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De pájaros, abejas, y Alphas y Omegas por SadistaSensible

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Notas del fanfic:

Creo que nadie había hecho una versión de South Park en el Omegaverse, al menos no en español. Así que lo hice mi deber. Jaja. La explicación de qué es un universo Omega se dará en este y el siguiente cap. Como aun está en proceso, y ando en la uni, tomará cierto tiempo actualizar.

South Park no me pertenece, el fic está hecho sin fines de lucro.

1

Eric Cartman tenía diez años cuando finalmente decidió que la vida lo odiaba. Dios, Satán, Jesús, el universo, todos ellos conspiraban en su contra con infantil deleite ante las situaciones que se desarrollaban en su vida de forma diaria. Así que dejó de esperar milagros o piedad en sus últimas horas, y con ello llegó una inesperada sensación de libertad que esperó que durara el resto de sus días. Por lo visto, Cartman había subestimado exactamente qué tanto es odiado.

El médico de la familia está frente a él, sentado en su pulcra oficina, con sus manos cruzadas sobre la mesa y mirándolo a los ojos, impasible, como si dar noticias de esa índole fuese una rutina y Cartman cae en la cuenta, analizando la información recibida, que tal vez así sea. Entonces la parte de él que no ha sido completamente paralizado ante el diagnóstico, se pregunta si debería estar tan sorprendido en realidad.

Esto es South Park, aquí no existen cosas como la lógica, racionalidad o el sentido común. La cordura de su gente es puesta en duda día con día. Debió sospechar que algún día todas estas incongruencias a lo largo de su vida hallarían la forma de joderlo monumentalmente, solo que nunca pudo haber sospechado que sería de esta forma, ¿Cómo podría?

Su madre se cubre su boca entre abierta con la mano, y lo mira con una mezcla de incredulidad, horror y emoción, todo al mismo tiempo reflejado en su rostro sonrojado, su mano apretando su hombro con demasiada fuerza. El médico termina de explicar, y la habitación se queda en silencio, y Cartman intenta procesar la información correctamente mientras inevitablemente reflexiona acerca de su vida y de las decisiones que ha tomado. ¿Es esto una broma? ¿Es esto lo que llaman castigo divino? De pronto decide que la respuesta no le importa, porque broma o destino pueden ambos irse al carajo, esto es una mierda.

- ¿Tienes alguna duda, Eric?- pregunta el doctor después de unos segundos. Cartman carraspea, traga saliva audiblemente y coloca sus palmas abiertas contra la mesa. El cristal está frío al tacto, casi tanto como el sudor en sus manos.

Su voz es controlada cuando responde, y su mirada está fija en el doctor. No haya en sí la manera de reaccionar ante una situación así. Piensa que los doce años de vivir en un pueblo así de jodido, con una vida aún más llena de mierda, lo pudo haber preparado de alguna manera, pero luego cae en la cuenta: Nada lo pudo haber prevenido. Nadie se lo había advertido, e incluso de hacerlo Cartman no hubiese hecho sino reírse al respecto. Y de pronto, los días en los que tenía VIH no le parecen tan malos.

-¿Podría repetir la última parte?

- Estás por sufrir tu primer celo, Eric.

-Celo.

-Así es.

Cartman mira al doctor tan intensamente que es como si buscara atravesar su alma en busca de mentiras o de formas de cambiar la realidad, pero descubre que no hay nada excepto frivolidad e indiferencia detrás de los ojos oscuros del hombre frustrado detrás de su escritorio. Dura realidad, detrás de una sentencia tan increíble como irrevocable.

-Celo.- Repite Cartman.- Como una perra.

-Hay muchas diferencias entre los animales y los humanos Eric, la forma en la que sucede, los síntomas, las consecuencias, hay toda una lista de diferencias… pero sí, básicamente. Como una perra.

