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La soledad del corazón por Mr Prince_Roronona_no_Sanji

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Notas del capitulo:

Hola minna. Ya e conseguido dormir y liberarme un poco de los exámenes finales. Asi que, aquí estoy de vuelta otra ves ah! Antes de que olvide, este epi se lo dedicare a zosanboy por haber sido la primera en comentar. Arigato lamento no haber podido responder tu review antes de ser borrado y como estaba algo ocupada y con la mente en mil cosas una cosa llevo a la otra y antes de darme cuenta el baka de mi primo lo borro, Gomene, hontoni gomene, pero tu comentario fue muy bien recibido y ahora tengo un beta gracias a ello, gracias sin mas espero lo disfruten todos aquellos que estén leyendo. ^^
Ahhhh! Tengo problemas con mi ordenador no me deja hacer nada y parece que quiere morir (esperemos que no sea asi u.u)

-Aquí escorpión rojo. ¿Me copian? –anunciándose estaba una figura cubierta por completo de ropajes rojos y un velo cubriendo su rostro el cual impedía cualquier reconocimiento facial, tirada en una duna de arena, hablando atreves de un den den mushi en color rojo. Ajustándose los gogles, que más bien eran una especie de binoculares, observando con detenimiento a su presa moverse a las faldas de la duna no muy lejos de su posición.


-Si te copio escorpión rojo ¿Qué novedades tienes? –recibe respuesta de vuelta por el den den mushi.


-Jijijiji, que me acabo de conseguir a un lindo y extraviado zorrito amarillo.

–Comunico en medio de risas, acercando más la imagen que le deban sus gogles, mostrando la rubia cabellera de una persona caminando, mientras se fumaba un cigarrillo.


-Hoho ¿En serio? Genial ¿Esta sola? Tráela quiero verla.

- Responde la voz del den den mushi con entusiasmo.
-De acuerdo.–Y acto seguido cuelga.

-¿Uh? Me pregunto si nee-chan creería que era un zorrito real jijijiji. Bueno no importa ya tengo su permiso así que… -dejando la frase a medias, bajo de un salto la montaña de arena cayendo a los pies de esta con la agilidad de un gato. - …Es hora de ir a cazar a un lindo zorrito jijiji. –termina retirando los gogles de sus ojos dejando ver unos intensos faros marrones que brillaban con malicia.

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-Hoh! Parece que ya encontré que hacer para comer. –Exclamo verdaderamente extasiado, observando como la arena frente a él, empezaba a removerse, llevando con ella algo grande que utiliza la arena como camuflaje, yendo en su dirección con una velocidad impresionante. Por lo que imaginándose que seria, se preparó para atacarlo antes de que esa cosa lo hiciera.


-¡Hyaaa! –Grito encestándole una patada en la cabeza a aquel animal extraño y súper grande de color morado, en cuanto salió de debajo de su camuflaje, noqueándolo al instante, dejándose caer poco después de un solo pie en la arena, retirando el cigarrillo de sus labios, mientras sonreía con orgullo de haber cazado algo para la comida. Ahora restaba llevarlo a las ruinas y conseguir la manera de cocinarlo, solo esperaba que fuera comestible.


-Sugoi onee-chan.- llega a sus oídos la voz difusa por la tela que cubría la boca de una persona cubierta de pies a cabeza con ropas en rojo, alertándolo por lo sospechoso que se veía, a la vez que arrugaba el entre-cejo por el apelativo con el que se dirigió a él.
-Es realmente maravilloso no esperaba encontrar a alguien con semejante fuerza y mucho menos en el desierto.

