-Umi-
Como todas las mañanas -o bueno, en su mayoría-, era yo quien despertaba primero. He de decir que vivir con una tropa de flojos trae consigo sus “pro” y sus “contras”; el “pro” en este caso es que puedo hacer las cosas a mi ritmo y sin interrupción alguna, el “contra” es que a pesar del tiempo que me tomo no es suficiente para que los demás se muevan por sí solos.
Suspiré y me despojé de las mantas, me senté al borde de la cama y di paso a mi estiramiento matutino, posteriormente me levanté y mientras me restregaba los ojos hacía abandono de la habitación para ir directo a la ducha. En cuanto terminé -quizás demoré 10 o 15 minutos- volví a la habitación y me puse algo de ropa, luego de eso me encaminé hacia la cocina y tomé un sartén y un cucharón de madera.
Cualquiera que me hubiese visto diría que me disponía a preparar el desayuno, pero no, lamento decepcionarlos ya que ésta era mi forma de despertar a los chicos el día de hoy.
Abrí con cautela la puerta de cada una de sus habitaciones para dar paso a mi despertador.
-¡¡ARRIBA TODO EL MUNDO!! ¡¡YA AMANECIÓ!! – grité mientras golpeaba insistentemente el sartén.
Créanme, si me hubiesen despertado de aquella forma en éste mismo momento estaría ideando un plan para matar a quien lo hubiera hecho. Pero bien, los insultos no se hicieron esperar y el orden de levantarse siempre era el mismo:
Primero Yuh, quien aun con cara de zombie no hizo más que pasar directo al baño sin siquiera dar los “Buenos días”. Luego le siguió Tohya, quien al darse cuenta de que el baño estaba ocupado se tendió sobre el sillón y volvió a quedarse dormido. Posteriormente se levantó mi querido vocalista que, como era de esperarse, me espantó lo poco y nada de sueño que tenía con el rosario divino que dejó caer sobre mi persona, en momentos como estos es que halago esa capacidad que tiene de escupir cada ocurrencia de esa mente brillante -pero poco cuerda- que tiene. Y bueno, el único que nos queda es Rui, quien obviamente ni se inmutó y siguió durmiendo, eso sí que tapado hasta más arriba de la cabeza.
Aproveché que Tomo se había quedado en la cocina y le hice ayudarme a preparar el desayuno, al cabo de un rato llegó Yuh a ayudarnos y fue ahí que recordé que Tohya se había vuelto a dormir en el sillón, razón por la que me apronté a ir hasta la sala, tomé un cojín y se lo aventé con fuerza.
-¡Se desocupó el baño!! – Grité, él no supo cómo se levantó y caminó hasta la ducha. Luego de eso volví a la cocina. – Oye Tomo, ve a despertar a Rui. – Murmuré mientras vertía el arroz en la vaporera.
-¿Eh? ¿Por qué yo?! –
-Porque yo lo digo. – Solté tajante. -..además no sé cómo lo haces pero es a ti a quien siempre le hace caso.. –Me volteé a verlo-..por cierto, ¿Qué le haces? – Pregunté curioso pero a la vez nervioso por la respuesta que me podía dar, con Tomo nunca se sabe.
Supe más o menos a qué iba cuando sonrió ladino y con autosuficiencia, cosa que me hizo aclarar la idea de qué podría ser.. -..okey okey mejor no me digas.. – Me apronte a decir y continué con lo mío, él tan solo se encogió de hombros y se fue a la habitación del bello durmiente.
A veces me pregunto ¿Qué tipo de relación tienen esos dos? Porque una cosa es el Fanservice, pero otra muy distinta es lo que hacen cuando se apagan las cámaras…
-Tomo-
En cuanto recibí la orden del alto mando tuve que acceder, y es que por las mañanas es mejor no hacer enojar al “señor Umi” –nótese el sarcasmo- ¿Ya vieron su forma de despertarnos y la forma en que trató al pobre de Tohya sólo por quedarse dormido de nuevo? Ahora que lo pienso, viviendo bajo el mismo techo de Umi no hay mucha diferencia con un centro militar.
En fin, entré con cautela a la habitación y como era de esperarse Rui no sentía ni su trasero al dormir, juu~ se me vino algo perverso a la mente al decir eso pero mejor no hago nada ya que de seguro hay menores leyendo esto(?) ~ okee okee.. a lo que vine. Me trepé sobre la cama con cuidado de no aplastarlo –ya que si lo hago de seguro me gano un golpe-..entonces, me acerqué un poco a su rostro para poder decirle..
-¡¡DESPIERTA RUISU!! ¡¡TOHYA ACABA DE EMPEÑAR TODOS TUS ACCESORIOS PARA IR A CHINA A COMPRARSE UN PANDA!! – Tadaaa~ en cuestión de segundos teníamos a un Rui más que despierto.. exaltado.. y.. fu-furioso.. –¿Ru-Ruisu? -
-QUE HIZO…¡¡¿QUÉ?!! – Gruñó, ahora sí que metí la pata!
