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La soledad del corazón por Mr Prince_Roronona_no_Sanji

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Notas del capitulo:

Que hay? Yo de nuevo por aquí hehehe… me disculpo por la espera y les agradezco siempre por tomarse el tiempo para leer mi fic ¡Hontoni arigato!

No habia podido actualizar antes porque enferme ¡Pero ya estoy mejor pude mas que mi cabrona enfermedad buajajajajaj! (momento de locura) hehehe, bueno este cap se lo dedico a Mayra Alejandra-san. Te agradezco mucho por tu excelente idea me ayudo e inspiro mucho para avanzar e l cap (pues la verdad también estaba peleada con mi musa y no tenia nada de inspiración. ¡Pero tu llegaste como caída del cielo y me salvaste “gracias estamos agradecidos” hahahah no en serio te lo agradezco un montón n.n auque una cosa te he de advertir, no soy muy buena para describir ropas por lo que si lo que hice no te satisface mis disculpas ese tipo de cosas no se me da.

Bien no les entretengo mas, espero que sisfruten y ¡A LEER!

 

 “¿Dónde estoy?“

Este y más pensamientos relacionados a cuando fue la última vez que estuvo despierto fueron los que volaron por su mente, a la vez que entreabría los ojos muy lentamente para ver donde estaba. Lo que lo sorprendía un poco y despertaba en él cierta inquietud, era que sus extremidades no podía moverlas con naturalidad, no recordaba que había pasado ni donde se encontraba, además sentía un aturdimiento extraño que lo arrastraba nuevamente a caer dormido.

Se sabía acompañado puesto que podía sentir varias presencias a su alrededor las cuales a su adormilado cerebro le  parecía que hablan en una lengua muerta, en vista de que decían cosas que ciertamente no lograba entender, se obligó a levantar la cabeza para intentar identificar algo,  logrando divisar nada, al tener la vista empañada, encontrándose solo con figuras borrosas he irreconocibles delante de él. Se sentía mareado y adormilado pero aun así se negaba a quedarse dormido.

Estaba atado, lo sabía porque sentía los brazos entumidos y extendidos a los lados, colocados en esa posición contra voluntad. Además de tener una incomodidad desconocida en el cuello. Arrugo el entrecejo tratando de recordar medianamente algo el cual le diga que le hizo llegar a tan engorrosa situación.

Cuando de pronto. A sus oídos llego una voz que logro identificar al instante.

“Escorpión rojo”  

Le contesto su mente de inmediato cuando se preguntó de quien era la voz. “La chica que me secuestro” pensó recordando con rapidez  todo respecto a la muchacha mercenaria, la presentación de esta, la confrontación, el beso y después solo inconciencia.

Sonrió derrotado, la pelirroja sí que sabe convencer a las personas, esperaba conocer a sus hermanas, a lo mejor y sean iguales a ella, eso sería genial.

Pero por ahora descansaría un poco la cabeza que  estaba matándolo, luego se procuraría por escapar. Y antes de irse sin duda tenía que conocer a esas doncellas todas juntas. Compuso una sonrisa boba ante este pensamiento.

Porque a pesar de que la joven era muy bella y esperaba sus hermanas también. Ni loco se dejaba vender sabrá a Dios a que pendejo hombre “¡Qué asco! ¡Antes muerto!”

 

-Alejandra tiene razón con respecto a ti. –Aquéllas palabras fueron las que llegaron a sus oídos, sacándolo por completo de sus pensamientos.

- No solo eres lindo, también un hombre interesante. –Había alguien frente a él. Se esforzó en levantar la cabeza una vez más presionando su vista hasta el máximo para intentar ver algo,  y al lograrlo, se llevó una agradable sorpresa al encontrarse con una  señorita de cabellera azulada y mirada cristalina. Parecía una mujer fuerte, apacible e indiferente, notando también que era increíblemente parecida a la joven que se hacía llamar “escorpión rojo”.

Noto que se hallaba acomodada entre el hueco que dejaban sus piernas, las cuales se encontraban extendidas. Estando casi cerca de su rostro, regalándole una discreta y casi imperceptible sonrisa, que logro sonrojarlo.

-Debiste de despertar dentro de unas cuantas horas más ¿sabes?-Seguía con su monologo acercándose más a la cara del rubio. –Pero sorprendentemente te has despertado antes de que siquiera se cumplan dos horas, eso sin duda te hace alguien interesante para nosotras. –A pesar de pronunciar tantas palabras, la peliazul hablaba con una sequedad que sorprendía, como si no tuviera ni un atisbo de sentimiento, siendo vagamente escuchada por Sanji quien aún luchaba con la nebulosa en su cerebro.

-…-

-¿Tu nombre?

-Sa… -Arrugo el entre-cejo extrañándole que se le dificultara el habla.

–San…Sanji.-Respondió momentos después boqueando un poco para conseguir hablar con regularidad, jadeando por el esfuerzo, pero aun así satisfecho de lograr lo que se propuso hacer, que era dar su nombre, como la hermosísima chica se lo había pedido, porque por una señorita él sacaba fuerzas hasta de donde no tenía con tal de hacerlas felices.

-¿Sanji? –Se preguntó ella sin ninguna clase de expresión en su rostro que demostrara la curiosidad e intriga que realmente sentía por aquel hombre.

-Qué extraño nombre. Bien Sanji... –Hizo una pausa apropósito disminuyendo la distancia entre sus rostros, sonrojando al ojiceleste imaginándose lo que haría la chica, pero esta cuando estuvo a escasos centímetros de su boca, arrojando su aliento extrañamente gélido en los labios del contrario, y se desvió  con lentitud hacia su oreja derecha.

-Procura no morirte. –Dijo en un susurro siniestro que congelo y estremeció el cuerpo de Sanji en partes iguales.

 

-¡Eri! ¿Qué haces? ¡Nos vamos sin ti! –Le grito ya algo lejos, una de sus hermanas, haciéndole separase del rubio con la misma lentitud con la que se acercó a él.

-Adiós. –Se despide con su voz fría y sin expresar emoción alguna. Posando su mano derecha en los ojos de Sanji impidiéndole ver con claridad y al pronunciar un “duérmete otro poco” dirigidos al rubio. La cabeza de Sanji cayo inerte hacia su pecho, entrando en una nueva inconciencia. Luego de eso la peliazul salio de los calabozos sin más a encontrarse con sus hermanas.

 

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--…

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-Te daré 50 Por él.

-Quiero 100 berri.

-60.

-80.

-75.

-95.

-75.