Seguía con su monologo el extraño ignorando la cara de pocos amigos de Sanji.
-nee Onee-chan, ¿Dónde has aprendido a hacer eso?, es realmente algo agresivo para alguien tan delicada como tu ¿No crees?
-Tks. –Ya se cabreo. -¿Dare da onee-chan? En primera no soy una chica, en segundo no parezco ni soy delicado y por ultimo no me gustan los halagos de ningún hombre, es repulsivo. –Expreso dándole una calada al cigarrillo para tratar de calmarse, notando como el extraño que a pesar de que su vestimenta no revelaba su género supuso que era un hombre por el matiz de su voz. Comenzó a reír.
-Jijijiji, ¿Otoko? ¿Watashi? –Pregunto entre risas extrañando a Sanji, sobre todo porque uso el prefijo Watashi en femenino ¿Sera un Okama? Se preguntó el rubio.


-Heh, no me digas que tienes tendencias extrañas. Lo siento, pero a mí solo me gustan las mujeres de verdad.


-¿Uh? ¿Tendencias extrañas? Jijijijiji Que gracioso es esta situación. Gomen pero… -baja la cabeza un momento agarrándose la ropa a la altura del pecho y acto seguido se despoja de una manera rápida de todo lo que ocultaba su figura incluso el velo, que dejo caer una melena rojiza extremadamente larga.


-...yo soy una chica real. –Termino su oración presentando ante el rubio a una linda morena peli-roja que llevaba unos pantaloncillos rojos muy ajustados y una camisa de igual color, que dejaba al descubierto su estómago y resaltaba sus voluminosos pechos, mostrando que era una mujer en todo el sentido de la palabra.
-Jijiji que gracioso ¿no crees, “Onee-chan”? Que ambos nos hayamos equivocado del género del otro, es muy gracioso. –Habla la joven fingiendo inocencia apartándose el molesto mechón que cubría su rostro, observando expectante al chico frente a ella.


-¡¡MELLORINE!!


-¡¿HAH?!


Emitió sin más la chica asombrada y sin saber que decir en el momento en el que el rubio había gritado de esa manera para dirigirse a ella casi corriendo, tomando una de sus manos mientras la besaba con delicadeza.


-Perdone mi descortesía anterior señorita. ¿Qué hace una delicada flor como tú en un lugar tan vacío y arrasado de calor como este? –Pregunta poéticamente arrodillado frente a su dama con una mano en el pecho y la otra tomando aun la de la chica, la cual atino a dar un parpadeo perdida y desconcertada por la nueva actitud de aquel extraño hombre.


-¿Eres un ángel del desierto? ¿Te perdiste? ¿De casualidad no te encontraste a una princesa preciosa y una pelirroja igual de preciosa de camino acá? –Seguía hablando y hablando, mientras que la joven saliendo de su estupefacción inicial, le regalo una dulce sonrisa que lo dejo embobado.


-Jih, no, no estoy perdida… umm Aniki, de hecho estoy en el lugar en el que quiero estar y justo frente a la persona que andaba buscando.
-¿Frente a la persona que estabas buscando? ¿Yo?


-Uhu.-Asiente sonriendo.


-Oh! Entonces lamento la espera mi hermosísima dama, aquí estoy y a tu completa disposición.


-Jijijiji eso me alegra, nee Aniki ¿Te gustaría acompañarme a ir a ver a mis hermanas? Temo que se molestaran si llego tarde a casa y no quiero dejarte aquí solo ¿qué dices vienes? –Pregunta la pelirroja acercándose al blondo que se encontraba ya de pie, llegando a casi pegar sus cuerpos. Por su parte Sanji había dejado de pensar al escuchar la invitación y la palabra “hermanas” lo que equivale para él chicas bonitas, y en cuanto sintió a la joven pegársele rosando con algo suave y esponjoso su tórax, se sonrojo y prácticamente se le escurrió toda la sangre por la nariz cayendo al piso de espaldas casi desmayando.


-¡Ah! Aniki ¿Daiyoubu? –Se inclina a su lado con fingida preocupación.


-S-si, d-dime ¿dijiste hermanas?


-Si, así es, vivo sola con mis cuatro hermanas.


-C-cu ¡CUATROOOO!- grito emocionado para luego sonreír como bobo y babeando al imaginarse rodeado de las cinco chicas dándole de comer en la boca como todo un príncipe en su harem.
La joven sonrió al verlo así, realmente asombrada de lo fácil que fue controlar a ese hombre, la cacería más fácil y más aburrida de todas, pero sin duda la más rara y graciosa.