-A-Ah.. no.. no Ruisu ehehé! es broma ¡es broma! – intenté calmarlo y al parecer funcionó. Oh.. no.. ooh no.. ahora me mira con cara de pocos amigos..
-Tomo.. – Murmuró cerrando los ojos, de seguro está canalizando su rabia y aaah!! Salté de la cama, tenía que correr o de lo contrario vistlip se quedaba sin su hermoso, talentoso y perfecto vocalista!!
- ¡¡Kyaaa!! ¡¡UMIIIIIII!!! –
-Rui-
Juro que si no hubiese sido por que Umi estaba entre nosotros le hago tragar la espátula que alcancé a tomar, y no, no precisamente por la boca.
-¡Ya cálmense! el desayuno está listo así que es mejor que se sienten. – Amenazó Umi con un tono no muy amable cabe recalcar, ahora es cuando me pregunto qué es lo que le ve Yuh a Umi que lo hace suspirar tanto. En fin, luego de eso suspiré y dejé la espátula sobre la mesa para darme la media vuelta y sentarme en el desayunador, de todas formas ya no sacaba nada con volver a la habitación a intentar dormir siendo que a la larga tendríamos que salir para el ensayo.
-¿Cuál es la especialidad del día? – Preguntó Tohya tan animado como de costumbre, sentí un leve apretón en mi hombro como siempre solía hacer para darme los buenos días cuando pasó junto a mí.
-Nada especial, arroz con un poco de verduras y jugo natural de naranja. Ah! y un agregado de huevos revueltos, cortesía de Yuh. – Finalizó poniendo lo mencionado en la mesa, y debo decir que fue lo peor que pudo hacer, porque mierda, me revolvió TODO el estómago.
Llevé mi mano derecha hacia mi rostro para poder mermar un poco el penetrante olor del desayuno intentando concentrarme en no devolver el estómago frente a todos, lentamente me fui levantando más me exalté al oír como Tohya partía corriendo al baño en lo que hacía unas arcadas exageradas… ¿Sería posible que él también…?
-Tohya-
Ay!! Jamás me había pasado esto pero bien sabía que las cosas los próximos meses iban a ser de esta forma. Me senté en el borde de la bañera cuando terminé de devolver hasta la primera papilla, llevando mis manos hacia arriba para restregar mi rostro.
Estaba en eso cuando un repentino golpe en la puerta me hizo dar un respingo, intenté aclarar mi garganta para poder hablar con claridad dado que aún la sentía extraña por e reciente esfuerzo.
-¿S-Sí? –
-Tohya, ¿Está todo bien? – Aquel era Yuh con su tan característica voz apacible.
-Sí, descuida, sólo tuve un malestar pero no es na… -Detuve mis palabras cuando sentí la puerta se abría, el rubio ya se estaba haciendo paso en el baño junto a mi cuando pude darme vuelta por completo.
No dijo nada, de hecho, sólo se sentó en el borde de la bañera mientras me observaba con calma, casi con ese aire maternal que a veces inspiraba. Fue entonces que algo extraño pasó en mí, dado que sabía me estaba dando a entender con aquel mutismo que tenía conocimiento de mi estado y que tal parecía no me juzgaba.
Me lancé a abrazarlo con fuerza, tenía miedo y estaba expuesto, mas por alguna razón me tranquilizaba el que Yuh lo supiera, ya no estaba "solo".
-Tranquilo, pandita. Todo va a estar bien.. pero dime.. es… -
-Es de Tomo.. – Completé entre sollozos escuchando una exhalación por parte de mi compañero de banda, acción que verdaderamente no supe cómo tomar.
Luego de eso no se dijo palabra alguna y sólo salimos del baño, aunque cuando llegamos a la cocina se podía respirar un aire de tensión… Intenté ignorar los nervios y tan sólo saqué mi mejor sonrisa, tal como siempe solía hacer en este tipo de situaciones.
-Yuh-
-La culpa la tuvieron los huevos de Yuh, ¡Saben horribles! – Escuché a Tohya bromear una vez que volvimos con los demás y no tuve más que reír, a pesar de que era yo el motivo de burla en aquella oración.
Sin agregar más y bajo la amena atmósfera que el baterista había creado pude percibir varias cosas…
Uno; que Tohya era realmente fuerte. Dos; la palidez de Tomo y los intentos irrefrenables de Rui por no soltar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. Tres; la mirada de rabia contenida que Umi enviaba esporádicamente a nuestro vocalista por el motivo más que notorio. Y cuatro… que todo esto era una bomba de tiempo de la cual simplemente no tendríamos escapatoria ninguno de los cinco…