Poco a poco, una sonrisa comienza a formarse en los labios de Cartman, y mira a su madre y al doctor soltando risitas demasiado agudas y sin demasiado aliento detrás de ellas. Todo esto debe tratarse de una broma, tiene que serlo.

-Esperen, ¿Kyle los obligó a esto?- inquiere mirando a su madre suplicante.- La semana pasada saboteé su primera cita con Nichole, les puse laxantes en sus helados, por eso está haciendo esto, ¿no?

-Humm, corazón…- le dice su madre acariciando su espalda a manera de consuelo.

-Fue Kenny entonces, ¿no? El otro día me escuchó decir que su hermana tiene un buen culo para una niña de diez años, casi me corta las pelotas. ¿Es… esta su venganza?

Su madre niega con la cabeza, el médico permanece en silencio. Cartman lo intenta una última vez, diciendo "Entonces Stan…" pero es interrumpido inmediatamente.

-Sé que parece una noticia difícil de comprender, pero pronto te acostumbrarás a ello. Tu condición es inusual, pero no imposible. Aunque los omegas suelen ser mujeres, si existe predisposición genética esto también puede darse en algunos hombres, es un gen recesivo, pero ya que tú tienes una influencia directa…- dice el médico indicando a su madre- existía una pequeña posibilidad.

-¡Pero su padre fue un alfa!

-Tal vez él mismo haya nacido de una pareja de Alfas, necesitaríamos echar un vistazo a su árbol genealógico para saber de donde provino la mayor influencia en sus genes. Sea cual sea la situación, la edad para mostrar estos síntomas ronda entre los quince y dieciséis. Pero tú eres un jovencito especial, Eric. La última vez que recibí a un chico así de precoz fue un omega en el 68'.

Cartman ya no siente ganas de reír. La única razón por la que había acudido al médico había sido por una pequeña fiebre que se resistía a desaparecer con pastillas y jarabes. Solo fue a una revisión y por otra receta. No esperaba ser analizado de arriba abajo, luego ser sentado en una silla fría y recibir una corta y complicada lección en educación sexual. Sobre todo no de este tipo.

-Puede...podría explicarme… no, no entiendo nada, ¿Qué mierda es un omega? ¿Qué carajo está pasando, mamá? –exige golpeando la mesa con el puño, una expresión de desesperación en el rostro. Necesita escucharlo de nuevo, necesita respuestas claras y precisas porque esta clase de mierdas no pasan en el mundo real. Si toda esta situación era tan normal entonces el resto debería saberlo y Cartman jamás había escuchado a nadie mencionarlo, así que debe ser todo una maldita farsa.

-¿Qué no te dan clases de esto en la escuela?

-¿Acerca de inocentes niños, comunes y corrientes, entrando en brama para ser montados como una perra cualquiera? Ah, creo que debí perderme esa clase, doctor.

-Se los enseñan hasta noveno grado.- agrega su madre con voz conciliatoria.- Para evitar el problema que hubo en los sesenta, ¿recuerda?

-"La gran orgía masiva de San Francisco", por supuesto. -El hombre suspira audiblemente, se masajea las sienes y luego levanta la vista de nuevo y comienza con un tono más amigable.

- Verás Eric, en este mundo existen tres tipos de jerarquías, están los Betas, los Alfas y los Omegas.- Explica colocando un bote de depresores linguales, un escalpelo y un termómetro.- Los Betas son los más comunes y la mayor parte de la población mundial. Son personas ordinarias, hombres y mujeres, sin ninguna característica especial.- dice sosteniendo el depresor- Son como Adán y Eva, dos humanos con impulsos y deseos naturales, inmunes a las feromonas ya que la mayoría no puede olerlas. Los Betas son tus vecinos, los trabajadores de las tiendas que conoces, secretarios, administradores; básicamente la gente promedio.

Aparta el bote, y toma después el bisturí.