-100

-80 y es mi última oferta, lo tomas o lo dejas.

-¿Cómo puedes ser tan tacaño?

-solo te daré 80. Ya te lo dije ese chico podrá ser todo lo lindo que quieras, pero si no tiene ningún talento no me sirve de nada. Dudo mucho que se venda más del precio que me estas pidiendo. –El aparentemente dueño del lugar, un hombre no tan mayor, moreno de cuerpo musculoso y  ojos verdes, da por finalizada la conversación sin dar su brazo a torcer.

-Demo. –se queja como una pobre y desvalida jovencita todo de manera fingida. La morena de cabellos rojos y quien ha estado intentando regatear el precio con el dueño desde hace un rato.

- Musk-san sabe que nosotras somos inocentes chicas sin dinero, ¿porque no tratas de compadecerte de nosotras? –Mientras decía aquello, se acercó al hombre y pego su voluminoso cuerpo al de él,   haciendo que sus pechos se friccionaran, poniendo el moreno cara nerviosa y sonrojándose a mil.

-sí, Musk-san apiádate de nosotras.

-Sí, hazlo Musk-san.-se unen Danielle y Anabel abrazándose una a su brazo  y la otra a su espalda, asombrando más al dueño del local.

-Por favor.

-Por favor Musk-san.

-Si, por favor.

 Seguían insistiendo de forma sensual las hermosísimas muchachas usando sus armas contra el pobre hombre, sintiendo este como se pegaban cada vez más a su cuerpo. Causando que esta vez se le escurriera prácticamente toda la sangre por la nariz, cayendo al suelo casi desmayado y completamente mareado por la pérdida de sangre (y por lo que sea que se estuviese imaginando ¬¬)

-¿Siiiiiiii???-cantan a coro las tres, viéndolo desde arriba sonriéndole felices.

-E-esta…b-bien les daré 180 berri por el sujeto.

-Gracias Musk-san.-corean una vez más.

-ch, patético hombre.-Se hace notar Misuo, asqueada por lo repulsivo que pueden llegar a hacer los hombres, por eso no le gustaba negociar personalmente con estos, para ella todos no son más que unos pervertidos. Pero aun así estaba feliz de haberle sacado una buena cantidad de dinero por el chico rubio.

-Bien. –Dice ya de pie, el moreno limpiándose la nariz con un pañuelo y actuando como si nada. -.Les daré su paga una vez lo haya vendido, como siempre, tengo que ver en cuanto se venderá primero. Por lo que lo hare esta misma noche si les parece.

-Está bien. -Responde por todas, la castaña tomando por fin su puesto de hermana mayor y líder.

-entonces bien, mandare a que lo preparen enseguida.-chasquea los dedos y dos de sus hombres que se encontraban detrás de él,  hacen una reverencia y se retiran de inmediato.

-Con respectó a ustedes…-hace una pausa creando cierta curiosidad en las jóvenes.

-Dani-chann˜˜, Ana-chann˜˜, Ale-chann˜˜ *u* las invito a observar el espectáculo en mi palco privadoooo˜˜˜ para que así estén cómodas mientras esperan su paga mis queridas damas ^///^.

-Es una oferta muy generosa Musk-san con gusto aceptaremos tu invitación. –Responde por las demás: Alejandra sonriendo con coquetería.

-hoho, que felicidad, entonces síganme les mostrare donde esta.-Se abraza a los hombro de dos de las chicas feliz de la vida, guiándolas a las afueras de los calabozos, siendo seguidos por Danielle y Misuo.

 

  -Eri! ¿Qué haces? ¡Nos vamos sin ti!-Grita Danielle llamando a la peliazul para que las siguiera, a pesar de no recibir ninguna contestación de su parte, sabía que esta la escucho y se posaría a su lado dentro de poco.

 

 

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--…

..-

 

La cortina azul de una humilde y sencilla habitación, se mecía suavemente al ritmo del viento que entraba por la ventana en un suave y pausado vaivén. Teniendo como compañía los ronquidos algo fuerte del joven azabache que se hallaba dormido a pierna suelta en la pequeña cama de sábanas blancas. El muchacho se veía tan apacible durmiendo sin ninguna preocupación que llegue a turbar su sueño.

 

-Whuah!!!!-Se despertó abruptamente gritando y semi incorporándose en la cama sudando a mares.

-Fiuss, al parecer solo fue un mal sueño.                                                                                              Sí, es imposible que existan reyes marinos tan grandes. ¿Ah? ¿Dónde estoy?

-En mi local, te quedaste dormido en la barra.

-Hih.-Exclamo recorriéndole un escalofrío el cuerpo, la recibir una no esperada respuesta a su pregunta, cayendo en cuenta de la mujer que se hallaba sentada fumándose un cigarrillo no muy lejos de donde él se encontraba.

-¡baa-san! ¿Has estado todo este tiempo allí?

-Así es.-le da una calada a su cigarrillo.

-uh, ¿me quede dormido? No lo recuerdo ¿cuándo paso eso?

-no hace más de una hora, caíste tendido en la barra, pensé que te habías muerto, cuando note que solo te encontrabas dormido te traje hasta aquí, lo cual no fue fácil, pesas más que un condenado pedazo de plomo.

-hahah siento eso, no quise causar tantas molestias. –se rasca la mejilla apenado.

-Ya no importa, solo espero te comas todo lo que cocine, ya que tú lo pediste y no pienso tirarlos, sería una innecesaria perdida de comida.

-no se preocupe me lo comeré todo se lo aseguro ^^

-Bien, así me gusta.

 -hehehe baa-san usted me recuerda a alguien.                                                                       ¡AH! ¡Sanji-kun! Tengo que ir a buscarlo. –se levanta acelerado de la cama buscando su sombrero que la barténder le había quitado con anterioridad para que tenga comodidad al dormir. Hallándolo tirado en la  otra silla que se encontraba en la habitación. Por unos segundos había olvidado que estaba buscando al rubio, y era importante para el hallarlo, pues no sabía en qué peligros se podría encontrar este. Sabia de sobra que el oji azul no era ningún débil y bien podría cuidarse solo, pero algo muy fuerte en él le llevaba a asegurarse de que en verdad nada le pasase. Ere una necesidad más grande que el mismo.

 

-Ese Sanji-kun ¿es algún amigo tuyo?

