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La respuesta por Yais

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Notas del capitulo:

Jojo, día que digo que actualizo, día que me retraso. Una disculpa, mi única excusa es que es septiembre y soy gamer :D.

Muchas gracias por comentar a Haru Uzumaki :P, pexan09, Zanzamaru, GatitaKukaku y Saya-chan. Un beso y abrazo a ustedes.

Capítulo 9


 


Obito y Rin estaban sentados en la sala dentro de la casa del primero. Él miraba el reflejo de su antigua compañera de equipo en la taza de té que sostenía entre sus manos, mientras que ella tenía el ceño fruncido y un pergamino en la mano derecha.


–Necesito que me expliques ¿qué significa esto? – cuando Rin desplegó el rollo le mostró a Obito un registro de las últimas salidas de Konoha. Todas estaban aprobadas de manera clandestina por él en favor de Sasuke Uchiha.


Él parpadeó lentamente antes de mirarla fijamente –que usé mi permiso y le di autorización a Sasuke para ir al exterior.


–¿Por qué? – preguntó ella con voz dura. En realidad la joven no tenía autoridad para cuestionar a Obito pues él poseía permisos especiales para entrar y salir, pero como era encargada del registro estaba preocupada por una actividad tan irregular.


 


Algunos años atrás ellos, junto con Kakashi, fueron muy buenos amigos. Los tres brillantes alumnos de Minato. Lamentablemente a causa de un problema que ella jamás comprendió ahora apenas se dirigían la palabra.


La razón por la que Obito no hablaba con ella era porque en su momento tomó el bando de Kakashi y aún mantenía contacto con su maestro Minato. No se arrepentía del cariño que le profesaba a su sensei, pero a veces se reprochaba haber defendido a Kakashi sin saber por qué peleaban.


Obito dejó la taza de vuelta en la mesita de centro –por Naruto Uzumaki.


Rin lo imitó y centró toda su atención en su compañero para que continuara hablando.


–Después de lo que pasó es día Sasuke estaba muy preocupado por él, no me lo dijo, pero tampoco se negó cuando le di el primer permiso para salir, ni cuando le expliqué la manera más fácil para acercarse a él.


–Entonces ¿dices que Sasuke kun está saliendo para ver a Naruto kun? – ella se hizo ligeramente hacia adelante al tiempo que formaba un gesto incrédulo.


Si Rin hubiese sido Kakashi no sólo habría sospechado que mentía, hubiera tenido la certeza de que lo hacía.


–Sí – Obitó se recargó en el respaldo del sillón para relajarse y agregar con desdén –a pesar de que sea un Uzumaki parece que Sasuke le tiene algo de respeto.


Rin negó con la cabeza, enfadada –sabes que no me gusta que uses ese tono cuando hablas de la familia de Minato sensei.


Obito hizo una mueca –ya es muy tarde para mi Rin, no creo que importe cómo hable o deje de hablar sobre ellos ahora.


La chica inhaló hondo e intentó relajarse.


–Incluso aunque diga que dejé entrar a Naruto porque era lo correcto. Tú viste como me miró Minato sensei y escuchaste lo que dijo Kakashi.


Entonces ella recordó a Kakashi reclamarle a Obito por haber llevado a Naruto a su duelo aun sabiendo que estaba herido. Y aunque el Uchiha fingió que le daba lo mismo, ella tuvo la impresión de que no era así.


Obito arrugó la nariz –y no me importa lo que piensen de mi, o que tú no me creas, porque no quiero que volvamos a ser como antes ni nada – aclaró con desinterés mirando hacía el cielo raso –pero creo que Sasuke merece una oportunidad de conocer a Naruto… porque es evidente que Kakashi no le va a dar su recomendación para que salga.


Ella recordaba que Obito era un chico muy amable, la persona más gentil que conoció, y aunque ahora había cambiado no podía haber sido mucho. Quería que volvieran a ser amigos y sospechaba que Obito también.


