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La respuesta por Yais

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos!, muchas gracias por tenerme paciencia, ya estoy de vuelta :D.

Espero que estén bien, yo me estoy pasando por aquí para desearles un feliz año nuevo y que su 2015 esté lleno de mucho yaoi ^_^. Por lo pronto aportaré con un poco de SasuNaru para que el 2014 termine bien.

Gracias a Zulli, Zanzamaru, Akira Uchiha, Mily, Lilium, Shu-shu, CronorBlack, Saya x369, Pexan09 y Ann Gokudera, por sus reviews. Fue un gusto contar con su apoyo durante este año y espero que el próximo también =].

Como prometí hay mucho amor en este capítulo, espero cumplir con las expectativas ;D.

Capítulo 14


 


Esa tarde Tsunade citó a Kushina y Minato en la oficina del segundo con calidad de urgente. Decidió verlos ahí porque, aunque el tema a tratar era Naruto, no iban a hablar como familia sino como el Gobernador y las líderes de los clanes Senju y Uzumaki.


 


–Los infiltrados se querían llevar a Naruto, él me lo dijo – les contó tan pronto estuvieron reunidos.


Minato exhaló y miró de reojo a su esposa, mientras que ésta asentía lentamente –lo imaginamos.


Tsunade le devolvió el gesto –hay tres motivos por los que alguien establecería a Naruto como objetivo, pero sólo uno por el que valiera la pena un ataque a esa escala –. Hizo una pausa para que sus interlocutores asimilaran el significado de sus palabras, pero no fue prolongada porque los otros dos estaban en la misma página –aunque eliminamos toda sospecha respecto a lo que Naruto sería capaz de hacer, siempre existió la posibilidad de que alguien lo descubriera, y alguien ya lo descubrió. Por el bien de Konoha creo que debemos desaparecer con Naruto de inmediato.


Dicho eso hizo otro silencio para darles a entender a los otros que tenían la palabra, y Kushina no vaciló en su respuesta. –Cuando Naruto nació decidimos que lo mejor era permanecer aquí. Éste es el lugar más seguro y el hogar que los Uzumaki hemos defendido durante años. Si desaparecemos vamos a confirmar lo que esos infiltrados creen y no sólo nos van a perseguir ellos, sino también el Interior.


–Acordamos que nos quedaríamos sólo si el plan funcionaba. Y funcionó hasta el día del ataque – Tsunade objetó con voz dura –debemos irnos o comenzará una nueva ola de ataques. ¿Minato?


El rubio esbozó una mueca, pues no le gustó ser quien tuviera la palabra definitiva. Puso una mano sobre el hombro de Kushina y ella apretó los labios –para resguardar Konoha lo mejor sería irnos, pero Konoha se fundó para proteger el arma, no a la inversa. Naruto debe quedarse, en verdad es el lugar más seguro, y la guerra comenzará con o sin nosotros. Si estamos aquí podremos hacer la diferencia.


La mayor hizo una mueca –¿hay una posibilidad de obtener la ayuda del interior desde ahora? –. Al igual que doce años atrás se topó con la negativa de aquellos dos.


–No, el Hokage no actuará hasta que la guerra esté sobre nosotros.


–Entonces no hay más oportunidad de proteger a Naruto aquí que en cualquier otro lugar. La única ventaja de quedarnos es la creencia de que el Interior eventualmente nos apoyará, si es que no deciden hacer lo opuesto. Incluso las cosas pueden salir mal mucho antes de que eso pase.


–En ese caso – Kushina se apartó de su esposo y tomó las manos de Tsunade entre las suyas – aun prometes que te harás cargo de Naruto, ¿verdad?


Tsunade cerró los ojos –antes dije que lo haría, jamás voy a cambiar de idea, pero no quiero tener que hacerlo. No será lo mismo. Los Uzumaki ya han pagado sus culpas, no necesitas hacer algo más, y Konoha puede tener a otro gobernante – primero miró a Kushina y luego a Minato –pero Naruto jamás tendrá otros padres.


La pelirroja se contuvo a hacer una mueca de tristeza. La idea de dejar a Naruto le era muy dolorosa, pero Minato y ella eran muy fuertes e iban a hacer todo lo posible para que eso jamás ocurriera. Además, si las cosas salían irremediablemente mal, prefería que su hijo fuera capaz de usar las habilidades que por derecho le correspondían y se defendiera y a Konoha; a que muriera a kilómetros de su destino a manos del Interior, tratado como un traidor, o siendo una herramienta del enemigo.


