Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Forever with you por Hiroki Sakurai

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno, pues el síndrome que me fue asignado es:

Síndrome de Alicia en el país de las maravillas.

 

Y en cuanto a la canción que utilice es:

 

Wherever you are: One Ok Rock.

 

Aquí les dejo el video de la cancion con la letra para que la revisen.

 

https://www.youtube.com/watch?v=f9Q3_6OUANo

 

Notas del capitulo:

Este fue un reto muy interesante, al principio admito que no tenia idea de que hacer, y cuando tuve la idea, está paso por muchas cosas... jejejeje no me gustaba como iba quedando y sufrio muchas modificaciones antes de llegar aqui, así que espero haber logrado algo decente, a mi me gusto, así que espero tambien sea de vuestro agrado.

 

+++++++++++++++++++++++

 

 

Das una calada más a ese cigarrillo, te encanta; al aspirar y llevar ese humo dentro de ti una extraña sensación te invade y te hace sentir bien, te da tristeza apagarlo pero pronto comenzara a llover y quieres estar en el restaurante a tiempo para ver a Yuu, no deseas hacerlo esperar. Después de todo hoy cumplen dos años juntos. Tiras el cigarro y lo apagas con la suela del zapato. Bajas a la cochera y examinas cada uno de tus autos. ¿Cuál sacaré hoy? Te lo piensas detenidamente y decides sacar el Lexus LFA, ese hermoso auto color negro.

 

Te alegra ver que no hay tráfico, eso significa que llegaras a tiempo; sientes tu corazón latir más rápido, es como tener una vorágine en el pecho. Lo que sientes es muy intenso, difícil de explicar. Yuu ha estado fuera por dos meses y medio, así que de verdad estas esperando poder verlo. Lo extrañas demasiado, lo habrías  acompañado a Finlandia, pero eso no fue posible, después de todo para eso eres el vicepresidente de la constructora. Tu papel es tomar el control cuando el presidente no está; si ambos se van podrían suceder cosas terribles. Mantienes las manos firmes en el volante; al llegar hasta un semáforo notas que este se encuentra en rojo. Te detienes. Estás impaciente, así que miras hacia los lados y notas que los autos aún están demasiado lejos. Tienes tiempo para pasar, así que arrancas y giras hacia la derecha para integrarte a la autopista.

 

Tu cuerpo se sacude con brusquedad, te sientes aturdido, tus oídos están tapados; no alcanzas a enfocar nada. La cabeza  te duele, sientes algo cálido deslizándose por tu frente, nariz y mejillas. Llevas la mano hasta tu rostro. Es sangre. No entiendes que sucede. Sientes dolor en varias partes de tu cuerpo. “Yuu…” Alcanzas a decir antes de desmayarte.

 

++++++++++++++++++++++++

 

 

Al despertar sientes adormecido el cuerpo. Mueves tu mano, la sientes extraña, como si estuviera siendo apretada; al abrir bien los ojos te das cuenta de que estas en un lugar demasiado blanco. No es tu cuarto. Te asustas, entras en pánico. Estas en una habitación de hospital, estas conectado a varios aparatos y hay demasiados cables. Hay una cosa extraña obstruyendo tu respiración, es molesto, la garganta te duele. Hay vendas en tus piernas, brazos, torso y cabeza. ¿Qué sucedió?  Te preguntas una y otra vez. Sin embargo, no hay respuesta alguna. Cierras los ojos e intentas recordar. Nada. Sabes que no has perdido la memoria en vista de que recuerdas todo hasta el momento en el que diste vuelta en aquel lugar, pero sólo eso, no hay más, nada que te indique como fue que llegaste hasta allí. Y recordar eso no te hace sentir nada bien, puesto que en ese momento ibas camino al restaurante. Ahora deberías estar con Yuu. Celebrando.