-Los Alfas son los líderes. Son la gente con poder y con influencia que ves en la televisión. Como… no sé, Donald Trump, Robert Downey Jr, Gordon Ramsey… tal vez Phillip, sujetos así. Dominantes, ambiciosos, a veces posesivos. Atraviesan sus obstáculos para abrir paso a sus metas sin importar quién o qué se ponga a su paso.- dice haciendo señales de cortar algo con el escalpelo.

-Y luego están los omegas- Finalmente señala el termómetro rectal- los de menor posición en esta cadena. Son sumisos por naturaleza, a veces se vuelven amas de casa, prostitutas, músicos o artistas. Tú eres de este tipo. De los que van abajo… literalmente. También están los Gammas, pero esa es otra pila de mierda completamente diferente. No viene al caso en estos momentos.

-… ¿me están diciendo entonces, que todo este tiempo ha existido esta jerarquía y que todos en el mundo son parte de ella?

-Desde tiempos inmemorables.

-Todos saben de ella.- Reitera Cartman.

-Todos los adultos.

-¿Y entonces cómo es que esta es la primera vez que lo escucho? ¡Porque estoy seguro que en algún momento alguien debió mencionarlo en la tele o internet o alguno de los chicos lo hubiese divulgado ya!

-Es un tabú, de hecho es ilegal mencionarlo en ciertos países si los niños son considerados menores por la ley. En Argentina la edad promedio es de los trece años, en Alemania es a los dieciocho, en Canadá a los diecinueve. En Estados Unidos, es de catorce ya que generalmente inician a los quince. Pero ya que eres un jovencito especial, se hizo una excepción contigo.

Si lo que dice es cierto, entonces este es el secreto mejor guardado desde el suicidio forzado de Britney Spears. Y la peor parte es que parece algo tan estúpido que es enteramente posible tomando en consideración el nivel de ignorancia e idiotez del pueblo.

-Eso no tiene sentido.

-Es la ley, Eric. No siempre debe de tener sentido.

-¿Y qué pasa si decido contárselo a todos? Podría publicarlo en mi Twitter ahora mismo y todo este secreto se irá directo a la mierda.

El médico se acerca hasta la ventana y cierra las cortinas, oscureciendo la habitación. Cuando el hombre vuelve a mirarlo, su expresión es severa y su tono de voz amenazante.

-Me temo que eso no puede suceder, Eric.

Ambos cruzan miradas por varios segundos, retándose. En un movimiento rápido y preciso, Cartman saca su celular de su sudadera y comienza tipear a una velocidad solo alcanzada por adolescentes. Está por postearlo cuando una luz aparece en su campo de visión. Otra luz aparece entonces, y esta se multiplica. Hay una docena de luces rojas apuntándolo a él y a su madre en todas direcciones.

-¿Cómo crees que hemos mantenido un secreto así por tanto tiempo? - le dice el médico.- Publícalo. Tu publicación será eliminada por hackers del gobierno antes de que si quiera aparezca en el muro de los otros chicos y tú ya no estarás para poder escribir otra. Vamos, hazlo.

Cartman titubea, pálido, y su madre le arrebata el celular.

-Ellos saben que tú sabes, Eric.- Le dice, levantando la mano como una señal. Las luces desaparecen una por una.

-Eres parte del secreto antes que todos tus amiguitos, cariño-lo reconforta su madre.- ¿No es eso divertido?

Cartman quiere echarse a llorar.

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De camino a casa una camioneta negra los persigue a dos autos de distancia. El médico le había dicho, con una sonrisa, que volviera la semana siguiente para ver el progreso de su ciclo y Cartman considera postear la noticia de todas formas para así sentir la dulce liberación de la muerte.

-No es tan malo como parece, corazón.- le dice su madre desde el volante. Cartman no le ha dirigido la palabra desde que dejaron el consultorio y se niega a mirarla. Todos pueden chuparle las pelotas, Cartman está harto.- Mami ha sido una omega toda su vida y mírame, eso no me ha impedido hacer todas las cosas que he deseado.

Con los sucesos recientes, Cartman lo había olvidado. El doctor dijo que tal vez él era un omega por parte de su madre.