-Bien, entonces ¿Vamos?


-Haaiiiii =w= -Canturreo siguiendo a la chica prácticamente volando, a su alrededor perecían revolotear miles de corazones, estrellas y flores de todos los colores, se veía muy feliz… e ingenuo.

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Cae al suelo arenoso un gigantesco animal de color azulino aparentemente muerto, encontrándose a un lado de aquella cosa: Ace más fresco que un col, a pesar de a ver sido él, el que mato previamente a aquel monstruoso animal.


-¿Uh? Qué raro… Sanji-kun ya debería estar aquí, ¿Se le estará haciendo difícil cazar algo?-Se comenta a si mismo dirigiendo su mirada al lugar por donde se dirigió hace unas horas el rubio.
-Ya está oscureciendo, ¿en dónde estará?


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Por su parte Zoro y Usopp correteaban tras su trastornado capitán, el cual en su desesperación por comida, había mordido un cactus que según Chopper menciono provocaba fuertes alucinaciones, por lo que el del sombrero de paja influenciado por el cactus creyó que se acercaba un tsunami, los atacaba y otras cosas. Y sumándole a eso que cada vez que creía que estaban bajo ataque, usaba su habilidad de goma, volviéndolo un loco verdaderamente peligroso, pues en ese punto quienes eran sus objetivos eran los pobres de sus compañeros, quienes les tocaba correr y tratar de esquivar los locos y casis certeros ataques de su capitán.

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Mientras que las chicas de la tripulación Mugiwara, se las ingeniaban para hacer un lugar decente para pasar la noche con las palmeras del oasis, después de haber guardado las sombras de un jabalí que habían cazado, pensando Nami en hacerse un lindo bronceado en cuanto vuelva a salir el sol mañana en la mañana sin seguirle preocupando el paradero de los chicos, a la vez que Vivi se hundía en sus pensamientos estando ella, si preocupada por los demás ya que no sabía en qué peligros podrían estar, pero Nami la animo y convenció rápidamente diciéndole que ellos sabían cuidarse muy bien solos y le comento su idea del bronceado, lo cual le pareció muy bien y se pusieron de acuerdo de que lo harían juntas.

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Con el sol ya despidiéndose con sus últimos rayos. Una morena pelo rojo caminaba lento y pausado por el desierto, siendo seguida por un rubio de indescifrable expresión.
-¿Umm? ¿Doshita no, Aniki? –Cuestiona la joven volteándose a ver al chico cuando sintió como este detuvo su andar.


-Nee, dígame ¿Qué está haciendo realmente en el desierto, señorita?


-¿Ah? Jiji, pero si eso ya te lo dije, te estaba buscando a ti.

-¿Es eso verdad?


-Sí.


-Y puedo saber el por qué?


-Claro, veras soy un mercenario del desierto, que encuentra y vende todo lo que parezca de valor en estas tierras olvidadas por Dios. –Responde sincera con la sonrisa aun plasmada en su rostro de mujer.


-Ah ya, entonces me imagino que yo soy tu presa.-expresa de lo más calmado dando a entender que la confesión de la joven no le ha sorprendido en lo más mínimo, tirando al suelo la colilla de su cigarrillo y pisándola en el proceso.


-Si así es.-responde de manera sínica la pelirroja sonriéndole e importándole muy poco descubrirse a sí misma ya que a pesar de la fuerza que demostró aquel hombre con anterioridad estaba segura de que podría con el si se ponía difícil.


-humnn.-Hace un sonido poco masculino

.
-Pero que sincera eres, esas son las cosas que me encantan de una mujer =w=.-La alaga poniendo una expresión de felicidad con una aura rosa.


-¿Ah? –La muchacha no acaba de sorprenderse con ese sujeto, a pesar de lo que le dijo el chico no parecía incomodo en lo más mínimo y a la vez estaba muy feliz por ser sincera con él ¿Tendrá problemas en la cabeza? ¿Sera todo el tiempo así con todo o solo con ella?


