Capitulo 2: Soda
Así es. Seth siempre ha sido posesivo con las cosas que él cree suyas. No sé mucho sobre él, pero si se algo: Es un idiota posesivo y celoso cuando se trata de los objetos o la gente que él considera sus tesoros. Seth... Es una de las personas más celosas que he conocido
Estoy en mi ruta usual para llegar a la escuela, cuando una voz fuerte y profunda me llama -¡Hey, Nico!-
Me doy la vuelta, y Parker me da su clásica sonrisa mientras corre y me da unas palmaditas en la espalda –Me llegó tu mensaje de emergencia, pero me dormí temprano ayer, así que apenas lo vi hoy. Perdón por no haberte llamado anoche-
La temperatura fría en el aire es una sorpresa agradable, porque el clima ha estado caliente todo el maldito mes, incluso en las mañanas. Respiro el aire fresco y camino sobre una rama seca en el suelo, escuchando como se parte en dos.
-Está bien, sólo quería hablar con alguien. Mis hermanos son un par de idiotas-
Me encojo de hombros y Parker frunce el ceño.
- ¿Y qué castigo te dio tu mamá?- Pregunta, alejando un mechón de cabello de su cara.
Parker es lo clase de chico que muchas chicas describen como atractivo, tiene cabello lacio y café con una cierta tonalidad dorada, ojos que contrastan, pero su sonrisa asesina que brilla cada vez que pasa junto algún chico apuesto por los pasillos de la escuela hace que hasta el más recto se estremezca.
Me escuchaste bien; Parker es homosexual. En términos más familiares, es gay.
Es por eso que a veces cuando hablamos de cosas sin importancia, el tema cambia al chico guapo que pasó en frente de nosotros.
-Tengo que limpiar el baño por seis meses. Y Jayden y Seth siempre orinan fuera del inodoro, a veces lo hacen en el piso- Me golpeo la frente fingiendo drama, y Parker infla sus mejillas.
-Apesta ser tú-
-Gracias, amigo-
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Llegamos a la clase más temprano de lo que anticipé, y Parker rápidamente arroja su mochila en su silla antes de ir con su novio de un mes, Thomas Winters, para hablar con él.
Así que ahora estoy sólo en mi asiento, sin nada que hacer, ni nadie con quien hablar, saco mi cuaderno y empiezo a bosquejar.
Abruptamente, la puerta del salón se abre y automáticamente volteo para ver a Seth entrando, el enojo es evidente en su cara pálida. La mirada en sus ojos es idéntica a la misma que tenía ayer cuando estaba peleando con Jayden.
-Debe ser por Marissa- deduzco, y miro con diversión silenciosa como se sienta en su pupitre, Joel y James lo rodean en un instante, miradas de preocupación en sus rostros, apuesto a que no les ha contado lo de ayer.
-Pobrecito- La palabra surge en mi mentey no puedo detener la sonrisa en mi rostro. Bueno, tal vez si soy sádico con mis hermanos.
Pero tengo una buena razón para serlo.
Porque, Seth es el mismo que hundió mi cabeza en el agua del inodoro cuando teníamos ocho sólo porque mamá había decidido que él tenía más autos de juguete que yo y me dio el modelo verde que habíamos visto desde hacía un rato a mí.
Y él sí que tenía más autos que yo, muchos más.
Si papá no hubiera pasado por el baño cuando lo hizo, no estoy seguro si estaría vivo ahora. Seth fue despiadado, sumergiendo mi cabeza en el agua y sosteniéndola con fuerza.
El recuerdo me transporta al pasado.
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Nico Walker a los ocho años
Estoy arreglando el modelo de la carretera y poniendo mis autos en la autopista cuando Seth entra en mi habitación, una cara bastante cruel en su rostro de ocho años. Aunque no sé porque está aquí, mi cerebro me dice que estoy en problemas.
Se lanza a mí y me toma por la muñeca, sosteniéndome en un agarre mortal.
