Regresa [ Taoris ]
Capítulo I: Escribiéndote
Huang Zi Tao
Qing Dao, China
23 de Marzo de 2014
Hola,
yo,… realmente dudo que leas esta carta. Pero si ya la has abierto quizás te pique la curiosidad y quieras saber qué es de mí…
Para no ser maleducado, empezaré por lo más importante, que es preguntar por ti. ¿Cómo te va? Espero que bien. Yo… te he echado de menos todo este tiempo. Estos veintidós meses, seis días y cuatro horas. ¿Que si lo he contado? Sí. Justo hace veintidós meses, seis días y cuatro horas te vi desaparecer a lo lejos en aquel aeropuerto. Creo que las lágrimas que hacían mi vista borrosa me impidieron verte unos dos o tres segundos más, y me arrepiento por haberlos perdido. Ya sabes, como siempre te decía, cada segundo a tu lado es lo mejor que me podría haber pasado.
Ahora son un eterno calvario. No tenerte a mi lado me mata, Wu Yi Fan. ¿O debería llamarte Kris? Creo que era el único que te llamaba así aunque no te gustaba. Pero me hace sentirte más cerca de lo lejos que estás. Ni siquiera pensaba escribirte, básicamente porque no sabía dónde estabas… pero hace unas semanas me encontré con uno de tus antiguos amigos, Jongdae, Ahora lo maldecirás por haberme dado tu dirección. Realmente no quería, pero le lloré todo lo que pude hasta que accedió a dármela. Él me dijo que había coincidido contigo en Corea, en Daegu. ¿Qué narices hacías allí? ¿Qué se te perdió en Daegu? Como no lo puedes ver, te diré que estoy sonriendo. Pero, sin embargo, estoy triste. Estoy deseando llamar a Jongdae para que me cuente más sobre ti, que me cuente si te ha visto, si estás más guapo (si se puede ser más guapo), más inteligente (si se puede ser más inteligente), más arrogante (si se puede ser más arrogante) y, en definitiva, más tú. Más perfecto. ¿Que por qué no lo he hecho ya? Bueno, pues tenía ganas de que me contaras tú… si no me respondes, entonces sí lo llamaré.
Puedes pensar que soy un acosador, pero me da igual serlo ya. Te echo de menos, y no lo soporto. Sin ti nada tiene sentido, Kris, mi Kris… Recuerdo que te enfadabas cuando no te llamaba hyung. Espero que ahora no te enfades, pero por si acaso, corrijo: Kris hyung.
Una vez te escribí una carta, ¿recuerdas ese día? Estábamos juntos con unos extraños amigos tuyos. Creo que se llamaban.¿Suhan y Lehun? ¿Sehan y Luhun? ¿Luhan y Sehun? Algo así. Recuerdo que el pequeñín era coreano y no entendía nada de lo que hablábamos. Bueno, de lo que hablaban ustedes, porque yo estaba perdido en tu mirada. Recuerdo que me sentía incómodo cuando ellos te rozaban. Por estúpido que suene, tenía celos. Yo siempre quería rozar tu piel y no me dejabas. Y como no sabía cómo decírtelo, escribí una carta. Pero tú nunca la leíste. Me dijiste que la guardarías para siempre y la leerías cuando yo ya no estuviera. “¡Pero nunca me separaré de tí!” dije. “Pues entonces nunca la leeré, Tao” respondiste. Y me abrazaste. Y no supe cómo ordenar esos sentimientos en mi mente. Realmente me daba igual que no la leyeras, porque ya encontraría el valor de decírtelo a la cara. ¿Por qué te fuiste, Kris? ¿Por qué? Prometiste quedarte.
Pensé que al fin había conseguido que me quisieras, que me aceptaras. ¿Recuerdas la noche de la discoteca? Yo te dije que no quería ir, pero tú me pediste que te acompañara, porque te daba palo ir solo con tus amigos. Yo me dejé llevar y aunque me sentía fuera de lugar, aguanté toda la noche por ti. Tú te reías con ellos y bebías y no te dabas cuenta de que yo no paraba de mirarte. Entonces todos caminaban tambaleándose hacia la calle. Salí detrás de ustedes y uno de ellos te besó. Y tú le seguiste el beso. Y de ese beso surgió otro, y otro, y por cada beso creció una cicatriz en mi corazón tan profunda que aún no se ha borrado.
Te extraño, Kris. Aunque a veces me hicieras daño, aunque después de ese día no volviésemos a hablar. Aunque tras varias semanas reuniese el valor de ir a hablar contigo y me diese cuenta de que la casa estaba abandonada, de que te habías mudado sin avisar, de que ya no eramos tú y yo, sino sólo yo.
No sé si alguna vez te hice daño, si me porté mal… perdóname por cualquier cosa en la que me pueda haber equivocado, pero te necesito de vuelta. Aquí nada ha cambiado. Seguimos los mismos, padre, Lay, yo. Bueno, mamá… ya sabes. Lo que tenía, pues… se complicó. Ahora está en un lugar mejor. Mejor que esta casa de miserias. Desde que no está, he tenido que dejar mis estudios. Nunca me gradué. Trabajo en la tienda de un primo de mamá. No gano mucho y no es un trabajo muy fascinante que digamos, pero me da lo suficiente para comer. Padre no suele pasar por casa mucho, está más distante que antes. Desde que pasó lo que pasó, prácticamente no hablamos. Dice que yo tengo la culpa. Yo.. no la tengo, ¿no? Pero lo entiendo, está destrozado. Sólo espero que nos reconciliemos antes de que a él también le llegue la hora.
Lay es otro mundo. Está prometido con una chica muy bonita. La chica me recuerda un poco a ti, porque es canadiense. Se llama Minnah. Cuando habla inglés rápidamente y no lo entendemos y se burla, me recuerda tanto a ti, Kris. Se te daba tan bien. Me vendría bien que me ayudaras a entenderla y poder responderle algo coherente. Sólo así me dejaría de llamar Tao el tonto.
Ahora tengo que irme, padre ha llegado a casa. Espero que esta carta te llegue, la leas y algún día decidas responderme. Te amo.
Huang Zi Tao.