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Si lo vieras por Dias

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Notas del capitulo:

Aviso:Los personajes no me pertenecen.

 

Draco no era ciego, su querido amigo Theodore Nott era hermoso, cosa que todo el colegio también notaba. ¿¡Pues como no verlo!? Especialmente cuando se paseaba por ahí con ese endemoniadamente apretado uniforme de quidditch. ¡es que Joder!, pareciera que sus piernas no tienen fin, y del trasero ni hablar, el rubio podía afirmar sin ninguna duda que después de él de Potter (y obviamente el de el mismo) era el culo más perfecto que había visto. Los ojos verdes esmeraldas competían en hermosura con los brillantes de Harry, rodeados de unas prominentes pestañas azabaches, tan largas que hasta le causaban envidia a varias mujeres. El pelo castaño caía sin cuidado por su rostro dándole un aire rebelde. Los anchos hombros creaban un perfecto contraste con la estrecha cintura. Era uno de los chicos más guapos de Hogwarts sin discusión alguna. Por esa misma razón no podía creerse que saliera con el estúpido de Neville, y como buen amigo que era no se cansaba de repetirle su “inconformidad” respecto a esa relación, a lo que Theo siempre le respondía: “si lo vieras”, y aunque Draco preguntara y preguntara que quería decir con eso, de los rozados y finos labios de Theo solo se escapaba una silenciosa sonrisa.

 Si lo vieras, pues obvio que lo veía y no era más que un bueno para nada. Aunque debía admitir que le parecía un bueno para nada con linda cara. Pero hasta ahí, solo una cara bonita inservible. O al menos eso creía hasta el momento. Solo  hasta ese momento, porque cuando lo vio desnudo, después de bañarse, con las gotitas de agua envolviéndole el cuerpo todas sus quejas contra el pobre chico se esfumaron, como si nunca hubieran existido.

 Tenía frente a él el cuerpo más perfecto que había visto. Cinco veces más hermoso que el de Theo, y eso señores/as es decir mucho. Maldijo a Nott por ser tan pollerudo, obviamente  le había prestado a su novio la llave del baño de prefectos, ya que era imposible que Neville la tuviera por merito propio.

 Lo único bueno era que el gryffindor le daba la espalda.

 Conjuro, más rápido que un flash, un hechizo desilusionador en su cuerpo. Contuvo el aliento cuando el castaño volteo hacia donde se encontraba el. Los colores se le subieron a la cara, no abría humillación más grande que ser descubierto en ese estado, oculto y espiando al hombre  que era ni más que menos que el jodido  novio de su mejor amigo.

  Sonrió con ironía, la situación era bizarra. El miedo a ser visto era tan grande que sentía sus latidos demasiado ruidosos. Aunque, que dios y su amigo lo perdonen, no se arrepentía en absoluto de haber entrado sin fijarse en el baño, por que perderse  la vista de ese esplendido cuerpo seria un pecado.

 Trago en seco cuando al agacharse, a buscar algo entre la ropa tirada, le regalo una hermosa vista de su trasero. Salió de su ensoñación en el momento en que ya no era ese firme y redondeado culo el que lo apuntaba, la varita, no solo la de madera, se levantaba en su dirección firme y prepotente.

 El aire quedo atrapado en su garganta, los labios de Neville se habían abierto para pronunciar un hechizo.

_Colloportus- siguió murmurando una serie de hechizos, pero Draco no presto atención, se sentía como si le hubieran lanzado un confundus.

Pasado el momento de parálisis su cerebro empezó a maquinar a toda velocidad, el chico se encontraba ”solo” (ya que  su presencia era desconocía), con la puerta cerrada y la habitación insonorizada, no tuvo que ser muy listo para adivinar lo que iba a suceder.

  No se equivoco, la mano izquierda del castaño resbalo desde el abdomen hasta el grande aplastando en el paso a unas cuantas gotitas de agua que se aferraban a su cuerpo perlándolo, dándole un brillo único. Gimió bajito cuando vio el momento preciso en que los ojos celestes pasaban a ser negros. Pero lo peor, lo que lo hiso jadear y abrir los ojos por completo fue esa voz. Ya no era el tono perdido de siempre, no era cohibida. Muy por el contrario, firme, ronca, potente, cargada de sensualidad, esos y más adjetivos fueron los que  cruzaron la mente de Draco cuando esa sugerente voz hiso eco entre esas cuatro paredes.