-ah, sí, eso creo. –le responde el azabache colocándose su sombrero

-Te recomiendo buscarlo mañana, ahora mismo salir a las calles es peligroso, tal parece que sucedió algo grave en la casa de subastas y todos están armando una algarabía. -.le comenta la señora de forma casual mirando por la ventana y dándole otra calada a su cigarrillo

-Gracias por su preocupación, pero no puedo esperar hasta mañana, tengo razones para pensar que Sanji-kun fue raptado y debo encontrarlo antes de que algo malo le pase.

-¿ah? ¿Raptado dices? Si crees eso, lo más probable es que  tu amigo se encuentre en la casa de subastas.

-¿la casa de subastas? ¿En dónde está? ¡Si Sanji-kun está allí puede estar en peligro!-Las alarmas en su tono desesperado de voz impactaron a la mujer, que se le quedaba viendo algo desconcertada, por su repentina desesperación. Desesperación que recorrió todo su cuerpo al pensar que el rubio seria vendido a quien sabe, y donde iría a parar este. De repente la necesidad de encontrar a Sanji con bien se volvió más grande.

-E-Esta en al norte de aquí, oye pero espera, realmente esperas… ir.-Susurra lo último al verse prácticamente hablando sola, en vista de que Ace ni bien escucho la información, cuando ya estaba corriendo fuera de la habitación.

-ARIGATO OBAA-SAN!!!!-Le oyó gritar ya estando lejos de su campo de visión.

Expulsa el humo de su cigarrillo en dirección al cielo quedándose mirando el techo pensativa -¿uh? Olvide decirle que ese lugar al no ser legal se encuentra bajo tierra. “Espero y tenga suerte encontrándolo”.-Pensó lo último tirando la colilla y levantándose de su cómodo asiento para seguir atendiendo a sus borrachos clientes.

 

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--…

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Tenía que dormir, eso lo sabía bien, después de un día tan movido como el que toda la tripulación había tenido gracias a, aquel repentino huracán, más la agotadora caminata en el extenso desierto bajo el implacable sol, junto al plus de tener que lidiar con las alucinaciones de su torpe capitán a causa del cactus que se comió. Cualquiera caería rendido a esas horas de la noche.

 Mas sin embargo él no podía, y no porque no quisieses, sino más bien por aquel sentir extraño que aún le recorría el cuerpo. Mirando el fuego fijamente se sumió una vez más sin querer en sus pensamientos sobre el rubio.

¿Hasta dónde le habría arrastrado la tormenta? ¿Se encontraría solo? ¿Estaría bien? -En ese momento al pensar en el bienestar del rubio, sintió un pequeño pinchazo en el pecho que lo desconcertó. Pero seguido regreso a su actitud normal e indiferente de siempre.

-.Nah, seguramente estará revoloteando alrededor de las chicas en este momento -.especto con desgano frunciendo el ceño y tratando de pensar lo menos posible en el ero-Cook.

A él no le importaba en lo más mínimo si se encontraba bien o no, ni lo que estuviese haciendo ahora. Tenía cosas más importantes que hacer como tratar de conciliar el sueño. Miro a su capitán dormido, junto a este estaban Usopp y chopper todos durmiendo y reunidos junto al fuego para recibir calor. Volvió a mirar las llamas de la fogata comparándolo inconscientemente con el rubio, con el color de su cabello, su forma apasionada al cocinar, la intensidad de su mirada…

-Grrr -.Zoro gruño molesto desviando la vista y disipando sus muy irracionales pensamientos. Se acostó en la arena y cerró los ojos aun enfadado. A la mierda se dormiría así sea a la fuerza no importaba si para lograrlo tenía que noquearse con una roca o lago.

 

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Una desagradable sensación.

Eso era lo que sentía, sumido aun en la inconciencia. Una desagradable sensación que le recorría el cuerpo entero, ceñudo intentó identificar a que se debía tal cosa.

-Sugoi, este tipo tiene la piel tan tersa.

-Recuerda que solo lo preparamos para el evento como Musk-sama ordeno, tienes prohibido hacer otra cosa.

-Tks sí, ya lo sé.

Fue lo primero que captaron sus oídos cuando empezaba a despertarse. Y el sentir desagradable se hizo increíblemente más fuerte cuando empezó a abrir los ojos, notando que su cuerpo estaba siendo manoseado en diferentes lugares.

Pero no solo lo estaban manoseándolo ah no, un tipo ¡UN HOMBRE!  Estaba montado encima de sus caderas.

De inmediato su rostro se descompuso tornándose de un color morado y aguantándose las fuertes arcadas que le vinieron de repente, saco fuerzas de su aun debilitado cuerpo y le dio un cabezazo al desgraciado que hozaba tocarlo, sacándoselo de encima, mandándolo a parar al otro lado de lo que parecía ser un cuarto.

-Whah!! Stick!!! ¿Qué paso? ¿Estás bien?–Se apresura a preguntarle a su compañero hiendo en su dirección completamente exaltado, al verlo literalmente salir volando y chocar contra una pared.

-ah, no lo sé, de repente sentí un golpe en la cabeza.-se incorpora en el suelo sobándose la zona golpeada.

Cuando de pronto se pudo percibir una sensación aterradora y maligna llenar el lugar. Ambos miraron asustados a su izquierda. Encontrándose con algo que les puso los pelos de punta.

Allí de pie se haya el que sería una de las grandes ventas de esta noche, que amenazaba matarlos con tan solo la fuerza de su mirada y una enorme aura oscura que proclama sangre por todos lados. Haciendo que retrocedieran verdaderamente asustados e intentando hacerse uno con la pared.

-¿Quién mierdas son ustedes cabrones? –La siniestra voz del rubio hizo que un escalofrío recorriera sus espinas dorsales.

-N-no no se supone que debería despertarse más tarde????? –

-N-no lo sé creo que sí.

Intercambian miradas

-“Pero”

-“Pero”

-“¿No crees que se ve sexy?”- Se preguntan al unisón dirigiendo de nuevo sus miradas al chico frente a ellos observándolo de pies a cabeza. Porque a pesar de la aura que le rodea y esa mirada feroz. Ese tipo rubio realmente se veía increíblemente sexy vestido como estaba.

Sanji junta las cejas en interrogativa al ver que los bastardos habían susurrado algo que por el enfado que ahora mismo sentía, no llego a escuchar e ignoraban sus amenazantes preguntas de manera descarada, a pesar de que estaban visiblemente asustados. Pero lo que más le extrañaba es que sus miradas no dejaban de recorrerlo de arriba abajo teniendo un casi imperceptible sonrojo en sus rostros.

Por lo que entrándole la curiosidad y sintiéndose de por si un tanto extraño se aventuró a mirarse a sí mismo.

-¡¡¡…..!!!

