Detective Haruna Yamamoto
Capítulo 11: ¿Y ahora qué hago yo?
POV Haruna
-TOMOKOOOOOOO- grite haciendo que mi voz se quedara ronca, pero aun así, ese grito no fue suficiente, tenía que gritar otra vez más fuerte, no importaba que mi voz despareciera por el resto de la noche tenía que quitarme aquel sentimiento de dolor de mi corazón –WATAMIIIIII- eso no fue suficiente todavía, supe que mi voz no podía aguantar otro grito más, así que las lágrimas que salieron con mi segundo grito salieron como la lluvia de invierno cae en la ciudad, como el agua de los lavamanos nos llega a nosotros.
POV Tomoko
Me llevaron afuera y ahí se quedaron como esperando algo, luego lo escuche, algo que yo nunca quisiera oír, menos en las circunstancias pero era de esperarse –TOMOKOOOOOOO- y sentí como mi corazón se hundía a donde no podía ser encontrado, escuchar el grito de Haruna fue uno de los peores sentimientos en toda mi vida, pero en ese momento, el sentimiento que me llego al escuchar su grito de desesperación y dolor fue peor que sentir como me llevaban para tener una razón para la cual Haruna no publicara la información sobre los “Desterrados”, al detenerse los gritos esperaron un poco más pero ya no salió un tercero, me aventaron al carro para llevarme a su base, no sin antes blindarme mi vista. Eso no me importo, lo que me importaba era saber si Haruna todavía podía pararse aun después de lo que le cause.
POV Haruna
Yo en ese momento no podía dejar de llorar, el dolor que me causo no poder proteger a Tomoko era demasiado para mí, sin mencionar el hecho de que ella me dijo claramente “llegara un día en el que termines en muchos problemas y graves y yo no te pueda sacar de ellos” en ese momento pensé… “¿y ahora que hare sin ti?”.
-De verdad que lo siento mucho que se tuvieran que llevar a tu amiga- escuche una voz detrás del bar, quite mis manos de mis ojos para poder ver quien era, era Yano-san.
-Hiroshi-san…- solo pude decir, el me abrazo y acaricio mi cabeza.
-Todo estará bien Haruna-.
-¿¡Cómo puedes decir eso!?- le respondí enojada –mi mejor amiga está en una situación de rehén por mi culpa- sollocé.
-No es la primera vez que un detective pierde a un amigo en este bar- me dijo.
-¿Lo sabias?- pregunte.
-No eres la primera detective que viene aquí encubierta- me dice modesto –han venido tantos que he aprendido a diferenciarlos-.
Yo no podía parar mis lágrimas al saber que Tomoko podría no regresar a mi lado, ya no tendría su cálida sonrisa a mi lado, o sus agradables consejos, ni sus fascinantes historias… ¿Qué haría yo sin ella?
-Haruna… hay algo que deberías saber- me dijo titubeante.
Yo enojada conmigo misma le dije bruscamente -¿Qué?-.
-Regrese antes de lo esperado- cambio el tono de su voz y se quitó algo de la cabeza o se rasco la cabeza.
Voltee para ver quién era y era Daisuke, me alegre tanto de verlo en ese momento -¿Por qué no me dijiste que eras tú?- le pregunte mientras lo abrazaba.
-No pude cuando entraste aquí,- me abrazo fuerte, como si yo fuera a irme como Tomoko –déjame llevarte a la mansión, conseguí auto-.
El camino hacia la mansión fue callado, Daisuke sabía que yo estaba intentando idear un plan para poder salirme con la mía liberando a Tomoko, publicando el archivo y salvando mi propio cuello, eso sería difícil ya que estábamos lidiando con la mafia, y no cualquier mafia sino donde estaba Ikki, el hermano mayor de Shun quien yo una vez puse en contra mía, pero yo no tenía esa intención.
El rato que pase con mi primo en el auto paso como rayo, sin saberlo ya me había dicho “estamos aquí” y el esperaba mi plan.
-¿Y?- pregunto – ¿Cuál es tu plan?-.
Yo voltee para abajo sin querer voltearlo a ver –no tengo un plan- dije quedito.
