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Obsess por Suzuki Sakamoto

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Notas del fanfic:

Bien, este fic es para una buena amiga que conocí ya hace unos años. Con ella he compartido mucho.

En verdad como lo dije antes, unnie espero que lo disfrutes y más que nada espero no decepcionarte. Es mi primer songfic y debo reitirar que me costó demasiado x3 sin embargo es con mucho cariño <3

Tan enamorado otra vez… Como despertando de un sueño te busco a mi alrededor. Tú viniste a mí brillando (Justo como te recuerdo)


Al grado de sentirse dueño de otra persona era como se encontraba el menor de los SS501, un sentimiento el cual comenzaba a experimentar. Este tenía tanto sus lados buenos, como los malos.

Sentirse propietario de cada reacción ajena, como anhelar que cada minuto (De uno de sus compañeros de grupo), fuera para él, ello era algo que no sólo le ilusionaba, también le generaba grandes conflictos y sentimientos que lo descolocaban. Entre estos destacaban, aquellos celos evidentes, en un inicio sólo eran hacía su líder. Pero no eran más que inseguridades, después de todo los cinco eran uno sólo.

A Kyu en un inicio se le podía ver demasiado cerca de su líder, incluso se podía observar como acomodaba los cabellos del pelinegro. Quizá a su lado sentía seguridad, porque este era mayor, o simplemente intentaba llevar el día a día como más mejor le era posible. Generalmente un mohín sobresalía en su rostro. Se veía sumamente tierno con los cabellos despeinados y su puchero pronunciado.

Si bien el makane no creía en aquellos dimes y diretes del «Amor a primera vista» era porque él se había enamorado de una armoniosa voz. Al escuchar interpretar «Everything» su mirada como su completa atención no podía fijarse en nadie más que no fuera Kyu Joong.

 

Sólo puedo verte a ti, sólo te miro a ti. No importa si tú miras a otro hombre porque sólo te quiero a ti más y más. Esto me está haciendo perder la cabeza.

 

Kim Hyung Jun, era el menor de los cinco, ello era evidente y no sólo por su apariencia sino también por su manera de actuar tan despreocupada en comparación a su líder Kim Hyun Joong, este al cual se le podía observar la mayor parte de las ocasiones con un semblante tranquilo y centrado en cada uno de los proyectos que tuviera pendiente con los chicos, como los individuales: Doramas, comerciales de T.V, fundaciones, conciertos, entre otros.

Heo Young Saeng, él era el más tranquilo de todos, siempre con aquella sonrisa que iluminaba todo a su paso, justo como aquella melodiosa voz que poseía. Constantemente en ensayos, intentando hacerle el trabajo más sencillo a ese par de pies izquierdos con los que contaba, en comparación a su gloriosa voz, sus pies no eran tan buenos.

Park Jun Min, aquel come zanahorias de mal despertar, él se dedicaba a admirarse todo el tiempo «sexy carisma» era así como se había autonombrado. Cada coreografía de la presentación próxima la practicaba frente al gran espejo de la duela, observando aquellos gestos tan comunes en él. Siempre con aquella iniciativa y esa frescura en sus acciones, esa forma de ser tan atrayente y tan divertida, así era el castaño.

¿Y Kim Kyu Jong? Él simplemente se dedicaba a mirar con desaprobación cada una de las acciones del maknae. Le molestaba como este iba y venía con cada uno de los miembros de SS501, sin embargo, no decía nada. Él había decidido hace tiempo que lo mejor sería terminar con la relación que mantenía con aquel pelinegro.  Ello le dolía en el alma, pero era mejor que pasarla en un vaivén de emociones, no todas ellas eran buenas.

Si bien el compositor de Obsess se lo hacía fácil también era todo lo contrario, simplemente no podía dejar toda su confianza en él, ya que tenía miedo al amor, al igual que temía por cualquiera que le pudiera quitar aquel puesto del “Novio” Un sentimiento común y evidentemente no era más que la desconfianza que se tenía así mismo ¿Por qué? Por el simple hecho de que el menor era el mejor demostrando cada uno de sus sentimientos.

