El tricolor abandona el campo de hielo hasta que logra regresar a los prados, en donde se dirige hacia el este ya que era la única dirección que le faltaba por recorrer. El trayecto del ojirojo había comenzando tranquilo ya que no le habían aparecido enemigos hasta que cuando el elfo curso la mitad se encontró con un grupo de larvas venenosas, las cuales al ver a Yami no dudaron en lanzar su veneno en contra de este.
El ojirojo logra esquivar ese letal producto gracias a su agilidad a la vez que saca su espada y corta en dos a cada uno de estos monstros.
Después que el elfo acabara con estos detestables enemigos, prosiguió con su camino hasta que logra divisar una pequeña ciudad a la cual ingresa con mucha preocupación pensado que es una trampa pero luego que consigue entrar un poco más adentro se da cuenta que su pensamiento era erróneo ya que esta capital solo se veía paz y tranquilidad.
Así que Yami después de ver que este lugar era complemente pacifico, se relaja y comienza a recórrelo al mismo tiempo que mira cada detalle de esta metrópoli hasta que empieza a sentir hambre por lo que se sienta en una banca, saca su bolsa de comestibles y mete su mano dentro del saquito para sacar alguna fruta. Sin embargo no consigue obtener nada dado que aquella bolsa estaba complemente vacía por lo que al tricolor no le queda más remedio que aceptar que no podrá volver a comer en días o esa creía hasta que ve un letrero que dice: “si ganas este juego podrás comer todo lo que quieras”.
Luego de leer aquel cartel, el ojirojo se para de un salto, entra en aquella casa de juegos, paga su entrada, lee las instrucciones y comienza a jugar. El elfo ingresa en una de las habitación en la cual, escoge un cofre en donde encuentra una llave a la cual lleva al siguiente cuarto y hacer lo mismo hasta pasar por las otras nueve recamaras que le faltan.
Después que Yami logra ganar el juego, regresa a donde pago su entrada a la vez que se dirige hacia el dueño de la tienda, quien le dos bolsas, una con fruta y otra con cuatro botellas de agua. Luego de que el tricolor obtiene su premio, sale de aquella casa al mismo que tiempo que se dirige a la banquita, en donde se sienta a comer.
Luego que el ojirojo termina de alimentarse, se para de donde estaba sentado y comienza a caminar hacia una estructura que parecía un templo. Al llegar a este, entra en este lugar a la vez que camina con mucho cuidado de que no salga algún monstro o que de que caiga en alguna trampa oculta.
Sin embargo nada de eso ocurre por lo que el elfo se relaja hasta que llega a una mesa con tres agujeros, los cuales tiene las formas de las tres joyas sagradas por lo que Yami saca de sus bolsillos los rubís al mismo tiempo que los pone en el orden correcto y a los minutos después de haberlo hecho el cuarto se ilumino de tal manera que el tricolor tubo que tapar sus ojos con sus brazos para no ver aquel tan fuerte resplandor.
Luego que este brillo desapareciera, el ojirojo haber sus ojos para darse cuenta que nada había ocurrido por lo que suspira decepcionado al mismo tiempo que se gira para irse y al hacerlo, se sorprende al ver que en frente suyo, ahí una persona tranparente de de tez morena, ojos rojos, tricolor y que vestía como un faraón egipcio mirándolo fijamente.
- Lo eh estado esperando joven héroe- dice el desconocido con seriedad.
- ¿Quién eres tú?-pregunta el elfo al salir de su estado de sorpresa por el gran parecido entre ambos.
- Yo soy Atem y soy el espíritu protector de este templo – responde el moreno a la vez que hace una pequeña reverencia.
- ¿Cómo sabrías que vendría?- cuestiona Yami intrigado por saber aquella razón.
- Pues veras, al ser un espíritu puedo comunicarme con las diosas, ellas me dijeron que un joven procedente de los bosques lejanos vendría a este lugar con las tres joyas sagradas en su poder y ese joven eres tu
- Comprendo y ¿Para qué me estabas esperando?-interroga el tricolor confundido ante las palabras de Atem.
- Para darte tu segunda misión- contesta el espíritu con seriedad.
- ¿Cuál es?
- Deberás buscar las seis pirámides ocultas, recórrelas y salvar a los seis sabios que se encuentras secuestrados en cada una de ellas y al hacerlo ellos te darán una llave mágica que te ayudara en la última parte de tu misión
- Ya veo ¿En dónde puedo encontrar esas pirámides?- pregunta el ojirojo con curiosidad más que otra cosa.
- La pirámide Mori la encuentras entre los límites del bosque de luz y el de la oscuridad, la pirámide Ji la encontraras en la cima de la montaña del volcán, la pirámide Mizu la encuentras en el lago congelado, la pirámide Kaze la encuentras en la montaña opuesta a la del volcán, la pirámide Hikari la encuentras en el desierto y por último la pirámide Yami la encuentras en el cementerio
- Gracias por decirme su ubicación –menciona Yami agradecido con los datos obtenidos de Atem ya que gracias a ellos se le haría más fácil encontrar aquellos nuevos lugares.
- Por nada
- ¿Hay algo más que deba saber?
- Si ten – le pasa un cofre y el tricolor lo recibe a la vez que lo echa en una de sus bolsitas- en este cofre deberás guardar las llaves que recibas, recuerda que son muy importantes así que no las pierdas de vista
- No lo hare- dice el ojirojo decidido.
- Bien y toma – le entrega una espada y el elfo la recibe a la vez que la prueba- este florete es más poderoso que el que ya tienes en tu poder
- Ya veo –dice Yami y cambia su espada antigua por la nueva- y ¿ahora qué hare con esta arma?
- Puedes dejarla aquí, para que no te moleste
- Gracias
- Por nada y buena suerte joven héroe –menciona Atem y desparece de la vista del tricolor.
Después que el ojirojo obtuviera su nueva misión, sale del templo hacia los prados para comenzar su camino a donde inicio su aventura.
Avance próximo capitulo
- Eso te pasar por meterte en mis planes
- ¿Quién eres?
- Si quieres saberlo ven al castillos oscuro, muajajajaja
- Gr…
CONTINUARA