En una de las calles de Japón ya casi era de noche cuando dos niños juguetones terminaban de correr por el parque.
-Tori espérame, Toriiii.......-gritaba un niño de cabellos castaño oscuro, quien trataba de alcanzar a un niño de cabellos castaños claros.
-Apúrate Chiaki, así nunca me vas alcázar- le respondía a la vez que disminuía su velocidad esperando al otro.
-T-Tori, estoy…… cansado- dijo tratando de recuperar el aliento una vez alcanzo al otro y lo tomo del brazo para que no siguiera corriendo.
-Bueno vamos sentarnos en esa banca a descansar- tras recibir una respuesta afirmativa por el otro lo tomo de la mano llevándolo rápido hasta unas de las bancas del parque- aquí podrás descansar mejor Chiaki- dijo mientras le secaba un poco de sudor de la frente.
-No estaría tan cansado si no corrieras tanto Tori- se quejaba mirando molesto al otro, en eso se escucharon las voces de sus madres que los llamaban.
-Yoshiyuki………………- gritaba una.
-Chiaki………………….-gritaba la otra, ambas dándoles una señal de que volvieran a casa.
-Ya Vamos- respondieron al unísono levantándose y corriendo cada quien a su casa, que por suerte estaba una a lado de la otra.
-Nos vemos mañana en la escuela- decía el de cabello castaño claro antes de entrar a su casa.
-Hasta mañana Tori- menciono el otro con una sonrisa entrando primero a su casa seguido por el otro.
Así era todos los días, ellos iban y regresaban juntos a la escuela, luego terminaban sus tareas antes de salir al parque para jugar los dos y luego volvían cuando sus madres los llamaban, sin duda ellos eran los mejores amigos de aquella barriada, y lo mejor es como vivían uno a lado del otro siempre se veían o se topaban cuando salían de paseo.
Así crecieron hasta que Chiaki cumplió sus doce años (ya que de los dos él era el más pequeño por meses), ambos estaban en la casa del oji azul celebrando su cumpleaños, ya era el momento de cantar el Happy berthay, y todos ya estaban reunidos para comenzar.
“Happy barthey to you, Happy berthay to you, happy berthay Chiaki, Happy berthay to you”
Tras terminar de cantar el oji negro se acercó al peli castaño para susurrarle.
-Vamos pide un deseo y espero se te cumpla- dijo bajo solo para que el escuchara.
-Si- respondió mirándolo a los ojos para luego cerrar sus ojos con fuerzas y pedir su deseo, abrió sus ojos y apago las velitas que ya casi se consumían.
-Felicidades Chiaki- mencionaron todos al ver las velitas apagadas, luego de eso cada quien se fue a su lugar y recibió su pedazo de pastel. Ambos niños subieron hasta la habitación del cumpleañero donde se sentaron en su cama a comer del pastel.
-y dime Chiaki ¿Qué pediste?- al escuchar eso, el mencionado tosió sonrojándose a la vez.
-Coff, coff, coff ¿p-por qué lo preguntas?- dijo mirándolo con timidez.
-Es que quiero cumplir tu deseo, sea cual sea- hablo tomando una servilleta y limpiando los labios con merengue del oji azul.
-B-Bueno yo…- ya se había puesto nervioso pero aun así siguió- yo pedí que tú nunca……. Me dejaras- respondió bajito a la vez que comía un poco mas de pastel. El castaño se acerco mas al otro dejo su plato sobre la cama y lo abrazo.
-Sabes que yo nunca te dejare, eres mi mejor amigo y te quiero- “en serio te quiero y mucho Chiaki, aun mas que como un amigo” pensó para si abrazando más fuerte al otro.
-Jajajaja ¿de verdad Tori?- rio feliz mientras volvía a preguntar.
-Lo digo enserio Chiaki- se separó de él un poco- aun tienes merengue en los labios- menciono y en un impulso de su cuerpo acerco sus labios a los del oji azul y lamio suavemente la parte con merengue, sonrojando al otro.
