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La respuesta por Yais

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Notas del capitulo:

Saludos a todos, gracias por sus reviews y disculpen la tardanza :(. Espero disfurten el capítulo.

Capítulo 3

 

Ino Yamanaka iba con los brazos cruzados y el entrecejo fruncido a dos metros detrás de Sasuke y Naruto. No paraba de mirarlos fijamente.

–Ino – Hinata la tocó ligeramente del hombro para llamarla –Naruto kun… ¿quién es?... ¿él es tan importante?

La rubia lanzó un suspiro –ah, pues, no lo sé. Eso creo… debe serlo, si no, ¿por qué otro motivo Sasuke kun es tan amable con él? – terminó de hablar con enfado.

–No lo sabes –Tenten bufó –¿cómo es eso posible?, ¿acaso no estaba con ustedes?

Ino arrugó la nariz –pues sólo sé que es un visitante y que Sasuke se enfadó cuando le dije que se alejara, creo que es un extranjero importante, no sé de dónde, pero… ese mocoso ha estado muy pegado a mi Sasuke kun.

–Ah – a la castaña le cayó una gota por la frente.

–Ino, nosotros, por mi padre, nos enteramos… – Hinata iba a comenzar a hablar pero Neji la interrumpió.

–Hace unos días el Hokage le dijo a mi tío que los Kages iban a venir hoy a Konoha.

–¿Es verdad? – Tenten se llevó ambas manos a las caderas –… entonces por eso se reforzó la seguridad del muro en la mañana y cambiaron nuestra hora de entrenamiento. Pero si Naruto es un visitante ¿no es muy peligroso que no use su identificador en este momento?

–Él debe ser hijo de alguno de los Kages –Neji dijo aquello como si fuese evidente. –Dicen que el Kazekage tiene un hijo de nuestra edad, ese debe ser Naruto. Es evidente que tengan concesiones con él, tomando en cuenta la relación actual entre Suna y Konoha. Por eso Kakashi debió encargarnos su cuidado.

–Ya me parecía muy extraño que Uchiha le estuviera dando un tour, con lo mucho que odia a los visitantes – Shino se acomodó sus lentes mientras hablaba.

–Sólo a la gente de KE – Ino sacudió el comentario restándole importancia. KE era la forma despectiva que ellos usaban para hablar de Konoha Exterior. –Ah, ¡Claro! – después juntó las manos como si estuviese soñando –Sasuke kun es tan diplomático y está siguiendo los pasos de su padre. Si forja lazos con el hijo del Kazekage será estupendo para la aldea. Ahora lo entiendo, es tan inteligente. Lo que cualquiera esperaría de nuestro futuro Hokage.

Todos menos Hinata resoplaron ante el comentario, e Ino iba a protestar pero Shino se adelantó a hablar.

–Lo que me parece extraño es la forma tan familiar con la que Kakashi sensei hablaba con él mientras entrenábamos ¿de dónde lo conocerá?

–De alguno de sus viajes, o sus misiones cuando era Anbu. Kakashi sensei fue parte de las tropas del exterior un par de años ¿no? – dijo Tenten.

–Eso es lo de menos. Entonces, lo que hay que hacer es ayudar a Sasuke kun con su tarea de entretener a Naruto – Ino esbozó una sonrisa confiada –por Konoha.

 

 

–Eh, Sasuke – Naruto no quería que el mencionado parara de sostenerlo, pero se estaba sintiendo un poco incómodo al ser tironeado por él, mientras sus otros 5 compañeros murmuraban sobre ellos –¿falta mucho para llegar?

Pero Uchiha no le contestó.

–Oye, Naruto – Ino dio un par de saltitos hasta llegar a la par del mencionado –¿hace cuánto llegaste a Konoha?

–…esta mañana. Un par de horas.

–¿Y cómo fue tu viaje?, ¿te cansaste mucho?

–No, quién se cansaría por eso – Naruto le lanzó una mirada confusa a la chica. Lo único que había hecho fue atravesar el muro.

–Na-ruto kun, entonces… ¿es verd-ad que haces muchas misiones peligrosas en tu aldea? – Hinata también llegó a su lado y le sonrió. Como respuesta se ganó un gesto similar de vuelta, cosa que la hizo sonrojar.

