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Lonely in Gorgeous por Dolche

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Notas del capitulo:

Aqui mi pequeño oneshot incestuso, lean gustosamente ;)

Siempre pensó que si alguien tenía mala suerte, ese era él.

Todo en esa estancia se encontraba en penumbra, y a pesar de no ver nada todo era tan, pero tan visible. Cerró los ojos tratando de ignorar a la persona a su lado, pero eso era más que imposible, su hyung parecía querer dejarlo en una incómoda situación. 

La gruesa manta que le envolvía era tenuemente iluminada por el resplandor que soltaba el teléfono del otro, ya sabía lo que aquel pervertido observaba en la pantalla. Y otra vez se maldijo. ¿Por qué a él?

Apretujó el labio inferior entre los dientes, pero el movimiento constante de la cobija no pasaba desapercibido. El sofá-cama en que los dos dormían se sacudía siguiendo el envite de la mano, y los pequeños alaridos que se escapaban de la boca penetraban por sus oídos hasta instalarse muy profundo en su cerebro.

Se aferró con los puños a las cobijas, tenía que controlarse. Pero con tanto movimiento, prácticamente era como tener a Jonghyun masturbándose frente a él a plena luz del día. 

Una punzada en su miembro y apretó los ojos. Debía calmarse y fingir que seguía dormido, igual de falsamente dormido que todas las noches anteriores en que a Jonghyun le habían entrado las ganas de tocarse aun teniéndolo a un lado.

La temperatura de su cuerpo subía: burbujeaba. Era algo que lo adormecía y atontaba para mal de su juicio. No entendía por qué su hyung se conformaba con esos videos baratos y con su propia mano, cuando él podía encargarse muy bien del molesto bulto. Si tan solo Jonghyun le pidiera tocarlo… jamás volvería a conformarse con la falsedad de esos videos, en cambio, Jonghyun buscaría sus caricias.

¿¡Pero qué cosas más escandalosas pensaba!? ¡Él no podía permitirse desear a su hyung de esa manera! Aun si su cuerpo se quemaba, todo eso era incorrecto.

Su propio miembro le gritaba, quería que lo atendieran al igual que el de a lado… y Kibum quería tomarse. ¿Para qué mentir? De hecho, se moría por hacerlo, pero eso implicaba ser descubierto. Y no solo eso, Jonghyun lo atraparía sintiendo el deseo: ese cálido sentimiento que tanto se esforzaba por borrar de su persona, correr tan lejos de él como pudiera. Sí, los demás podían pensar que él era una persona tan fría y rígida, pero la vedad es que el hielo también quema: arde.

Y era consiente de todo eso. Andaba libre por ahí, coqueto para el público, sacudía la cadera provocadora, moviendo ese par de nalgas que tantos cumplidos recibían; cumplidos que él hacía bolita y desechaba por el sanitario. Era cruel que caminará restregándoles en la cara lo que nunca obtendrían pero, le subía el ego. 

Simplemente eso.

El sofá-cama vibró con más fuerza, escuchó el puño chocar contra la pelvis. Su respiración luchaba por agitarse, pero Kibum se concentraba en respirar muy profundo y lento para no alertar al otro de su presencia más que consiente y despierta. Deslizó la mano suavemente hacia abajo: imperceptible. Buscó su propio miembro sobre la ropa comenzando a acariciar. En ese momento lo único que deseaba era jalar de este salvajemente hasta correrse.

—Ahhh… —Jonghyun se contrajo a su lado con la respiración alterada—. ¡Diablos! —masculló. Hecho las cobijas a un lado para encerrarse en el cuarto de baño.

Kibum se reprendió por sus actos posando la mano lo más lejos de su entrepierna. Él no caería en algo tan bajo como masturbase. ¿Qué tenía de bueno hacerlo? No es más que un acto frívolo, para realmente sentir el placer se necesita a otra persona, de preferencia a una por la que tengas sentimientos.

Para Kibum masturbarse era como resignarse, significaba que tenía que poner a su mano a complacerlo porque carecía de alguien con quien desquitar su frustración sexual. Y él es humano, no un animalito que no pueda controlarse a sí mismo y aguantar las ganas.