 

Intentas quitar todo eso que te impide moverte, pero no te es posible, ya que en tu intento por retirar la sonda de tu mano, un intenso dolor en tu cabeza te obliga a posponer dicha acción; te agarras la cabeza con fuerza, sientes que va a estallar en cualquier momento. Gritas, las punzadas en tu cabeza son muy intensas. Escuchas voces y pasos, al parecer alguien se acerca, miras al frente y notas que la puerta se  abre. Por la puerta entran un par de sujetos, ya que uno de ellos trae bata deduces que debe ser el doctor, pero al otro sujeto no lo conoces y no usa una bata, no es doctor, no lo parece. Los miras con detenimiento, uno de ellos podrá ser el doctor, pero a ti no te gustan para nada, mientras se van acercando a ti les gritas que se alejen. Te da la impresión de que te harán daño. No los quieres cerca de ti. Te haces hacia atrás; y al apoyar la mano sobre la cama miras que eres ridículamente pequeño. La cama es enorme, y  no solo eso, todo lo es. Eres pequeño, eso te asusta. ¿Qué sucede? Te preguntas una vez más.

 

—¿Qué te sucede Shima? —Reconoces la voz de Yuu… pero no logras averiguar de dónde proviene su voz.

—Yuu… ¿Dónde estás? —Preguntas desesperado, mirando de un lado a otro intentando localizarlo.

—Aquí estoy, enfrente de ti

Miente, no está allí. Frente a ti solo están dos extraños… es imposible que lo confundas. “Soy yo” ves que el sujeto que no trae la bata se señala. A ti no te engaña, sabes de sobra que ese no es Yuu. Él no tiene esos carnosos labios, ni esos hermosos ojos. No es él. Cierras los ojos y te haces bolita. Tiemblas y lloras, hay demasiadas cosas en tu cabeza, pasas de una a otra sin encontrarle respuesta a nada. “Le administrare un sedante, está muy alterado” Es lo último que escuchas antes de quedarte dormido.

 

 

++++++++++++++++++

 

Algo suave se pasea por tu rostro causándote un leve cosquilleo, conoces esa sensación. Es Yuu. Abres los ojos y lo ves sentado a un lado tuyo, instintivamente sonríes al verlo y él hace lo mismo.

 

—¿Qué sucedió?—preguntas esperando obtener una respuesta que te saque de dudas de una vez por todas.

—Chocaste. ¿No lo recuerdas?

—No —niegas con la cabeza.

—El sujeto que conducía el otro auto sobrevivió; los otros conductores involucrados afirman que te metiste a la autopista cuando ellos aún estaban pasando. Dicen que creyeron que querías suicidarte por la manera en la que lo hiciste. ¿De verdad no recuerdas nada?

—Sólo recuerdo que iba camino al restaurante, llegue al semáforo, estaba en rojo, no quería llegar tarde así que mire a los lados para ver si tenía oportunidad de pasar, vi a los autos lejos así que pase, después de eso no recuerdo nada.

—Sé cuan cuidadoso eres cuando de conducir se trata, se me hace difícil creer lo que me dicen.

—Un momento… ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

—Dos semanas.

—¿Dos semanas? ¿Cómo es eso posible?

—Bueno, sufriste un gran impacto, me llamaron y vine de inmediato, cuando llegue estabas aún en urgencias.

—¿Urgencias?

—Con el choque varios vidrios se incrustaron en tu cuerpo, tenías serias heridas y una hemorragia que no pudieron parar con facilidad. Después  te trajeron a tu habitación pero no despertabas, eso me tenía preocupado. Y justo ayer cuando despertaste estabas muy alterado… no me reconociste… el doctor dijo que fue por el trauma del choche, dijo que probablemente sufrías de una pérdida parcial de memoria…

—Desperté ayer… y yo… ¿No te reconocí?—Los recuerdos de lo que viste llegaron a tu mente. No, no era una pérdida de memoria parcial… no era eso.

—Buenos días—oyeron decir y ambos miraron hacia la puerta.

—Doctor, al fin despertó, parece que está bien. —Oíste decir a Yuu entusiasmado.

—Eso veo, ahora lo voy a revisar.

 

Yuu se apartó y el doctor se acercó a la cama. Reconociste su voz, era el mismo doctor de ayer. Te pidió que siguieras la luz de su lamparita, y lo hiciste. Posterior a esto te hizo otras pruebas sencillas para comprobar que estabas bien, como revisar tu temperatura, pulso, presión, cosas así. Estabas un poco más tranquilo, pero te molestaba un poco lo que Yuu te había dicho recién. ¿Cómo era eso posible? Sabes que no pasaban autos, estaba libre… pero parecía concordar con lo que te había pasado.