–Jeje – Naruto recordó que antes había alardeado frente a Konohamaru y el resto de los niños –con mis amigos, aún somos gennins, pero hacemos misiones de reconocimiento todo el tiempo… tal vez exageré… en realidad no nos dejan hacer cosas muy peligrosas – terminó con un tono de decepción.

–Hace un momento te estabas quejando de nuestro entrenamiento – Shino se unió a la plática y con su intervención logró atraer la atención de todos, incluido Sasuke –¿qué es lo que no te agrada de nuestras costumbres?

–Amm – Naruto se meneó ansioso y sin intención se soltó de Sasuke para hacer ademanes con las manos. Todos pararon sus pasos porque fue justo en ese momento que llegaron a la entrada del barrio Uchiha. –Entiendo que sean diferentes a nosotros, pero no me parece correcto que se ataquen entre ustedes de esa manera.

–¿Cómo pretendes que entrenemos si no es peleando? –Neji no tenía el propósito de ser amable con él fuese quien fuese.

–Sí, pero no así. La intención es lo importante… la forma en como se siente – ladeó la cabeza como si intentara explicar algo muy complicado –no pelear por ti, sino para proteger a las personas que amas. Por ejemplo yo quiero cuidar de mi papá, mamá y Sakura chan.

–¡Ah!, con que Sakura eh –Ino le picoteó las costillas con el codo –tu novia – afirmó haciendo énfasis para que todos escucharan.

Naruto se sonrojó y miró a Sasuke unos segundos antes de desvíar la vista hacia abajo. Le hubiera gustado ver algún tipo de expresión en el pelinegro, pero entendía que era demasiado, apenas se habían conocido. Sasuke no tenía porqué tener una reacción ante que él tuviese o no novia.

–No, Sakura chan es sólo mi amiga de la infancia.

–Los amigos de la infancia están destinados a terminar juntos –Ino fue hasta Sasuke y lo tomó del brazo –justo como Sasuke kun y yo.

–Ya… pues no.

Si debía ser honesto él sabía que era gay desde muy pequeño, así que jamás vio a su amiga de esa manera, la quería como a una hermana. Además, viendo la expresión repelente de Sasuke, se dio cuenta de que a él tampoco le gustaba la idea de estar con Ino.

–Y creo que Sasuke tampoco está de acuerdo contigo.

–¿Qué dijiste?

–…eso, que no creo que a Sasuke le agrade la idea –lo comentó entre dientes mirando de reojo a la pareja y no le pasó desapercibida la leve, muy leve, sonrisa que le dedicó el mencionado.

Se sonrojó de nueva cuenta y sus ojos comenzaron a brillar como si fuese paloma en primavera. Sasuke era muy, muy guapo. Incluso podría jurar que se parecía a Itachi.

Se golpeó levemente con la palma de la mano y luego negó con vehemencia. No podía creer que estuviese haciendo esas comparaciones, no había forma de que existiera alguien tan genial como Itachi.

Ino arrugó la frente. Ella estaba segura que a Naruto le gustaba Sasuke pues sus reacciones lo delataban.

–Dijiste nosotros, ¿cómo son sus entrenamientos?, ¿Sakura san es tu pareja? –Tenten desvió el tema de conversación a cosas más importantes para ella y el resto.

Uzumaki salió de su ensimismamiento –¡No!, para nada. Las mujeres no pelean.

–¡¿Cómo?! –todas las chicas saltaron en su lugar, pero la más ofendida fue Tenten. –¿Cómo que no pelean?, dices que no sabemos pelear – lo amenazó con el puño.

Por la experiencia que tenía con las mujeres, Naruto se encogió sobre sí mismo y se cubrió con ambos brazos –no me pegues, no – rezó por lo bajo.

Tenten se descolocó y eso le dio oportunidad a Naruto para huir detrás de Sasuke y pegarse a él para protegerse de la segura furia de las chicas.

–No me refería a que no supieran pelear, sólo que en nuestra aldea hay muy pocas Kunoichis y las que hay no pelean a menos que sea muy necesario.