-¿Entras en celo y todo eso?

-Así es, amor.

-¿Es por eso que eres una puta?

El auto se detiene bruscamente y su madre lo fulmina con la mirada.

-¡Esa no es forma de hablarle a mami, Eric! ¡No vuelvas a llamarme una puta!

-Es que eso explica tantas cosas…

-¡Eric!

Se encoge de hombros y continúa mirando por la ventana, observando que la camioneta también se ha detenido a moderada distancia. ¡No puede creer que esté siendo espiado por el gobierno otra vez!, Su madre vuelve a poner el auto en marcha instantes después, cuando se da cuenta que Cartman no va a disculparse pero tampoco seguirá insultándola. Aunque Cartman considera justo debatirlo, porque con este nuevo descubrimiento ahora le queda en claro que todos esos rumores de su madre son, muy posiblemente, ciertos.

Las cosas no mejoran a lo largo del día, porque su madre se ha enfadado con él y se niega a hablarle y a la mañana siguiente Cartman descubre que la maldita camioneta sigue observándolos. Esta vez estacionada en la casa de unos vecinos.

La fiebre vuelve a mitad de su clase de historia, y para el final de clases su cuerpo se siente débil y cansado. Cuando vuelve a su casa, se recuesta en su cama para descansar, pero se descubre incomodo en cualquier posición, y solo se siente remotamente cómodo con su estómago boca abajo. Su mente flota con dudas y con ideas delirantes. Cuando logra reunir la fuerza para levantarse, comienza a buscar cuidadosamente artículos en internet que puedan ayudarlo a darle algún sentido a la situación, pero pasa horas sin encontrar nada.

Al día siguiente, la directora lo vocea e indica que acuda a su oficina. Por primera vez Cartman no tiene idea de qué demonios hizo para meterse en problemas, y deja el salón haciéndole señales obscenas a Butters y a Kenny que se burlan a sus espaldas. Lo hacen esperar diez minutos fuera, sentado sobre una silla naranja demasiada pequeña para su cuerpo, y comienza a planear una coartada para lo que sea que hizo. Para cuando el señor Garrison abre la puerta y le indica que puede pasar, Cartman cree tener una historia creíble, que podría ir modificando de escenario en escenario. Se ajusta el sueter y prepara su mejor expresión inocente (sonrisa dulce, pestañeo rápido y mirando como un cachorro buscando la aprobación de su dueño, nunca falla).

Al entrar en la oficina, Cartman había esperado encontrar a la directora con una cordial, y extremadamente falsa, sonrisa recibiéndolo. Lo que no se esperaba es que a su lado estuviese el su maestro de deportes, el señor McKey y otros cuantos maestros más, todos dentro de la pequeña habitación, rozando codos y costados, mirándolo de una forma que lo hace sentir incómodo sobremanera.

-Toma asiento, Eric.- le indica la directora.

-¿Qué está pasando?- dice Cartman en respuesta, conteniendo el impulso de correr despavorido del lugar.

-Todos aquí queremos tener una breve charla contigo, Eric, no se trata de nada malo, ¿mmkay? Toma asiento.- le indica con paciencia el Señor Mckey.

Solo cuando se da cuenta que nadie está dispuesto a hablar hasta que él obedezca, Cartman obedece tentativamente. Se sienta al borde de la silla, calculando cuánto tiempo le tardaría correr hacia la puerta de ser necesario. Concluye que en el peor escenario saltará por la ventana. Ha sobrevivido accidentes aéreos, una caída del tercer piso no lo matará.

-Hemos recibido algunas noticias preocupantes, Eric.- le dice la directora.- Tu doctor nos llamó ayer, y nos informó acerca de tu condición.