…l se sorprendió –p-pero tú eres Haruna Yamamoto, tú eres la que siempre tiene un plan, tú eres la que se sale con la suya- me dijo sin levantarme la voz, yo lo voltee a ver enojada y desesperada con lágrimas en los ojos todavía.
-¿¡Y QUE ESPERAS AHORA!? ¿¡ESPERAS QUE NO SEA DIFERENTE!? ¡¡¡LA VIDA DE TOMOKO ESTA EN LA LINEA DE ESTO!!!- le grite con la poca voz que me quedaba. –Tuve 7 planes en 5 minutos o menos, como siempre. ¿Resultados? 10% de probabilidades de que salga la verdad, Tomoko salga con vida y se vuelva a saber de mí- respondí sin voltearlo a ver.
-Haruna…- escuche que dijo para sí.
-¿De qué sirve alguien que no puede proteger a sus seres queridos? ¡Dime!- mis lágrimas cesaron, solo por un segundo, solo para esperar la respuesta de Daisuke.
-No es tu culpa- alcance a escuchar que dijo.
-Daisuke, ¿qué voy a hacer?- me recargue completamente en el asiento del copiloto.
-Piensa en algo, una salida, tú siempre la encuentras- me dijo.
-137- dije.
-¿Eh?- pregunto Daisuke sin entender.
-Me preguntaste cuanto era mis puntos de inteligencia, 137 PI, no es mentira- le dije con la voz ronca.
-Puedes pedirles ayuda a Seiya y Shun ¿no?- pregunto.
-Esto es diferente- le dije –Seiya y Shun solo me ayudaban cuando se trataba de entregar cosas, yo nunca les pediría que arriesgaran sus vidas-.
-Bueno… deberías irte a la mansión- me dijo –te están esperando-.
-Si- dije mientras yo abría la puerta del auto -¿Qué harás para cubrir la desaparición de Tomoko?- pregunto él.
-Se me ocurrirá algo- dije cerrando la puerta para irme a la mansión Kiddo.
Al entrar a la mansión Kiddo intente hacer el menor ruido posible para ir mi recamara, cosa que no era muy fácil ya que los escalones crujían con un sonido leve pero fuerte, suficientemente fuerte como para poder escucharse normalmente, así que con el mayor cuidado posible subí las y entre a mi cuarto, solo para poder hundirme en el llanto que consigo desahogar después de contenerlo por tanto tiempo. En ese momento me estaba reganando a mí misma por haber sido tan débil y no perder de vista a Tomoko cuando tuve la oportunidad, causando que lo único que pudiera salir de mi fueran lágrimas. Ningún otro sonido.
A la mañana siguiente cuando baje encontré a Seiya haciendo desayuno, me saludo, por un momento pensé que me iba a señalar que me sentara a comer, pero no fue eso, para mi buena fortuna porque me tendría que idear algo para justificar la ausencia de Tomoko.
-Haruna, ¿Dónde está Tomo?- pregunto sirviéndonos el desayuno.
-Tuvo que ir a Kyoto por asuntos familiares, temprano, alrededor de las cinco y media- a las cinco nadie estaba despierto, todos estaban dormidos, afortunadamente, Seiya no es tan listo como para ver a través de mis mentiras.
A mitad del desayuno le propuse a Seiya que fuéramos a pasear por la ciudad –Shun no estará hasta tarde, Shiryu y Hyoga estarán en la universidad, y Tomo-chan esta fuera lo que significa que el taller está cerrado, aparte de ser miércoles, día cuando no damos clases a niños-.
Seiya después de escuchar mis argumentos cedió, pero por supuesto no sin antes preguntar si no tenía que trabajar –me dieron el día-le dije antes de meterme un trozo de mi comida a la boca, después pensó que no sería una mala idea, así que después de una poca planificación a donde ir, nos preparamos para salir a las dos de la tarde, para ese entonces yo ya me había encargado de borrar todos los documentos que tenía relación con “Los Desterrados” a petición de Ikki.
Se preguntaran como es que yo puedo ceder tan fácilmente, creo que solamente tengo que decir que mi mejor amiga está en peligro y si intento rescatarla hay un 95% de probabilidades de que alguien reciba una bala ya sea en la cabeza o en el pecho. En pocas palabras, si intento salvar a Tomoko, probablemente moriremos las dos.