–Nos quedaremos – Kushina intentó animar a su madre adoptiva con una sonrisa –no te preocupes, lo único que debemos hacer ahora es cuidar mucho más a Naruto.


Tsunade comenzó conteniendo la respiración y terminó con un suspiro –Naruto es un desastre, mantenerlo en un lugar no va a ser tarea fácil. Apenas lleva unos días en la enfermería y ya armó un alboroto ahí.


–¿Qué hizo ahora?


Tsunade se encogió de hombros, en realidad los contratiempos no era culpa directa de su nieto, pero sí tenía mucho que ver –tonterías. Sólo… – hizo un ademán con la mano para dar a entender que estaba agobiada y que prefería cambiar a un tema más importante –…le dije a Naruto que probablemente lo buscaban por ser su hijo, para extorsionar a Konoha, y me aseguré de que Uchiha también lo escuchara para que no sospechara. Dadas las circunstancias no creo que sea conveniente decirle a Naruto la verdad.


Kushina asintió –acordamos contárselo después de su visita al interior, pero con todo lo que le pasó es mejor que los enemigos no puedan obtener algún tipo de información de él. Sobre Uchiha, estoy preocupada de que sospeche, ¿crees que lo convenciste?, aunque es un niño no estoy segura de qué tanto podamos confiar en él – miró a Minato –sé que Kakashi lo dejó salir por algo, pero aun así.


–Es un poco extraño – contestó Tsunade –en realidad ha estado muy al pendiente de Naruto, a pesar de sus propias heridas, y parece que aceptó la idea del secuestro sin más. Ya no sé qué pensar sobre… él.


La mayor recordó cuando, al día siguiente del internamiento de Naruto, descubrió a las enfermeras cuchicheando alrededor de la habitación de su nieto. Al acercarse, vio que él y Uchiha dormían abrazados en la cama del segundo. Le sorprendió porque tenía entendido que su nieto y acompañante no debían llevarse tan bien como parecía que lo hacían. Además, los días subsecuentes notó que alrededor de ellos había un aura bastante “romántica”, por decirle de alguna manera.


–Yo no me preocuparía mucho – contestó Minato encogiéndose de hombros –no es una molestia que esté rondando por todos lados y parece que se lleva muy bien con Naruto, incluso puede ayudarnos a cuidarlo.


Kushina lanzó un suspiro –acepto que ayudó a Naruto ese día, pero dudo que siga haciéndolo. Ya le ha causado varios problemas a mi pequeño.


Minato esbozó una sonrisa melancólica –sí... pero Naruto confía en él y lo hace feliz. Por ahora, podemos seguir dándole el beneficio de la duda.


Tsunade miró a Minato imaginando que al igual que ella, él también había notado la extraña actitud de los menores y después a Kushina para saber si ella también lo sabía. Pero su hija adoptiva era inescrutable en ese momento.


Después los tres adultos se hicieron un gesto de cabeza dando a entender que habían llegado a un acuerdo respecto a lo que harían sobre el ataque, Naruto y Sasuke. Tsunade no estaba feliz, pero había perdido dos contra uno y no le quedaba más que respetar la decisión final.


–Tendré todo listo si deciden cambiar de opinión – comentó antes de que cada uno se retirara a cumplir con el resto de sus obligaciones.


 


 


En la habitación del hospital, Naruto y Sasuke eran ajenos a los adultos y sus planes, ni siquiera les pasaba por la mente el ataque porque estaban ensimismados el uno en el otro.


A veces Naruto pensaba que no debía volver a dejarse atrapar desprevenido, pero la mayoría del tiempo lo ocupaba para mirar a Sasuke. Reconocía que estaba portándose bastante soso, pero si antes no podía evitar ser embobado por él, menos ahora que dormían juntos cada que podían.


Pero Naruto no era el único feliz, Sasuke, a pesar de que aún tenía dificultades para moverse y su piel estaba adornada por algunos moretones, también compartía su buen humor. Frente a las enfermeras se portaba como un chico serio y bastante autosuficiente, pero cuando se quedaba a solas con Naruto le gustaba demandar su atención con una sonrisa.