 

—Al parecer todo está bien. Aun así vamos a hacer unos estudios más para comprobar que no hubo otra lesión.

—Ok.

—Descansa, las heridas a un no sanan del todo. —Fue lo último que dijo antes de salir de la habitación.

 

No querías estar allí. Los hospitales nunca te habían gustado, después de todo en esos lugares es donde la gente muere. Esa tarde te quitaron las vendas, algunas heridas ya habían sanado, otras, aun necesitaban cuidados. Después de haberle insistido demasiado al doctor, este había accedido a tu petición dejándote ir. Las heridas, si bien aún no sanaban del todo ya no eran tan vulnerables, estabas bien. Sin embargo debías volver para que te dieran los resultados de los exámenes y para que hicieran los que aún no te habían realizado.

 

 

++++++++++++++++++++

                                                                                                                                

Al abrir los ojos notas que ha amanecido, Yuu está a tu lado. Aun duerme. Sonríes y apartas las sabanas que te impiden moverte con facilidad; te sientas sobre la cama y estiras tus extremidades, sólo un poco pues algunas heridas aun duelen. Sientes tensos los músculos, probablemente se debe a que has dormido en exceso. Pones tus pies sobre la pequeña alfombra, das un paso y al hacerlo el miedo te invade al ver como tu pie parece hundirse, de pronto la sólida madera que te sostenía se ha convertido en lo que parecen ser arenas movedizas; no sabes que sucede y eso te aterra. ¿Esto que estás viendo es porque estas soñando? ¿O acaso es real? Piensas en cerrar los ojos, pero temes caer. Mantienes  los ojos abiertos, mirando como todo a tu alrededor comienza a distorsionarse, todo parece perder su forma, te asustas. Te cuesta trabajo ingresar aire a los pulmones, te da la impresión de que tu corazón se detendrá en cualquier momento por lo acelerado que está.   

 

—¿Estás bien? —Escuchas la voz de Yuu llamándote, e inmediatamente volteas buscándolo con la mirada, pero él está muy lejos. ¿Cómo pudo suceder eso? No habías avanzado nada y ahora la cama y Yuu están muy lejos de ti. —¿Estás bien Shima? —Tus ojos color miel se llenan de lágrimas, estas tan asustado que casi no puedes hablar.

—Ven… por favor… —dices en apenas un susurro.

—Tranquilo. ¿Qué sucede? —Lo ves levantarse de la cama, y por más que avanza no parece estar más cerca que antes.

—Yuu… tengo miedo… —Te dejas caer, cubres tu cabeza con las manos, pareces un niño pequeño.

 

No sabes cuánto tiempo ha pasado, sientes los brazos de Yuu rodeando tu cuerpo, sientes su calor. “Aquí estoy, no tengas miedo” dice y casi de inmediato el miedo se va; después de estar tanto tiempo  a  su lado, aun  no sabes muy bien como lo hace, no entiendes porque un abrazo y unas palabras son suficiente para hacerte sentir mejor, sin embargo funciona y eso es lo que importa. Suspiras, tus manos abandonan tu cabeza para responder a su abrazo. Haces un gran esfuerzo por normalizar tu respiración, parece que ha pasado ese mal momento, pero no estás del todo seguro así que reúnes valor y abres los ojos para confirmarlo. Lo primero que ves es su negra cabellera. Sonríes. Todo está bien. Te levantas del suelo abandonando aquella posición; al hacerlo recibes un beso en tu mejilla y otro en tus labios. En cuanto te tranquilizaste le contaste a Yuu lo que habías visto, no tenían ni un día desde que habían salido del hospital y las cosas no iban del todo bien; después de todo no estabas bien. Yuu Intentó tranquilizarte diciéndote que se debía, tal vez, a que habías despertado en una etapa del sueño en específico; te dijo que cuando eso sucede las personas no pueden distinguir bien la realidad de los sueños. Te parecía un tanto lógico, y como no tenías idea de que había pasado lo aceptaste.

