Se ha mencionado por siglos, que las almas que estan destinadas a estar juntar se unen en una hermosa sincronia llena de pasion, lagrimas y amor, pero, para que los caminos de aquellas almas se unan, deben transpasar el mas horrible y despadiado nivel de dolor que el destino ha podido forjar.
"La valentia y la voluntad te haran ganar...solamente si deseas amar"
Era una tarde lluviosa en la calida y a la vez fria ciudad de Londres, las nubes estaban de un espantoso color gris que cargaban todo el peso de la lluvia, daba el aspecto de que el hermoso cielo de un tenue azul lleno de alegria, nuna mas regresaria, o eso es lo que pasaba por la pequeña y madura mente de un joven chico de solamente 14 años de edad que observaba desde la ventana aquel escenario, dede la habitacion del Penthouse en donde vivia. Ciel Phantomhive, un chico de hermosos rasgos faciales, una extravagante mirada zafiro, de una piel porcelana y de finos cabellos de un intenso negro azulado, imaginaba como el cielo, algun dia dejaria de mostrar ese hermoso color que siempre lo caracterizaba; en momentos de aburricion, se permitia imaginar como serian las cosas si simplemente no hubiera aceptado quedarse a vivir con su padre.
Hace aproximadamente 4 años, los padres de Ciel, decidieron divorciarse dejando que el decidiera con quien deseaba quedarse hasta que cumpliera la mayoria de edad, obviamente el menor quiso quedarse con su padre, ya que le tenia mucho cariño y aprecio, pero, el destino le jugo una mala pasada. Cuando paso 1 año despues de la separacion de sus padres, Vincent Phantomhive, el padre de Ciel, encontro un nuevo amor; Victoria Stark. Esta joven chica, de piel palida, mirada azulina y cabellos cataños, era el peor infierno de Ciel, desde el momento en que se traslado hacia su hogar, trataba a Ciel como una vil cucaracha, siempre aprovechaba los momentos a solas con el menor para quitarse aquella mascara de "linda chica que amaba a todo ser humano" para poder ajustarse bien ese sobrero donde bien definido tenia "perra de miles de personalidades que odia a todo humano que se interponga en sus planes" ; despues de ajustarse bien esa "prenda", unos buenos golpes, (al igual que amenzanas) le proporcionaba al pobre Ciel. Por la mala suerte del chico, sus padres no le creian, podria mostrarles esas horribles marcas que estaban impregnadas en su pequeño cuerpo gracias a esa bruja, pero estaba por completo amenazado, si el soltaba alguna evidencia...el morira inmediatamente. Si...esa mujer estaba por completo desquiciada, pero no le quedaba al pobre chico que resistir y vivir de esa manera hasta cumplir la mayoria de edad.
-Ciel! Cariño! Baja a comer!- Escucho perfectamente Ciel. Para que aquella bruja le hablara tan amablemente, significaba que su padre estaba presente; la mayoria del tiempo no se encontraba en casa, ya que tenia que mantener en lo mas alto la compañia que le pertenecia por herencia desde hace tiempo, y justamente eso significaba que Victoria podia aprovecharse por completo del menor.
-Ya voy!- Respondio sin ganas, para asi salir de sus vagos pensamientos, salir de su habitacion e ir directamente hacia el comedor. Al momento de llegar, su padre lo estaba esperando sentado esbozando una de sus caracteristicas sonrisas.
-Hola Ciel, me alegra verte en esta tarde, lamento si ayer no llegue a casa, pero me quede trabajando- Se disculpo con cierta pena en su voz el padre del menor; sabia muy bien que su padre tenia que trabajar mucho para que su compañia (Que cuando cumpliera cierta edad, heredaria) se mantuviera en un alto nivel de prestigio, pero a veces, lo unico que pedia era el cariño paternal que le hacia mucha falta.
-Si, descuida...-
-Vamos Ciel, no seas tan seco con tu padre- Comento la hermosa Victoria manteniendo esa hermosa mascara de"linda chica que amaba a todo ser humano" .
-No importa Victoria, Ciel tiene todo el derecho de estar enfadado conmigo-
-Bueno, solamente no te vayas a quejar cuando te diga "Te lo dije", amor- Le dedico una pequeña risa al mayor, al igual que un pequeño beso en los labios la bella mujer. -"Agh...que repugnante"-, penso Ciel mostrando un semblante de desagrado puro, -"Es acaso que no pueden hacer sus cosas en otro lado y no justamente en mi rostro?!"- , se pregunto por dentro nuevamente; si bien le desagradaba aquella espantosa mujer que apenas era la amante de su padre, mucho mas le desagradaba que se besara con el. Despues de esa casi traumante escena, la comida fue servida mientras que un espantoso silencio se marcaba en el ambiente.
-Ejem...- Aclaro su garganta Vicent para poder romper el enorme pedazo de hielo que se hacia entre todos. -Ciel, hijo, ya que estamos reunidos todos...Victoria y yo queremos hablarte de algo-
-"Oh no..."- Penso el menor, sabia que algo estaba mal como para que su padre dijera eso. -Y que es?- Pregunto con tranquilidad, ocultando su nerviosismo para si mismo.
-Bueno...hace unos dias, mientras tu estabas en el colegio...tu padre...me pidio matrimonio!- Alzo la voz con alegria mostrando aquel anillo tan lujuso que posaba en uno de los delgados dedos de la mano izquierda de esa mujer.
-Que?!!-