De hecho, esa mañana se estaba portando excesivamente necesitado, tanto que Naruto, a pesar de que le fascinaba la idea de hacer cuanto le pidiera para complacerlo, comenzaba a pensar que se estaba aprovechando de su buena voluntad para tratarlo como su esclavo.


–Te preocupas por mi ¿no es así? – Sasuke, recostado en su cama, miró a Naruto con un gesto bastante serio.


–Sí – contestó el rubio desde su cama a la vez que entrecerraba los ojos levemente.


–Dices que me amas ¿verdad?


–Sí.


–Entonces, ¿por qué no quieres hacerlo?


–Porque una cosa es que me preocupe por ti y otra que me pidas que haga algo que no tiene lógica – Naruto hizo un gesto de sorpresa al escuchar a su acompañante.


–Pero si la tiene. Si me amas debes de hacer lo que sea para hacerme sentir bien.


–Sí, pero ¿cómo demonios eso te va a hacer sentir bien? – Naruto se cruzó de brazos y desvió la mirada a la vez que inflaba los mofletes, estaba indignado.


–En realidad no me amas.


–Cállate, no me vas a chantajear. No voy a hacerlo – alzó la mano y comenzó a enumerar –me levanté en la madrugada para servirte un vaso con agua que en realidad no querías, te acomodé las almohadas 20 veces durante toda la noche, te di de comer en la boca, abro y cierro la ventana cada que se te antoja; y no sé cuantas cosas más que quieras sin oponerme, pero ahora estás pidiendo demasiado.


–No te estoy pidiendo que te mates por mi.


–Claro… – el rubio gruñó –sólo eso me faltaría.


–Me siento mal y lo mínimo que debes hacer es cuidarme. Al final es tu culpa que esto pasara.


–No es mi culpa y no lo voy a hacer. No soy tu fuente de entretenimiento. Tú no tienes vergüenza o ¿qué?... tratar de manipularme así.


Sasuke sonrió levemente. En realidad desde que lo pidió, nunca imaginó que Naruto aceptaría, sólo quería verlo avergonzado y negándose. Sabía que molestarlo era una de las maneras más sencillas para entretenerse viendo sus muecas. Hacerlo era una manía muy mala, pero le gustaba mucho.


–Tengo eso y, aparentemente, también al peor novio del planeta – sentenció, sacando sin pensar su última carta.


Naruto, quien ya estaba acomodando sus cobijas para botarse a dormitar en la cama, paró sus movimientos e inmediatamente miró a Sasuke –¿novio?, ¿soy tu novio?


 


Tenían cinco días ahí. Cuatro desde que se le había declarado a Sasuke, y aunque en un principio estuvo muy feliz por descubrir que su compañero estaba encantado con sus sentimientos, no pasó por alto que jamás contestó “yo también”, supuso que sus besos eran una forma tácita de decirlo. No pudo evitar quedarse en blanco. Estaba feliz, muy feliz.


Su sonrisa simple y brillante fue como un golpe crítico para el Uchiha, quien no pudo evitar un escalofrió de gusto, y por fin fue su turno de avergonzarse. Cosa que hizo que Naruto sonriera aún más.


–¿Qué tiene de gracioso?, no lo seremos si no quieres.


–¡NO!... digo sí, si quiero. Pero ¿de verdad somos novios?, nunca me lo dijiste.


–Bueno, no me voy besando con cualquiera. Tal vez tú sí, pero yo sólo besaría a mi novio.


–Yo igual – Naruto respondió en automático con tal sinceridad y expresión de amor que Sasuke tuvo que fingir que se acomodaba en la cama para volver a concentrarse en lo que hablaban.


–Claro, yo recuerdo algo muy diferente – volvió a recordarle el beso accidental que se dieron dentro del ropero.


Naruto golpeó contra el colchón –¿y tú qué?, yo estaba en el muro hablándote sobre mi familia y a ti te importó muy poco, te lanzaste sobre mi y… ahí están las marcas de todos mis antepasados. ¡Es como besarnos sobres sus tumbas!


–Y te gustó – Sasuke volvió a ser él mismo –podemos hacer eso de las tumbas cuando quieras.


–¡Ahhrgh!, no voy a seguir hablando contigo.


–Pero eso no resuelve nuestro problema– Sasuke lo señaló – baila un poco.