Jonghyun salió del baño y dejó caer su cuerpo a su lado. Se removió con pesadez hasta encontrar una postura cómoda y durmió. En cambio él… no pego ojo hasta que sólo restaban dos horas para tener que levantarse.

*******

—Pero qué cara… Key, te ves horrible. ¿Qué te paso? —le preguntó su amigo al verlo llegar cual mapache al colegio.

—Mi hermano. Eso paso. —Tomó asiento a su lado.

— ¿¡Otra vez!? —preguntó asombrado—. Vaya… ja,ja. Tu hermano sí que tiene la sangre revuelta. ¿Cuántas noches van ya que no te da descanso? —incluso de lejos podría notar que Taemin solo se burlaba de él.

—Tae… ya no soporto esto —comentó apesadumbrado—. No he tenido una buena noche de sueño rejuvenecedor en días. 

— ¿Y por qué no le pides a tu tío un cuarto? Sé que él no tiene dinero pero, ustedes sí. Bien pueden pedirle permiso para construir uno.

— ¿¡Estás loco!? —rio con sorna—. ¿¡Acaso crees que quiero instalarme en la casa de ese hombre de por vida!? Ah-ah—agitó el dedo—. Prefiero mil veces no dormir hasta que Jonghyun termine con la papelería necesaria y largarme de ahí.

No es que su tío fuera una mala persona… bueno, de hecho si lo era. Ni cómo ayudarlo… el hombre era tan cerrado y machista, “Los hombres deben ser feos y peludos, no bonitos”, le repetía siempre escupiendo las palabras mientras miraba desdeñosamente a Kibum.

Después de la muerte de sus padres, los dos se encontraban solos, sin más ayuda y apoyo que el de su tío.

—Cuando hyung y tú compren su casa, asegúrate de que no sea tan grande, luego no vaya a ser que tu tío se quiera mudar con ustedes. —Rieron, pero en realidad no había nada divertido en la situación.

—Muy bien chicos, tomen asiento. La clase inicia ya. —El maestro mandó silenciar el bullicioso espacio.

*******

— ¡Por fin! Un descanso…—exclamó su amiga Amber.

—Si… me duele la mano de tanto escribir—se quejó Taemin.

—Oigan, a mí también me duele la mano y no me estoy lloriqueando. Mejor démonos prisa y vamos a la cafetería.
Los tres caminaron juntos hasta el lugar. 

Key busco por las mesas hasta que encontró la mesa en que 
su hermano y los amigos de este se sentaban. Los amigos de Jonghyun eran todos unos idiotas presuntuosos. Se creían todos muy guapos. Aunque de hecho si lo era pero, no tenían nada de cerebro.

—Jjong. Dame mi dinero —exigió tendiéndole la palma.

—Solo por eso me buscas ¿verdad? Por el dinero… —buscó en el bolsillo de su pantalón, saco unos billetes y los puso en su mano—. Ten. Y ya que vas para allá, me compras algo.

—Pero Jong, me duele la mano… hoy la maestra de literatura dictó toda la hora. Mi pobre manita…

—Key, ¿qué tiene que ver tu mano con ir? —preguntó incrédulo.

—Pues que… —muy bien, era hora de usar el arma secreta—. Hyung… hyung… por favor, Bummie no quiere ir… —él no podía negarle nada cuando le llamaba “hyung” de una manera infantil.

Jonghyun suspiró resignadamente, había vuelto a perder contra ese pequeño mocoso. Le arrebató el dinero y fue a hacer fila para comprar.

Cuando su hermano desapareció, Dongwoon y Woohyun no tardaron rodearlo.

—Bummie, ¿por qué no sales con nosotros un rato? Podemos ir al cine…

—O a un lugar más íntimo; como prefieras. Nos aseguraremos que te diviertas. —los dos “amigos” de su hermano estaban tan cercas que lo oficiaban. 

—Vamos chicos, no molesten al hermanito de Jong —dijo una voz desde la mesa.

—Tú no te metas Onew —le amenazó Dongwoon—. Anda, ven con nosotros.

