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Eclipse en el sol de América por LuuOkita

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La corbata de Stark fue la primera prenda de ropa en terminar el e suelo, seguida de su americana y luego sus zapatos, sintiéndose aún más pequeño entre los fuertes brazos del rubio que le apretaban contra su propio cuerpo sin darle una tregua a su boca mientras trataba de  quitarle la camiseta, excitándose aún más si cabe al ver al capitán sin camiseta. Sus bocas no tardaron en volver a buscarse, hambrientas de más besos y mordidas, los calzoncillos de Stark habían terminado tambien en el piso al igual que su vergüenza o preocupación, en ese momento todo era placer.

Las manos de Steve lo cogieron de forma firme de la cintura y le dejó contra la pared, antes de desabrocharse sus propios pantalones, dejando a Stark al igual que sus calzoncillos en el suelo con el rostro pegado a la tela caliente de su calzoncillo que mostraba su gran erección. No hacían falta las palabras, ni si quiera las miradas, el agarre fuerte pero cálido de Steve de su cabello le hizo saber que era lo que quería y no se lo pensó ni por un momento en dárselo. Steve gimió de forma, disfrutando del calor de la boca del millonario que parecía igual de excitado al estar así, pero él no quería una simple mamada, porque lo que quería era poseerlo, entrar en él con tanta fuerza que se quedase sin aire para gemir. Y así lo hizo.

Las manos de Tony rodearon los hombros del rubio, dejando arañazos por su amplia espalda mientras las piernas le temblaban y el calor aumentaba, quería sentirle aún más y movió las caderas gimiendo con cada roce. Los dedos de Steve apretaron sus muslos haciéndole rodear su cintura con estas y luego sus dedos viajaron hasta las nalgas que no dudó en apretar hasta dejarlas rojas, masajeándolas y luego volviéndolas a apretar mientras movía las caderas cada vez más intenso, sintiendo como el moreno temblaba entre sus brazos. Los labios de Stark buscaron los de Steve, que gruñía por lo bajo debido al placer y no dudó en invadir su boca demandante de besos, dejándole casi sin aire, mordiendo su labio inferior al separarse nos escasos milímetros para coger aire, volviendo a besarle segundos después, llegando al climax aún dentro de él, moviéndose por unos segundos más con gran intensidad, arañando sus nalgas al sentir que este también arañaba su espalda debido al placer, gimoteando con fuerza.

 

El sol entraba por la gran cristalera de la torre Stark que iluminaba el gran salón, donde todavía estaban las ropas tiradas por el suelo, desperdigadas y desarboladas, al igual que el dueño de la torre y el capitán, entrelazados mientras dormían aparentemente tranquilos. Stark fue el primero en abrir los ojos molesto de que le llegase tanto sol, cuando se dio cuenta de que no estaba en la cama, estaba en el sofá y no estaba solo, estaba con Steve Rogers, desnudos y abrazados como si fueran a despertarse y desayunar juntos, pero antes de que pudiera reaccionar en decir o algo Steve ya había abierto los ojos y gruñó al ver que tenía compañía y que no era precisamente su casa, casi empujándolo del sofá se puso en pie  buscando su ropa con la mirada pasándose una mano por el pelo y tras ponérsela ni si quiera se despidió simplemente se metió en el ascensor saliendo de allí. Metió las manos en los bolsillos mientras se encogía un poco, con algo de dolor de cabeza, además de lo molesto que era el sol en la cara a esas horas de la mañana con esa impresionante resaca que tenía, maldito Stark, todas las noches terminaban igual. Al principio solo discutían cuando se veían sobre las drogas que tomaba, luego venía el sexo, el violento y caliente sexo con Tony Stark, luego la huída, como la que acababa de hacer segundos antes.

 

Llevaba horas con la voz de Bruce como música de fondo mientras miraba al infinito apenas asintiendo con la cabeza, moviendo los dedos contra el escritorio de su despacho cuando le sacó de sus ensoñaciones al subir el tono de voz.

 

-¡Stark! -Exclamó algo exasperado colocándose mejor las gafas.- Tienes que centrarte ¿acaso sabes lo que te estaba diciendo? -Inquirió alzando una ceja casi molesto con ser ignorado de nuevo.-

 

-¡Oh vamos! Claro que sé de lo que estás hablando...-Dijo mirándolo esperando que continuase con su verborrea pero al quedarse callado solo suspiró pasándose una mano por el pelo acomodándose en la silla.-

 

-Deberías hablar con él, vuestra relación es tan tóxica como las drogas que toma -Le aconsejó Bruce, como las otras cientos de veces que hablaban del tema, esperando que Tony simplemente no cambiase de tema o se fuera como solía hacer.-

 

-No tenemos ninguna relación -Sentenció dispuesto a seguir trabajando y no tocar ese tema de nuevo, se mordió el labio con un leve suspiro, ni él había conseguido que dejase las drogas.

 

-No niegues lo que todos sabemos...-Le dijo suspirando con levedad.- Deberías hacerle una intervención, puede que no tengáis ninguna relación pero su modo de vida va a acabar con él y sé que no quieres eso -Le dijo esperando que sus palabras fuesen suficientes para que Tony reaccionase como el día que se enteró y se enfadó muchísimo con Steve.

 

-No va a escucharme, si intento sacar el tema va a salir corriendo -Murmuró suspirando mientras iba a seguir con su trabajo aún algo pensativo por las palabras de Bruce.