–¿Por qué?, eso me huele a aldea machista –Tenten no se conformó con la respuesta –¿quiénes se creen ustedes?, las mujeres somos perfectas en el frente de batalla, si quieres te lo puedo demostrar.

Naruto se hizo mucho más pequeño detrás de Sasuke –no, no, las acabo de ver, te creo. Además no tiene nada que ver con que creamos que sean débiles. Las personas más temibles que conozco son mujeres – se refería a su madre, su abuela y su mejor amiga.

–¿Entonces?

–Es… – se animó a mostrar la cara levemente –… es sólo que nuestra aldea está en guerra con otras siempre y para nosotros es prioridad proteger a las mujeres. Ella son las que cargan con lo más valioso que tenemos.

–¿Y eso es?

Naruto miró a los seis jóvenes como si no creyera que le estuviesen preguntando aquello. Él comprendió aquella lógica cuando estaba en prescolar.

–Las próximas generaciones, el futuro de nuestra aldea. – Sus ojos azules brillaron –las Kunoichis saben pelear, Sakura chan es muy buena, pero yo preferiría morir a permitir que sufriera un rasguño cumpliendo una misión.

–Oh – Ino cerró la boca al instante y sus ojos se entristecieron. En realidad ellos jamás habían cumplido una misión, pero sabía que en una situación extrema Sasuke no la protegería, el objetivo de la misión iba primero. Si alguien se quedaba atrás, lo dejaban atrás.

Tenten, quien también estaba a la defensiva, tuvo que girarse para que nadie viera su expresión de encanto y Hinata fue la única que no pudo contener un suspiro –Naruto kun, eres genial.

–Eh, gracias.

Después de eso quedaron en silencio varios segundos. Hinata se encogió sobre sí misma, cohibida por las palabras que dijo sin pensar y porque sintió la mirada penetrante de todos.

–Bueno niños – Pakkun se hizo notar después de mucho tiempo –ese es el barrio Uchiha. Naruto puedes verlo desde aquí.

–Bien, entremos –el rubio intentó dar un paso hacia el lugar, pero Pakkun lo detuvo mordiendo su pantalón.

–Ya lo viste, ahora creo que es mejor que vayamos de vuelta a la oficina de registro… –el perro habló con la tela entre los dientes –no te recomiendo ir ahí.

Las últimas palabras las dijo por lo bajo para que ninguno de los chicos salvo Naruto escuchara.

–Vamos Pakkun, sólo será un vistazo.

–No creo que a tu papá le agrade la idea, además, ahí… –el perro ninja se dio cuenta de que, aunque no lo entendían, los gennin del Interior lo miraban con intriga, así que prefirió guardar silencio.

 

Mientras caminaban Pakkun escuchó que todos creían que Naruto era hijo del Kazekage. Ellos no conocían la verdadera identidad del pequeño Uzumaki y lo mejor era mantenerlo así. A ninguno de esos niños les gustaría tratar con un ninja de Konoha Exterior y dejarían de ser amables con él en cuanto supieran su nombre.

Podían mantener a Naruto seguro ahí, pero si entraban al barrio Uchiha lo reconocerían y, seguro, estarían en problemas porque no usaba su identificador.

–Vamos niño –Pakkun volvió a jalar, pero dejó de hacerlo cuando distinguió el aroma de una persona muy peligrosa para Naruto bastante cerca. El olor provenía del camino que los llevaba de vuelta a la oficina de registro, así que cambió de opinión al instante y en vez de jalar a Naruto lo empujó con su cabeza para que entrara al barrio Uchiha –ve ahí dentro.

–…sí – Uzumaki formó una mueca de confusión y después dio un salto –¡vamos Sasuke!

El mencionado vio al rubio adelantarse mientras hacía gestos de emoción y volvió a sonreír levemente mientras se llevaba ambas manos a las bolsas de su pantalón –ustedes –se refirió a sus otros cinco compañeros –esperen aquí.

–Pero Sasuke… –Ino intentó protestar pero fue ignorada.

 

Pakkun desapareció de la escena para vigilar a Naruto desde lejos. No sabía por qué el pequeño Uchiha había despachado al resto, pero le parecía una muy buena idea que el grupo se hiciera más pequeño, así llamarían menos la atención.