Eric le ofreció su alma internamente a Damien si tan solo abriera la tierra para arrastrarlo a las tinieblas en esos momentos. Por supuesto, esto no sucedió, porque Damien es un hijo de puta y no se puede contar ni con él ni con el marica de su padre para estas cosas. Debe estar muy ocupado el cabrón, con su culo al aire para algún político en turno. Pues es su pérdida, porque el alma pura de Cartman vale más que la de cien judíos. Así que aquí está, su rostro pálido, mientras todos lo ven con una mezcla de lástima, pena ajena y en el caso de Garrison, satisfacción.

-Solo queremos hacerte saber que estamos aquí para apoyarte, ¿mmkay?- le dice el señor Mckey.

-Cualquier cosa que necesites háznoslo saber y te ayudaremos lo mejor que podamos.

¡Es como si Cartman de pronto se hubiese vuelto un inválido o una delicada pieza de porcelana! En ese momento se promete que algún día va a matarlos a todos. Algún día.

-Sabemos que no se te ha dado la orientación adecuada, así que si tienes alguna duda puedes preguntarnos lo que quieras.

- Sí, humm, solo quería saber, ¿en qué carajo estaban pensando? No sé bien qué está sucediendo pero, ¿qué no es esto una información extremadamente importante? ¿Cómo, relevante a nivel mundial?

-Lo es, por eso se da cuando los chicos se consideran maduros para comprenderlo.-Le explica su profesor de deportes.

-Buscamos evitar discriminaciones tempranas en los niños, Eric. Aún no has tomado las clases, pero cuando lo hagas descubrirás que muchas de las guerras en el mundo surgieron por este status quo. –Le dice el Señor Garrison con seriedad.- Incluso en varias obras clásicas vemos cómo el mal manejo de la información llevó a la tragedia, incluso inspiró Romeo y Julieta.

¿Pero qué grandísima mierda?

-Gracias a todos estos sucesos históricos, la ONU determinó que era adecuado manejar la situación de otra manera. Ahora es ilegal transmitir esta información en los medios para no alentar los estigmas sociales entre un grupo y otro.

Cartman entierra su rostro entre sus manos. Va a matarlos, a cada uno.

- Bien… - Cartman da un largo suspiro, mira al techo, concentrando su paciencia por un par de minutos. Luego prosigue.- Bien, vamos a dejar el preocupante engaño a nivel global por ahora. Entonces… Esto, el ser Omegas, Alfas y Betas, ¿cómo funciona?

-Encontrarás toda la información aquí.- le dice la directora extendiéndole un folleto.- Tienes que ser muy cuidadoso con esa información. No queremos que otros niños se enteren cuando aún no tienen un estatus, ¿verdad?

Cartman lo abre y busca entre las descripciones de los tres (...o cuatro, hay un pequeñísimo apartado Gamma hasta el final). Gracias a la insípida explicación plana de ayer, ya puede hacerse una idea de lo que ser un Omega significa pero es aún peor cuando está escrito a detalle en papel.

-Creo que ha habido un error.- asevera con absoluta certeza.- No hay forma que yo pueda ser Omega, no lleno ninguno de los requisitos.

-El doctor te examinó ayer, cumples con todos los síntomas, Eric.

-No, en realidad no, aquí dice que los Omegas son "sumisos", desarrollan apariencias "andróginas" y no estoy seguro de qué significa eso pero debe ser algo gay. Dice que son tímidos, callados, sensibles y empáticos…yo no soy nada de eso, ni siquiera sigo órdenes, las impongo.

Sin embargo una voz dentro de él discrepa con su propia opinión: El folleto no está tan equivocado. Está escrito que en algunos casos los Omegas a veces son "Seductores e irresistibles" y esto es tan cierto en Cartman que momentáneamente lo hace dudar, pero además de su increíble atractivo nada más coincide con sus atributos.

-¡Yo nací para ser líder, no para estar encerrado y…! ¿Qué es esa mierda del celo? ¿Qué se supone que significa?