O al menos eso era lo que deseaba y por eso se aferró e interpretó las palabras de Obito como deseaba. Su amigo estaba arrepentido y el único acto para redimirse que encontró fue mandar a Sasuke con Naruto. E incluso no sirviera para expiar sus pecados, lo correcto era dejar que esos dos fuesen amigos.


–Kakashi sí va a recomendar a Sasuke.


Obito resopló –él cree que está resentido por lo de Itachi, sabes que no le va dar la oportunidad. Kakashi no sabe perdonar, no cree que la gente pueda cambiar.


Rin sintió un nudo en la garganta y entonces se acercó a Obito para tomarle una mano –Obito, yo voy a hablar con él. Y si es necesario le diré que yo le he estado dando permiso a Sasuke para salir.


Obito sonrió levemente –no creo que funcione. 


–Sí, verás que sí – la chica también sonrió. Muy feliz porque imaginó que aquel era el primer paso que daba para volver a acercarse a su amigo después de muchos años.


 


 


Ese día Naruto salió de su casa cuidando que ninguno de sus padres lo viera. No quería ser interrogado respecto a la forma en que se había vestido, diferente a lo usual, o por qué usaba la colonia de Minato.


Llegó corriendo al lugar de la cita y se sorprendió de que Sasuke ya estuviese ahí.


–¡Sasuke! – le gritó mientras se acercaba. El mencionado usaba una playera negra, una chaqueta del mismo color adornada con un patrón azul de delgadas líneas en diagonal; y unos pantalones de mezclilla.


–Hola Dobe – lo saludó devolviéndole la sonrisa, logrando que Naruto se sonrojara y comenzara a desacelerar el paso.


–Teme – respondió antes de buscar en su bolcillo y mostrarle un papel rojo –debes elegir lo que quieres.


Al mirar Sasuke descubrió que era un volante color rojo con el menú del restaurante Ichiraku Ramen y lo tomó con un movimiento tieso. Al despedirse el día anterior, Naruto le pidió que no comiera antes de su cita, pero le dio a entender que harían un picnic no que irían a un restaurante.


–¿Qué pasa?, ¿no te gusta? – preguntó el rubio preocupado al ver que Sasuke negaba ante sus señas para que lo siguiera al pueblo. 


–No es eso.


Al principio Sasuke intentó convencer a Naruto de no ir al restaurante, diciendo que prefería que estuviesen juntos en algún lugar apartado, pero después de que Naruto preguntase, con las mejillas arreboladas, por qué quería que estuviesen a solas. “¿Qué quieres hacerme Teme?


 


Tuvo que explicarle que todo ese tiempo había estado saliendo a escondidas y no quería ir por las calles del Exterior pues se arriesgaba a ser reconocido.  Nadie podía ir y venir como le placiera.


–Entonces ¿cómo haz estado saliendo?


Sasuke le dedicó una mirada perspicaz antes de negar levemente y mantenerse en silencio.


–Lo siento – susurró –no está bien que lo preguntara – Naruto hizo una mueca y suspiró. Estuvo mal al preguntar, pues si había formas ilegales de entrar o salir él no debía conocerlas.


–No importa – Sasuke aún tenía un gesto de duda –es una entrada vigilada, pero mi tío me ha estado dando permiso.


–De verdad, ¿quié… – cortó su pregunta antes de terminar, dándose cuenta de que volvía a ser imprudente –olvídalo.


A Naruto le emocionaba saber que Sasuke tenía un familiar que aprobaba que lo visitara. La reacción inicial de su acompañante y la de los aldeanos le dio la impresión de que nadie le encantaría su relación. 


–Eres muy preguntón – Sasuke lo reprendió suavemente y le dedicó una sonrisa burlona. Naruto respondió con un mohín de disgusto.


 


Ambos detuvieron el paso al llegar a la primera casa del pueblo y Naruto se aseguró que la zona era segura antes de volver a llenarse los ojos con la imagen de su acompañante.


–Entonces, ¿debo traer la comida aquí?