–Oye Sasuke –Naruto miró hacia atrás –¿por qué se quedaron todos fuera?

Como respuesta su compañero se encogió de hombros.

–Bueno, no importa. Que bueno que ya estamos solos, me estaban poniendo un poco nervioso con tantas preguntas y eso… aunque me agradaron, en especial Hinata chan.

Sasuke chasqueó la lengua y le lanzó una mala mirada. –No sé por qué contestas a todo. Además, no se supone que debas llamar la atención, pero estabas dando discursos como idiota.

–¡¿Qué?! –Naruto se giró en redondo para encarar a Sasuke.

–Es de mal gusto presumir y tú no cierras la boca... idiota.

–¡Hey!, ya… ya van muchas veces en un día ¿por qué me estas llamando idiota?, ¡idiota!

Sasuke bufó –porque lo eres.

–No lo soy… y ¿qué pasó con el Sasuke amable?, ¿acaso eres bipolar o algo así? Primero me insultaste, después me trataste muy bien y ahora me vuelves a insultar ¿qué pasa contigo?

–Me estás irritando.

–Tsu – Naruto pateó el piso –tú también me irritas.

–Haberle pedido ayuda a alguien más entonces.

–Teme… lo hubiera hecho – refunfuñó.

–Nadie más hubiera aceptado.

–No lo sabes.

Sasuke soltó el aire con un tono de burla. –Estabas actuando como un demente, lo sé. Te me lanzaste encima ¿lo recuerdas? y después no paraste de gritar.

–Argh.

Naruto experimentó sentimientos encontrados, Sasuke era guapo y parecía genial en todos los aspectos hasta que abría la boca. Lo había engañado con su amabilidad momentánea y su pose impresionante cuando lo salvó de las kunai, pero ahora era diferente.

No podía creer que hubiese pensado por un segundo que era como Itachi, imposible.

–¡Claro que no lo eres!

–¿Qué?

–¡Nada! –Naruto saltó sobre su lugar –sólo pensaba que me recordabas a alguien, pero para nada te pareces a él.

–¿A quién?

–A alguien. No importa.

–Dobe.

Naruto apretó los puños, arrugó la nariz y decidió emprender camino–… y pensar que creí que me gustabas – murmuró sin pensar cuando pasó a su lado.

Sasuke lo miró ligeramente sorprendido por la declaración y, aunque fue disimulado, su mirada fue tan penetrante que Naruto no tardó ni dos segundos en darse cuenta de su error.

El rubio se sonrojó y no se giró para darle la cara. Se creó una atmósfera incómoda entre ellos en la que Naruto no tuvo más opción que hacerse el desentendido mirando al cielo.

–No… no escuchaste lo que crees que escuchaste –intentó restarle importancia a sus palabras y lo encaró intentando disminuir el rojo en sus mejillas.

Sasuke terminó por cerrar los ojos un instante antes de mirar de vuelta al camino – Entonces, ¿a dónde se supone que quieres ir?

Naruto lanzó un suspiro de alivio interno e iba a responder cuando la voz de una mujer anciana cortó sus futuras palabras.

–¡Sasuke!

Cuando Naruto giró la mirada al lugar donde provenía el sonido vio a una señora mayor de pelo cano y con una sonrisa amable. En ambas manos iba cargando unas enormes bolsas llenas de víveres.

–Querido, ¿cómo te fue en el entrenamiento?

–Bien tía.

–El primer lugar me imagino– la mujer dijo eso al tiempo que descansaba sus delgados brazos apoyando las bolsas en el suelo –eres un niño muy bueno.

Sasuke recibió el elogio sin mostrar síntomas de orgullo, sólo agachó la cabeza mientras que un velo opacaba el brillo de sus ojos.

–Y ¿quién es tu amigo? –la anciana no notó aquello que para Naruto fue evidente –muchacho, tú no eres de por aquí ¿verdad?

–…no, estoy de visita. Le pedí a Sasuke que me mostrara el barrio. – Naruto reaccionó haciendo una ligera reverencia –… etto ¿quiere que le ayude con esto? – se acercó a las bolsas del mandado.