El shock y la sorpresa se apodero de su rostro convirtiéndose en un encanto de manera inconsciente a la vista de los espectadores que al verlo sin el aura que lo rodeaba no pudieron evitar que se le colorearan por completo las mejillas.

Y es que para poder describir su sorpresa primero debemos describir el porqué de esta, por lo que de manera minuciosa comenzaremos de los pies los cuales se hallaban descalzos seguido de una falda de gasa semitransparente en tonos azules, Carpiño, un Carderin, vientre descubierto y un… ¡¿UN BRAZIER?! Igualmente azulado con hileras de monedas doradas sueltas ciñéndose a la altura de su abdomen, junto con una gargantilla de un azul marino.

Si en efecto lo que lo había hecho entrar en shock, fue verse a sí mismo y descubrir que… ¡¡ESTABA VESTIDO POR COMPLETO CON ROPAS FEMENINAS!!

Al caer en cuenta de eso y de que  los culpables de seguro eran los capullos frente a él.  La sorpresa inicial se convirtió en una nueva y más grande ira volviéndolo en un ser amenazante con sus ojos que parecían brillar en color rojo despidiendo su aura oscura con mayor fuerza, arrancándole un grito de miedo a los sujetos que se encontraban allí abrazándose llorando como niñas.

-Están muertos bastardos –Musita sonándose los nudillos de las manos extendiendo una sonrisa que subrayaba en lo psicópata.

-Hih-Está de más decir que ante esta clara promesa de dolor los hombres gritaron despavoridos y llenos de terror.

Pero antes de que siquiera llegara a cercarse a los desdichados. Un mareo repentino se apodero de él, ocasionando que se desplomara en un golpe seco que crearon sus rodillas al ser contacto con el suelo, seguido de ligeros ruidos que crearon las monedas colgantes del brazier y la falda al chocar estas entre sí, comenzando a hiperventilar. Ganándose a la vez un parpadear extrañados de los dos hombres que aún permanecían abrazados, cayendo ambos en cuenta poco después de su increíble fortuna por la notable debilidad en el cuerpo del rubio.

-¿Qué…mierdas…pasa…?-Se pregunta de manera dificultosa viendo como el piso se tornaba borroso.

Estando aun de rodillas curvo su cabeza hacia abajo. Notando enseguida algo que parecía tener la forma de un collar de grueso metal, rodeando su cuello y estando unos centímetros más abajo de la gargantilla que traía puesta. Dicho objeto lo descoloco y desconcertó por completo.

-¡No espera! ¡No lo toques!-El grito de desesperación de uno de los sujetos que estaban en aquella habitación con él. Detuvo su mano cuando estaba a punto de hacer lo dicho por el personaje, consiguiendo que alzara la mirada con expresión interrogativa a la vez que intentaba controlar los jadeos involuntarios provenientes de su pecho.

-¡E-eso es una bomba!- Se apresuró a responder a la pregunta no echa verbalmente del ojiazul.

-¡Si tan solo intentas tocarlo! ¡Se activara su mecanismo y en cuanto deje de sonar explotaras y nosotros contigo!-Sigue explicando sin cambiar ni un momento su tono alarmante, observando como el blondo expande sus celestes ojos aparentemente sorprendido, pensando al mismo tiempo haber escuchado mal. Pero la información que le había sido dada fue secundada por el asentir frenético del hombre que se hallaba aun lado del otro, igual o más asustado que su compañero. Por lo que cayó de bruces hacia atrás, agarrándose la cabeza aun impactado y con un ya insoportable dolor de cabeza que literalmente lo estaba matando.  ¿Cómo mierdas se había metido en semejante enredo? Se preguntó mentalmente.

-Así que ahora que ya estas consiente de tu situación. ¿Por qué no eres un buen  chico y te quedas quieto hasta la apertura de la subasta?

-Sí, mira que si hacemos enfadar al jefe se armara tremenda bronca y serás castigado de la peor forma que puedas llegar a imaginarte.

Con eso dicho ambos sujetan a Sanji por sus antebrazos y lo levantan sorprendiéndose esté por el acto, siendo llevando en dirección a la cama para ser tirarlo allí.

Le salta una vena hinchada en la frente al rubio. Nada más salir de su estupor,  reflejando su molestia con ella.

-¡¡Y UNA PUTA MIERDA!!!

Y antes de ser lanzado en la cama se zafa del agarre de los sujetos gritando con violencia y Golpeando con sus pies desnudos a ambos en el rostro, mandándolos al piso, inconscientes.

-Lo siento, pero el ser un buen chico y esperar nunca se me ha dado. Por lo que yo mismo iré a buscar a los que quieren ser mis nuevos dueños.                                                  Y les pateare el trasero uno por uno. –una macabra sonrisa llena de irritación se alojó en su rostro a la vez que hacían el amago de llevarse un cigarrillo a los labios, cayendo en cuenta de que no había tal cigarrillo, por lo que su cabreo fue en aumento y recordándoles sus preciadas madres a los cabrones que se llevaron su preciado vicio sale del lugar sin tener idea aun adonde dirigirse, pero teniendo en mente solo el hecho de querer salir de allí.

 

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Araña le puerta cual gato arrodillado frente a esta, mientras lloraba como magdalena el hombre moreno que se supone y es dueño del local.

-Uwahh!! Por favor… TT TT Dani-chann˜˜, Ana-chann˜˜, Ale-chann˜˜, Eri-channnn˜˜˜˜ por favor˜˜ déjenme entrar TT TT. –Melancólicos alaridos salían de su garganta suplicándole con vehemencia a las chicas que le dejasen entrar, puesto que estas al llegar al palco privado del moreno, se habían adentrado aprisa en este cerrándole en el proceso la puerta en la cara sin ninguna clase de misericordia, siendo que dicho palco era suyo.

-wuahh!! Por favor, por favor TT TT –Seguía en su suplica por un poco de compasión de parte de las mujeres, a su vez que no paraba de llorar como niño chiquito. Y es que, cuando las invito, pensó que estas le agradecerían con mimos y demás, todos dirigidos a su persona. Jamás llego  a imaginarse tal escenario tan poco favorable para él. Que mal se la pasan los hombres cuando se dejan llevar por sus pervertidos pensamientos y no piensan con claridad.

-Dani-chann˜˜˜˜˜ TT TT

Mientras que el fornido moreno seguía en lo suyo, adentro las cinco hermanas, se deleitaban cada quien a su manera, con algo del lugar, ignorando adrede los lamentos que se llevaban a cabo del otro lado de la puerta.