 

++++++++++++++++++++       Dos semanas después  

                      

En los estudios no encontraron ninguna anomalía, no había ninguna lesión en el cerebro, ni el cráneo. Según los resultados de los estudios todo estaba bien. O al menos eso es lo que el medico había dicho; sin embargo tu no pensabas lo mismo. Esos extraños episodios que tenías con más frecuencia te preocupaban. Le habías hablado de ello a Yuu, y al doctor, pero este decía que probablemente era por el golpe que habías recibido y que pronto todo volvería a estar bien. Ahora tenías dos teorías distintas, pero la de Yuu la habían descartado recientemente, pues era ilógico sostener su hipótesis si los episodios se presentaban en plena luz del día y cuando no habías cerrado los ojos más que para parpadear. Te preocupaba, y esperabas que de verdad estuviese diciendo la verdad ese doctor. También le hablaste sobre los intensos dolores de cabeza que sufrías, y para eso te receto unas pastillas que te ayudarían a controlar el dolor.

 

El tiempo pasaba y los episodios continuaban siendo parte de tu vida. Era molesto pues tenías dos o tres al día. Solo querías que pararan de una vez. Hoy estabas solo, Yuu había salido justo después del desayuno, dijo que volvería para la hora de la comida, pero a ti no te parecía mucho la idea, te aterraba pensar que pudieses tener un episodio mientras él no estaba. Fue muy claro al decirte que no debías salir, hiciste caso, aun cuando deseabas salir. Fuiste hasta la biblioteca y comenzaste a leer el primer libro que encontraste. Llevabas  15 páginas cuando escuchaste el característico sonido producido por una motocicleta. Colocaste el separador y fuiste a la puerta. Seguramente se trataba de Yuu. Basto con esperar un par de minutos para comprobar que, en efecto, tu guapo novio de cabellos negros había llegado. Pero no estaba solo, lo acompañaba un sujeto de cabellos castaños, piel pálida, ojos negros y una peculiar y contagiosa sonrisa.

 

Yuu fue directo a ti, te abrazo y deposito un beso en tus labios, todo frente a la atenta mirada del sujeto.

 

—¡Oh! Perdón, Shima él es Kai.

—Mucho gusto —dijeron ambos al estrecharse la mano.

—Kai, él es mi novio; a quien quiero que revises.

—Ok.

 

Tomaron asiento, y tras una breve explicación por parte de Yuu comprendiste lo esencial. Que Kai era un médico; y básicamente estaba allí para ayudarte con las cosas que veías. No era un psicólogo ni nada de eso, en realidad era un sujeto que investigaba casos como el que tu tenías. Y por lo que escuchaste decir a Yuu, al parecer Kai también era considerado como uno de los mejores doctores de Japón. Recuerdas que tiempo atrás Yuu te había hablado un poco de él y al parecer tenía una historia bastante interesante.

 

—¿Podrías explicarme qué clase de síntomas presentas?

—Bueno… yo… creo que me estoy volviendo loco.

—¿A qué te refieres?

—En ocasiones veo que todo a mí alrededor pierde su forma; a veces todo se ve muy grande, tanto que parezco un gigante, en otras soy demasiado pequeño.

—¿Algo más?

—No puedo decir con exactitud a que distancia se encuentran las cosas, pues cuando me acerco por un vaso, este parece estar lejos, pero después me doy cuenta de que en realidad no lo está.

—¿Cuándo empezaste a ver estas cosas?

—Puede que haya sido cuando ocurrió el accidente.

—Cuéntame de eso.

—Era de noche y yo conducía, no había tráfico, a esa hora nunca hay; tras unos minutos llegue a un semáforo, estaba en rojo, llevaba algo de prisa así que mire a ambos lados, los autos se veían bastante lejos así que gire para incorporarme a la autopista, no sé qué fue lo qué paso después, cuando desperté me encontraba en el hospital.

—Ya veo. ¿Y no habías tenido un episodio antes del accidente?