Kibum paseó la mirada entre los dos. —Le diré a mi hermano que me siguen acosando para que les vuelva a partir la cara —sentenció. 

La sonrisa de ambos chicos se congeló, y rieron incomodos. —Bummie, sabes que es broma, no hay que meter a Jonghyun en esto.

— ¿Yo qué? — Jonghyun llegó entregándole su comida, y con un brazo le abrazó la cintura pegándolo a él—. ¿Este par está molestándote de nuevo Key?

Kibum vio como le rogaban con la mirada. —No —decidió decir —. Bueno, nosotros nos marchamos Jong —y así, Kibum salió de la cafetería seguido de Taemin y Amber.

******

Cuando llegaron a la casa, Jonghyun habló:

—Tú ni te escapes, ven aquí —Jonghyun palmeo el sofá—. Tenemos que hablar.

— ¿Sobre qué?

—Sobre la casa. La mujer me llamó y dijo que hoy nos entregan la casa, así que, en cuanto le ponga todos los servicios y la decoremos, podremos mudarnos. 

— ¿Es enserio? —preguntó emocionado; Jonghyun asintió—. ¡Al fin! ¡Pronto podremos irnos! —Se abalanzó sobre su hyung abrazándolo sin contener su felicidad. 

— ¿¡Pero que están haciendo!? —el grito de su tío los hiso separarse—. Los hombres no hacen cosas de niñas como abrazase, parecen maricas… —lo oyeron refunfuñar hasta el segundo piso y encerrarse en su habitación.

Jonghyun miró Kibum cabizbajo a su lado. —Key —lo llamó pero este no volteó—. Key —le tomó del mentón levantando su rostro. Se encontró con una par de ojos acuosos.

—Jong, crees…, que si nuestros padres aún vivieran, ¿ellos también se avergonzarían de mí? 

Jonghyun apretó la mandíbula, contuvo su enojo y sólo lo abrazó. —No Key, claro que no. Ellos jamás pensarían eso; no hay nada malo con que te gusten los hombres. Ellos lo entenderían.

— ¿Enserio crees eso?

—Por supuesto. Ellos eran personas inteligentes, no ignorantes —limpió las lágrimas que había en sus mejillas y volvió a recargarlo en su pecho—. Ya verás, arreglaré lo de la casa lo más rápido posible, nos iremos de aquí y ya no tendrás que soportar ese tipo de comentarios.

******

—Taemin, quiero matarme —dijo.

—Y ahora ¿por qué? —inquirió tratando de contener la risa.

— ¡Jonghyun es un cerdo! No tiene llenadera… —se quejó—. ¿Qué no ve que yo estoy a un lado de él? ¿Por qué sigue haciendo “eso”? Y yo… —paró lleno de frustración—. Quiero mi propia cama, pero no falta mucho…

—Deberías hacerle el favor; tu sabes a lo que me refiero… —Taemin movió su puño haciendo un gesto obsceno.

Kibum lo jaló de la oreja para susurrar en ella. — ¿Enloqueciste, pequeña cabeza de hongo? Es mi hermano —lo soltó.

Taemin se sobó. —Pero aun así te gusta.

— ¿Te gusta alguien Key? ¿Quién te gusta? —preguntó 
Jonghyun sentándose junto a ellos en la mesa de la cafetería.

Kibum quería matar a Taemin por meterlo en ese embrollo, pero con sólo su mirada no funcionaría.

—Nadie. No me gusta nadie —se apresuró a decir.

—Oí claramente como Taemin dijo que te gustaba alguien, no trates de engañarme. ¿Quién te gusta? —insistió más serio.

— ¡Ya te dije que nadie! ¡Deja de meterte en mi vida! —estaba enojado, y gritó lo primero que sintió.

—Vine a dejarte tu dinero; perdóname por meterme en tú vida —le respondió tajante. 

Jonghyun se puso de pie y estampo el dinero en mesa antes de irse. Genial, ahora él también estaba enfadado; no debió haber dicho eso.

******

Listos y con el pijama, cada uno se acostó en su lado del sofá-cama.

— ¿Planeas no volver a hablarme para siempre? —sospecho Kibum.