–¡Oh!, muchas gracias. Tú también pareces ser un buen niño.

–Je gracias, no hay problema, ¿dónde es su casa señora tía de Sasuke?

–Por aquí hijo –le señaló el camino principal –no está muy lejos.

Mientras caminaban Naruto intentó olvidar las palabras que le había dicho a Sasuke y se concentró en hablar con la mujer. Ignorando al pelinegro por completo.

–Y ¿por qué quisiste visitar Konoha?, ¿estás de vacaciones?

–Mi padre está en una reunión con el Hokage y me trajo con él. De regalo de cumpleaños.

–De cumpleaños –justo después de que dijera aquello llegaron a la casa de la señora –Aquí es hijo, y dime ¿cuántos años tienes Naruto?

–Doce.

–Doce, esa es una edad muy importante aquí en Konoha Naruto kun.

El mencionado sonrió al tiempo que recordaba la herida que tenía en la mano a causa del ritual. El corte ya había cerrado, pero aún tenía los bordes rojizos y probablemente se le haría una cicatriz. Como a todos los habitantes de su aldea.

–Sí...

–Bien jovencito, muchas gracias por ayudarme. A ti también Sasuke– el último también había ayudado con el mandado –¿qué les parece si los invito a comer conmigo?, ¿no tienes prisa por partir o sí Naruto?

–No, para nada – los ojos del rubio brillaron ante la mención de la comida. Debido a la emoción y por haber estado apresurando a su padre no desayunó como era debido.

–Bien, entonces vayan a jugar un rato. En una hora tendré listo todo.

–¡Gracias!–Naruto saltó de emoción mientras la mujer entraba a su casa y los dejaba a ellos en el pórtico – ¡prepare ramen por favor!, ¡con mucha carne de cerdo y pocas verduras!

–Veré qué puedo hacer –contestó la anciana.

–¡Perfecto, comeré ramen! –Naruto comenzó a dar brinquitos.

 –¿Qué es lo que querías ver aquí? – volvió a preguntar Sasuke con la intención de que parara de saltar.

Uzumaki tomó una pose pensativa. Sabía perfectamente que una hora no era suficiente para buscar la casa de Itachi y conocer a su hermano, así que decidió que iría ahí después de comer.

–Pues… si no es ahí no se me ocurr… ¡ya sé!, ver el famoso lugar donde Uchiha Madara, el viejo y Mito san tuvieron la batalla final.

Sasuke desaprobó su decisión, pero se encogió de hombros y comenzó a caminar –es por aquí.

 

 

Conforme andaban al corazón del barrio Uchiha, Naruto se dio cuenta de que el lugar era bastante grande y que había algunos edificios antiguos y deshabitados, con marcas de restauración. Sabía que Mito acabó con gran parte de los Uchiha, pero no tenía idea de que aunque las familias desaparecieron los edificios seguían en pie.

Los Uchiha eran sin duda extraños y aunque la explanada de la última batalla era igual a los dibujos que vio en los libros de historia, el ambiente que el lugar desprendía la hacía ver totalmente diferente.

 

A pesar de que Sasuke le dijo que no era guía de turistas, parecía un sabelotodo que se jactaba de serlo cada que le respondía alguna duda que tuviera sobre lo que veían.

En clase Naruto jamás le prestó atención a Iruka porque aprender de los monumentos y cosas históricas le aburría, pero se bebió las palabras de Sasuke con avidez. No era porque quisiera aprender todo lo que dijera, sino porque le gustaba escucharlo.

 

–Este es el monumento para conmemorar ese día – una vez más Naruto apreció una de las tantas estatuas en honor a Madara – y ese – Sasuke señaló una enorme casa a la derecha – era el antiguo hogar de Madara.

–Y ¿quién vive ahí ahora?, ¿Madara aún tiene descendientes vivos? – por una extraña razón Naruto no podía dejar de imaginar a una versión de su abuela Tsunade con el cabello negro como descendiente de Madara.

–No, ahí vive el Hokage y su familia.

–Ya… –Naruto fue corriendo hasta la casa para asomarse por una de las ventanas –debería ser un museo… nadie vive en la casa del viejo.