Duele, y trato de escaparme mientras protesto -¡Oye! ¡¿Qué crees que haces?!-
No me responde, en lugar de eso me arrastra fuera de mi habitación en dirección al baño. Incluso a su edad, es más fuerte que yo. Eso me molesta, pero no hay mucho que pueda hacer siendo la víctima.
-¡Seth! ¡¿Qué haces?!- Gruño cuando me lleva al inodoro, sin molestarse por cerrar la puerta. Abro la boca, pero antes de que pueda quejarme me sostiene de la cabeza y aprovechando mi shock repentino me empuja rápidamente dentro del inodoro. Como todo un experto.
Como todo un experto.
Lo primero que cruza por mi cabeza cuando siento el agua en mi cara es: ¿Lo hace regularmente? Pero la realidad me golpea y me doy cuenta de que no puedo respirar.
No, no, no. ¿Tan siquiera sabe lo que está haciendo? Lucho, pero Seth es lo suficientemente fuerte como para sostenerme y prevenir que escape.
No puedo respirar… No… Puedo…
Los siguientes segundos son borrosos y todo se vuelve obscuro.
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El mismo sentimiento de ese día vuelve a mí y no me doy cuenta de que me estoy hiperventilando.
No puedo respirar. No puedo respirar. No puedo respirar ¡No puedo, no puedo, no puedo respirar!
Sostengo mi pecho, tratando de forzar el aire a mis pulmones, pero mi mente no responde y no me puedo concentrar en nada excepto en por qué el cuarto está girando.
-¡NICO!- La voz desesperada de Parker me saca del trance, y siento como regreso al mundo y a mi cuerpo -¡Para! Ya pasó, ya pasó-
Él es el único fuera de mi familia que sabe acerca del incidente del inodoro, y probablemente nunca se hubiera enterado si no hubiera entrado a mi casa el otro día cuando Seth me reclamaba por una tonta manzana Fuji y accidentalmente mencione el tema en frente de Parker.
A veces el recuerdo vuelve a mí cuando pienso, y él puede darse cuenta cuando revivo el pasado.
El cuarto ya no está girando, volteo a ver la cara de preocupación de Parker y agradezco silenciosamente a dios por darme un gran amigo. No tengo energía y las manos de Parker están en mis hombros.
-Sí- Logro decir –Ya pasó-
Seth me voltea a ver con una expresión ilegible. Cuando Parker me abrazó alcancé a ver la mirada rara de Thomas.
Mi corazón se calma y le regreso el abrazo, atrayéndolo a mi e ignorando las caras extrañadas de nuestros compañeros.
El alivio me invade cuando sus brazos me aprietan y me alejan del miedo que sentía.
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Parker rechaza la oferta de Thomas para sentarse con él en el almuerzo como usualmente lo hace, porque si Parker no se sienta conmigo estarme solo, y él no quiere eso.
Normalmente, Thomas está bien con esto.
Pero por alguna razón, después de ese abrazo, parece estar enojado conmigo, y no sé por qué. Sólo puedo pensar que está celoso, pero eso es imposible. Después de todo, Parker y yo somos mejores amigos. Y está bien que me abrace cuando lo necesito ¿Verdad?
Nos sentamos en la mesa usual y Parker empieza con su jugo de manzana.
- Así que ¿Qué te agitó hace rato?- Me pregunta, yo frunzo en ceño –Es raro que pienses en eso hoy en día, así que debe haber una razón-
Recuesto la cabeza en la mesa y suspiro –Estaba pensando en lo sádico que soy por siempre querer meter en problemas a mis hermanos, y después pensé en una razón para justificar mis intensiones-
Parece que no sabe que decir. En vez de hablar, me acaricia suavemente la cabeza.
-Cambiando el tema, ¿Puedo ir hoy a tu casa? Los regaños de mamá me están matando- Finge estar moribundo y giro los ojos –Estoy tan aburrido, al menos en tu casa tengo acceso ilimitado a tu computadora-
Allí si tengo que estar de acuerdo, la madre de Parker es malévola cuando se trata de dejarlo usar su computadora, y el hecho de que se unió al club de adictos a la computadora no ayuda en nada.