-hoo˜˜ este lugar es realmente impresionante.-comenta asombrada Anabel rondando por la espaciosa habitación. -mira desde la ventana se puede ver el escenario completo.  –Posa sus manos en el enorme vidrio que les separa de la gran sala donde se llevará acabo la muy esperada subasta, brillándole los ojos con gran emoción.

-Nah, a mí no me parece tan sorprendente. –Expresa su opinión la castaña muy acomodada en el diván de cuero, cambiando los canales de la inmensa televisión que se encontraba ahí. Siendo secundadas sus palabras por Danielle que asentía con la cabeza, ya que su boca estaba ocupada por una bolsa de frituras que sostenía con sus dientes, teniendo también las manos llenas de todo tipo de comida chatarra al ver asaltado previamente el pequeño refri negro junto a ella.

-Je– Alejandra quien se encontraba recostada en una de las paredes de un color asquerosamente blanco, estando cruzada de brazos y piernas. No hace más que sonreír por el descaro de esas dos,  observando poco después a su extraña gemela quien sentada en el piso estaba revisando y desordenando con mucha curiosidad el estante lleno de libros. Por lo que pareciéndole interesante lo que esta hacía, abandono su cómoda posición y se fue acercando en su dirección, inclinándose poco después junto a ella para ayudarla.

 

-¿Quién creen que compre a ese chico? –Pregunto de pronto la pelivioleta sin especificar a quien se refería, pero sin llegar a hacer falta, pues sus hermanas la entendieron a la perfección.

-Eso no nos importa Anabel.-Se apresura a responderle  un tanto irritada la mayor, mientras no paraba de cambiar los canales.

-Perooo… ¿no les da un poco de curiosidad? –despega su vista del ventanal, girándose queriendo saber las respuestas de todas.

-Brues ris, ra vredra ers qre ri dra cruidosida (Pues sí, la verdad es que si da curiosidad.) –Dice ocupando ahora un sillón cercano, Danielle estando rodeada de un montón de bolsas ya echas basuras y la boca a rebosar de comida que aún no había sido digerida, ganándose una expresión de asco de parte de la de cabellos violeta al ver como mostraba la comida semi-masticada al hablar.

-Takr vers rea vrendrido at argut teirebioto (tal vez sea vendido a algún Tenryuubitto)

-¡¡¡YA TRAGATE LO QUE TIENES EN LA BOCA!!!! –Grito exasperada Anabel por la tan poca educación de la rubia al comer.

-Haha ¿se imaginan? –sigue hablando aparentando haber ignorado lo dicho por la otra, a pesar de haber tragado casi al minuto de esta gritar, más por el susto que ello le causo que por otra cosa, inclinando hacia adelante su cuerpo en el sillón expresándose emocionada.

-¡Noo! Dani ¿Cómo puedes ser tan cruel? Ser vendido a un Tenryuubitto es lo peor que podría pasarle a cualquiera, eso no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Y ese chico, él ¡kyaa! ¡Es demasiado sexy como para convertirse en esclavo de seres tan miserables como esos! –Exclama de repente la ojos celestes agarrándose las mejillas con ambas manos brillando y sonriendo al recordar la hermosa cara de su rubio príncipe.

-Dejen ya el tema, lo que pase con ese sujeto no tiene por qué importarnos. Él será vendido, nosotras recibiremos nuestro dinero acordado y nos iremos de aquí eso es todo.

-Eso no pasara. -Había expresado, sin apartar la vista del librero robando a su vez, expresiones interrogativas en el rostro de tres de sus hermanas.

-¿Qué es  lo que quieres decir con eso Eri-chan?

-Que ese rubio… Sanji él… estoy casi segura de que intentara escapar.

-¡¿QUE?!- Grito histérico liderado por  las mismas tres chicas, sin llegar a entender realmente a que se refería la menor.

-Con cuerdo con Eri. –se hace notar la morena pelirroja sonriéndole a su gemela con una indescifrable expresión, posando su mano en la cabellera de la mencionada, revolviendo un poco sus lacios y largos cabellos azules, obteniendo a cambio un imperceptible sonrojo de parte de esta el cual le hizo sentir ternura.

-Luego me dices como lo sabes. –Le susurra con tranquilidad, refiriéndose a como sabe el nombre del blondo, imaginando que debió de haber sido cuando se hallaba en la celda con este.

 Su mano seguía posada en la cabeza de su reflejo, recibiendo un asentimiento de cabeza de su parte, en vez de una negativa como siempre hacia con las otras cuando querían saber algo que les intrigara y Erika sea la que tenga dicha información. Esto le hizo ensanchar más su sonrisa, pues sabía que la peliazul  a pesar de ser fría, distante y un tanto extraña en ocasiones, jamás le ha negado nada de lo que le pida ni tiene secretos para con ella. A veces piensa que eso se debe a que son hermanas de sangre. Porque ni a Misuo que se supone es la mayor, le hace caso como a la pelirroja.

-¡Esperen un segundo! ¿Por qué están tan seguras de que escapara? –exige respuestas la castaña cabreándose al pensar que su reciente venta le dé por darse a la fuga sin siquiera ellas recibir un centavo antes.

-Por sus ojos. –responde Eri no agregando otra cosa que le permitiese a sus hermanas llegar a entenderla. De hecho lo que dijo solo planto más preguntas que respuestas.

-¿Eh? No entiendo por favor explícate Eri-chan.

-A lo que Eri se refriere es que ese chico parece ser de los que nosotras catalogamos como “presa complicada”, por lo que estamos seguras que no se quedara tranquilo esperando a hacer vendido, así que lo más probable es que intente escapar. –dice lo más explícito que puede lo dicho por su gemela, a su vez que se levanta de donde se hallaba inclinada.

-¿Hah? Eso no puede ser ¿me estás diciendo que nuestro dinero intentara escaparse? ¿Por qué no nos dijeron eso antes? No voy a permitir que mi dinero huya. –La alterada rubia se para molesta del sillón yendo en dirección a la salida con aire molesto, pues si con lo que nunca se deben meter es con su preciado dinero.

-Espera Danielle. –detiene su decidido caminar con una mano arriba, Alejandra sonriéndole con calma.

-¿Por qué me detienes Ale? No vez que mi dinero intentara huir, hay que hacer algo antes de que lo haga.

-Ya es irrelevante. -Contesto la peliazul aun observando el librero.

-¿Eh?

-Hu, Eri tiene razón, eso ya no importa.-dice la de cabellos rojo mientras seguía sonriendo. 