-Es imposible que tus resultados sean equívocos, Eric. Aún eres demasiado joven, así que aún no has desarrollado tu lado Omega completamente, eso se aplica también a tu personalidad. Ya te irás adaptando. Además, de acuerdo a tu historial clínico, has sufrido fiebres en estos últimos meses, ¿no es cierto? Y la más reciente fue la más intensa. Te sientes fatigado pero energético al mismo tiempo, tienes bochornos inesperadamente, el aliento se te va sin realizar actividades extenuantes, tu madre también ha tenido que cambiar tus sábanas todas las mañanas…

-¿Qué…? ¡Eso es mentira! -niega, sonrojándose hasta las orejas.- ¿Cómo saben eso de todas formas?

-Y de acuerdo al diagnóstico del médico –prosigue McKey.- dentro de unos días comenzarás tu auto lubricación.

-…¿Y-yo qué?- pregunta Cartman con voz trémula después de varios segundos.

-Auto lubricar, Eric. Eso también viene en el folleto.- le indica la directora.

-Dentro de unas semanas comenzarás a secretar hormonas para atraer Alfas y aparearte con ellos.

-Oh, dios…- dice Cartman, sintiendo ganas de vomitar al comprender su situación.- entonces… Oh dios mío… esto quiere decir que puedo… que yo puedo…- dice, y no puede continuar, así que señala su estómago y hace la forma de un arco hacia afuera con su mano.

-¡Oh, no! – exclaman casi todos al unísono, el señor Garrison y el maestro de deportes soltando risitas.

-No, no, Eric, los hombres Omegas son anomalías. Tienen las conductas que una mujer Omega tendría, así como también necesidades similares, pero eso no los vuelve una mujer ¿De dónde sacarías una matriz?, ¡De hecho los hombres Omega no son fértiles en absoluto!

-Oh, gracias Jesús…- Acaban de decirle que no podrá tener hijos, pero está demasiado aliviado por la noticia de que no puede quedar embarazado como para que le importe un carajo.

-¡Has visto demasiada televisión, Eric, eso no sucede en el mundo real!- dice el hipócrita Señor Garrison, como si todo este asunto fuese realista en primer lugar.- ¿Además de donde saldría el niño? ¿Del culo?

Todos continúan riendo y burlándose abiertamente, así que Cartman interrumpe.

-Espera, ¿entonces para qué joder entran en celo los Omegas?

-Las mujeres para ser fecundadas, los hombres como mencioné, son anomalías- explica encogiéndose de hombros.- No hay una verdadera razón científica.

-Pero entonces esto… ¿Esto me hace qué? ¿Gay?

-No en realidad, así como existen hombres Omegas, existen Alfas mujeres. Pero puedes incluso encontrar a una linda Beta que te ayude con esos ciclos. Siempre y cuando los controles serás lo que quieras ser.

-Ah, mierda, tiene que ser una puta broma…- se lamenta, sin saber si reír amargamente o llorar en desesperación.- No supongo que exista alguna cura, ¿verdad?

-Lamento informarte que no. Querer quitar un estatus sería cómo querer quitar la homosexualidad. Son cosas naturales, Eric. Lee el folleto, ya lo irás comprendiendo.

Pues mierda. Cartman agacha la cabeza, derrotado, doblando una esquina del folleto entre sus manos. Aún esperaba que algún camarógrafo saliese del closet y todo resultara ser parte de algún reality jodido. Pero ese no es el caso. Asimilando su situación, Cartman atisba la palabra "Auto lubricación" en el folleto, y se da cuenta de lo que debe hacer. Si no existe una cura entonces no hay forma de que Eric Cartman se quede cruzado de brazos a aceptar su destino.

Encontrará una. ¡Si pudo curar el sida, con un carajo, va a curarse de esta mierda!

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Cartman no puede curarse de esa mierda.

Pasan dos semanas y una mañana despierta sintiéndose arder por dentro. Su madre llama a la escuela y consigue un permiso por una semana entera, pero no haya en sí la felicidad para celebrarlo. Su respiración es entre cortada y siente que las sábanas están hechas de lija, tallándose contra su piel. Su mirada es borrosa y toda su zona baja se siente escocer. Hay un hormigueo constante en sus piernas y no puede dejar de moverlas.