  El ritmo era suave aunque iba aumentando de a poco. Sus ojos seguían una y otra vez el movimiento de la mano que subía y bajaba por el rojizo e hinchado pene. No había visto muchos penes en su vida, ni lo había deseado, no era una parte del cuerpo que le pareciera necesariamente atractiva, pero ese pene, que conste que solo ese, le pareció sumamente hermoso. Tanto que se le hacía agua la boca por el simple hecho de imaginar a su lengua recorriendo esa carne caliente y húmeda de pre-seminal.

 Maldigo el momento en el cual decidió usar los pantalones mas apretados de su guardarropas. El rose de la tela fina del los calzoncillos podía ser tanto una bendición como una maldición.

El deseo en su parte baja del cuerpo se estaba tornando insoportable. Puso una mano sobre el bulto, pero eso en vez de apaciguar su deseo lo alentó. El sudor corría por su frente pegándole el pelo a la cara. Los dientes mordían los labios asegurándose de que ningún sonido delator brotara de ellos.

 Uno de los valores más importantes para un Malfoy era el control sobre uno mismo. Algo que Draco para sus 17 años llevaba bien. Pero ahora, justo ahora, su cuerpo parecía indomable, como si su mente ya no contralara sus extremidades. Sus manos actuaban por si solas, como si se tratasen de animales,  gobernadas por el instinto. Tuvo que apretar con más fuerza los labios cuando su índice, junto con el pulgar, apretó con gentileza la base de su excitada erección.

 Los jadeos y gemidos de Longbottom eran cada vez más altos y roncos opacando los procurados débiles jadeos del rubio.

 Cuando un fuerte y firme “Draco” fue gritado dentro de un gutural gemido, rompiendo con los habituales “Theos”, el alma se le vino a los pies, soltó asustado su pene y espero paciente los regaños que seguro le iban a dar. Ya se imaginaba siendo cruciado por Theo. Su mirada se mantuvo en el piso, se sentía incapaz de volver a mirarlo a los ojos. Tic, Tac las agujas del reloj seguían girando pero ninguna palabra se escucho, la mente cohibida de Draco maquinaba las peores acusaciones, solo se atrevió a mirarlo cuando una serie de gemidos interrumpió sus pensamientos y se sorprendió al ver que la mano de Neville seguía fiel en su tarea.

 Los ojos se le agrandaron, no era que lo había descubierto, sino que había pensado en él. La sangre se fue a las mejillas. Su corazón latía desbocado, medio por el miedo sufrido y medio por lo complacido. El resto de su cuerpo se relajo.

_Rayos dra-aco…..joder.

 La sangre volvió a bombear asía abajo, pero esta vez no se toco, estaba demasiado asustado como para moverse. Se limito a observar el ritmo frenético con que esa mano bombardeaba la dura entrepierna. Estaba a punto, lo sabía, lo notaba en las mejillas rojas de pasión, en el bello arco que formo la espalda, en el rostro arrasado por el placer, ojitos cerrados con firmeza y labios entre abiertos en busca de aire, en los gemidos cada vez más altos, lo notaba en el pene, más hinchado que antes y con unas gloriosas gotitas blancas brotando de él. 

 No se equivoco, Neville se corrió de inmediato. El gemido más alto de la noche se hiso presente, y el orgasmo termino con un glorioso “Draco”.

Esa noche de luna llena, con el viento filtrándose como un ladrón profesional por la ventana, solos en el baño de prefectos, y con ese cuerpo descomunal frente a él, Draco entendió “la respuesta” que le daba siempre Theo.

 Por eso cuando Pancy se quejo de la diferencia de físicos entre Nott y su novio, tirando al pobre Neville muy por abajo esta vez fue Draco quien, con una sonrisa misteriosa en los labios  contesto “si lo vieras”.

 

Notas finales:

Un beso a todos !y buen fin de semana!


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