-¡T-Tori…!- dijo nervioso desviando la mirada.
-P-Perdón, no fue mi intención yo……- trato de disculparse pero fue interrumpido por el otro.
-S-Si mi mama nos ve d-de seguro nos regañara-hablo nervioso volviendo a mirarlo.
-¿N-No te moléstate?- pregunto confundido.
-¿Q-Q-Queeee?, cl-claro que no, eres mi amigo no me molestaría por algo así-respondió con una sonrisa-a-además m-me gusto- desvió su mirada al suelo.
-Si te gusto, entonces déjame hacer esto- levanto el rostro del otro quien ya estaba completamente colorado, acaricio su labio con su pulgar para luego darle un tierno beso, el oji azul se sorprendió por aquel gesto pero de inmediato cerro sus ojos y se dejó llevar por la sensación rodeando el cuello del castaño con sus brazos mientras este colocaba sus manos en su cintura y lo acariciaba poco a poco. Al terminarse el aire ambos se separaron mirándose a los ojos.
-Chiaki yo…- antes de que pudiera decir algo escucharon la voz de la madre del castaño.
-Así que aquí estaban- menciono viendo a ambos chicos aun abrazados- ya es tarde Yoshiyuki termina de abrazar a Chiaki que ya tenemos que irnos- dijo a la vez que salía a como entro- que pases bonita noche Chiaki- menciono antes de salir.
Amos chicos se miraron a los ojos otra vez hasta que el oji azul sonrió y abrazo al castaño quien respondió feliz
-Nos vemos mañana Tori y gracias por venir- susurro mientras seguía abrazándolo.
-No fue nada Chiaki- respondió rompiendo el abrazo- nos vemos mañana Chiaki, que tengas lindos sueños- dijo levantándose, pero detuvo sus pasos al sentir el agarre del oji azul.
-Antes de irte po-podriamos…….- dijo con la mirada baja, el castaño comprendió y se volvió a sentar en la cama tomando nuevamente el rostro del oji azul para volverlo a besar, pero esta vez metiendo su lengua dentro de la boca del otro. Chiaki se sentía un poco raro al sentir aquella lengua batallando con la suya pero aun así trato de seguir el paso. Hatori por otra parte disfrutaba de cada rose con su lengua dentro de la cavidad del otro. Ambos querían seguir el beso y lo hubiesen hecho si no les faltara el oxígeno, al separarse vieron con un hilillo de saliva los seguía uniendo, Tori dulcemente lo limpio con su lengua, ambos se sonrieron a la vez que se separaban poco a poco.
-Nos vemos mañana Chiaki-dijo el castaño dándole un último beso pero esta vez en la mejilla dio media vuelta y salió.
En cuanto salió el castaño Chiaki se dejó caer de espalda en su cama, toco sus labios, los sentía caliente, cerro sus ojos tratando de apaciguar sus latidos ya que su corazón estaba latiendo a mil, volvió a recordar aquel beso y una sonrisa se formó en su rostro, se volvió a levantar, tomo ambos platos donde antes avía pastel y los tiro en el bote de la basura de su cuarto (ya que eran platos desechables), entro al baño, se ducho y cepillo y luego se fue a dormir, recordando una y otra vez aquel beso.
Mientras, el castaño llego a si casa, se aseo, se puso su pijama y empezó a escribir en su diario
-“Querido diario, estoy muy feliz hoy en la fiesta de Chiaki la pase muy bien pero lo que realmente disfrute fue haberle robado un beso él, aunque no pude confesarle mis sentimientos, creo que el siente lo mismo que yo, espero poder tener valor para decirle que lo amo, aun mas que como mi mejor amigo, sino como la persona con la que quiero estar el resto de mi vida, te amo Chiaki”.
Tras terminar de escribir se propuso a descansar, pidiendo a Dios soñar con aquel beso del oji azul…………