Sasuke abrió el volante para ver si aquel restaurante hacía entregas pero no encontró algún indicio de que así fuese.


–No te preocupes Teme, nadie te va a prestar atención.


Uchiha frunció los labios –entonces son bastante descuidados. No me sorprende que los rebeldes se infiltraran y te atacaran ese día.


Naruto le gruñó –no, lo que pasa es que nosotros no somos tan prejuiciosos como ustedes.


Sasuke enarcó una ceja sosteniendo que la gente del Exterior no sabía defender Konoha.


–Además, es muy difícil imaginar a un Uchiha fuera, la mayoría tiene miedo a salir – agregó el enfadado rubio. Haciendo hincapié en que, desde Itachi, ningún Uchiha se había atrevido a unirse al Exterior.


Sasuke supo que Naruto los llamó cobardes, así que le dio un golpe ligero en la cabeza. Pero aceptó no rezongar más allá –Dobe, vamos al lugar ese.


–Bien – el rubio dejó de sobarse el golpe y optó por no pelear y sonreír. En realidad era bastante fácil picar el orgullo de Sasuke.


 


Mientras caminaban por el pueblo fue el turno de Sasuke para sorprenderse. Antes ya había recorrido las calles del exterior, pero esa era la primera vez que veía el lugar a plena luz del día y a través de los ojos de un humano.


Efectivamente el Exterior no era tan impresionante como el Interior. A parecer de Sasuke era un lugar desordenado y ruidoso, no le gustaba.


Pero no se arrepintió de su decisión, porque con cada paso que dio cayó en cuenta de que si los aldeanos no le prestaban atención, no era por falta de prejuicios, sino porque estar a un lado de Naruto significaba que era confiable. 


Su tío Obito tenía razón. Naruto era su pase para ganarse a la gente del Exterior.


 


Cuando llegaron a Ichiraku Ramen, Sasuke intentó no mirar con apatía el diminuto puesto y la pequeña barra frente a la que se sentaron. Lo primero que pensó fue que él no habría elegido aquel lugar para su primera cita con Naruto, pero cuando el viejo tendero y su hija los recibieron con una sonrisa cálida y Naruto lo incitó a pedir el tazón más grande, tocándole el hombro y moviendo mucho las manos; desechó la idea. 


Incluso, aunque no le gustaba el ramen aquel plato le pareció delicioso.


 


–¡Aaah! – al terminar la comida Naruto se sobó el estómago con una sonrisa de satisfacción –estoy llenísimo. – Después miró a su compañero –¿verdad que éste es el mejor ramen que haz probado?


Naruto estaba muy feliz. Estar frente a la barra de su restaurante favorito y tener a Sasuke a su lado, hacía de ese día el mejor de su vida.


–Oye Dobe – Sasuke lo llamó, y cuando él se giró sintió como le apartó con el pulgar y el índice un fideo del rostro –se come por la boca.


–Lo-o sé – Naruto respondió avergonzado.


Sasuke le sonrió levemente, y después de echar un vistazo al viejo tendero y comprobar que estaba distraído, le dio un rápido beso en la mejilla. Justo en el lugar donde estuvo el fideo.


El rostro del rubio adquirió un tono granate. Después, aprovechando que nadie podía ver por debajo de la barra, entrelazó su mano con la de Sasuke y se dieron un apretón.


 


Ahora Sasuke se veía mucho más relajado que al principio, pero Naruto no le quería causar problemas así que en vez de proponer que siguieran vagando por el pueblo, decidió que lo mejor era volver al bosque. Sin embargo tan pronto salieron del puesto cambió de idea pues gotas muy delgadas de agua le mojaron el rostro.


–Va a haber una tormenta – murmuró extrañado al tiempo que miraba el cielo ennegrecido. Si no encontraban un lugar donde guarecerse, aquella lluvia definitivamente terminaría su cita con Sasuke.


El Uchiha también miraba el cielo, igualmente le sorprendía el cambio repentino del clima pues la temporada de lluvias sería hasta el próximo mes.