—Me dijiste que no me metiera en tu vida, así que… —dijo con simpleza.

— ¿No me perdonarás por decir eso? —se giró ente las cobijas para verlo.

Jonghyun aparto los ojos del celular y le devolvió la mirada. 
— ¿Me dirás quién te gusta?

—No.

—Entonces no —dijo regresando su atención al teléfono.

—Bien. No te rogaré. —con rencor, Kibum se volteó mirando al lado opuesto y cerró los ojos para dormir.

En medio de la noche, abrió los ojos viendo todo negro. Kibum despertó al sentir las sacudidas del sofá-cama. Escuchó lo pequeños quejidos inconsistentes de su hermano, y uno cosquilleo le recorrió toda la piel.

Kibum se contenía, pero cada vez más agitado por la excitación; tenía que “seguir dormido”. Se giró en dirección Jonghyun para amentarlo, pero no así paró. 

“Al demonio”, pensó. Abrió los ojos y vi a Jonghyun contra la almohada y los ojos cerrados mientras se masturbaba. Los dedos de la mano le temblaron cuando metió la mano bajo la cobija de su hyung que le tomó su miembro.

Jonghyun se incorporó en el sofá sorprendido y asustado. — ¿Qué haces Key?

No respondió. Alejó las cobijas y se sentó sobre sus muslos mientras movía la mano más rápido sobre el miembro de Jonghyun. Este suspiró, estrujando las cobijas entre las manos, se dejó acostar cuando la mano de Kibum le empujó por los hombros.

Kibum se inclinó sobre él y mejilla y cuello. —Me gustas tú Jong —suspiró la palabras cobre su oreja.

En ese momento Jonghyun retorció con un áspero quejido, y Kibum sintió la humedad en su mano.

— ¿Qué dijiste? —preguntó el mayor entre jadeos.

—Sé que tú no me quieres así, pero tenía que decirlo —repuso.

—Yo…, te quiero Key, pero…

—No me refiero a ese tipo de querer —lo interrumpió. 
Jonghyun se sentó mirándolo de frente, le tomó las mejillas y dio un pequeño beso a sus labios. —Sé a qué querer te refieres, Key. Yo te quiero, pero mi deber es cuidarte, no puedo hacer esto.

— ¿Y por qué piensas que al hacerlo no me cuidas?
Jonghyun lo pensó un momento. —Porque soy tu hermano, yo debo cuidar tu inocencia, y procurar que nadie te haga daño. 

—Jong, mi inocencia terminó desde la primera vez que te masturbaste sin importar que yo estuviera a un lado —le acusó con un golpe al brazo musculoso.

Jonghyun lo miraba mientras sobaba del área afectada, casi podía ver cómo se atoraban las palabras en su garganta. —Tú…, pero tú… ¿no estabas dormido?

— ¿Cómo podría dormir cuando haces tanto escándalo? ¿Sabes cuánto tiempo llevaba conteniendo mis ganas de tocarte? —paró de hablar y miró a otro lado mientras una idea llegaba a su cabeza—. Jong, quiero que me toques.

— ¿Q-qué?

Kibum pegó la frente en su hombro desnudo y paseó la manos por todo el pecho y abdomen para incitarlo. —Tócame —Besó desde su cuello hasta llegar a la boca. 

Sintió la resistencia, la indecisión. Pero al final, Jonghyun le devolvió el beso. Sus labios se tocaban mientras compartía el aliento y sus lenguas se rozaban. Las manos morenas le tomaron de la cintura y lo recostaron provocando un quejido del sofá; ese sofá chillaba con cualquier movimiento.

Se desnudaron. Kibum se sentía preso de Jonghyun, no importaba dónde o cómo lo tocaba, su piel simplemente quedaba ardiendo, cuando frotaba su miembro, o metía sus dedos, Kibum no podía evitar gemir un poco más fuerte.

— ¿Estás listo? —Jonghyun le pregunto, él se tomó un respiro y asintió—. Bien.

Apreció como el mayor se acomodaba mejor sobre él y empujó. Se le fue el aliento por un momento, enserio dolía. 

— ¿Estas bien?