–¿De Hashirama? –Sasuke enarcó una ceja, no era la primera vez que escuchaba a Naruto referirse así a Hashirama Senju.

–Sí – Naruto fue hacia otra ventana –el Hokage está en una reunión ahora ¿crees que podamos entrar?

–No, ¿has estado en el hogar de Hashirama?

–Sí, varias veces. Aunque no es la gran cosa… lo único que vale la pena ver es su armadura.

–Tampoco hay algo interesante con el Hokage.

–Eso no es verdad – Naruto hizo una mueca y miró con duda a su interlocutor –debe estar el Fūin no Sho, el pergamino que el viejo le entregó a Madara. Ese que nadie puede abrir ni mover de lugar.

–No existe algo como eso.

–Claro que sí, mi abuela Tsunade me lo dijo.

–Tu abuela te mintió –Sasuke le dio un golpecito en la cabeza para que se desanimara y dejara de gritar –quien quiera que sea no puede saber eso.

Naruto se cruzó de brazos a modo de enfado–…ya, está bien, entiendo. Tú no debes ser lo suficientemente importante para conocer sobre el pergamino de los Kinjutsu.

Sasuke entrecerró los ojos –Dobe, no existe algo como eso en la casa del Hokage.

–¿Cómo puedes saberlo?

–Lo sé – Sasuke se cruzó de brazos y en cuanto escuchó a Naruto resoplar incrédulo no pudo evitar seguir hablando –y puedo demostrarlo.

–Ja claro, verás que no me equivoco teme. Y cuando lo compruebes tendrás que aceptar que yo tengo razón.

–Bien, es un trato. Y cuando sepas que estás equivocado… se me ocurrirá algo.

–No, eso no es justo. Debes de decir qué es lo que quieres ahora.

–Es que acaso tienes miedo, ¿crees que vas a perder?

–… NO, bien, no importa. Tengo la razón así que no me voy a preocupar.

Sasuke sonrió e iba a encaminarse a la puerta principal cuando vio que Naruto corría para saltar la verja del patio trasero –¿qué haces?

–Pues entrando a la casa, sino ¿cómo vamos a comprobar quién tiene la razón?

Sasuke negó levemente con la cabeza y lo siguió.

 

–Generalmente es fácil ingresar por la parte trasera de las casas, pero hay que tener cuidado. Aquí es donde suele haber trampas. – Naruto hizo todo un despliegue de actitud ninja mientras caminaban por el patio.

Por su parte el pelinegro caminó como si fuese por el parque.

–Listo, entramos – Naruto llegó hasta la puerta corrediza que separaba el patio trasero de la casa con una voltereta y entró con cautela al piso principal.

–Quítate los zapatos – lo regañó Sasuke al tiempo que se zafaba los suyos y los dejaba en la entrada.

–Ah, sí, es verdad… ¡Pero ocúltalos!, si alguien los ve nos van a descubrir.

–Serán tus gritos los que hagan que nos descubran. Además, ahora no hay nadie en la casa a parte de nosotros.

–Pero no sabemos cuándo volverán. No puedo creer que no sepas de esto, no tenemos que dejar ni una huella de nuestra presencia. ¿De verdad eres el mejor de tu generación?

–Cállate Dobe. Ya entramos, ahora verás que es una casa normal y no hay ningún pergamino de sellos malditos o similar.

–De verdad que eres ingenuo Teme –Naruto se pegó a la pared y se asomó por el pasillo que conectaba la entrada con una  salita interior –todas las casas de los grande líderes tienen secretos. Incluso en la mía los hay.

Sasuke entornó los ojos.

–Wow – cuando el rubio llegó a la sala no pudo evitar lanzar una exclamación de asombro y salir de su escondite –el Hokage es millonario – dijo al tiempo que señalaba los muebles, las paredes y todo lo que podía en la habitación.

Desde afuera Naruto vio que la casa del Hokage era grande, mucho más que la suya, pero no imaginó que por dentro se encontraría con sillones de madera finos, alfombras hechas con pieles de animales que se presumía eran místicos y armas ninja antiguas.

–Deja de gritar.