–Que no soy tu sirviente.


–No es una orden. Es algo que quieres hacer porque me amas.


–Pero no lo quiero hacer.


–Claro que quieres, deja de fingir que se te da fatal. Lo hiciste frente a toda la aldea y yo quiero verte ahora. Sólo para mi, me gustó mirarte.


–Mi madre me obliga a hacer esas cosas y créeme no es por gusto. Tus chantajes no son nada comparado con lo que ella me haría si la desobedezco.


Sasuke negó levemente y se incorporó para incitarlo a que fuera a su lado–ven.


–Oye, ¡sí puedes moverte! Eres un mentiroso – Naruto se acababa de dar cuenta de que Sasuke era mucho más retorcido de lo que creyó en un principio. Esa mañana lo chantajeó para que le diera de desayunar en la boca, diciendo que no podía moverse por el dolor, y ahora lo hacía sin problemas. Debió imaginarlo.


Pero a pesar de las protestas fue hasta su cama y se subió para sentarse a su lado.


–Ten cuidado Dobe.


–No lo siento Teme, dudo que aún te duela algo.


 


Tardaron un poco de tiempo en acomodarse, pero una vez que pasaron los brazos uno por encima del otro se tranquilizaron. Naruto se sentía muy bien recargado sobre el pecho de Sasuke, el sube y baja que hacía al respirar le proporcionaba una sensación de seguridad. Tanta que comenzó a pensar que la próxima vez intentaran secuestrarlo, si hacía equipo con Sasuke, nadie sería capaz de vencerlos.


–¿Por qué no quieres bailar para mi?


–¿Por qué quieres que lo haga?


El pelinegro se encogió de hombros –quiero, y que lo hagas sin nada más estorbando.


Naruto respondió primero con un suspiro –odio bailar, pero lo haré con una condición.


–¿Cuál?


–Debes de dejar de meterte con Sakura, al principio fue divertido saber que estas celoso por ella, pero ahora ya no lo es tanto.


Sasuke le dio un golpecito a Naruto en la cabeza –no me refería a ella. Desde la mesa donde estaba no podía verte bien… y no me pone celoso.


–Bueno pues – Naruto se enderezó y miró a Sasuke directo a los ojos con un gesto muy serio y las mejillas ligeramente sonrojadas –entonces…– abrió la boca y luego la cerró.


–¿Entonces?


–Olvídalo – quiso decirle que hiciera algo con respecto a Ino, quien cada vez que los visitaba se le lanzaba encima y él ni se inmutaba, pero se arrepintió. No era de ese tipo de persona, además, cuando Ino se enterara que Sasuke y él eran pareja seguro lo dejaría tranquilo.


–Te voy a confesar algo Dobe – Sasuke le acarició la mejilla y después la frente para que dejara de fruncir el entrecejo –soy feliz… y tiene mucho que no lo era.


Naruto emitió un sonido de gusto –yo igual Teme.


Estaban por darse otro beso cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe.


–¡Hey Naru-to! – cuando ambos se giraron hacía la entrada vieron a Lee parado en el rellano, con los ojos abiertos de par en par, justo antes de que volviera a cerrar la puerta.


 


–Lee, ¿qué pasa?, ¿por qué hiciste eso? – se escuchó la voz de Sakura.


–Ah, no por nada. ¿Por qué no volvemos después?


–¿Qué están haciendo? – después se escuchó la voz de Sai.


–¡Naruto y Uchiha kun no están haciendo nada raro! – gritó Lee.


–Preguntaba qué hacían tú y Sakura, y claro que Uchiha y Naruto están haciendo algo raro. Siempre están haciendo algo raro cuando están solos.


–Sai si nada más vas a decir tonterías mejor cállate – intervino Sakura.


 


Naruto y Sasuke vieron que las sobras bajo la puerta se movían y después a la figura de Sakura tocar la puerta.


–Hola, ¿podemos pasar?


El rubio gruñó y tuvo que bajarse de la cama de Sasuke para ir a la suya. Estaba muy feliz de tener una relación y no le importaba que sus amigos se enteraran, quienes aparentemente ya tenían sospechas más que fundadas, pero si su mamá se enteraba, lo más seguro es que los haría dormir en habitaciones separadas.


–Sí.