 

Quiero encerrarme en tus destellantes, brillantes, y hermosos ojos. Me estas atando cada vez más y más fuerte. Incluso si duele y me hace daño no te puedo dejar ir.


Su relación de un día a otro había terminado y el más afectado parecía ser el maknae, pero no era así, aquel sufrimiento era mutuo, sin embargo, no era demostrado. Actuaban de manera sumamente contraria, como si dicho acontecimiento no les afectara, cualquier momento era el mejor para molestarse el uno con el otro y sino era así preferían mantenerse distantes.

Los días en DPS eran agotadores y sin la presencia del líder Hyun Joong, poco control era el que se mantenía en los ensayos, no sólo la ausencia del líder era la que sobresalía, sino también la de uno de los integrantes.  «Grease» este era el nombre del musical en el que se encontraba el pelirrojo Park Jung Min. Mientras tanto compartían sus días los miembros restantes. La nutria era el que mayor tensión llevaba al encontrarse en medio de las riñas constantes de Baby y Kyu. Cada día era más insoportable resistirse a mencionar una queja. Él simplemente ya no podía; así fue como en una de las tantas grabaciones de Ur man, aprovechó para encerrar a aquel par en el ascensor que usaban para dicho vídeo.

Ambos se sorprendieron; no lo esperaban. Tanto el uno como el otro se quejaba de la acción del mayor. Fuera del ascensor sólo se escuchaba la divertida risilla de la nutria.

— No los dejaré salir. ¡Así que arréglense!

Exclamó el castaño. Si bien él no tenía idea de la relación que el otro par mantenía, si quería ayudarlos, ya que notaba como sus dos buenos amigos se encontraban sumamente distanciados.

 Aquellas quejas continuaron por unos minutos más hasta que tanto el maknae como el gorila decidieron que lo mejor era hablar, después de todo su relación había terminado un par de semanas atrás, todo por decisión del mayor y sus grandes inseguridades.

El maknae frente a las cámaras podía lucir como un verdadero hombre, como uno experimentado, pero no era así; él seguía siendo un niño y no sabía como llevar una relación seria.

 

Puedo, quiero darte mi corazón, incluso puedes mirar a otro hombre. Todo eso no me importa porque lo único que quiero es a ti, y eso me está volviendo loco.

 

Ya deberías dejar de evitarme, Kyu Jong. — Mencionó el maknae de SS501.


No he dado señales de hacerlo, deja de hacerte ideas, Jun-ssi.


— Lo cierto es que lo haces cada que me acerco a ti ¿Lo has notado?



— Ni siquiera noto tu presencia. — Dijo secamente el pelinegro.

 

—… Eres mi único amor.

 

¿Q-qué… Has dicho? — Preguntó dudoso el pelinegro.


Creía haber escuchado perfectamente aquella afirmación. Ambos callaron y durante un par de segundos un silencio incomodo se generó en aquel reducido lugar. Al maknae se le veía demasiado concentrando en lo que diría más adelante, no sólo tenía que ser directo, sino también dejar ver aquel amor que sentía por el mayor.

 

Quiero hacerte el amor con tan sólo besarte. — Musitó el maknae sobre los labios del castaño. 

En el timbre de su voz no sólo se podía apreciar aquellos sentimientos que tenía por el que era mayor a él, también se apreciaba aquel deseo, deseaba tenerle entre su cuerpo, abrazarle y demostrar en cada momento que él era a quien amaba, a quién había esperado, él era la persona que dejaba un completo desorden en él, lo desboronaba y lo llenaba de inmensa dicha al mismo tiempo. Explicar lo que ocasionaba en su persona era imposible, le dejaba sin palabras con su sola presencia, simplemente no podía resistirse ante aquella persona que se reflejaba en sus ojos con un hermoso sonrojo, es que para él cualquier gesto en el contrario lo hacía lucir como el ser más bello.

