pasar, pero quiero que sepas que no soy tonto, no estoy contra ellos, de verdad ¡Oh! A lo que te llamaba… ¿juntémonos a tocar, si?-Aoi.

 

 “¡¡De verdad, es mi amigo!!....Me gustaría, pero no tengo bajo”-Reita.

 

“¿queeee? ¡Pero me dijiste que tocabas! Y que no tenías tiempo”-Aoi.

 

“Dije que tocaba, no que tenía…Pero me quiero comprar uno”-Reita.

 

“está bien…Avísame cuando te lo vayas a comprar y te acompaño, si es que quieres”-Aoi.

 

“Si claro, te aviso entonces”-Reita.

 

“oka!! Sigue con tu >amigo< hahaha Nos vemos”-Aoi.

 

Reita suspiró al leer el último mensaje del pelinegro, ahora por culpa de Uruha Aoi pensaba que era gay.

 

—¡Ya verás cuando salgas de allí!—amenazó el rubio.

 

****

 

Habían pasado algunas semanas sin nada nuevo, seguía peleando con su nuevo compañero de escenario ¡no lo soportaba! Era muy engreído con sus habilidades en la guitarra, incluso le habían bajado su paga porque ya no pasaba el mismo tiempo en el escenario que antes, lo que lo hizo enojar aún más, así que compuso una nueva canción para demostrarle que él era mejor.

 

—Hola, Aoi ¿Hoy también quieres ser humillado por mí?—Dijo Miyavi con una sonrisa de superioridad en su rostro.

 

—No, hoy tengo preparado algo especial–Sonrió satisfecho.

 

—¿Ah sí?  Ver para creer querido— Dijo alejándose de ahí. Era obvio que no le tenía ninguna fe al pelinegro.

 

—Maldito…—Murmuró molesto. Sacó su guitarra para afinarla antes de su turno, daría lo mejor de él.

 

Miyavi al terminar su presentación sacó algunos aplausos de la gente, al fin y al cabo, era bueno.

 

—Ahora, veamos lo que tienes preparado–Dijo burlándose.

 

El pelinegro solo sonrió y se subió al escenario, se sentó en una silla y ajustó el micrófono a su altura, comenzó a tocar un arpegio muy lindo, la gente se quedó en silencio para poder escuchar, luego comenzó a cantar, acompañándose de su guitarra una canción lenta a la que llamó D.L.N. Al terminar todo el recinto lo aplaudió, algunas personas incluso se pusieron de pie, Aoi se sintió completamente satisfecho, esa era la mejor parte de lo que hacía. Bajó del escenario para encontrarse con Miyavi.

 

— ¿Y bien? — Como el peli de color no respondía volvió a hablar— ¿te comieron la lengua los ratones?

 

—Nada mal, pero aun te falta para llegar a mi nivel— respondió secamente. Se sintió celoso, la presentación había sido magnifica.

 

—Bueno, me da igual-Se resignó y se fue de ahí. Ya había cumplido su cometido, así que se sentía feliz.

 

—Debo hacer algo…—Susurró para sí, no le gustaba la competencia, menos si era buena, así que decidió hacerse de un plan para deshacerse de él. Reconocía que podía ser bastante macabro cuando alguien se interponía en su camino.

Notas finales:

Esperamos con ansias que nos dejen un review para críticas, tomates o sugerencias!

Gracias por leer! ^^


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