-Claro- Digo, pero no puedo decir nada más cuando un “Crash” se escucha en la cafetería y todos voltean a ver qué pasa.
-¡Seth!- Una voz chillona dice y volteo a ver al mencionado, que tiene los puños cerrados y una mirada amenazante.
Está mirando a un Jayden enojado, que se levanta de la mesa en la que acaba de ser empujado, y adivino que Seth probablemente tomó por sorpresa a Jayden cuando estaba distraído y lo empujó a las mesas.
-Pequeño cobarde- Jayden insulta a mi otro hermano, quien se burla en respuesta.
La chica bonita con pelo rosado que está del lado derecho de Jayden da unos cuantos pasos nerviosos y empieza –Jayden, Yo…-
Él volteó a verla y gruñó -Cállate Marissa-
-¡No le hables así!- Seth llama la atención de Jayden una vez más, el otro gira los ojos y se lanza para golpearlo directo a la mejilla derecha.
El impacto causa que se resbale y caiga al suelo. Miro con fascinación enfermiza como se limpia la pequeña mancha de sangre del labio y se levanta del piso.
Todos ya están rodeándolos, y la mayoría de los chicos están gritando -¡Pelea, pelea, pelea!- Una y otra vez.
Parker tiene una expresión sombría en su apuesta cara. No se ve muy interesado en la pelea que está tomando lugar al otro lado de la cafetería.
-Eres tan débil- Jayden dice, y el labio inferior de Marissa tiembla levemente al ver a un Seth muy miserable frente a ella y Jayden.
Por un segundo, un breve segundo, me pregunto si ella está arrepentida.
Seth no dice nada, sus ojos negros se mueven alrededor de la cafetería como si estuviera buscando alguna arma cercana para golpearle cabeza a Jayden.
Podría ser cierto.
El chico de ojos azules envuelve un brazo alrededor de la cintura de Marissa, quien instantáneamente se relaja y sonríe.
La manera en la que ella mira a Jayden debe ser la razón por la que Seth está tan molesto. No le gusta pensar que su novia puede sentir esa clase de sentimientos por alguien que no sea él.
-Pensándolo bien, debe ser por eso que muchas de tu novias te han dejado por mí- Acaba de tocar un nervio.
Seth toma la charola de almuerzo que está en la mesa junto a él y trata sin éxito de golpear a Jayden en la cabeza con ella. Jayden bloquea su ataque ágilmente y los trabajadores de la cafetería vienen corriendo a separarlos
Eso es bueno, supongo. Jayden se ve con ganas de mandar a Seth al hospital.
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Los trabajadores de la cafetería entran y los separan, todo mientras Jayden le lanza insultos a Seth.
Después de que son separados, Seth sale de la cafetería en dirección al área de baloncesto, que usualmente está desocupada durante el almuerzo. Parker baja la mirada hacia su charola de almuerzo y me dice que ya no tiene hambre.
Le digo que ya somos dos y dejamos nuestras charolas para ir a la máquina de sodas.
Cuando presiono el botón para comprar una soda, la voz de Thomas se oye detrás de nosotros
-Hola Park- Le sonríe a su novio y pone un brazo en sus hombros –Te extrañé- Le da unos cuantos besos en el cuello y no puedo evitar darme la vuelta algo sonrojado por su demostración pública de amor -¿Quieres ir a la biblioteca conmigo? Quiero sacar unos libros-
Parker lo piensa, voltea a verme. Esta vez no paso por desapercibida la mirada molesta de Thomas –Uh…- Parker empieza y yo sacudo la cabeza.
-Está bien, ve con él, de todas maneras quería ir al jardín- Parker sabe que sólo me gusta ir al jardín cuando estoy solo, y su mirada cambia hacia Thomas, y de vuelta a mí, hasta que por fin dice –Bien, te veré en la clase-
Miro como mi mejor amigo y su novio se va por el pasillo, hasta que el sonido metálico de la máquina de sodas llama mi atención.