 


Cuando sus tres amigos entraron, Sakura no tardó en comenzar a regañarlo y golpearlo por todas las cosas que se le ocurrieron, mientras Sai los miraba y Lee evitaba todo contacto visual.


Después le explicaron la razón de su visita. A diferencia de él, ellos habían estado entrenando junto con el equipo del Interior, y en la mañana de ese día por fin les habían asignado una nueva formación.


La sorpresa que les dieron fue que él, Sasuke y Sakura serían equipo. Lee había quedado con Neji y Tenten, mientras que Sai por fin fue aceptado para formar parte de Ne y entrenaría con ellos sólo en algunas ocasiones especiales.


 


Mientras estuvieron internados en el hospital recibieron la visita del resto de sus amigos y, en el caso de Naruto, de sus padres.


A pesar de que Kiba no disimulaba la animadversión que sentía por Sasuke no hizo algo para molestarlo, porque parecía que la rivalidad que inició con Shino ocupaba toda su atención. Incluso disminuyó los ataques a Naruto.


El resto se comportaba de manera normal y salvo las veces que Naruto tuvo que girar el rostro para no enfadarse cuando Ino se portaba cariñosa con Sasuke, no tuvieron problemas de cualquier tipo. De verdad eran felices.


 


Los únicos momentos en los que Sasuke regresaba a su mundo gris, eran cuando Minato y/o Kushina pisaban la habitación. Se tensaba y no podía evitar enterrar la mirada en las sábanas, intentando disimular la ira que embargaba su cuerpo.


Minato había asesinado a su hermano para encubrir la rebelión que llevaba a cabo. Todos lo sabían culpable, pero, como no había pruebas para vincularlo al delito y por política, lo dejaron vivir. Minato destruyó a su familia, pero él estaba ahí, muy feliz con su esposa e hijo, bromeando y sonriendo.


–Sasuke kun – Kushina interrumpió sus pensamientos a la vez que le tendía dos onigiris envueltos en una servilleta –¿quieres?


Cuando la miró descubrió que Naruto había heredado su sonrisa y, sin pensar, tomó lo que le ofrecía –gracias – respondió aturdido aunque después recordó que Kushina también había destruido a su familia.


Ella era una Uzumaki y como tal aún cargaba con la ambición de Mito: Robar el arma y controlar su poder para apoderarse de Konoha y el resto de las aldeas. Su tío Obito le explicó que varios años antes de que él naciera, Kushina estuvo involucrada en un intento de robo del arma del cual, por ser hija adoptiva de Tsunade Senju, salió impune.


Él no entendía de razones políticas y a veces pensaba que buscar pruebas era una pérdida de tiempo. Pero era débil y ahora no había manera que pudiera hacerlos pagar con sus propias manos por la muerte de Itachi. Necesitaba entrenar muy duro y actuaría conforme a lo que ocurriera. Pero indudablemente los haría arrepentirse.


–Anda pruébalo – Kushina le hizo un gesto con las manos para incitarlo a comer los onigiris –son frijoles dulces, sé que te gustan porque en casa no dejas de comerlos – Sasuke la miró con gesto confundido y ella volvió a sonreír antes de apoyar el puño en su coronilla –aunque no sé si te los merezcas, porque tu clon y el de Naruto me van a dejar sin vajilla.


–Mamá te dije que no… – Naruto la reprendió con un tono infantil y como respuesta de la mujer se ganó un proyectil de onigiri en la frente.


–No interrumpas mi plática niño.


Naruto se quitó la bola de arroz de la frente y le dio un mordisco.


–Nos dijeron que van a darlos de alta mañana, así que espero que nos visites pronto para comer – volvió a dirigirse a Sasuke –quisiera agradecerte con propiedad que ayudaras a Naruto, a pesar de que ha sido muy grosero contigo.


–Yo no he si… – Naruto volvió a interrumpir y Kushina le lanzó otro onigiri –… ¿no tienes uno de otro sabor?


Sasuke asintió con una sonrisa leve –me gustaría mucho. Gracias.


–Perfecto.


Después de que Kushina y Minato se retiraron, Sasuke por fin se dio cuenta de que seguía sonriendo y arrugó el entrecejo.


–¿Ocurre algo? – pregunto Naruto con la boca llena, pero él simplemente lo miró con enfado y se botó en la cama. –Teme – insistió para llamar su atención, pero nada.