–Es que, lo ves, lo ves. Es tan grande y caro, ¿esto qué es? – se acercó a una especie de balanza de bronce con decorados en plata.

–¡No toques eso! – Sasuke intentó evitar que levantara el objeto de la mesa de centro pero no lo logró.

Ambos vieron como la balanza se venció a la izquierda y se desmanteló.

–Se rompió.

–No se rompió, lo rompiste ¡¿Por qué lo tocaste?!

Naruto resopló –porque no parecía que fuera tan débil. Olvida lo que dije, el Hokage debe comprar muchas imitaciones. Algo original no debería ser tan frágil.

–¡Eres un…

Pero Sasuke no pudo seguir hablando porque ambos escucharon como se abría la puerta principal.

–Alguien entró –Naruto intentó poner en pie la balanza y la dejó chueca, antes de lanzarse detrás de un sillón junto con Sasuke –¡dijiste que nadie vendría!

–Tú dijiste que no debíamos dejar pistas para que nos descubrieran.

Ambos se miraron mal.

–Tenemos que movernos –Naruto no quería seguir oculto detrás del sillón, estaban en un lugar bastante visible.

–Ven – Sasuke se fue a gatas de vuelta al pasillo y con cuidado abrió una puerta que Naruto antes había ignorado –entra.

Sasuke se hizo a un lado y una vez dentro Naruto se dio cuenta que estaban en el armario donde guardaban los utensilios de limpieza. El lugar era bastante pequeño y escasamente iluminado gracias a una ventana angosta en la parte superior, casi al ras del techo.

Naruto observó las escobas y trapeadores unos segundos antes de volver a sentir ese agradable aroma que había estado tentando sus sentidos desde esa mañana. De repente reparó en que estaba con Sasuke en un espacio diminuto y que su olor prácticamente lo envolvía.

Su pulso se aceleró e incluso creyó que podía escuchar a su corazón bombear sangre a todo su cuerpo.

El pelinegro le daba la espalda porque tenía la oreja pegada a la superficie de la puerta para escuchar lo que pasaba fuera. Así que no vio como se mordió el labio inferior y se acercó a él un poco más para poder aspirar su aroma. Casi rozó la punta de su nariz con su nuca.

–Creo que no hay nadie – Naruto no contó con que Sasuke se giraría en ese momento y por supuesto jamás imaginó que tendría sus labios a 2 centímetros de los suyos.

Sasuke no tuvo reacción, pero él sí. Dio un bote hacia atrás para mantener la distancia entre ellos, pero como se golpeó con el mango de un trapeador y metió un pie en una cubeta, perdió el equilibrio y en vez de alejarse fue hacia el frente.

Se besaron. Fue un ínfimo segundo, pero el suficiente como para que, a pesar de que el beso fuese acompañado por un golpe en su frente y la separación brusca significara otro golpe en la parte trasera de su cabeza, Naruto sintiera corrientes eléctricas naciendo en sus labios.

–Pero qué… –ambos se sobaron los golpes –¿qué estabas haciendo?

–Yo… –Naruto estaba sonrojado hasta las orejas – quería escuchar, no, no tenías por qué voltearte así, sin avisar.

–Lo hiciste a propósito.

–¡No!– el rubio tuvo una sobre reacción al ser acusado –¿Por qué haría algo como eso?

–Dijiste que te gustaba – Sasuke lo miró con arrogancia, parecía enojado pero no tanto como debería.

–¿Quién?, ¿Cómo?... nunca, estas mintiendo.

–Fue hace un momento, y ahora hiciste esto.

Naruto estaba tan ocupado negando y sumiéndose en el recuerdo de haber dicho que Sasuke le gustaba que no reparó en la leve mueca de satisfacción de su compañero.

–Te dije que no era en ese sentido… Era porque ¡creí que me agradabas pero ni de broma! no tendría por qué querer besarte. Olvídalo.

No quiso hacerlo, pero se limpió el beso y sin medir sus actos salió del armario empujando a Sasuke para que se apartara.

–Hazte a un lado.

Desafortunadamente para él el pasillo no estaba vació.

–¿Quién eres tú?

 

Notas finales:

Bsos. Yais.


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