Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La respuesta por Yais

[Reviews - 85]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias a Zulli, Haru Uzumaki, Pexan09, Zanzamaru y Saya x369 por sus comentarios en el capítulo anterior :D. Un abrazo para todos ustedes.

 

Capítulo 10


Sasuke entró a Konoha esbozando una pequeña sonrisa y acariciando con su mano derecha al pequeño clon de Naruto. Apenas había iniciado el camino a su casa cuando escuchó la conocida voz de su tío llamarlo y al girar el rostro lo vio recargado en una de las piedras salientes del muro.


Por un momento imaginó a Kakashi y concluyó que su sensei y tío actuaban de forma similar cuando se querían acercar a él. Si no fuese porque su tío jamás leería pornografía ligera en público, Obito habría hecho los mismos movimientos que Kakashi.  


–¿Es ese Naruto Uzumaki? – le preguntó mirando al pequeño gatito con interés.


Sasuke engarrotó ligeramente los músculos y pensó rápidamente en las implicaciones de su respuesta antes de contestar un firme –sí –. Con la contestación a Obito le brillaron los ojos y le tendió la mano para que le diese al gatito, él entregó su carga sin vacilar.


–Hola Naruto – Obito tomó al clon con ambas manos y lo alzó en el aire para observarlo mejor. –Es igual… – murmuró. El clon se retorció entre las manos del adulto e intentó morderlo, parecía bastante incómodo ante el escrutinio.


Al ver el enfado de Naruto, Sasuke tuvo la intención de recuperarlo pero se contuvo y se dedicó a mirar el gesto de fascinación que tenía su tío. Se preguntó a qué era igual el clon y por qué Obito estaba tan feliz de sostenerlo.


–Sasuke, ¿por qué trajiste a un Uzumaki aquí? – aparentemente Obito se dio cuenta de que el menor lo estaba analizando y contratacó.


El mencionado se repitió la pregunta internamente, sin embargo no encontró respuesta. Naruto no insistió en que intercambiaran clones, de hecho sólo lo sugirió, pero él aceptó sin más.


Obito interpretó la confusión en sus ojos e hizo una mueca ligera –disculpa Naruto – comentó al gatito al tiempo que cambiaba su gesto de fascinación a apatía y activaba el sharingan –pero no puedo permitir que un Uzumaki esté rondando por Konoha.


Sasuke creyó que su tío haría desaparecer al clon, aunque verlo usar su kekkei genkai le dio a entender que sólo bloquearía la habilidad del clon para almacenar información. No lo detuvo porque sabía que tener al clon de un ciudadano del Exterior revoloteando por el Interior iba contra toda regla, pero eso no evitó que sintiera una ligera molestia.


Su tío pareció bastante consciente de que estaba dudando y le devolvió el clon con un gesto serio.


–Sasuke, tienes una misión. Debes descubrir quién y para qué asesinaron a Itachi. Nada debe importarte más que eso.


–Lo sé – el menor entrecerró los ojos.


–Si confías en uno de ellos, tan sólo en uno, las cosas saldrán mal. Eso le sucedió a Itachi, él confió en Minato.


–Lo sé – repitió Sasuke con un gruñido.


–Naruto es su familia y si crees que es inocente pregúntate ¿por qué tenía tanto interés en buscarte?, ¿en entrar a la casa del Hokage?, ¿por qué te dio un clon para que lo infiltraras? Ante todo es un Uzumaki y nunca debes confiar en un Uzumaki, ¿te quedó claro?


 


Sasuke se dio la vuelta para retirarse sin contestar. Obito era uno de los adultos en su clan y el único que lo entendía, pero no era su padre y no tenía facultades para usar ese tono con él.


Sabía. Era consciente que aunque todo dijera que Naruto era un tonto que deseaba sinceramente ser su amigo, en realidad no podía confiar en él. Apretó los puños y cerró los ojos. No confiaba, pero le convenía hacerle creer que sí, entonces podría poner en evidencia a Minato y al mismo Naruto.


Su tío tenía razón, fue bastante imprudente y peligroso llevar un clon al Interior, pero a cambio él había infiltrado a uno suyo en el hogar de Minato. Obito lo subestimaba, él sabía lo que hacía.