 

— ¿No puedes dejar de decir las cosas tan a la ligera alguna vez?— Preguntó titubeando Kyu Jong. El rojizo en sus pómulos era constante cuando tenía a aquel maknae cerca.

 

Estrechar el cuerpo del mayor no era lo más sencillo, ya que este ponía demasiada resistencia a cualquier tipo de contacto, así que ello lo evitaría. Pero por otra parte Kyu mejor que nadie sabía que no se podía negar. Necesitaba sentir el cálido de los labios impropios, como sus palabras. El menor era tan expresivo en cada momento, no podía ocultar lo que sentía; se expresaba en ocasiones de manera infantil -¿Pero qué importa?- El amor se manifiesta tal cual se siente.

 

— Lo siento… Yo bueno, la verdad es que. — Rió levemente por el nerviosismo que se apoderaba de su persona. ¿Cómo decirle lo que había pasado estos últimos días, a lo que se había dedicado.

 

Sí, el maknae los últimos días se había encontrado tan ausente como dos de sus compañeros, pero no porque tuviera eventos extra al grupo, para nada. Él se mantenía parte del día en su casa. Una taza de té helado lo acompañaba aquella tarde en la que decidió escribir una canción para Kim Kyu Jong. Aquella tonada la tenía en la cabeza desde que había salido de la cama, pero había que ponerle una letra hermosa, una donde se apreciara con perfección, cada uno de los sentimientos que el castaño le despertaba; y así lo hizo.

— Vamos. Habla ya. — Dijo resignado el pelinegro mientras sobreponía su espalda sobre una de las paredes del ascensor.

Por fin había cedido Kyu Jong y Baby sorpresivamente le entregó lo que llevaba en uno de los bolsillos del pantalón, ello no era más que  una hoja un tanto arrugada que tenía plasmada la letra de una canción o esa era la idea que se daba el pelinegro una vez que observó expectante el contenido. La sorpresa era evidente en su rostro. Leyó con atención cada una de las estrofas de aquel tema y aunque no conocía la tonada de la misma, sabía que era perfecta. Nunca pensó que él sería quien inspirara dicho tema. Sabía perfecto de las habilidades del menor, pero jamás esperaría algo como lo que estaba ocurriendo.

 

—… Obsess. — Masculló el menor.

 

Cuando te veo me vuelvo loco. Mírame ¿Ya no estoy en tu corazón? Estoy obsesionado contigo, quiero estar contigo.

 

¡DeobeulEseu O Gong Il! — Fue la manera en las que se despidieron los miembros de SS501.


Aquella noche de octubre habían acompañado a su nutria. «My Story» había sido un éxito total, bien recibido por las Triple S, pero lo mejor fue ver a los cinco sobre el escenario. A las pocas horas de terminar el concierto los miembros tenían que partir, su agenda seguía demasiado ocupada. Sólo tenían tiempo para descansar y dormir un poco, pero dos no fueron directo a casa, claramente Kyu detestaba aquel «Encierro» que le generaba el servicio militar, era complicado vivir alejado del menor, pero después de todo, dos años pasarían volando. De alguna forma tenían cierta comunicación.

Ambos miembros se dirigieron a los camerinos, estos por  suerte de ellos,  daban para mucho y aún más la ausencia de los miembros restantes; ello era lo mejor, poder disfrutar el uno  de lo otro sin prisas, sin ningún apuro.

Se aseguraron de cerrar la puerta por dentro, usando el seguro. Sus miradas cómplices se encontraron, estas fueron acompañadas de unas suaves risas. No podían evitar sentir aquella adrenalina por hacerlo en aquel sitio, aunque no era la primera vez que no podían aguantar al llegar a casa. Pero el encierro del mayor, no les permitió ni siquiera llegar al auto.