-¿Entonces vendrás conmigo?-Le pregunto con cautela.


-Eso en verdad seria todo honor, ser secuestrado por una linda señorita como tu es mi sueño de toda la vida. Pero siento tener que negarme, temo que ya he tardado demasiado en regresar con mi amigo y no quiero que se preocupe. –Dice serio encendiendo su inseparable vicio, recordando que Ace debe estar esperándolo en el lugar acordado y no estaría bien ni sería muy educado de su parte dejarlo esperando, a pesar de ser una chica quien se lo esté pidiendo, ante todo están sus nakamas, aunque Ace sea solo uno temporal.


-¿Es eso acaso una patética excusa? ¿Estás diciéndome que rechazas “ser secuestrado por una linda señorita como yo”? ¿Por tener una cita con un hombre?-Pregunta de manera sensual usando las mismas palabras de Sanji contra el mismo, dándole a la conversación un giro de lo más extraño.


-¿Uh? Oh no, no es una excusa y si, aunque suene raro viniendo de mí, si te estoy rechazando, pero no es por una cita y mucho menos con un hombre, moriría antes de hacer eso. Pero lo siento en verdad preciosa señorita pero simplemente no puedo hacerle eso a mi amigo además de que si me dejo secuestrar mi capitán me armara una bronca preocuparía a mis damas y el marino de seguro se reiría de mí. –Se explica pensando en los problemas que le traería no solo a Ace sino también a sus amigos al ver desaparecido sin dejar rastro.


-¿Entonces es un no definitivo?


-Me temo que así es, siento haberte hecho perder el tiempo, pero tendrás que buscar a otra presa.


-No, yo soy quien lo siente Aniki, pero no buscare otra presa ya que tu vendrás conmigo así sea a la fuerza.- Y sin siquiera terminar su oración la chica se lanza contra el blondo intentando golpearlo con todas sus fuerzas.


-Oh! Shotto, ¿no estas siendo muy testaruda?-Le pregunta esquivando sus golpes y bloqueándolos de vez en cuando, con algo de dificultad


-Ha, ¿yo? ¿Acaso olvidas que soy un mercenario? Lo siento pero no te dejare ir tan fácilmente no ha habido ninguna presa que se le haya escapado al escorpión rojo y tú no serás el primero. –Contesta tratando de encestarle un solo de sus golpes.


-Hmn,=w= que tenacidad ¿Te haces llamar escorpión rojo? Pero que nombre tan sexy.


-Hah…hah…hah.-Se detiene la joven empezando a cansarse.
-¿Por qué? ¿por qué no lograba darle? Uno, solo pedía uno eso sería suficiente para derrotarlo, pero es que era tan endiabladamente imposible, ese sujeto era muy ágil y eso que ni siquiera le ha regresado el ataque.


-¿Ya estas cansada? –la chica detecto un tono de preocupación que la hizo sonreír.


-Jih, si eso parece, pero dime, porque no me regresas los ataques ¿tan inferior te parezco que te parece de lo más insignificante ensuciarte las manos conmigo?


-¿Qué? No, nada de eso, es solo que yo nunca golpearía a una mujer aun si es mi enemiga, moriría antes de hacer tal cosa.


-¿Uh? Jijijijiji…hahahahaha me pareces más y más extraño Aniki hahahaha. Pero sabes eso me gusta de los hombres.-ante este ultimo comentario la hermosa pelirrojo cae desplomada de rodillas al piso, asustando a Sanji que va en su ayuda.

-akasasori-san, ¿Qué sucede? ¿estás bien?


-jijiji no puedo… no puedo creer que incluso en estas circunstancias te preocupas por mi.-Se abraza a el blondo con una expresión desvalida como si hubiese sido herida de gravedad, encontrándose ambos de rodillas en el suelo.


--por su puesto que si, no importa lo que suceda yo siempre estaré allí para una señorita.