El área de baloncesto no está muy lejos de aquí, pero nunca me había dado cuenta hasta ahora, y me encuentro a mi mismo mirando la silueta de mi hermano menor por diez meses intentando encestar sólo para fallar miserablemente.
Lanza. Lanza. Lanza. Pausa. Lanza. Lanza. Lanza. Pausa.
Es como una rutina y me siento raramente fascinado por la imagen de él jadeando y mirando frustrado. Algo acerca del hecho de que no consigue lo que quiere causa un sentimiento raro en mi estomago.
Casi se siente como alivio.
Se resbala de espaldas y se sienta debajo del sol ardiente. Me pregunto cómo es que el calor no le molesta.
Mi s ojos se quedan con mi hermano por bastante tiempo, y los muevo para ver la máquina de sodas en frente de mí.
Miro a Seth una vez más, me encojo de hombros y pienso –Que demonios- y meto otra moneda en la máquina para comprar otra lata de soda.
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En algún lugar al fondo de mi mente, hay una voz gritándome que no sea estúpido.
La ignoro y atravesó la cancha de baloncesto y camino en la dirección de Seth. Aún está sentado en el mismo lugar.
Jamás ha sido bueno conmigo.
¿Entonces qué diablos estoy haciendo yendo hacia él con dos latas de soda en la mano?
¿Estaba pensando derramarle la soda encima? Se ve bastante miserable, puedo notarlo cuando me acerco.
Sin poder controlar mis acciones le toco el hombro con una de las latas.
No sé porque, pero cierta oración se forma en mi cabeza, cuando voltea y me mira a los ojos su rostro está lleno de sorpresa.
-¿Qué haces?- Sus ojos se llenan de sospecha.
No digo nada. En vez de eso agito la lata en frente de él, mi lenguaje corporal obviamente dice que se la estoy ofreciendo.
Seth mira todas partes alrededor del área, como si estuviera buscando a alguien que pudiera salir de la nada para golpearlo en el momento preciso.
Le toma un tiempo entender que no tengo malas intenciones y acepta la lata de soda que aún le estoy ofreciendo.
Levanta la tapa metálica y toma un gran sorbo de soda. Mirarlo tomándola me hace tener sed también, y creo que se debe al calor. Empiezo a beber un poco de mi lata también, y me siento junto a Seth en el suelo.
-Hace calor- Digo, y bajo la mirada para ver mis piernas.
Me mira de manera rara. Después le echa un vistazo a su lata y habla.
-¿Para qué demonios viniste?-
Ignoro su comentario.
-¿No crees que hace calor?- Pregunto y él hace un sonido en acuerdo.
Él está usando jeans vaqueros y una camiseta negra. Acorde a la lógica, debería estar sudando mares ¿Pero porque no lo hace?
La única huella de transpiración que puedo ver es una diminuta gota en su mejilla lisa y pálida.
No tiene sentido. No me responde. De repente, se inclina hacia atrás y se recuesta en el duro piso de la cancha de baloncesto. El piso está ardiendo, y el hecho de que se acueste tan fácilmente en el me molesta.
-No sudas mucho- Le digo.
Sus ojos están cerrados, y dejo salir un largo y tedioso suspiro. Ya no me importa.
No me importa si no me habla aunque yo le siga hablando.
No me importa si se enoja y empieza a partirme el trasero.
Sólo quiero decirle como me siento, porque está es la oportunidad perfecta.