 


 


 


Dos meses después. Las únicas pruebas que Naruto tenía de que Sasuke había ocurrido en su vida eran las cicatrices en su pecho y su querido Bola de pelo.


Aquel clon le sacó muchas sonrisas en esos días.


Sin Sasuke cerca para controlarlo, el pequeño gatito negro se comportaba como un verdadero felino que solía merodear por la noche y molestar a su madre cada que se afilaba las garras en los sillones de la sala.


Estaba en la naturaleza de un gato ser quisquilloso, caprichoso e independiente; pero cada que Naruto lo veía limpiarse los bigotes después de comer, no podía evitar pensar que aquel era todo lo que Sasuke representaba. Y le hacía preguntarse cómo le iría a su clon en el Interior.


Antes Sasuke le dio a entender que era bastante sencillo descubrir que aquel era un jutsu, aunque hasta ahora ninguno de sus amigos sospechaba que la bola de pelo fuese un clon. Sólo su padre lo examinó con detenimiento y no dijo algo al respecto cuando terminó de hacerlo.


También en esos meses se la pasó enterrado en los libros, cosa que ayudó a mejorar sus notas finales (no lo suficiente para lograr 100 puntos, pero sí para aprobar), y su abuela le permitió entrenar, así que podría decirse que fue una época bastante productiva.


En realidad se estaba esforzando mucho con los entrenamientos pues pasase lo que pasase entre Sasuke y él, todavía debían enfrentarse y terminar aquel duelo. Eso seguía siendo cuestión de orgullo.


 


–¡Ya basta! – esa tarde, como venía ocurriendo en los últimos días, Kiba interrumpió su entrenamiento y fue directo a discutir con Naruto –¿puedes sacar a esa cosa de aquí? – preguntó refiriéndose al gato –nos está distrayendo.


Naruto miró hacia la rama del árbol donde Bola de pelo descansaba con los ojos entrecerrados y después al pequeño Akamaru quien ladraba desde el suelo. – Pero ni siquiera se mueve.


–Está distrayendo a Akamaru, no puedes traer a un gato al entrenamiento – gruñó su amigo. Naruto le rezongó de vuelta y entornó los ojos antes de decidir llevarse al clon Sasuke con él.


Durante los primeros días el gato exploró cuanto pudo, pero después de que aprendió de memoria todos los rincones en la aldea cambió la rutina y ahora solía acompañarlo a todos lados. Cosa que irritaba mucho a Kiba porque Akamaru se obsesionaba con él.


–Que quede claro que si Akamaru no se concentra es tú culpa – Naruto sentenció al tiempo que ponía al gato sobre su hombro y desaparecía.


Akamaru aulló descontento por la pérdida.


–Lo detesto – murmuró Kiba.


–Pero Kiba kun, si es sólo un gato – Lee fue con él para intentar hacerlo olvidarse del animal y seguir entrenando.


–No es verdad, apesta a algo raro – Kiba no podía explicar qué era lo que le desagradaba, pero no soportaba a la nueva mascota del rubio.


 


 


Cuando Naruto llegó a casa, su madre se mostró sorprendida de tenerlo ahí tan temprano y lo mandó al mercado a recoger unos rábanos para la comida.


Desde su visita al exterior y cita con Sasuke, el rubio miraba con ojo crítico a su pueblo. Ahora le causaba desazón que los aldeanos tuvieran que pujar cada que jalaban sus carretas por la terracería o que su sistema de agua potable fuera tan deficiente que las zonas mas alejadas al río constantemente se quedaban sin agua.


Él jamás se interesó en la gestión de la aldea, pero cuando le comentó a su padre su creciente preocupación por el estado del orfanato, Minato se mostró deliciosamente complacido y le explicó que estaban limpiando la zona este para construir nuevas instalaciones ahí.


–Hemos tenido que sacrificar algunas cosas – comentó Kushina abrazando a su esposo y depositándole un beso en la mejilla –pero todos están de acuerdo que el orfanato es prioridad. En el hospital también quedaron muy contentos con el nuevo material.