—Mmmm… una vez estaba trabajando en una propuesta para unos clientes muy importantes, llevaba 20 horas sin dormir, tome un breve receso de cinco minutos, mire mis manos y una de ellas era muy grande, me asuste. Luego recordé que estaba forzando  mi cuerpo, así que supuse que todo era a causa del cansancio y no le preste atención.

 

Kai toma notas, de a ratos da un sorbo a su café, Yuu y tú le imitan mientras lo miran fijamente.

 

—No te preocupes, —dijo al fin—no te estas volviendo loco. Por lo que me dijiste, tus síntomas son propios de un extraño trastorno llamado: Síndrome de Alicia en el país de las maravillas.

—Me doy una idea pero… no estoy muy seguro de entender. —Dices tras pensártelo un poco.

—Se trata de trastornos de la percepción visual. Como los que acabas de describirme, en algunas ocasiones hay más síntomas.

—Co… ¿cómo cuáles?—Preguntas con miedo.

—Algunos pacientes ven las cosas invertidas, ven cosas desaparecer o no pueden reconocer rostros

Eso último prende un foco de alerta en tu interior. En una ocasión ya habías desconocido a Yuu, temes que pueda pasar otra vez.

—Pero tiene cura ¿verdad?…

—Hay un tratamiento. Pero no te garantiza un tiempo determinado para que los síntomas desaparezcan por completo, además debo averiguar cuál es la etiología que provoco todo.

 

Por unas dos horas continuaron platicando. Te hacia feliz saber que podías volver a tu vida normal; pero te inquietaba el tiempo que podría llegar a tomar. Kai te dijo que algunos tardan semanas, otros meses y hay otros que tardan años. Eso, sin mencionar el hecho de que el cuadro clínico, como él lo llama, no desaparece por completo en todos los casos. No sabías muy bien que iba a pasar, pero lo intentarías. Era preferible que tardara años y que la frecuencia de los episodios disminuyera drásticamente a vivir con eso todos los días, con varios episodios al día.

 

++++++++++++++++++++       Cinco meses después    

                                       

 Alicia en el país de las maravillas… recuerdas que cuando leíste por primera vez aquel cuento te pareció muy ingenioso, muy loco. “Sería divertido experimentar algo así” dijiste. Ahora sabes que no lo es. Te lamentas por haber pensado en algo así, supones que de alguna manera lo provocaste. Kai te dijo que no estabas loco, que solo se trataba de trastornos de la percepción visual. Pero tú tenías una opinión diferente, después de todo veías cosas que los demás no. Así que viéndolo de ese modo si estabas loco, y si no, seguro que acabarías estándolo. Dijo que se debía a tu migraña, y por suerte podían controlarlo. Te mando unas pastillas más efectivas, causando que los episodios pasaran de ser todos los días a ser una o dos veces por semana. Con eso al menos podías vivir un poco más tranquilo; pero ya no tenías la vida de antes. Saber que los episodios no eran muy frecuentes no te servía de mucho, vivías con miedo, nunca sabias donde y en qué momento ocurriría el siguiente. De nada te servía tu colección de autos, ya no podías usarlos y era lo que de alguna manera más te dolía, toda tu vida habías trabajado para eso. Para tener muchos autos, y por su puesto usarlos. Ahora tenías que conformarte con ir de copiloto. Y eso no era divertido.

 

Aunque, en este momento esa era sólo tu segunda preocupación, lo que más te molestaba e inquietaba era Yuu, ya que estaba actuando raro. Probablemente él no se enteraba, pero tú lo sabias. La frecuencia con la que unían sus cuerpos no era la misma. Ya no insistía como antes. Al principio pensaste que se debía a que quería ser comprensivo y darte un poco de tiempo y espacio, pero ahora ya no pensabas lo mismo. Salía con más frecuencia y no te decía a donde es que iba. No tenía que ver con la constructora. Al ser diciembre la constructora no tiene trabajo, y no porque no haya, sino porque entre Yuu y tú habían decidido dejar a los empleados todo el mes de diciembre como vacaciones, eso no solo ayudaba a mejorar su desempeño, sino que también les ayudaba a ambos a despejarse. La competencia veía sus estrategias como locuras, pero no lo eran del todo; las facturas de la constructora hablaban por si solas. Con ese incentivo, lograban que para cuando los empleados volvían, el diez de enero, todos daban lo mejor de si. Los resultados eran muy buenos, habían incrementado la productividad en un 88% desde que aplicaban dicha estrategia. Y mientras funcionara lo seguirían haciendo. Y debido a eso diciembre siempre había sido para ustedes dos, por eso te atrevías a pensar que algo no andaba bien. Estabas preocupado y tenías miedo. No te explicabas que le estaba pasando. Preguntarle… lo habías pensado, pero una vez más, el miedo no te dejaba hacerlo. ¿Qué tal si se estaba viendo con alguien más? No sería raro que ya no quisiera nada contigo, incluso tú estabas harto de esto.