-Sabes- Y así comienzo- No es justo. Estas usando jeans vaqueros y una camisa negra. El sol esta perforándome la piel y aún así tú estás allí acostado en el maldito piso ardiente, como si no te importara el calor-
-Tienes pelo completamente negro que ni siquiera se ve café en el sol y yo tengo cabello negro que se pone castaño en cuanto toco la luz del sol. Tienes eso misteriosos ojos oscuros que me hacen enojar cada vez que los miro porque cada vez que miro los míos, son simples ojos… Café y odio el hecho de que seas mucho más apuesto que yo incluso cuando somos hermanos biológicos-
-Odio cuando me miras odiosamente y me culpas por todas las cosas que quieres y no puedes tener, y después me pateas en el piso porque sabes que soy débil y no me puedo levantar- Tomo una pausa para beber un poco de soda.
Ahora está sentado y me mira. Yo le devuelvo la mirada por un momento.
-Actúas como todo un idiota y no te importa unirte con Jayden para encargarte de mí cuando quiero decirle a mamá que ustedes fueron quienes rompieron su vasija, a pesar de que es él quien robo a tu novia y te golpeó en la cara dejándote esa marca que tienes en la mejilla- Él me mira intensamente y me toma de la camisa para levantarme hacia él.
Estoy demasiado cansado como para que me preocupe una mierda si empieza a golpearme, así que continuo –Y estoy harto y cansado de la toda la basura que ustedes dos me hacen. Incluso siendo mi hermano, no sé absolutamente nada de ti excepto que eres un loco posesivo con todos los que te importan, y te importa demasiado tu orgullo, tanto que decides golpear a tu hermano porque perdiste una apuesta cuando el chico que querías como amigo terminó siendo su amigo-
Su mirada se intensifica, y sé que me va a partir la cara en cualquier momento.
-Así que aún no sé por qué desperdicié dos dólares en otra lata de soda y vine aquí contigo cuando te ves miserable por Marissa, sin estar seguro si debía alegrarte o algo así, pero al parecer mi cuerpo decidió por si solo cuando empezaba a considerar tirarte la soda encima, y terminé ofreciéndotela. Y tú jamás has sido bueno conmigo, así que ahora no sé qué diablos estaba pensando cuando te compré esa soda-
Solté un quejido –Diablos, hace mucho calor- Abrí mis ojos y lo miré directamente a los suyos, que parecen extrañamente pacíficos –Si vas a patearme el trasero hazlo rápido, porque no puedo soportar un momento más bajo este jodido sol-
Él se detiene, y para mi sorpresa, deshace el puño que formó en la mano derecha.
Nos miramos mutuamente por un largo tiempo, y lentamente suelta el agarre que tiene en mi camisa. Parpadeé.
El carraspea, sosteniendo fuertemente la lata de soda que tiene en la mano y mientras lo hace me mira fijamente antes de alejarse por la sombra del área de baloncesto.
El clima se siente más fresco, y no creo que sean por la soda.
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-Thomas está actuando muy raro. Creo que está enojado conmigo, pero no sé porque- Parker se queja mientras cae de espaldas a mi cama.
Estoy sentado al pie de mi cama, bosquejando con mis lápices normales y mi cuaderno. Parker está comiendo frituras y básicamente haraganeando en mi habitación.
Cuando viene a mi casa, Parker siempre sube directo a mi habitación. Principalmente porque Jayden se apodera del televisor en la sala y quiero evitar cruzarme con él a toda costa.
Me agito un poco por su comentario, y sigo dibujando, ignorando la cálida intensidad que se acumula en mi cuello.
Probablemente Thomas está molesto por el abrazo, si no me equivoco. Pero no sé porque yo estoy tan alterado por él. Sólo fue un abrazo amistoso ¿Verdad?
Estás pensándolo mucho, en serio. Una voz en mi cabeza me dice. Silenciosamente le doy la razón.
Remarco el borde del bote de basura que estoy dibujando, y la voz de Parker me aleja de mis pensamientos.
-¿...Co? ¿Nico?- sacude una mano en mi cara
-Uh ¿Sí?- Digo, por fin dejando en paz esos pensamientos. Debo dejar de preocuparme tanto. Tal vez Thomas sólo se comió algo podrido en la mañana y estuvo enojado todo el día
-Amigo. Pensé que Thomas estaba actuando raro. Pero tu también estás loco- Parker se burla.