Naruto sabía que cada cosa tomaba su tiempo y ahora entendía mejor que antes por qué todos decían que Minato era el mejor gobernante que habían tenido. Sin embargo, le hubiese gustado poder resolver todos los problemas de su aldea al instante.


 


Tras comprar y mientras caminaba de vuelta a casa, recibió el saludo de varios aldeanos y una señora le entregó una tarta de manzana recién horneada como presente para sus padres. Aunque tres cuadras más tarde él la regaló a los 3 hijos de Asuna.


Los tres niños de 6, 7 y 8 años respectivamente, estaban ansiosos por convertirse en ninjas y constantemente lo retaban, esta vez para conseguir la tarta. No eran buenos ninjas y Naruto siempre los derrotaba fácilmente, pero aún después de ganar les dejó comer la tarta pues desde la muerte de su padre era la primera vez que salían a jugar.


Claro, cuando Asuna, una mujer regordeta, los descubrió comiendo postre antes de la hora de la comida los persiguió con una escoba y hasta a él le tocaron unos cuantos escobazos por incitar al desorden.


–¡Ya verás Naruto!, ¡se lo diré a tus padres! – aunque Asuna lo amenazó, Naruto supo que estaba muy agradecida de que hubiese distraído a sus pequeños de la tristeza del luto.


–Es mejor que vayamos a casa – le dijo al clon de Sasuke con una sonrisa mientras corría para alejarse de la furia ficticia de Asuna. El gatito lo siguió dando saltos, aparentemente también feliz por lo ocurrido a pesar de que vio toda la escena desde lejos.


“Como quisiera que el verdadero Sasuke estuviese aquí” fue lo que pensó mientras el aire golpeaba su rostro y para su fortuna sólo tuvo que esperar un mes más para ver que las puertas al Interior se abrieran.


 


Naruto solía enterarse de las nuevas en la aldea antes que el resto gracias a su padre, pero esta vez escuchó sobre la llegada de los reclutas del Interior al mismo tiempo que sus amigos y por boca de sus maestros Gai y Asuma.


–Es bastante inusual la cantidad de reclutas del Interior que vendrán– Asuma quien en ese momento estaba parado frente a ellos dándoles la noticia era el profesor a cargo del entrenamiento de Shikamaru, Chouji y Kiba. –Así que se ha decidido que…


–Ustedes participarán en la exhibición de bienvenida – interrumpió Gai ya sin soportar la emoción. Él era el profesor de entrenamiento de Naruto, Lee y Sai.


–… sí – Asuma miró de reojo a Gai y lanzó un suspiro.


–¿De verdad? – Naruto y Lee preguntaron al mismo tiempo.


–Así es, y vamos a preparar una rutina de entrenamiento muy dura. Los reclutas del Interior están entrenando para ese día y no podemos permitirnos quedar en vergüenza.


–No puede ser – gimió Shikamaru por lo bajo y miró a su maestro con una mueca de pesar.


–Pero el Exterior siempre pierde la batalla de exhibición – Chouji tampoco se veía muy animado de participar.


Asuma se llevó ambas manos a la cadera – vamos a dar lo mejor chicos, y tengo la confianza de que esta vez la ganaremos.


–¡Claro!, porque esta vez participarán mis brillantes alumnos. – Gai se comenzó a carcajear.


 


 


El día indicado Naruto estaba muy ansioso e intrigado. A pesar de que se había matado entrenando, en realidad no pensaba mucho en la exhibición, sino en ver a Sasuke. Las manos le sudaban de tan nervioso que se sentía.


Cuando llegó la hora parecía que un cuarto de la población de Konoha Exterior se había congregado alrededor de la puerta que daba al interior. Minato estaba a la cabeza de la comitiva con Tsunade a un lado y Naruto, junto con su mascota y sus seis amigos, estaba en la primera fila detrás de ellos.


 


Al abrirse la puerta, la primera persona a la que Naruto distinguió salir fue a Kakashi. Hatake detuvo sus pasos unos segundos y se rascó la cabeza en un gesto de vergüenza al ver que había varias personas esperando a que salieran, después se dirigió inmediatamente a Minato.