Pasamos un día muy agradable fuimos a comer pizza y terminamos haciendo una competencia, el que comiera más trozos ganaba, terminamos empatados, 12-12, si hubiéramos tomado algún refresco entonces no creo que hubiéramos aguantado tanto como aguantamos así sin refresco o sin algo extra. Después fuimos a jugar en las maquinitas de los videojuegos, en el cual también nos retamos entre los 2 terminamos empatados ya que nadie me gana en Marvel VS. Capcom (el primero).
Un buen rato después cuando nos cansamos de jugar decidimos ir a un restaurante de comida rápida por un helado, era el mismo restaurante en el que Tomoko y yo habíamos pasado para comprar nuestros helados y galletas, le sugerí a Seiya que nos sentáramos en donde me había sentado con Watami en esa ocasión, el no pregunto y se sentó del lado donde había quedado ella la vez anterior.
La noche ya había descendido cuando eso había pasado, justo como la otra vez. Sentí una sensación parecida a un Deja vu, a menos que eso fuera lo que fuera, al estar contemplando la misma vista de la misma manera, pero esta vez con una persona diferente y una circunstancia aún más diferente, sin mencionar triste e increíblemente cruel para mí ya que me habían arrebatado a alguien que significaba demasiado para mí.
-Esto es agradable- me dijo comiendo de su helado.
-Sí, lo es, pero faltan Shun y Tomo-chan- le conteste
Todos estos pensamientos hacían que yo recordara el dolor de haber perdido a Watami por mi incompetencia y descuido, lo que causaba que mi respiración se dificultara y que mis lágrimas que habían intentado ser guardadas regresaran a mí, Seiya inmediatamente se dio cuenta de esto.
-¿Haruna?- pregunto, en ese momento no me sentía para nada bien, y salió la verdad de mí.
-Voy a morir Seiya- dije –Tomo-chan no está en Kyoto, al menos no creo, Tomo es ahora rehén del grupo que estaba investigando- le dije entre lágrimas.
-¿Qué? ¿Eso paso ayer?- pregunto.
-Es mi culpa, pude haberla perdido de vista en el metro o por la estación después de bajarme pero no, deje que me acompañara, ¿Cómo se me ocurre semejante cosa?-.
-Seré idiota ¿pero si Tomoko es la rehén porque tu estas en peligro de muerte?- yo lo voltee a verlo.
-El líder del grupo al que investigaba me advirtió que si yo volvía a acercarme su burlesque me mataría, llegue disfrazada fingiendo ser alguien más por segunda vez pero me reconoció y se llevó a Tomoko- él se me quedo mirando un segundo, pensativo, como si algo no estuviera bien.
-¿No tienes un plan?- yo lo voltee a ver con mi cara llena de lágrimas.
-La vida de Tomoko está en riesgo, cualquier cosa que yo haga podría hacer que la maten- le dije lo más calmada que pude, que no era mucho. –Fue mi culpa, de haber sido más fuerte eso no hubiera pasado- dije limpiándome una lagrima con la palma de mi mano –tal vez si pudiera elevar mi cosmos como me has dicho, se necesitaría entrenamiento por supuesto, y ahora no tango tiempo-.
-Deberías saber que siempre puedes pedirnos ayuda a nosotros- me dijo como si de manera obvia –Para lo que ocupes-.
-DE verdad que gracias Seiya- le agradecí quitando mis lágrimas otra vez.
-¿Quizás le pueda dar una paliza cuando recuperemos a Tomoko?- me ofreció.
-Gracias- le dije llorando sobre su hombro. Después de eso nos fuimos de vuelta a la mansión Kiddo para conseguir hacer un plan para poder contraatacar a Los Desterrados.
Ellos llegarían a medianoche, al menos eso pensaba, y ya eran las 8 yo calcule que requeriríamos hasta las 9 para tener todo bien planeado, no era muy difícil el plan, pero si era difícil conseguir que todos estuvieran alineados y en posición para el acto tenerlo preparado para cuando Ikki viniera. Y por supuesto que no les dije que el líder de los desterrados era Ikki, simplemente no podía hacerlo yo, no podía ver la cara de unos de mis mejores amigos llorar por semejante causa.
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