Es el infierno y Cartman reclama y maldice al cielo por haberlo abandonado. Una parte de él piensa que debe ser karma de algún tipo, pero luego piensa "Naaah", porque esas son estupideces hippie irreales. Además no es como si hubiese hecho cosas lo suficientemente malas para terminar así, agonizante y sin alivio sobre su cama. Están a cinco grados allá fuera, y Cartman se siente en llamas.

Su madre le lleva Cheesy Puffs y chocolates pero por primera vez no siente apetito. Y eventualmente entra y sale de un estado de inconsciencia.

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-¡Mátame, por piedad, mátame!

Cartman sí se arrepiente de sus pecados al día siguiente, cuando se despierta sintiéndose empapado de sudor e incómodo en toda su zona baja, y descubre con horror indescriptible qué significa la auto lubricación, ¡No debió tirar el maldito folleto!

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Su madre entra una tarde, o al menos eso cree Cartman. Las últimas horas ha sufrido de alucinaciones menores y le cuesta trabajo averiguar cuando está soñando y cuando está despierto. La ve en sus contornos borrosos, sentarse en una silla que había acomodado a lado de su cama. Tiene una caja café entre sus manos, algo escrito en ella con letra infantil que Cartman no puede descifrar antes de girar en la cama sobre su estómago. La presión ayuda, había descubierto.

-Es tu primer calor y tu cuerpo es aún demasiado joven, así que ahora se siente abrumador, pero va a pasar. No te preocupes. Por ahora esto te ayudará a sobrevivir los próximos tres días.- anuncia con tono alegre y abre la caja. Figuras de colores y diferentes tamaños comienzan a ser colocados en la cama.

Le toma unos segundos enfocar bien, y Cartman descubre que la forma fálica de los objetos es enteramente para servir ese propósito. Son cientos de vibradores, dildos y otros juguetes sexuales de todas las formas y colores. Solo logra soltar unos gemiditos y entierra el rostro en la almohada, mientras su madre comienza a explicar cuál es mejor y por qué cada uno debe ser utilizado de cierta manera.

-Si aprietas el botón en este-dice levantando uno que Cartman se niega a mirar- la base se hincha y te ayuda a prepararte para el abotonamiento con un verdadero alfa.

Cartman comienza a rozar su entrepierna en el colchón y se echa a llorar con ganas. Absolutamente humillado y miserable, suplicando por una muerte pronta y rápida.

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-Humm, tendré que recetarle estos supresores.- le dice el médico a su madre cuando los visita unos días después.

No ha dejado la cama excepto para ir al baño y apenas ha probado bocado. Al parecer esto es algo anormal incluso para su primer ciclo.

- Su cuerpo aún no está preparado para un estado de brama así de intenso, por eso está reaccionando de esta forma. Con estas pastillas se controlará la mayor parte de los síntomas, con está otra se ocultarán las feromonas. No existen Alfas sin pareja en South Park, pero tómelo solo como precaución, no queremos que algún Alfa entre la población joven despierte antes de tiempo por accidente, ¿verdad? –dice con una risita.

Se tratan de pastillas de colores rosa y azul, las rosas con puntos rojos alrededor y las segundas de un tamaño considerable.

-Tienes que ser precavido, Eric.- Le dice el doctor.- Se han reportado casos en donde se crea inmunidad a los medicamentos o se crean reacciones secundarias severas por su mal uso, así que debes seguir estrictamente la dosis recomendada. No la excedas ni la prolongues.