 

Mirabas la televisión. Estabas aburrido, no había nada y Yuu se había ido muy temprano, de hecho, para cuando despertaste él ya no estaba. Era mediodía y no tenías nada que hacer. Entonces hiciste lo único que podrías haber hecho en un momento así: escuchar música. Subiste el volumen tan alto como te fue posible. Sí, así estaba mejor. Ya no te sentías tan solo. Mirando a través  de la ventana podías ver los copos de nieve caer, la vista era hermosa. Te daban ganas de salir a dar una vuelta. Hace tres días habías tenido un episodio, lo más probable es que hoy no hubiese ninguno aunque no podías asegurarlo del todo, la frecuencia con la que ocurrían era impredecible, pero estabas aburrido y querías salir a como de lugar así que corriste por tus zapatos y abrigo, ya que la gorrita y los guantes ya los traías puestos. Dejaste puesta la música pues aun querías escucharla, además sólo estarías en el jardín. Tomaste las llaves, no querías quedarte afuera ni de chiste. Al salir tomaste mucho aire fresco, fue reconfortante, te gustó. Comienzas a caminar, tus pies se hunden en la espesa nieve, el dolor en tus rodillas es algo leve, nada grave, siempre que hace frio sucede. Es normal.

 

 Miras a los niños que corren de un lado a otro lanzándose bolas de nieve, ríes, pues recuerdas haber hecho lo mismo cuando eras niño. Esos eran buenos tiempos, entonces no tenías que preocuparte por nada que no fuesen tus estudios y tu perro. ¿Qué habrá sido de él? La última vez que lo viste fue hace ocho años atrás, cuando saliste de tu casa; no lo llevaste contigo porque de hecho tus padres no te dejaron sacar nada. Aunque eso no importo demasiado ya que Yuu compartió contigo todo lo que tenía. Recuerdas que habían iniciado su vida juntos en un pequeño departamento ubicado en una zona bastante tétrica de Shibuya; era otoño y a pesar de que sus familias y amigos los habían negado, ambos reían, en aquel tiempo les bastaba con su amor.

 

—Que ingenuo era… —Dices mientras te dejas caer en la nieve. —Se necesita más que solo amor para que esto funcione… y ni siquiera sé que es eso que falta. —Suspiras. Estas un poco confundido. —Debería dejarlo ir; pero no bastara con decirle “puedes irte”. Debo ser yo quien se vaya, quien dé el primer paso… él no lo hará, creo que lo he acorralado, me da la impresión de que quiere irse pero se siente obligado a estar a conmigo.

 

Cierras los ojos, intentas pensar en algo que te ayude, en  una manera de alejarte sin que salgas lastimado. Podrías tomar tus cosas e irte, pero de todos modos tendrías que verlo en cuanto vuelvan al trabajo. De solo pensarlo te da miedo, tristeza. Te odias, un momento piensas en irte, en dejarlo todo, y en el otro deseas aferrarte a Yuu, deseas amarrarlo aún más a ti. Después de todo decir adiós no es tan fácil.

 

++++++++++++++++++       Días después                                                         

 

La navidad había llegado muy rápido. Iban de regreso a casa, haber visto los fuegos artificiales había sido increíble, nunca te cansabas de verlos. De hecho sentías que era un deber verlos en su momento de gloria. Después de todo sólo brillarían una vez, para después morir en silencio. Y aun con todos esos momentos hermosos, en tu cabeza continuaba molestándote algo. Si bien los episodios habían disminuido, aún estaban y de alguna manera te daba la impresión de que Yuu no era el mismo, el silencio que reinaba en el auto lo confirmaba. No querías que fuese así, pero tampoco tenías un tema de conversación, así que optaste por lo más fácil: mirar el paisaje.