—Sí, sí. No importa, tú sigue —le pidió; mientras más se movía, mejor se sentía—.Jong...

—Sh…, no debes hacer tanto ruido —Jonghyun le pasó camiseta hecha rollo y la puso frente a su boca—. Muérdela.
Apretó la camiseta entre los dientes y se sintió más libre de gemir. Jonghyun lo hacía sentir tanto goce, y los contantes chirridos el sillón lo calentaban, aunque lo tomara con fuerza o lo rasguñara, no podría controlarse.

—Ahh… Jong… —su abdomen tembló incontrolablemente, y todo su placer se liberó.

Jonghyun que soltaba leves suspiros, dejó de moverse con un grave gemido y llenó su interior. Se sentía molido; tan cansado, sucio y pringoso, pero había una sonrisa que iluminaba sus ojos. Se sentía feliz; enteramente feliz.

—Key, vamos a dormir. Ven —sin pensarlo se acercó, y durmió lo que quedaba de la noche entre sus brazos.

*******

—Jong, despierta —lo sacudió de nuevo—. Despierta, mi tío podría vernos.

Al oír eso, Jonghyun se incorporó apresuradamente y miró el reloj. —Falta poco para que despierte; báñate rápido mientras alisto las cosas y caliento el carro.

Su escapada fue efectiva, esa mañana no se encontraron con su tío, y procuraron no hacerlo mucho los siguientes días. Días en que se ocuparon de la casa; en cuanto terminarán de empacar se irían. 

—Esto ya es lo último, ¿tú ya terminaste? —preguntó Kibum mientras metía algunas cosas en una mochila.

—Sí…, ya termine —se puso de y miró todas sus cosas empacadas—. Tengo hambre, cocinemos algo. 

Fue hasta Kibum y le ayudo a levantarse para ir a la cocina. No dejaban de mirarse el uno al otro mientras cocinaban, ni me sonreírse mientras comían. 

—Tú lava los trastes mientras yo limpio —le dijo Jonghyun.
Él obedeció y comenzó lavarlos, sólo le faltaba tallar la tarja cuando un par de fuertes brazos le rodearon la cintura, y un par de labios le besaban el cuello. — ¿Cuánto te falta? —le preguntó contra la piel.

—Casi nada —enjuagó para quitar la espuma de metal, cerró la llave, y secó sus manos en la ropa antes de voltearse y besarlo como había deseado desde que sus brazos le tomaron para pegarlo más a su cuerpo.

— ¿¡Qué demonios pasa aquí!? —los dos pararon el beso para ver como su tío los miraba asqueado.

—Tío, nosotros sólo… —Jonghyun le puso la mano en la boca.

—Calla Bummie, no tenemos por qué dar explicaciones —sentenció.

— ¿Qué no deben, dices? —su tío se acercó un poco, ya enojado—. ¿Qué pensaría mi hermano si los viera así? ¡Pobre de mi hermano! ¿No piensan en la vergüenza que sentiría de saber que sus dos hijos son unos enfermos, unos maricas?

Jonghyun se acercó a su tío dándole un fuerte golpe en la mejilla. —No te permito que nos hables así, ni que te refieras a Key de ese modo. Eres la persona que está más lejos de saber lo que pensarían nuestros padres.

—Largo. ¡Fuera de mi casa!

—Ya no vamos, no te preocupes. —Fue hasta Kibum y de la mano lo llevó hasta donde estaban todas sus cosas—. Vamos, Key. Ayúdame a llevar todo al auto.

Una hora más tarde, se encontraron desempacando en su nueva casa. Miraron el lugar que ellos habían creado, su propio espacio lleno de seguridad. Kibum miró a Jonghyun descansado sobre el sillón, y fue a sentarse en su regazo. Se abrazaron él uno al otro dándose confianza.

—No te preocupes Bummie, todo estará bien. ¿Sabes por qué? —Kibum se alejó un poco para mirarlo con curiosidad y negó con la cabeza—. Porque te amo.

—Yo también te amo Jonghyun. —Lo besó, y se recostó en su pecho para relajarse un rato antes de empezar a desempacar todas sus cosas.

Fin.

Notas finales:

El fin. Gracias por leer =D


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