–Sensei – le hizo una ligera reverencia –hay mucha gente – murmuró.


–Sí – Minato le sonrió –creo que alguien se emocionó y le dijo a muchas personas que tendríamos nuevos reclutas – al decir eso miró discretamente a Gai.


–Ya veo – Kakashi se encogió de hombros y le hizo una seña a sus alumnos para que salieran.


 


Naruto dejó de respirar y sintió que el corazón se le aceleró con rapidez al ver aparecer a Sasuke, seguido de Hinata, Neji, Tenten, Shino, Ino y una mujer que no había visto antes.


–Son muchas chicas – murmuró Sakura a su lado.


–Sí, que raro – Sai se llevó una mano a la barbilla y después señaló al suelo cerca de la puerta con interés –pero eso es aún más raro.


Sakura dirigió la vista al punto que Sai señaló y vio a un pequeño gato rubio que corría hacia ellos.


El animal sorteó a los jóvenes del Interior, pasó entre las piernas de Minato e ignorando cualquier protocolo dio un salto y usó a Naruto como poste para trepar y poder abalanzarse sobre Bola de pelo.


–Aah – Naruto se llevó ambas manos al rostro pues por estar pendiente de Sasuke no notó qué el gato se le fue encima hasta que cayó al suelo de sentón. –¿Qué? – preguntó confundido.


Ambos clones se revolcaron en una batalla juguetona a modo de saludo sobre el vientre de Naruto, e ignorando que acababan de atraer las miradas de todos salieron corriendo para continuar su juego en otro lado.


Akamaru gimoteó e intentó ir tras ellos, pero Kiba lo sostuvo y lanzó un gruñido antes de mirar a Naruto sumamente sorprendido. Tenía la nariz arrugada, como si acabase de oler algo que lo desagradaba.


Cuando el rubio se recuperó del ataque que su propio clon perpetuó en contra suya, se dio cuenta de que todos lo estaban mirando y se sonrojó de la base del cuello hasta la punta de los cabellos.


–Eh – sonrió avergonzado. Se paró de forma nerviosa y cuando recuperó el porte la única persona a la que se atrevió a mirar fue a Sasuke.


El pelinegro estaba serio, pero sus ojos tenían una chispa de diversión. Como si supiera que el motivo por el cual el gatito rubio se abalanzó sobre su clon era porque Naruto deseaba hacer lo mismo con él.


 


–Bien… – Minato decidió salvar a su hijo llamando la atención de vuelta a hacía sí – ¡Bienvenidos chicos!, estamos muy felices de tener a tantos reclutas este año.


Los seis jóvenes le hicieron una reverencia a Minato y él a su vez le hizo señas a Tsunade.


–Soy Minato, el gobernante de Konoha Exterior, y ella es Tsunade Senju, será la encargada de atenderlos en todo lo que necesiten – los chicos volvieron a hacer una reverencia y ella los miró con ojo crítico antes de pedirle a Kakashi que le entregase una lista con sus nombres.


–Síganme – dijo sin hacer algún tipo de ceremonia o prestar atención al hecho de que tenían bastante público y todos morían de curiosidad por saber las identidades de los recién llegados.


Naruto siguió a Sasuke con la mirada y estuvo a punto de ir detrás de su abuela cuando Kiba lo tomó de la mano.


–¿A dónde vas?


–Eh – Naruto se topó con que sus seis amigos lo miraban con interés y no logró entender por qué lo hacían –¿con la abuela?


–No puedes – Kiba soltó a Naruto, pero aún lo miraba con enfado


–Tenemos trabajo que hacer – dijo Sakura lanzándole una mirada sospechosa a Kiba pero dirigiéndose a Naruto –¿piensas dejarnos solos con eso?


–…¿no? – de pronto Naruto recordó que ellos no sólo participarían en la demostración, sino que debían ayudar y estar presentes en la cena que darían en honor a sus invitados. –Pero pueden hacerlo sin mi.