–¿Quieres ir a la casa del Viejo? – preguntó Naruto pensando que el museo dedicado a Hashirama era el lugar ideal para pasar la lluvia. Ir ahí le parecía de lo más aburrido, pero la antigua casa casi siempre estaba vacía así que nadie los molestaría.


 


Al principio mantuvieron un paso pausado, recién acababan de comer y aunque Sasuke no lo dijera, Naruto se dio cuenta que estaba viendo a detalle todo cuanto podía del pueblo. Sin embargo cuando la lluvia arreció ambos tuvieron que acelerar el paso.


 


Cuando llegaron al museo en honor a Hashirama, Sasuke sacudió con disgusto el lodo que se pegó a sus zapatos y Naruto por fin cayó en cuenta de que en el Interior todas las calles estaban pavimentadas, mientras que en el Exterior sus caminos eran de tierra.


Hasta ese momento, nunca antes había experimentado vergüenza de su pueblo y estilo de vida.


–Ven… aquí puedes limpiarte – murmuró mientras se zafaba las sandalias y las sacudía antes de ingresar al pequeño museo en honor a Hashirama.


 


Naruto conocía aquel lugar como la palma de su mano, pues cuando niño pasó mucho tiempo ahí, destrozando y manoseando las exhibiciones. Además, para calmarlo su abuela Tsunade solía contarle las historias de todos los objetos y las grandes hazañas del fundador.


 


Sasuke se paseó por las exhibiciones con un aire pensativo y aunque mantuvo el debido respeto a los objetos, más de una vez tuvo la tentación de tocar lo que veía, en especial la antigua armadura de guerra de Hashirama.


Cuando llegó a la exhibición de una pequeña caja, elaborada con una sola pieza de marfil y con el emblema de los Uzumaki tallado en la tapa; Naruto fue a su lado. El título de la exhibición era “Caja de los Uzumaki”.


–Esa es la única reliquia de mi familia – Naruto ignoró la advertencia de no tocar que tenían todas las exhibiciones, y levantó la cajita de su pedestal –se supone que sólo los Uzumaki pueden abrirla y dicen que es una caja mística – entonces puso la punta de su dedo sobre el emblema y empujó –pero mi abuela dice que sólo era el joyero de Mito san – cuando le mostró a Sasuke el interior forrado con terciopelo negro, él pudo ver unos pequeños compartimentos claramente creados para albergar anillos, aretes y collares.


Cuando Naruto devolvió con descuido la cajita a su lugar, ésta se balanceó sobre el pedestal pero afortunadamente no se cayó.


 


Por la expresión de Sasuke mientras veía los objetos Naruto se dio cuenta de que a su acompañante le gustaban mucho todas esas cosas, así que le contó varias de las anécdotas que su abuela le relató. Sin embargo la exhibición no era muy grande, por lo que cuando terminaron de ver los objetos afuera aún llovía con fuerza.


Afortunadamente Naruto en verdad conocía cada rincón del lugar y le indicó a Sasuke que lo siguiera hasta una pared detrás de un mueble. Cuando la empujó reveló que en realidad era una puerta.


–A esto me refería con los pasajes secretos en las casas de los fundadores – comentó con una sonrisa mientras incitaba a Sasuke a seguirlo.


 


Ambos caminaron por un pasadizo hasta que llegaron a una sala de reuniones. El lugar estaba adornado con una alfombra color café, sillones color vino y las paredes estaban tapizadas de libreros vacíos. Al fondo se veía un cuadro con una pintura que mostraba a Hashirama, Mito y Madara parados en aquel salón.


–Ese no se podía poner en la exhibición – comentó Naruto echándose en uno de los sillones –la abuela Tsunade dice que aquí se solía encerrar el Viejo a pensar.


A Naruto no le gustaba ese lugar, le parecía tétrico, y aunque era ideal para estar solo, él prefería ir a la parte norte de Konoha pues ahí corría aire fresco y estaba rodeado de naturaleza.