 

-¡JEFE!! –Se oye gritar del otro lado de la entrada causando que las cinco jóvenes se pusieran alerta a lo que se iba a decir.

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-¡jefe!

-¡¿Qué sucede?! –pregunta prácticamente gritando por el escándalo que su subordinado viene causando, separándose de la puerta con una vena resaltándole en la cabeza enojado.

-Musk-sama ha habido un problema señor… uno de los artículos a subastar esta noche se ha escapado.

-¡¿QUE?! ¿Cómo es que sucedió tal cosa?

-No lose señor, pero muchos de nuestros hombres se encuentran muy mal heridos.

-¿me estás diciendo que no han podido con una sola persona? Tsk, ¿en dónde se encuentra ahora? –exclamo cabreado comenzando a caminar con pasos presurosos por el pasillo.

-parece que ya ha subido señor, ahora se encuentra saliendo del lugar.

-¡¿y por qué no me habían comunicado esto antes?! ¡Manda a todos los hombres que puedas! ¡No deben permitir que salga de la ciudad! ¡Busquen hasta  debajo de las piedras si es necesario!

-¡Hai Musk-sama!- y sin más sale corriendo a hacer lo que se le ordeno.

 

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-ustedes… ¿se puede saber por qué no dicho esto con anterioridad? –les reprocha la mayor a las gemelas, terminando de escuchar el jaleo que se había armado allá afuera.

-jijiji porque si no, después no hubiera sido divertido Onee-chan.

-¿pero qué? ¿Se puede saber en qué rayos están pensando?

-En hacer una cacería divertida. –interviene Erika colocándose de pie, mientras alzaba una de sus manos como si sostuviera algo en ellas, teniendo una expresión siniestra en su rostro, siendo el gesto imitado por su reflejo quien no paraba de sonreír ahora con un toque sombrío y cruel expresando un simple “si” que estaba lleno de sadismo concordando con lo dicho por la menor.

-No me gusta cuando tienen esa clase de expresión. Hacen que me dé escalofríos. –musito Anabel abrazándose a sí misma como si tuviera frio, teniendo un color morado en su frente.

-Ahss, no tienen remedio. –Se resigna la castaña negando con la cabeza.

-Hahaha, Eri y ale sí que saben cómo divertirse Haha.

 -pues bien, nada que hacer, nos vamos de cacería.

-Siii!! Así se habla onee-chan… ahora andando tenemos que ir a por él, no podemos dejar que mi dinero se vaya  sin mí.

-¡kyaa! ¡Qué emoción una cacería de príncipes!

-…-

-jijiji

 

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-hah…hah…hah… donde… donde esta… se supone que este es el lugar

… ¿en dónde estás Sanji-kun?                                                                                                                                                                          

Se hallaba hablando consigo mismo un pecoso moreno de preocupada expresión. Parando un momento su carrera para recorrer con su vista el lugar, y al ver que allí no parecía haber nadie se echó a correr de nuevo.

“Espera un poco enseguida iré a rescatarte.”

 

 

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- Gh… urk…hmpf…Uguh…  -Un tintinear causado por las monedas color plata de su ropa, fue lo que se escuchó al caer de rodillas al suelo y expulsar lo que en realidad no ha comido en todo el día, intentando respirar con normalidad cosa que cada vez más se le dificultaba.

-huff…huff… ugh…

Posando una de sus bien cuidadas manos en la pared más cercana e intento incorporarse. Pero el simple acto le hizo cerrar los ojos un momento para disipar un repentino mareo, sintiendo a su vez la sombra del dolor de cabeza que se aproximada a convirtiéndose en una insoportable migraña.

Luego de haber salio de esa espantosa y reducida habitación, solo se había enfocado en buscar la salida, encontrándose con diversos sujetos que intentaban capturarlo en el camino. Pateando el trasero de todos ellos y gracias al haber amenazado al incauto que logro quedar medianamente consiente, fue capaz de salir más rápido. Encontrándose ahora en las oscuras y desoladas calles devolviendo su cena de ayer de una forma poco ortodoxa.

 

 

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Por otra parte se hallaban cinco sombras que se movían con rapidez sobre los tejados.

-Divídanse, debemos atraparlo antes que el inepto de Musk, y así sacarle más dinero por él. –comunica la castaña líder, saltando los techos junto a sus hermanas.

-Oh yeeha siii. -Mientras que la exclamación de emoción por parte de Danielle al escuchar la palabra “más dinero” no se hizo esperar, sus otras hermanas  solo sonreían.

Y al saltar por encima de un callejón, como una exhalación se separaron tal y como les ordeno la mayor, perdiéndose entre la oscuridad de las calles, no notando ninguna al pelinegro que corría a toda prisa cerca de la posición de ellas.

 

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-huff…huff… urk… -Se levanta del suelo con esfuerzo, y evitando una arcada repentina, posicionando una mano en la boca, continua caminando.

Sentía la garganta reseca a tal punto que dolía, los mareos solo parecían ir en aumento y estaba casi seguro de que dentro de poco perdería la conciencia.

Pero antes de eso tenía que encontrar un escondite seguro, pues estaba seguro que esos tipos de la subasta deben de estar pisándole los talones.

 

-Mi-su-ke-ta.

-¡¡¡…..!!!

Un escalofrió recorre su columna al reconocer aquella voz femenina y levantando la cabeza hacia su interlocutor se encontró con los inconfundibles ojos morrones de la joven. Temblando por lo que en estos se encontró, una mirada fría y cruel que despedía una increíble sed de sangre, que esta tarde no había visto en  ellos. Estaba anonadado ¿Realmente era la misma chica de encantadora e inocente figura que conoció no hace unas cuantas horas?

-¿E-escorpión rojo-san? –Musito no muy seguro de que fuera ella, sintiendo como todos y cada uno de sus instintos le decían, que lo que se avecinaba no sería nada bueno, que de seguro y estaba vez la chica se dejaría de juegos y pelearía con él en serio. Seriamente no quería que tal cosa sucediera pues no creía distraerla lo suficiente para no golpearla y huir de allí al mismo tiempo.

Pero antes de que pudiera reaccionar y  marcar su distancia con ella para lograr escapar sin lastimarla. La de larga cabellera roja se fue hacia él, con una velocidad impresionante y le propino un fuerte rodillazo en el estómago que de inmediato le arrebato el aire, haciéndole caer de rodillas en la fría tierra.

-Vaya que eras rápido Aniki. – dijo sonriendo de manera siniestra  colocándose  a escasos centímetros del cuerpo arrodillado del rubio.