–Claro que sí – Sakura puso ambas manos sobre su cadera –pero eso no significa que lo haremos así. – y entonces lo arrastró con ella para que fueran a terminar con los preparativos.


Naruto ahogó un quejido. Quería ir con Sasuke.


 


 


–Bien – después de caminar un rato seguida por los recién llegados, Tsunade se detuvo frente a una casa pequeña y le indicó a los 6 jóvenes del Interior que entraran –aquí es donde vivirán.


–¿Aquí? – Ino miró el lugar con una mueca, era pequeño y estaba lleno de polvo.


–Sí – Tsunade levantó la lista y revisó el nombre de la rubia – aunque si no le parece señorita Yamanaka siempre puede volver al Interior. Incluso desde ahora, así no nos hará perder el tiempo.


Por lo general Ino protestaría pero el aura de Tsunade la hizo encogerse en su mismo lugar.


La adulta inhaló hondo y se cruzó de brazos –Kakashi los ha recomendado como aptos para unirse al Exterior y es nuestro deber aceptarlos y entrenarlos durante 3 años antes de que regresen al Interior. También pueden optar quedarse aquí desde ahora pero… lo dudo – volvió a mover las hojas como si éstas dijeran todo sobre ellos –incluso dudo que permanezcan aquí más de un par de meses.


–Eh… Tsunade sama – Kakashi le hizo un ademan a la mujer para que dejara de asustar a sus alumnos, pero ella lo ignoró.


–Mientras sean reclutas deberán responder a mis órdenes, las de sus maestros o cualquiera con un rango superior al suyo pues a partir de mañana se convertirán en ciudadanos del Exterior. Eso significa que no habrá privilegios ni concesiones. Ni siquiera para la heredera del clan Hyuuga o para el Uchiha hijo del Hokage.


Tsunade los volvió a mirar de forma intimidante, pero era obvio que su hostilidad iba dirigida a Sasuke.


–Kakashi, infórmales todo sobre el plan del día – dicho eso la mujer se dio la vuelta y salió de la casa asignada a los jóvenes.


–urgh – Ino hizo una mueca en cuanto creyó que Tsunade ya no podía escucharla –¿qué le pasa?, ¿de verdad cree que cabemos todos aquí?, ¿Kakashi sensei, Kurenai sensei?


Kakashi suspiró –bueno chicos, esta casa es aparentemente pequeña pero tiene una habitación para cada uno. Además, Kurenai y yo no viviremos con ustedes.


–¿En verdad tiene 6 habitaciones? – Tenten también dudó que las dimensiones del lugar fuesen suficientes.


–Sí, pero compartirán el baño – Kakashi notó que sus alumnos protestarían así que prefirió no darles la oportunidad –pueden ir a acomodar sus cosas, y quédense aquí hasta que venga por ustedes. Como saben el día de hoy es el aniversario de la muerte de Hashirama y en el Exterior hacen una fiesta. Quieren hacernos los invitados de honor como bienvenida y no quiero tener que estarlos buscando.


Los chicos asintieron.


–Kurenai y yo iremos a arreglar algunos detalles con Minato sensei sobre su estadía y volveremos pronto.


–¿Y qué pasó con la batalla de exhibición? – preguntó Shino mientras levantaba su maleta.


–Por ahora no deben preocuparse sobre eso, será mañana y se los explicaré con calma después de la cena. Hoy sólo van a conocer a sus adversarios… de hecho, ya conocen a uno.


–A Naruto kun – dijo Hinata con timidez.


–Sí, a Naruto.


 


 


Como acostumbraban esa fecha, los 7 gennins del exterior debían encargarse de la decoración, acomodar las mesas y los platos. La celebración en honor a Hashirama era una de las más importantes en el Exterior y siempre se esforzaban porque fuese perfecta.


–Naruto – Sakura se acercó al rubio mientras ambos acomodaban los cubiertos –¿conocías a alguno de ellos? – hizo referencia a los reclutas y lo preguntó porque para ella, y para todos sus amigos, no pasó desapercibido el hecho de que los reclutas lo miraron con mucho interés, más allá de la escena que hizo con su gato.