Le indica que deben ser ingeridas dos veces al día antes de la comida, y que si bien solo servirían ahora para ayudarlo a pasar los últimos días de su ciclo sin demasiadas molestias, la próxima vez deberá tomárselos con veinticuatro horas de anticipación para suprimir efectivamente las feromonas. Si por algún motivo no logra tomarlas a tiempo, entonces es recomendable que no deje la seguridad de su hogar o que pronto se le encierre en una habitación sin ventanas en donde solo pueda abrirse desde fuera. Su madre asiente a todo y parece comprender cada una de las medidas de precaución, pero Cartman no puede evitar preguntar qué es lo que no le han dicho exactamente. ¿Por qué es tan importante suprimir la feromonas? Incluso si atraen a Alfas, no está seguro de cuál podría ser el problema. No es como si de pronto fuera a ser embestido y, no sé, violado ¿verdad?... El doctor dijo que es diferente a los animales así que no es como si fuese a ser rodeado de Alfas y luego lucharan a mordidas para montarlo… esas son exageraciones, ¿no?

Seguro lo hubieran advertido de algo así...

…Aunque no es como si tuviese que preocuparse, Cartman es bastante capaz de cuidarse solo y, además, si las pastillas funcionan, entonces será perfecto porque podrá volver a su vida normal, ignorar toda esta locura y pretender que no, él no es el eslabón débil en una sociedad cimentada sobre mierda. Tal vez pueda incluso pretender que esto jamás sucedió.

Suena a un buen plan, y cuando su ciclo termina dos agonizantes y sudorosos días después, Cartman puede ver la luz a través del túnel: Este es solo otro secreto estúpido del pueblo, como lo fue ocultarle la identidad de su padre. No es nada realmente fuera de lo normal (porque ha aprendido a modificar ese término con cada nuevo día en South Park), y no representa ninguna amenaza real para su futuro o para sus aspiraciones. Después de todo, si lo manejan con tanto secretismo, puede incluso sacarle ventaja. Con los supresores y una correcta investigación, pueda tal vez curar esta jerarquía biológica, o al menos sacarle provecho. Y lo mejor de todo, tal vez nadie tenga que saber que es un Omega.

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-¡Pero claro que todos sabrán los estatus de todos!- le dice su madre con una gran sonrisa.- Se les realizan pruebas a todos los alumnos en noveno grado para tomar las medidas adecuadas. ¿Te imaginas qué desastre sería tener a Omegas entrando en celo en un salón lleno de Alfas? No, no, cielito, para eso están los test.

Cartman palidece y siente sus entrañas congelarse en pánico.

-¿Todos mis amigos lo sabrán?

-¡Todos en el mundo lo sabrá, cariño! Los Omegas y Alfas secretan un distintivo olor reconocible incluso para los betas. Además, tu estatus se registra en el sistema, se anexa junto a tus datos personales como fecha de nacimiento, sexo, edad…

Cartman la contempla en silencio, y diferentes escenarios vienen a su mente. Cartman es adorable, lo sabe, pero es como si todos los niños de su salón fueran ciegos hijos de puta que son inmunes a sus numerosos e irresistibles encantos, así que su inigualable carisma le ha creado muchos enemigos que lo odian, a su parecer, injustificadamente. Y ahora… ser reconocido públicamente como alguien, no, 'algo', débil, raro y de menor clase social… ¡Dios, Cartman será como el nuevo Kenny de South Park!

Toma la taza de chocolate caliente que le había preparado su madre y la arroja a la pared. Restos afilados explotando en todas direcciones. Fue un arranque de furia, pero le parece una metáfora gráfica de su vida hasta ahora. ¡Todos sus planes, su potencial, su popularidad, todo ido a la mierda por cuestiones biológicas!

Salta de su silla y se echa correr fuera d su casa, su madre gritando por él. ¡Debe de haber una forma de solucionar este embrollo, siempre la hay!, entre las calles grises y blancas de South Park, Cartman corre hacia el frío de las montañas, buscando al Doctor Alphonse Mephisto.

Notas finales:

Tengo problemas con los sepraradores, ¿Auxilio? ¿Alguna forma de poner solo una línea recta en lugar de otras cosas?


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