Por su parte Sasuke se paseó por el salón reverenciando el significado histórico del lugar que Naruto era incapaz de apreciar (a él sí le gustaba meditar en lugares oscuros) antes de sentarse a un lado del rubio.


Naruto sonrió y de manera tímida se acercó a Sasuke para compartir su calor. Volvieron a entrelazar las manos y sin decir palabra ambos cerraron los ojos.


Gracias al golpeteó de la lluvia contra las tejas de la casa. Ambos entraron en un estupor y eso hizo que Sasuke recordara lo que su maestro Kakashi le dijo el día anterior.


 


 


–Sasuke – Kakashi estaba recargado en la entrada del barrio Uchiha, claramente esperándolo.


Él le hizo un gesto con la cabeza a modo de saludo, pero no tuvo la intención de detenerse a conversar.


–Espera – el adulto lo tomó del hombro antes de que entrara al barrio –tenemos que hablar.


Después de decir aquello le hizo señas para que caminaran juntos por el pueblo.


–¿Qué pasa? – preguntó ya no soportando la tensión después de caminar algunas cuadras.


–Es sobre tu permiso. No voy a recomendarte.


–¿Qué? – Sasuke miró a su maestro con el entrecejo ligeramente fruncido –¿por qué?


–Tengo mis dudas, no creo que estés listo para salir – Kakashi habló de aquello como si no tuviese importancia, pero estaba evaluando todas y cada una de las reacciones de su pupilo.


–Soy el mejor de la generación – argumentó Sasuke como si eso fuese suficiente.


–Sí – el adulto le concedió y se mantuvo en silencio como si esperara que esgrimiera otro punto.


–Tengo que ir.


–¿Por qué?


–Porque se lo prometí a… a él – Sasuke tembló los hombros con enfado contenido y Kakashi cerró los ojos.


–¿Dónde estuviste toda la tarde? –el adulto intentó apartar el aura oscura que rodeó su conversación.


Con la pregunta Sasuke se tensó aún más, pero el ambiente cambió a uno mucho más amable y aunque el menor desvió la mirada Kakashi pudo ver que sus mejillas se colorearon muy ligeramente.


–En-trenando – contestó torpemente.


Aquella reacción hizo que Kakashi sonriera levemente, albergando una esperanza –hablé con Rin, dime ¿cómo está Naruto?


Sasuke detuvo sus pasos unos instantes y lanzó un gruñido de enfado.


–Bien – contestó y volvió a caminar, no le agradó haber sido descubierto. Pero era algo que se esperaba, supuso que la encargada del registro lo descubrió y delató con su profesor.


–Sabes Sasuke, me agrada que le estés dando una oportunidad a Naruto.


El menor frunció el ceño al momento que escuchó la frase “dando una oportunidad”.


–Aunque me gustaría que ya no salieras. Despídete mañana, y después hablaremos de tu autorización – ordenó antes de desaparecer.


 


 


–Dobe – Sasuke rompió el silencio –recuerdas lo del permiso para salir.


Naruto apretó suavemente su mano –sí.


–Ya lo pedí.


–¿De verdad? –Naruto lo miro emocionado y al tener su rostro tan cerca no pudo evitar cortar las escaza distancia con Sasuke y darle un corto beso –¿cuándo te trasladas?


Sasuke se sonrojó ligeramente pues no se esperaba la muestra de afecto. Aquella era la primera vez que Naruto tomaba la iniciativa y lo besaba, así que avergonzado ocultó su rostro dándole un abrazo.


–Apenas solicité el permiso, aún lo deben aprobar. No sé cuando pero no voy a volver a salir hasta tenerlo.


–Oh – Naruto apretó a Sasuke de vuelta y dejó de lado el entusiasmo –entonces ¿será en un mes o más?


–Probablemente, no lo sé.


–Está bien, te esperaré. La verdad no tengo planeado ir a algún otro lado – respondió Naruto encogiéndose de hombros e intentó separarse de Sasuke pero él no lo dejó. En cambio le hizo señas para que se acomodara en su pecho. Después ambos se recostaron en el sillón.