-Admito que me sorprende que lograras deshacerte de los hombres de Musk y llegaras tan lejos.-seguía con su monologo pareciendo disfrutar de la cara de sufrimiento que el chico tenía.

-aunque te diré un secreto…- se agacha quedando en cuclillas delante del ojiazul.

-Eso hace que cazarte sea más interesante.-su tono a utilizar fue gélido ensanchando más aun su sonrisa.

-haha… lo siento ¿eso te dolió?-pregunta haciendo referencia al golpe que le propino con anterioridad. Sanji no respondía solo se limitaba a toser e intentar hacer llegar oxígeno a sus pulmones.

-Claro que debió doler, aun mas con tu cuerpo en ese estado.  Debo decir que me impresionas Aniki, nunca había tenido una presa que tolere tan bien mis venenos, la gran mayoría se entregan por completo al dolor y el cansancio en sus miembros que no pueden evitar colapsar, quedando inconscientes por largos días. Y sin embargo mírate, tú estás en casi perfectas condiciones, sobrellevando las cosas lo más posible. Pero aunque eso es admirable; lo cierto es que no creo resistas mucho, pues entre más trates de resistirte, el veneno atacara más  tu mente y cuerpo haciéndote sucumbir al final. Yo misma lo he creado con ese propósito. Interesante ¿no te parece? Así evito que mis presas intenten escapar a futuro si llegasen a despertar antes del tiempo. -creo un pequeño silencio a propósito esperando una reacción por parte de Sanji que nunca llego, por lo que poso su mano en el rostro de este de manera casi delicada ladeando una sonrisa mientras acariciaba su mejilla.

-Oe Sanji ¿no? Mira esto. – del descote de su camisa roja,  la chica saca un objeto pequeño y  plateado que Sanji reconoció de inmediato como una llave.

- seguramente ya te imaginas para que es esta llave ¿cierto? Dime ¿te gustaría hacer un trato conmigo?- pregunto  la peli roja sonriendo de forma perversa mientras era observada expectante por el blondo.

-te liberare de la bomba -dijo aun sonriendo y haciendo girar dicho objeto en su dedo índice

-si accedes a pelear conmigo con toda tu fuerza –continúo diciendo Alejandra deteniendo el balanceo de la llave y mostrando en su mirada un brillo ansioso por la respuesta del oji azul.

-yo… nunca g-golpeare… a una dama… - fue la respuesta del rubio, que aun con el esfuerzo por el dolor del golpe antes recibido no disminuyó su convicción y firmeza. Palabras que borraron la sonrisa de la chica, sustituyéndola una expresión de profundo aburrimiento.

-que tonto eres Aniki, ¿acaso tu orgullo de hombre es más importante que tu vida? Te estoy ofreciendo la oportunidad perfecta para escapar, y para ello solo debes derrotarme.

-es… es de cobardes… ¡yo jamás golpeare a una señorita y jamás dejare que golpeen a una mientras pueda evitarlo!

-je, no cambiaras de opinión eh? – Alejandra dijo aquello con un tono morboso y una mirada peligrosa. Colocándose de pie miro al cielo fijamente por unos segundos. Seguidamente pateo al rubio con fuerza en el estómago mandándolo lejos. El cuerpo de Sanji chocó contra una pared aun sin poder recuperarse de la patada, recibió diversos y continuos golpes propinados por la peliroja. Recuperándose de la sorpresa inicial comenzó a defenderse y a bloquear como podía los puñetazos y patadas de la chica. Pero Alejandra a pesar de ser una mujer era muy fuerte y sumamente rápida dificultándole la tarea a Sanji. Aunque en una que otra ocasión lograba detenerla y cuando parecía que iba a noquearla se detenía, a pesar de todo la peli roja se veía divertida, pues creía que forzando al rubio lograría que le diese una verdadera batalla, ella sabía que este aun estando débil seguía siendo muy fuerte, y pensaba que en algún momento se cansaría de recibir puñetazos y empezaría a atacar, pues quien en su sano juicio soportaría tantos golpes y más si lo que quería era escapar. Otro puñetazo logro tirar al suelo a Sanji quien jadeaba y escupía sangre.

-¿Sabes Aniki? Te ves realmente adorable vestido así jejeje –el comentario de ale logro que el rubio se sonrojara avergonzado, recordando de pronto su, a su parecer espantosa apariencia, y maldiciendo el que una bella chica le mirase en ese estado.

-Dime, ¿realmente no aprecias tu vida? Otro en tu lugar ya me hubiese noqueado y quitado la llave para escapar, aunque claro no es como si eso fuese fácil de lograr conmigo como su enemiga. –Alejandra dijo aquello muy confiada y seria

-De eso estoy seguro. Eres realmente muy fuerte. –Contesto el rubio aun en el piso sonriendo mientras limpiaba la sangre que escurría de la comisura de su labio inferior.

- Jejeje entonces entiendes que si no peleas no podrás quitarme la llave ¿verdad?

La chica se preparó para atacar de nuevo, pero justo antes de si quiera llegar a Sanji una saeta de fuego paso por el medio de ambos. Sanji  cerró los ojos por inercia al sentir el abrazante calor en su rostro. Cuando los abrió nuevamente, diviso a una imponente figura con una inconfundible gabardina negra de diseños de llamas en las orillas, parado delante de él, dándole la espalda teniendo una pose de defensa frente a la chica.  

-¿Sanji-kun te encuentras bien?... ¡¿Sanji-kun?!

Sus desorbitados ojos reflejaban por si mismos la sorpresa de ver allí  al pecoso moreno, sin poder responder a la apremiante pregunta que parecía destilar ¿preocupación? Por su persona.

-yo…ah… s-si…-apresuro su respuesta con torpeza, pasando desapercibido el leve suspiro de alivio por parte de Ace, quien no apartaba la vista de la chica observándola con recelo y estando alerta a todos sus movimientos.

-oh! Vaya tú debes ser el amigo del que hablaba el chico rubio esta tarde ¿no?-pregunta limpiando con elegancia sus ropas.

-…-

-Tu cara me es familiar, creo haberte visto dentro de la colección de carteles de se busca  de mi hermana menor ¿eres un pirata?

-¿Sanji-kun puedes ponerte de pie? –dirige sus palabras al ojiazul aun de espaldas a este ignorando las palabras de la muchacha la cual sonrió con arrogancia ante esto.