 

—¿En qué piensas? —Te pregunto Yuu aprovechando que el semáforo marcaba rojo.

—En nada. —Contestaste sin ganas.

—No te creo, solo te pones así de serio cuando estás pensando en algo que te preocupa.                    

 

Suspiras y piensas un momento en lo que vas a decir. Sí, quieres que él lleve una vida normal, no lo quieres ver sufriendo, justo como tú lo haces; pero ese amor que sientes por él te juega sucio, impidiéndote pensar en una vida sin él; pero definitivamente sabes que nada bueno saldrá de esa relación. Recuerdas las palabras tan hirientes de tu madre cuando le contaste de la relación que tenían y lo mucho que lo amabas “Que se gusten, o que se amen no significa que deban estar juntos” Ahora que lo piensas… probablemente tenía razón… y esa idea ronda tu cabeza sin dejarte en paz.

 

—Deberías irte y hacer una vida normal. —Dices después de un rato de silencio.

 

Yuu no dice nada, sólo conduce. No te atreves a mirarlo, ya no miras el paisaje, ahora mantienes la mirada baja, pensando en el peor de los escenarios. Pasados unos instantes el auto se detiene, supones que hay un semáforo, pero el tiempo pasa y no continúan. Trafico, seguramente es eso. Ni  siquiera te tomas la molestia  de alzar la mirada y comprobarlo, sólo estas allí, pensando en lo que harás si Yuu decide irse. “No es tan descabellado después de todo, si decide irse será comprensible, es decir, ¿Quién querría estar con alguien como yo?” Piensas mientras te torturas mentalmente. Entonces caes en cuenta de que ha pasado demasiado tiempo y aun no se mueven. Levantas la mirada y no ves ni un solo auto cerca, están solos, estacionados en esa calle solitaria. ¿Será otro episodio? Es lo único que  se te ocurre; pero pasado un tiempo, quizás minutos, te das cuenta de que no se trata de eso. Volteas a ver a tu acompañante; Allí esta Yuu… mirándote fijamente, tiene la mirada triste. Sientes como si te oprimieran el pecho y no te dejasen respirar, no te gusta verlo con ese semblante.

 

—¿En qué momento? —No entiendes a qué se refiere, te limitas a mirarlo. —¿En qué momento hice algo para que dejaras de creer en mí? ¿En qué momento falte a alguna de mis promesas como para que ahora digas esas cosas? —Continúas en silencio. —Respóndeme. ¿Cuándo fue?

—Nunca… —Respondes al fin. —Nunca rompiste una sola promesa, nunca hiciste nada, yo aún creo en ti… siempre lo he hecho.

—Entonces no  entiendo porque dices eso ahora.

—Creo que es suficiente. ¿Sabes? No me fue fácil decírtelo, no es algo que solo haya dicho sin pensar. He estado pensándolo mucho tiempo y  no creo que sea justo tenerte a mi lado, al menos no estando así. No quiero que vivas lo que yo… quiero que tengas una relación normal, quiero que seas feliz.

Decir eso logra que lágrimas broten de tus ojos; Yuu sostiene tu mano y te agarra de la barbilla para girar tu rostro y lograr que lo mires de frente.

—Cuando conocí a tus padres y dijeron eso… ¿Recuerdas lo que te dije aquel día?

—Lo recuerdo.

—Te dije  que no iba a permitir que nada ni nadie me separara de ti, te dije que sin importar lo que la gente pudiese llegar a creer o decir permanecería a tu lado, pero parece ser que lo has olvidado.

—No lo hice.

—Entonces te pido que me des una explicación más convincente.

—Piénsalo, si no desaparece esto será horrible, no quiero desconocerte otra vez, pensar en eso me lastima. ¡Vives con un loco! Piensa en lo que pasara si esto empeora.