El castaño se encargó de iniciar un dulce juego entre sus labios, sus brazos rodearon al cuerpo impropio en el que claramente se notaba un cambio a pesar de que no llevaba más que un par de meses en el Ejercito Surcoreano. Aquel movimiento entre sus labios no tardó en ser correspondido. Se besaban con una dulzura desmedida, tan lento, tan suave y perfecto.

Kim Hyung Jun dejó a pasos lentos dirigió a su hyun hasta llegar al sofá que se encontraba a pocos pasos de la puerta. Su cuerpo claramente, no dudó en posarse entre las piernas impropias. Lo hacía con delicadeza. Luego de tanto tiempo claro que no iría a prisa, se tomaba todo el cuidado con el pelinegro.

El calor de sus cuerpos comenzaba a llamarse y entre las caricias que en un inicio eran lentas, y que sólo mostraban cariño, estas de pronto cambiaron, se podrían apreciar sumamente intensas, tanto que no había tiempo para observarse. Sus labios se devoraban y sus manos inquietas retiraban cada prenda que no permitía observar el blanco de sus tersos cuerpos. Hasta aquella cadena en forma de cruz que portaba el maknae fue a parar al suelo junto a las otras prendas. No existía tela que les permitiera verse por completo.

No decían nada, todo aquel sería un completo silencio de no ser por aquellos suaves suspiros que de sus labios escapaban. Sus cuerpos eran saciados con caricias y besos, nada fuera de lo común. Se amaban como siempre, incluso como la primera vez.

El menor entró con delicadeza y sumo cuidado.  Las paredes internas de Kyu presionaban más que nunca, este se quejó un poco, era claro que le dolía, un poco solamente, pero sus caderas no tardaron en moverse con lentitud en sentido contrario de las del castaño, se encontraba listo, el maknae podría comenzar a embestirle. Entre un beso profundo inició el movimiento de sus caderas. Sujetaba las piernas contrarias a la altura de su cadera. Los jadeos no se hicieron esperar, como tampoco un par de marcas en sus cuellos y pechos, no eran demasiado llamativas, incluso desaparecerían aquel mismo día, simplemente eran marcas que indicaban quien había estado ahí aquella noche.

No había un orden exacto, como tampoco existía una guía de como seguir, no había que llegar a ningún tipo de acuerdos, ellos se amaban como sus sentimientos y ardientes cuerpos lo pedían. La necesidad de sentir que alguien te pertenece y tú a el era evidente.

Palabras repletas de sus sentimientos, en las que expresaban no sólo su amor, sino también lo mucho que se hacían falta era lo que mencionaban en aquel momento al hacer el amor.

Las embestidas continuaron un par de minutos más. Ambos jadeaban por lo bajo, y el mayor de ambos se sonrojó de inmediato casi en el preciso instante que el menor terminó dentro suyo, no salió de él, así como tampoco se detuvo, los espasmos correspondientes al orgasmo se lo impedían. Lentamente se detuvieron sus caderas. Salió del pelinegro con el mismo cuidado con el que había iniciado y sin dejar caer todo su peso sobre el de su novio, se recostó sobre el mismo al cual abrazó, aquel abrazo no podía durar demasiado. Pronto tendrían que vestirse y regresar al departamento de cualquiera de los dos. Al día siguiente continuar con sus vidas, no faltaría mucho para tener al mayor de regreso, entre sus brazos.

 

— Te lo dije ¿Cierto? El príncipe tenía que estar con su mago. — Manifestó sonriente el menor que observaba desde minutos atrás a su pareja. Kyu Jong, asintió con una suave risa. Era cierto, así eran como las cosas tenían que terminar, el príncipe con el mago. Aquel chico estaba a punto de regresar al servicio militar una vez que dejará el camerino, luego de aquella presentación en la que los cinco disfrutaban como lo habían hecho años atrás.  

Notas finales:

Espero les haya agradado aunque es bastante complicado de comprender.

:3 ¡Saludos y besos!


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