Yo lo tranquilizo -Nah. Sólo estaba pensando. Tal vez hoy despertó de mal humor. Apuesto a que mañana estará como siempre-
Él arquea las orejas -Bueno- Suspira -Sólo me queda esperar-
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-¡Quitate del sofa-
-¡No, tú sal de mi vista!-
-¡Estás ocupando el sofa entero-
-¡Y tú estás tapando la televisión!-
-¡Dame el maldito control remoto!-
-¡Consiguete el tuyo! ¡Estoy viendo mi show!-
-¡Es mi turno con la televisión! ¡La has estado viendo todo el día!-
-¡Yo llegué aquí primero-
Los gritos se hacen cada vez más escandalosos.
Jayden y Seth son como un par de jodidos niños. Pienso, mientras me quito los audífonos ya que son inútiles contra sus voces y el ruido de la televisión
Pero Seth debe seguir enojado por lo que pasó en la escuela, por eso se queja tanto de la televisión.
-¿Por qué demonios siempre te quedas con todo lo que quiero?-
-¿Por qué no usas el maldito cerebro para descubrirlo?-
Espero que haya comida en el refrigerador. Porque son las siete y mamá aún no llega. Estoy hambriento. La caminata hacia abajo se me hace larga, porque a cada segundo puedo escuchar obscenidades de mis hermanos.
A veces deseo que se callen de una vez y terminen con sus peleas innecesarias. Acaban con la paz y armonía en la familia. Aunque no hubo mucha para empezar.
-¿Por qué carajos sería mi turno de hacer la cena? ¡Hice la cena la otra vez cuando mamá llegó tarde! – La voz de Seth está algo raposa.
Debería beber más agua. Pero bueno, de todas maneras no me importa. Imbécil mal agradecido. Ni si quiera me dio las gracias por la soda.
-Porqué tú eres menor. Yo decido las cosas por ser el mayor-
-Si esa es tu teoría ¡Entonces Nico debería hacerla!-
Cielos, gracias. Enciendo la luz de la cocina y voy directo al refrigerador.
Una manzana Fuji está justo en medio del refrigerador, como si estuviera seduciéndome. Aún recuerdo ese día claramente, cuando tomé la manzana de Seth sin pedirla.
Él se puso como un culo por ella.
No, decidí, no debo tomarla. ¿Por qué buscar problemas? Así que sólo suspiro y cierro la puerta del refrigerador, pensando en comerme las frituras que quedaron en mi cuarto. Pero cuando me volteo, Seth está en la puerta, mirándome.
-Um, yo ya me iba- Dije, tratando de pasar a través de él. Pero él alzó un brazo evitando mi salida, levanté una ceja.
-¿Tienes hambre?- Camina hacia el refrigerador y abre la puerta.
Me debió haber visto inspeccionando la cocina. Encojo los brazos, sabiendo que no me puede mirar estando de espaldas –Atrápala- La manzana sale volando en mi dirección y me golpea justo en la cara.
-Auch. Muchas gracias, Seth- ¿En serio me está dando su manzana?
Él no logra ver el sarcasmo en mi voz –Lo que sea. Te toca hacer la cena- Dice, cerrando el refrigerador.
-Sí, sí. Algún día Jayden tendrá que hacerla, sabes- Murmuro, mordiendo la manzana fresca y dura. El sabor refrescante se mantiene en mi lengua.
Hay un paquete de espagueti en el pequeño mueble negro junto al refrigerador, y decido hacer espagueti para cenar. Abro los cajones del mueble buscando la salsa de tomate.
-Nico- La mención de mi nombre me hace voltear en dirección a Seth.
Lo miro con cuidado. De repente toma mi mano en la suya, y saca una moneda de su bolsillo, poniéndola en mi palma. Entonces mi hermano se va de la cocina, dejándome confundido.
Miro la moneda en mi mano. Un dólar.
Aún siento el calor de su mano en la mia.