 


Los días después de que salieron del hospital no fueron muy diferentes. La mayoría de las veces Sasuke jugaba con los sentimientos de Naruto en la ambigua línea de ser romántico y molesto. Pero otras tantas lo ignoraba, enfadado por algo inexplicable.


Afortunadamente estaban en el mismo equipo, así que aun después de haber salido del hospital podían estar juntos. Además, seguían estando la mayor parte del tiempo solos porque Sakura prefería no retrasarlos y sólo entrenaba con ellos cuando tenían que hacer ataques coordinados.


Kakashi fue asignado como su tutor, y aunque tenía una notoria sincronía con Sasuke, también se preocupaba por entrenarlos a él y Sakura. Y ella estaba tomando lecciones adicionales.


No eran el mejor equipo, pero Naruto aseguraba que sí, así que cuando cumplieron un mes de entrenamientos y Kakashi les anunció que, siguiendo con la tradición del Interior, organizarían un concurso entre los cuatro equipos formados para evaluar su progreso, Naruto le dijo a todos que Sakura, Sasuke y él ganarían sin problemas.


Kiba, Tenten e Ino aceptaron el reto de inmediato.


Todos estaban emocionados porque el trabajo en equipo o la competencia era una novedad y mantuvieron el ánimo incluso después de enterarse de que, por órdenes de Tsunade, debían hacer la competencia dentro de la aldea.


 


 


–¡Sí! Kakashi, yo gané – Gai se regodeó de la victoria de su equipo en la evaluación del primer mes. Neji, Tenten y Lee hicieron un trabajo excelente y se ganaron el primer puesto sin problemas, el segundo fue para el equipo de Kiba, Shino y Hinata; el tercero para Shikamaru, Chouji y la muy enfadada Ino; y en último lugar quedaron Naruto, Sasuke y Sakura.


La tarea fue una carrera contra el tiempo y ellos llegaron al final porque Naruto cayó en una trampa del equipo de Kiba. Su problema fue que Sasuke y Naruto se enfrascaron en una competencia personal sobre quién era más rápido y Sakura no los pudo controlar. Al finalizar la carrera ella le gritó a Naruto hasta que se quedó ronca y Sasuke entró en shock porque jamás en su vida había perdido una competencia.


Para su desgracia, al siguiente mes el equipo ganador fue el entrenado por Kurenai y ellos volvieron a quedar en último lugar. Al tercer mes decidieron que esa sería su oportunidad y entrenaron duro para aquel día.


 


–Dobe, ¿qué te parece si no lo arruinas mañana?


Naruto hizo un mohín de disgusto –si no te metieras en mi camino Teme, habríamos ganado desde la primera competencia.


Estaban en el cuarto secreto en la casa de Hashirama. Ahora todos sabían que eran amigos y a nadie le sorprendía verlos ir juntos a cualquier lado, pero ellos solían ir a ese lugar para estar solos y expresar sus sentimientos libremente. No les gustaba que la gente los mirara más de lo necesario.


Faltaban pocos días para que cumplieran tres meses de noviazgo y aunque no habían pasado de los besos y las caricias superficiales por encima de la ropa, sentían que eran muy íntimos.


Muchas veces experimentaban cosquilleos en partes muy específicas del cuerpo cuando se tocaban y tenían una sensación muy placentera cuando entrelazaban las piernas y platicaban o dormían abrazados.


–Quisiera que estuviéramos así toda la vida – de verdad amaba a Sasuke, lo adoraba –incluso si eso significa que siempre quedemos en último lugar.


–Dobe, eso es imposible.


–¿Por qué no?, si se siente bien.


Sasuke parpadeó lentamente –porque no se puede, además, no me gusta ser un perdedor. A ti te sienta bien, pero no a mí.


Naruto resopló –Teme, podrías decir que tambi…


Pero no terminó de hablar porque Sasuke le dio un beso.


–Quisiera que pudiéramos estar así toda la vida – dijo una vez que se separó y con eso se ganó una sonrisa del rubio.


–Lo estaremos.


 

Notas finales:

Espero que les gustara, nos leemos el próximo año. En el capítulo que viene volverán a comenzar los conflictos. Guerra, traición y SASUNARU :D.

Besos y abrazos. Gracias por leer.

Yais 


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