 

 

Tres días habían pasado desde el último encuentro con Stark y tampoco es que le hubiese echado de menos, algún que otro polvo con desconocidos a los que llamaba Tony y una noche en urgencias debido a que casi le da una sobredosis, pero no fue demasiado grave y ninguno de los vengadores tenía por qué enterarse. Se miró en el espejo de la sucia habitación en la que dormía, aún seguía con el traje y chaqueta que se había puesto para una absurda reunión de compañeros de guerra organizada por Falcon, se miró los pies con una leve sonrisa, unas botas de cowboy que le habían costado la mitad que unos zapatos de vestir daban el pego perfectamente y tras echarse el cabello hacia atrás decidió salir en buscar de Stark, necesitaba follárselo. No tardó demasiado en llegar a la Torre a pie, después de todo estaba casi en el centro de la ciudad y tras pedirle a Jarvis que le dejase a ver a Stark subió en ascensor hasta el salón, donde le vio tirado en el sofá mirando cosas en el portatil que cerró casi bruscamente al verle allí.

 

-Vaya, sigues vivo...pensé que te encontrarían una cuneta -Dijo Tony alzando una ceja algo molesto por llevar tres días sin una maldita noticia de ese rubio estúpido, mirándole a los ojos casi con cierto enfado pero a la vez preocupación.- 

 

-Cállate, Stark...sabes a lo que vengo -Dijo acercándose algo más a él, sin dudar ni un solo segundo, sentándose en el sofá para podder tirar de su camiseta y comerle la boca, dejando salir toda la necesidad de Stark que había tenido durante esos putos tres días. 

 

Tony cerró los ojos por un momento, dejándose llevar por la boca del rubio casi jadeando al sentir esa lengua recorriendo cada rincón de su boca, pero sabía que tenían que hablar no de la no-relación que no tenían sino de las drogas y puso las manos en su pecho, intentando apartarle pero el rubio era más fuerte y no se dejó hacer.

 

-Oh vamos...~ no me digas que no quieres que te haga gemir -Dijo sobre sus labios mientras le cogía las manos para apartarlas de sí mismo, besando y mordiendo su cuello disfrutando de los sonidos de placer y a la vez enfado que hacía el moreno bajo su cuerpo.

 

-Steve para -Pidió con voz suave removiéndose entre sus brazos consiguiendo soltarse dándole un golpe suave en el pecho para que se alejara de él, cogiendo aire cuando sus labios se apartaron de los propios dejándole respirar por unos segundos algo jadeante.- Tenemos que hablar...

 

-Mira Stark, solo follamos ¿de acuerdo? no lo estropees usando esa boquita para hablar -Dijo con cierta frustración de que le hubiera cortado el rollo de esa manera, mirándole con un leve bufido frunciendo el ceño.- Si lo que quieres son palabras de amor búscate a un gilipollas -Agregó segundos después dispuesto a irse. 

 

Tony suspiró al oírle hablar así, estaba claro que aquello ni si quiera se acercaba a una relación de amistad con derecho a algo, a grandes rasgos él era su puta gratis y era eso o no saber si estaba vivo o muerto. Cogió aire agarrándolo de la muñeca, dándose cuenta de que había sido una mala idea cuando le miró con enfado soltándose de ese agarre dispuesto a irse por lo que empezó a hablar al menos para que le escuchase.

 

-No es sobre eso...-Dijo desviando la mirada al sillón.- Es sobre las drogas...t-te tomas mucha cantidad y dios sabe de qué tipos de drogas, ni si quiera te da el dinero para comer y prefieres gastártelo en drogas..-Le dijo, muy rápido y muy nervioso de su reacción con la visión borrosa de las lágrimas que se agolpaban en sus ojos.

 

-¿¡Pero a ti eso qué coño te importa!? ¡Hago lo que me da la gana con mi vida! -Exclamó Steve empezando a sentirse furioso con Stark dando un par de pasos hasta quedar de nuevo frente a él.- Te recuerdo que no eres nada para mí y las drogas son asunto mío -Dijo poniendo uuna mano en su cara apretando su mandíbula para que le mirase.- ¿Qué ejemplo me darás tú, alcohólico de mierda? -Dijo con desprecio soltándole la cara.

 

-¡Porque me preocupas, joder! -Le gritó poniéndose en pie a pesar de estar a punto de llorar apretando los puños.- ¡Te vas a morir si sigues así! ¡Eres un maldito gilipollas! -Exclamó ahora sin poder contener las lágrimas.

 

Steve iba a contestarle pero la rabia pudo más que él y le dio una bofetada que volvió a dejar a Stark sentando en el sofá con la cara roja y aún llorando a lágrima viva. Iba a recriminarle que no le dijese nada cuando vio lo que había hecho, le había pegado y gritado a la única persona que se preocupaba por él al único que quería ayudarle. Cerró los puños antes de irse de allí lo más rápido que pudo, enfadado consigo mismo más que con nadie.

 

Después de esos segundos en los que solo sentía el calor del golpe en la cara oyó la puerta del ascensor y se tapó la cara con las manos echándose a llorar con fuerza. Tenía el corazón latiéndole a toda velocidad  y las lágrimas no parecían parar de salir de sus ojos, lo había estropeado todo intentando ayudar. Tras eso no volvió a tener noticias de Steve, ni si quiera tras tres días o una semana, parecía haber desaparecido, hasta que Jarvis al cual tenía buscando como un loco encontró un rastro sobre él, un simple informe de un psiquiátrico donde al parecer había ingresado de forma voluntaria por adicción a las drogas. Tony suspiró sopesando el ir a visitarle allí pero finalmente decidió quedarse con la vana ilusión de que las cosas ahora le irían mejor a Steve a partir de ese momento, presentando su dimisión para la iniciativa vengadores.


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