 


No se dieron cuenta en qué momento cayeron dormidos, pero cuando despertaron ya era bastante tarde y había dejado de llover muchas horas atrás.


–Dobe despierta, ya debo irme.


Como respuesta Naruto gruñó y se apretó un poco más a él, pero eventualmente tuvo que soltarlo.


Salieron del museo, fueron por el camino de vuelta al muro y una vez estuvieron ahí se despidieron con reticencia.


–Nos veremos pronto Dobe – dijo Sasuke dándole a Naruto un beso en la punta de la nariz.


Naruto sonrió ligeramente e hizo los tres sellos correspondientes para aparecer a su clon gato. Segundos más tarde Sasuke lo imitó.


Ambos mininos se saludaron con cautela y luego saltaron el uno sobre el otro de manera juguetona.


–Ven, acompáñame – Naruto le hizo señas al gato negro para que lo siguiera y él atendió a su llamado con un saltito. Por su parte Sasuke levantó entre sus brazos al clon del rubio, y aunque Naruto se sonrojó ligeramente se limitó a acomodar al clon de Sasuke en su hombro.


–Nos vemos pronto – respondió a Sasuke y agitó la mano mientras lo veía desaparecer.


 


–Sasuke – le dijo al gatito acariciando su mejilla contra la suya una vez que estuvieron solos –te amo –después de declararlo sonrió satisfecho –pero no lo sabrás hasta el momento que vuelvas.


Habían acordado que cuidarían al clon del otro hasta que volvieran a verse.


 


Durante la semana siguiente tanto Sasuke como Naruto recibieron los reclamos de dos chicas.


A Naruto lo reprendió Sakura, por haber mentido a su madre diciendo que después de clases se quedaba con ella estudiando en la biblioteca. Así que para que se le quitara lo mentiroso, dijo que lo obligaría a empinarse en los libros hasta que sacara 100 puntos en todos los exámenes.


Por su parte Sasuke tuvo que soportar el lloriqueó de Ino quien no se podía creer que hubiera solicitado un permiso para ir al exterior y que ya hubiese sido aprobado.


–No puedes irte Sasuke. No puedes – le dijo después de que terminara su entrenamiento mensual –si te vas, yo iré contigo.


–Perfecto – dijo Kakashi al escucharla –así serán dos chicas. Hinata también me solicitó recomendación.


–¿Qué? – Neji quien también estaba escuchando fue con su prima y la miró como si estuviese cometiendo un delito.


–Sí, yo tam-bién voy – comentó Hinata en voz baja.


–Entonces, hago mi solicitud ahora – dijo Neji de forma automática –¿lo sabe nuestro tío?


Hinata asintió con rapidez, para que no cupiera duda de que tenía permiso de su familia para salir.


–¿Es el permiso temporal verdad? – preguntó Tenten enrollando su pergamino de herramientas –¿el de tres años máximo?


–Sí – contestó Kakashi mirando con interés a la joven.


–Entonces también me apunto, si no seré la única que no va. Shino también recibió su aprobación ayer – comentó con desgana.


Kakashi sonrió feliz de ver a sus seis alumnos tan activos y emocionados hasta que escuchó una voz detrás de él.


 


–Cielos Kakashi, todos tus alumnos quieren salir – Rin estaba cargando una cesta de mimbre, y su ropa delataba que tenía la clara intención de hacer un picnic.


Sin embargo lo perturbador no era eso, sino que venía acompañada de Obito.


–Sí – respondió Hatake perdiendo la emoción y mirando a su antiguo amigo con cautela.


–Casi me recuerda a nuestra época. Cuando fuimos los cuatro – comentó Obito con una sonrisa, como si aquello fuese parte de un plan perfectamente ejecutado.


 

Notas finales:

Este fue un capítulo de transición, proximamente se vendrá lo bueno :)... o lo que yo le digo lo bueno XD.

Gracias por leer.


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