-Heh, eso suena lindo, eres muy lindo arigato Aniki, por ser tan considerado conmigo –Levanta el rostro encontrándose de cerca con el de Sanji, y con una lentitud desesperante se va acercando a sus labios sorprendiéndose este al imaginarse lo que haría la joven, por lo que congelado en su posición se dejó hacer esperando con el corazón palpitándole a mil por lo que la chica haría.


-A-ri-ga-to.-Veía como los labios de la de cabellos rojos pronunciaba aquellas palabras con bastante lentitud a la vez que acortaba por fin el espacio que los separaba y lo beso.


Todo a su alrededor pareció detenerse ninguno de los dos se movían ni parecían querer dar fin aquel beso.
Hasta que de pronto.


Sintiendo todo su cuerpo vibrar, Sanji empujo a la morena sin mucha brusquedad pero aun así esta cayo de costado al suelo. Y empezó a toser con fuerza sintiéndose mareado.


-¿Que… Que fue lo que hiciste?-Pregunta a la pelirroja sin dejar de toser


-Jijijijiji, en verdad que eres fácil de engañar Aniki, realmente creíste que esos simples ataques que te di me cansaría tan rápido, a tal modo de parecer vencida? Si fuera así seria para mí una deshonra llamarme mercenario del desierto.


-Cof, cof, cof…


-Ah! Con respecto a tu pregunta, he introducido veneno a tu cuerpo atreves de ese beso, pero no te preocupes no te matara, solo no podrás moverte con total libertad como ya te habrás dado cuenta y luego caerás inconsciente por tres horas, y cuando despiertes estarás en un barco camino a tu nuevo hogar jijiji ¿no es lindo? –Sanji no contesta solo seguía tosiendo con un deje de molestia, sintiéndose más débil acaba minuto que pasaba.


La chica que se hace llamar escorpión rojo, recuesta al blondo con cuidado en la arena y se le monta encima aprovechando que ya casi no puede moverse.


-Te lo dije, ninguna presa se me ha escapado nunca y tú no ibas hacer el primero. Sabes, aunque me parezcas un tonto con un pensar tan anticuado hacia las mujeres. Lo que te dije es verdad, me gustan los chicos como tú, después de todo no todos los días te encuentras a un hombre con tanta caballerosidad.


-Hah…hah…hah, es… –Sanji parpadeaba con dificultad sintiendo los ojos cada vez más pesados.


-¿Uh?


-es cierto… es cierto que tienes… cuatro… cuatro hermanas…hah…
-¿ah? Jijijijiji tu sí que eres un hombre por demás de interesante Aniki, pero. Aunque no me caracterizo por ser alguien en la que se pueda confiar, si, si tengo cuatro hermanas y las veras dentro de poco.


-Hah…hah… eso…está bien…- Y sin más sucumbió y se desmayó, pensando en que si va hacer secuestrado en contra de su voluntad al menos vería a hermosas mujeres en el proceso, esto no era del todo tan malo después de todo siempre fue su sueño ¿no?


-Ora, ya estas dormido. Bien entonces vamos que mis hermanas nos esperan y ya hemos tardado demasiado.
Con eso dicho dejo su cómoda posición en el pecho del blondo y poniéndose de pie, agarro a Sanji por un tobillo arrastrándolo por la arena como si nada, sin dar señas de esfuerzo. Mientras que frente ella más allá de unos cuantos kilómetros podía verse un pequeño poblado rodeado de las arenas del desierto, siendo ese el lugar adonde se dirigía.

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A su vez que Ace ya preocupado había salido en busca del rubio encontrándose en aquellas arenas casi oscuras y frías por la noche, a una enorme bestia en color morado muerta de un golpe en la cabeza, y seguido de esta a su lado dos par de huellas que seguían un camino largo por las dunas perdiéndose en el horizonte.
-Sanji-kun. –musita siendo escuchado solo por el viento, rogando internamente que este se encontrase bien.

“Problemas”

Notas finales:

Gracias una ves mas por leer mi fic espero y les haya gustado.
Sin mas nos leemos en la próxima actualización ^^


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