–Sí, a todos – contestó –los conocí cuando fui, de hecho los vi entrenar. No creí que se presentaran todos, sólo pensé que lo haría Sasuke.


–Sasuke es ¿Uchiha no?


–Sí – Naruto sonrió levemente.


–El tipo que te mandó al hospital – Kiba se interpuso en la plática de Sakura y Naruto acomodando una olla con estofado al centro de la mesa que servían.


Naruto hizo un gesto disconforme, pero terminó por asentir.


Kiba volvió a gruñir y con una mueca le pegó levemente en el hombro a Naruto antes de irse.


–¡Oye! – Naruto estuvo dispuesto a iniciar una pelea, pero Kiba siguió su camino ignorándolo.


–Déjalo – Shikamaru apaciguó a Naruto al ponerle una mano sobre el hombro –no se siente bien.


–¿Qué le pasa?


Shikamaru chasqueó la lengua e inhaló hondo, como si se preparara para explicar algo muy complicado –…¿cómo lo voy a saber?


A Naruto y Sakura les calló una enorme gota por la frente.


–Mejor hay que terminar rápido con esto.


De pronto a su derecha escucharon un alboroto y vieron algunos platos caer al suelo.


–Sai, Lee ¿Qué están haciendo? – Sakura fue rápido a reprender a sus amigos quienes aparentemente apostaban sobre la cantidad de platos que Rock podía balancear sobre su cabeza.


 


 


Cuando Sasuke y sus compañeros llegaron a la plaza donde se llevaba a la cena en su honor se impresionaron por la cantidad de decorados y el bullicio de la gente bailando y charlando. En el Interior la gente era por regla seria y recatada.


–Esto es tan… colorido – le comentó Tenten a Neji y éste asintió como si no supiera de qué otra manera describir aquella escena.


–Es por ahí – Kakashi les señaló la mesa que estaba sobre una tarima no muy alta. En aquel lugar estaban Minato y su esposa junto con Tsunade, Gai y Asuma.


–¡Kakashi! – de pronto Gai los divisó y comenzó a hacer señas con los brazos para que se acercaran –¡ven, por aquí!


Kakashi lanzó un suspiro e inició el camino.


–¡Oh!, Kakashi tanto tiempo sin vernos – tan pronto llegaron a la mesa Gai se paró y asfixió a Kakashi con un abrazo.


Los chicos miraron la escena con intriga pero no dijeron palabra. Una vez más Tsunade los ignoró y Minato les presentó a su esposa con una sonrisa. Kushina fue muy amable con todos, a pesar de que la miraron impactados porque a diferencia de Naruto, ella era una Uzumaki en toda regla.


–Soy la madre de Naruto – comentó sin dejar de sonreír, pero por sus ojos pasó un brillo peligros cuando miró a Sasuke. –Tú eres el hijo de Fugaku san ¿verdad?, Sasuke kun. Mi Naruto pasó una temporada muy difícil después de la última vez que se vieron – reclamó con voz seria.


Sasuke prefirió ignorar la mirada de rencor de la que era objeto y junto con sus compañeros acató las órdenes de los adultos y se sentó en una mesa cercana a la principal.


Mientras comían, los seis chicos del Interior no intercambiaron palabras. No eran grandes amigos así que no sabían de qué hablar entre ellos y estaban más interesados en mirar todo lo que ocurría a su alrededor.


La única que intentó sostener una conversación fue Ino, pero Sasuke no era un buen interlocutor y además, estaba distraído buscando entre la gente y resto de las mesas a Naruto. Le sorprendía que estando tan ansioso como lo vio aún no se apareciera frente a él.


De pronto sintió que una pequeña piedrita le pegaba en la nuca y al girar el rostro vio a Naruto escondido detrás de un poste decorado haciéndole señas para que fuera con él.


Cuando se paró para ir a su encuentro Ino intentó acompañarlo, pero cuando la detuvo con un gesto de mano, ella no insistió. Sasuke llegó al lugar donde vio al rubio antes pero ya no estaba ahí. En cambio escuchó un suave “psst” un poco más lejos. Donde ya casi no había gente.