 -¿no me piensas contestar? Hahaha eres muy mal educado con una señorita ¿lo sabias?  Pero si tienes pensado en que lograras escapar con el rubio de mí, permíteme corregirte en tu equivocación, pues aunque llegases a tomarlo y huir. Queda un pequeño detalle y ese es que el chico detrás de ti, tiene literalmente una bomba colgada al cuello la cual podría explotar en cualquier instante, y antes de que te preguntes, no, no se puede sustraer a menos que tengas la llave para quitársela ¿la tienes? –su pregunta era más una afirmación que otra cosa ensanchando más si se puede su sonrisa llena de malicia al ver la sorpresa reflejada en el rostro del pecoso.

-y me imagino y tú tienes dicha llave ¿no?-dijo Ace al recuperarse de su asombro anterior estando casi seguro de ello.

-ohh! Pero que perspicaz eres. Si en efecto, yo tengo una réplica exacta de la llave. Aquí esta. –saca de la orilla de su corto short la pequeña llave plateada que había guardado con anterioridad en ese lugar para poder pelear con el blondo con mayor comodidad , expresando cierta morbosidad al sentir cierto placer de tener en sus manos el objeto que liberara a Sanji del peligroso dispositivo.

-se la robe  al inútil dueño de la subasta justo debajo de sus narices sin que el llegase a siquiera notarlo. Pensé y me seria de utilidad para incentivar al rubio a pelear conmigo.  Pero como vez, no fue así, es muy testarudo ¿no lo crees? No importa cuántas veces le haya golpeado no accede a hacerlo ¿quisieras tu ocupar su lugar y darme una interesante pelea Portgas D Ace-san?

-ja, parece que ni siquiera tuve la necesidad de presentarme ante usted “señorita” y con gusto acepto la invitación. –Expresa con arrogancia el moreno a la vez que su cuerpo destilaba llamas con vehemencia preparándose para atacar, muy seguro de que podría ganarle a la mujer con facilidad.

Pero… antes de que siquiera diese un paso hacia adelante. Sintió como un fuerte golpe propinado en su cabeza que lo mando directo con la cara al suelo.

-Pssff…Auch n-no entiendo, ¿Qué hice mal?… - atino a decir entre confundido y dolorido, notando que quien le había mandado al suelo de una patada tras su cabeza, fue el rubio que estaba protegiendo.  Su cara seguía contra la tierra sin poder levantarse trato de entender la situación ¿pues qué no se supone él era el bueno aquí?

 - No puedes golpearla. -especto el rubio con una vena en la frente mostrándose molesto.

 -ella es una mujer. -Respondiendo poco después la muda pregunta del azabache, aguantándose para no seguir golpeando al pobre.

-¡¿HAH?! ¿Pero qué dices Sanji-kun? ella es nuestra enemiga y tiene lo que necesitamos para quitarte ese artefacto. –Cuestiona levantándose bruscamente, plantándole cara al blondo, mientras apuntaba con el dedo la bomba en su cuello.

-No me interesa no permitiré que la lastimes por mínimo que sea, si lo haces te pateare tan fuerte que olvidaras hasta tu nombre. ¿Quedo claro?

Amenaza muy en serio por lo que Ace ante esto solo puso una expresión de inconformidad sin poder refutar nada. Pensando la manera de hacerle cambiar de opinión, pues estamos ¡hablando de su vida por todos los cielos!, el no permitiría que el rubio se dejase matar teniendo la solución frente a ellos solo porque su código moral no le permite levantar su mano en contra de una mujer.

-No haces más que molestar mi diversión chico. –Comento Alejandra mostrándose molesta por lo que se lanzó a ambos hombres sin previo aviso intentando propinar un golpe en el ojiazul, que como se imaginó el acto fue detenido por su compañero quien la hizo saltar hacia atrás dando una voltereta en el aire, al moreno atacarla con un puño de fuego.

-He. –Aterriza la joven cual gato en cuatro patas, derrapando en la arena.

-¡Hey! ¿Qué fue lo que te dije tarado? –Reprocha Sanji ganándose un chasquido enojado del otro quien intentaba ignorar sus quejas y concentrarse en la muchacha frente a ellos.

-Sabía que tu si no me decepcionarías Portgas D. Ace-san. Espero puedas obsequiarme una admirable pelea.

-Tks. Solo dame la llave.-Especto molesto, intentado no lastimarla como le pidió el ojiazul

-Hehe, claro, después de que me hallas derrotado.

Y sin más Alejandra vuelve a contra-atacar moviéndose con una velocidad que casi parecía haberse desvanecido.

"Simplemente Inevitable"

Notas finales:

De verdad espero que les haya gustado leer este capi, tanto como a mi escribirlo para ustedes… por favor seguid comentando sus comentarios son mi combustible para continuar escribiendo… adiós que estén de lo mejor y feliz navidad a todos. esta es la imagen que use como referencia para el vestido que usa sanji

http://img.trade-list.com/userweb/yetby/upload/upimages/3411290758909.jpg

P.D:AH! Casi lo olvido. Respondiendo a tu pregunta, como lo prometi, pingui pingui-san.

Siiii!! Una de ellas soy yo, a decir verdad las cinco jóvenes son las representaciones de mis tres primos, una amiga de la universidad y yo n.n (see dije primos) como habras leído en mi perfil, soy hija única u.u vivo con tres primos que son como mis pequeños hermanitos… pero como yo siempre he querido hermanas menores se me  ocurrio que sino puedo tener hermanas al menos cumpliré mi fantasia de volver a mis primos en chicas en un fic creado por mi Hehe ^^ y bueno así fue. Permíteme presentaros:

1) Velmichst Alejandra: es Alejandro, mi primo favorito (pues si tengo preferencias u.u)

2) Velmichst Erika: Erick ambos son realmente gemelos (son un dolor de cabezas cuando se juntan!!)

3)  Vendetta Danielle: es Ángelo (se pronuncia Anyelo) el menor de todos nosotros.

4) Voncrist Anabel: es mi queridísima amiga de la universidad Hall ella ama con locura a Sanji n.n y fue la que medio la idea para hacer este maravilloso fic asi que como agradecimiento la integre en el.

Y Misuo la líder y la mayor: soy yo Erika (si mi nombre nombre es parecido al de uno de mis primos) cosas entre hermanos (hablo de mi tio y mi padre) bien espero y esta detallada información te haya dejado fatisfecha gracias y la verdad es que no espere que alguien no llegase a notar por ello te permitiré darme una idea o un personaje que quieras para poner en el próximo epi cualquier idea o personaje que sea yo prometo esforzarme y ponerla.

Bien ahora sí, sin más que agregar

¡MERRY CHRISTMAS MINNA!!!!!!


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