Talló sus ojos mientras despertaba por los molestos rayos de luz que entraba por su habitación, miró a sus alrededores y ahí estaba en el velador su medicamento a diario con un vaso de agua, gracias esto podía seguir vivo
- ¡LEE TAEMIN!. – Gritó a voz alta su madre mientras le llamaba desde la planta baja, ya se le hacía tarde y el castaño aún salía de su habitación.
A los minutos ya cansado de los gritos de su madre se vistió con los pocos ánimos que le quedaban unos jeans ajustados y una remera que llegaba por encima de sus rodillas. No quería, más bien, no le interesaba compartir su historia con chicos desconocidos, de su enfermedad u demás.
Por otro lado la madre de Lee lo llevó hasta la casa de charlas llamada “Corazón de Jesús” hasta el nombre sonaba patético. Allí estacionó el coche y se acercó a su hijo que se encontraba en el copiloto donde dejó un beso corto en la frente del menor.
- Hijo, vendré a buscarte en una hora, ¿si?. Lo más importante has amigos. – Río la madre ante lo último mientras Taemin solo bufó molesto.
El castaño se bajó con poca cara de amigos y se adentró a la pequeña casa donde hacían las charlas motivacionales para chicos con enfermedades similares o aún más graves. En cuanto entró vio a muchos chicos sentado en sillas en forma de círculo donde al medio había un hombre bastante joven llamado Onew, solo tenía 22 años, pero aun así era el mayor entre todos en la sala. Al parecer él se encargaría de las charlas.
- ¡Bienvenido Joven, toma asiento cuanto antes! – Canturreó con una amable sonrisa.
Taemin solo asintió y se sentó en unas de las sillas vacías formando parte del círculo entre los demás chicos. Se acomodó y soltó un ligero bostezo mientras Onew, el chico encargado de hablar sobre Jesús y sus enfermedades de cómo podían luchar por sus vidas etc.
- ¡Y bien! , ¿porque no se presentan? – Dijo el mayor de la sala con la misma sonrisa que le caracterizaba entre todos los demás. - ¡Tú! – Señaló nada más que a Taemin.
- Mi nombre es Lee Taemin, tengo diecisiete años, tengo anemia y dejé de asistir al instituto desde qué me diagnosticaron aquella enfermedad. Aún así gracias a las pastillas estoy bien. – Habló el castaño con seguridad mientras volvía a tomar asiento.
Después de que varios chicos más se presentaran Taemin no dejaba de sentirse observado a lo que miró hacia donde sentía esa mirada sobre él, un chico de labios gruesos, fue lo primero que se fijó, luego en su piel morena, en su pelo fino que cubría su frente. ¿Así o más irreal? Hasta pensaba que estaba delirando, jamás había visto un chico que le llamase así la atención; aparte de cuando veía sus películas favoritas y salían sus actores favoritos.
Era el turno del chico al cual observaba hace un rato. – Mi nombre es Choi Minho, tengo dieciocho años y me detectaron cáncer cuando pequeño, después de intensivas quimioterapias pude seguir sano y fuera de cáncer finalmente. Aun así debo seguir con pastillas para prevenir un futuro cáncer. Vengo en petición de mi amigo Jonghyun quien me pidió que le acompañara.
Jonghyun era su amigo de infancia al parecer tenían un pequeño problema a la vista, en cual le ponía en riesgo quedar ciego.
Por otro lado Minho no podía de dejar de observar el castaño, así que al finalizar la charla de Onew el pelinegro se acercó dónde Taemin. Le tomó con sutileza desde el hombro mientras le saludaba con una cálida sonrisa.
- – Un gusto joven Lee – El castaño solo volteó casi embobado al tenerle así frente a frente, ¿acaso no sentía descaro de haberle mirado durante toda la charla?. No respondió nada pero tampoco se dispuso a marcharse.
- ¿Quieres ir a ver una película conmigo? A mi hogar, claro. –Volvió a hablar el más alto el cual ahora sonreía con amplitud.
- ¿Eh?, ¡Apenas te conozco! ¿Cómo sé qué eres un acosador?, me estabas observando durante toda la charla de Onew. – Dijo casi como si fuese un reproche, apenas le había visto y ya le estaba haciendo una invitación a ver una película y más encima a su hogar.
- Pueda que lo sea, pueda que no. –Bromeó el mayor y solo negó con la cabeza a lo que luego añadió – Es verdad, apenas te vi llamaste mi atención, tienes aire que me dice “Debo ir donde él”, anda acepta mi invitación, luego te llevaré a casa.
- Le diré a mi madre, tengo un horario, solo puedo llegar a las once a casa. – El menor tomó el móvil y le comentó la situación su mamá, donde hasta el más alto podía escuchar los grititos de su madre emocionada porque podía ser que su hijo ya estaba haciendo amistades.
- ¿Y qué le pareció? – Preguntó en busca de una respuesta por parte del menor.
- Dijo que si.. –Musito casi molesto. – Más vale que la película sea entretenida – Añadió con una sonrisa en los labios, una sonrisa que en el corazón de Minho había sido devastador, esa única sonrisa por parte del menor hizo que al joven Choi quedase embobado por Lee Taemin, tenía ansias de saber de él, de sus gustos y de protegerlo, quería protegerlo, su corazón se desbordó en ese mismo instante.