Al momento en que se acercó a esa zona despejada sintió que una mano lo jaló del cuello de la camisa a un pequeño agujero formado por la estructura de dos de las pequeñas casas ubicadas en la acera frente a la plaza.


–Sasuke – de inmediato distinguió la voz de Naruto y eso evitó que le pegase por haberlo atraído de aquella manera.


–Dobe – por instinto lo acorraló contra la pared y aunque ya sabía que era Naruto se dio el gusto de mantener sus cuerpos pegados.


–amm… Teme – Naruto se mantuvo inmóvil y entrecerró los ojos ligeramente al tiempo que sonreía –hola.


–Hola – contestó Sasuke imitando su gesto y le pasó una mano por los cabellos rubios y un pulgar por la mejilla.


Naruto cerró los ojos por completo un par de segundos antes de volver a abrirlos y cortar la distancia entre ellos. Sasuke también se le acercó.


Rozaron sus labios secos por un breve tiempo antes de separarse y repetir la acción otras tres veces más.


–Te extrañé – Naruto habló entre besos cortos y aunque Sasuke no le respondió de vuelta, el brillo en sus ojos decía que también estaba muy emocionado de tenerlo cerca.


–Me di cuenta, nunca vi a un clon atacar a su yo real de esa manera.


Uzumaki se sonrojó recordando el nulo control que tuvo sobre su jutsu antes de arrugar la nariz de forma infantil –cállate Teme, he perdido la práctica.


–Creía que entrenarías mucho este tiempo.


–Sí, pero eso no tiene que ver.


Entonces Sasuke se animó a soltar a su acompañante y por fin notó que el rubio tenía la barbilla y parte de la ropa manchada de salsa.


–¿Sigues sin saber comer? – preguntó con sorna.


Naruto negó levemente con el entrecejo fruncido –tuve un accidente con las ollas – hizo un movimiento con la mano para restarle importancia al asunto, pero después murmuró algo parecido a “Kiba me las va a pagar”. Momentos antes Inuzuka y él tuvieron una discusión sobre el mejor lugar donde acomodar el resto de la comida y en el forcejeo se vaciaron una olla encima.


Después centró su mirada en Sasuke –ven, quiero presentarte a mis amigos… o vamos con los demás, quiero que se conozcan todos.


Incitó a Sasuke, pero él negó –espera Dobe, quiero estar contigo ahora.


–Ahm bu-eno… iremos con ellos después.


 


Unos minutos más tarde ambos estaban un poco más lejos del bullicio, sentados sobre la azotea de la casa más alta cercana a la plaza. De ahí podían ver perfectamente a la gente bailando y cantando. Incluso a sus gatos saltando por los tejados que los rodeaban.


–Naruto, sobre los clones… – Sasuke vio que el mencionado estaba bastante pendiente de los movimientos de los animales saltando de un lado a otro y tuvo la intención de contarle que por seguridad debió permitir que su tío cegara a su clon, pero el rubio lo detuvo.


–Podrías dejarlos – Naruto le tomó la mano para que no intentara hacer algún sello y desaparecerlos – se ven felices.


Sasuke detuvo sus palabras y asintió. Le parecía mucho mejor dejarlo así, de esa manera Naruto no sospecharía. Después se encargaría de recuperar las memorias de su clon.


Por su parte Uzumaki acababa de recordar la declaración que tres meses atrás hizo al clon y la vergüenza de saber que le dijo a Sasuke que lo amaba le hizo arrepentirse de haberlo hecho. No que se retractara de sus palabras, sólo que una cosa era decirlo al clon y otra era sentirse preparado para tener a Sasuke de frente. No supo en qué pensó aquel día.


Tal vez estuvo muy emocionado. Muchas veces no se podía contener. Suspiró y volvió a mirar a su compañero antes de buscar su mano y entrelazarla con él.


Sasuke le apretó de vuelta y lo hizo recargarse en su hombro.


–Tu mamá me odia – comentó recordando la mala mirada de Kushina.


–No te odia – Naruto bostezó –¿por qué dices eso?


–Creo que porque mandé a su hijo al hospital.


–…ya, pues… entonces te lo mereces.


–Dobe.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).