—Eso no pasará. Además lo que te convierte en un  loco no es ese extraño síndrome, sino el hecho de que hace 20 años me aceptaste en tu vida.

—Dejémoslo, no sientas remordimiento alguno estaré bien.

—Si vas a estar bien ¿Porque tendría que alejarme?

—Por favor… sólo ve con ese alguien que has estado viendo a mis espaldas.

—¿De qué hablas?

—De tu comportamiento… eres más distante ahora. Sales sin decirme a dónde vas… actúas  extraño últimamente. 

—¡Ah! Eso. Sólo había estado haciendo algunos trámites.

No sabias a que se refería, pero obviamente se estaba justificando…

—Estaba pensando que hemos trabajado muy duro por mucho tiempo, demasiado, y es muy probable que ese síndrome haya iniciado en ese proceso. Sé cuánto te esfuerzas y ¿sabes? Tenemos suficiente dinero como para retirarnos y vivir sin preocupaciones. Lo que estuve haciendo fue buscar a las personas que tomarían nuestro lugar, siento haber sido egoísta, pero creo que es por tu bien.

—Es muy considerado de tu parte, pero aun así no creo que sea buena idea que continuemos juntos… no quiero preocuparte… ya no… no quiero ser una carga, dejando que me lleves a todos lados… pareces un esclavo.

—Vamos, eso es demasiado exagerado. Y aun si lo fuera, no tengo ningún problema con ser tu esclavo.

—Por favor… de verdad que no quiero que pases por esto.

— Si haberlo dicho de esa manera no funciona, entonces te lo diré una vez más.

—No necesitas hacerlo, no debes…

—Shima mírame, —te obliga a mirarlo, a mirar esos ojos decididos, esos a los que nunca te has podido resistir —te prometo que siempre te hare sonreír, siempre estaré a tu lado, sin importar lo que puedas llegar a pensar o decir y sin importar que pase en un futuro te prometo un por siempre. Te prometo no hacerte llorar a no ser que sea de alegría, y te prometo nunca decirte adiós.

—¿Por qué? ¿Por qué lo haces? Esto solo hace las cosas más difíciles.

—No necesito una razón. Por eso, a partir de este momento y para siempre… por favor, hasta la muerte, quédate conmigo.

Las lágrimas no se detenían, y lo que Yuu te decía no ayudaba en nada, te sentías mal por haber pensado si quiera que él pudiese dejarte. “Te amo” “Cada día que pasa sólo puedo amarte más” Sería bueno si pudieses decirle eso, pero el nudo en tu garganta no te permite decir nada. Sin embargo atinas en desabrochar tu cinturón de seguridad, sólo para lanzarte a sus brazos. Te sientes seguro estando así.

—Perdóname. —Dices con dificultad.

 

En toda tu vida, nunca antes alguien había sido así contigo, incluso tus padres te habían dado la espalda, esas amistades que habías tenido se habían ido. Pero sólo Yuu… sólo él continuaba estando a tu lado, aun cuando ya habían pasado 20 años él seguía estando allí.

 

Retomaron su camino en cuanto dejaron de abrazarse; el camino sería un poco largo, no mucho, solo unos 30 minutos, así que podías descansar un poco, de hecho era lo que Yuu te había sugerido. Cerraste los ojos, no estabas dormido, sólo pensabas. Tal vez no estaba tan mal que permanecieran juntos. Que Yuu hubiese entrado a tu vida era sin duda la más grande bendición que hubieses podido recibir, entonces, de algún modo no estaba tan mal vivir con eso. Cuando él estaba a tu lado sentías que podías contra cualquier cosa.

 

++++++++++++++++++++++++++

 

 

Notas finales:

Ok. Pues primero que nada quiero agradecerles por tomarse el tiempo de leer mi humilde creación.

Segundo: Quiero dar las gracias de ante mano a los jueces, pues se que lo que tengasn que decir será de mucha ayuda y me ayudara a mejorar.

Por último sólo quiero decir que, de verdad espero haberlo logrado, más que nada espero haber cumplido con los requisitos. 

Bueno, como no tengo nada más que decir me paso a retirar.

Gracias. :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).