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La respuesta por Yais

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Notas del capitulo:

Saludos, una disculpa por la tardanza. Voy a colgar este capítulo ahora y por la tarde (cuando vuelva del trabajo) responderé a sus lindos comentarios. Muchas gracias por dejarlos.

Este capítulo va dedicado a Haru Uzumaki :D.

Capítulo 5

 

Ese lunes, el equipo de Shikamaru decidió pasar toda la tarde en los terrenos del colegio. Ninguno de los integrantes quería volver a casa pues sus padres los pondrían a hacer más deberes.

Su plan era pasar el tiempo vagando y fingir que estuvieron entrenando toda la tarde, sin embargo, no pudieron cumplirlo pues el equipo de Naruto llegó a interrumpirlos.

–Se suponía que sin Naruto este día sería bastante tranquilo – Chouji y Shikamaru estaban sentados bajo la sombra de un árbol desde el cual miraban a Kiba, Akamaru y Lee practicar con ayuda de Sai.

Kiba era el tercer integrante del equipo de Shikamaru y como tal debía estar disfrutando de la calma. Pero no pudo evitar caer presa de las provocaciones de Sai y ahora se enfrentaba en duelo a Lee para demostrar algo que sólo él comprendía.

–Debimos ir a otro lugar – Shikamaru bostezó y se acomodó en el suelo para intentar dormitar. No le influía. En realidad él ya había imaginado que eso pasaría, pero siempre que no lo involucraran podían hacer lo que quisieran.

De hecho, le parecía muy extraño que ya estuviese oscureciendo y Uzumaki aún no apareciera gritando sobre lo emocionante que fue su visita al Interior. Muy extraño.

 

–¡Chicos! –de improvisto Sakura llegó corriendo hasta donde sus cinco compañeros de generación estaban y cuando se detuvo le faltó el aire para hablar, lo que puso ligeramente tensos a sus amigos.

–Sakura san – Lee fue el único que habló mientras se reunían alrededor de su compañera.

–Necesito su ayuda. Kiba, ¿puedes pedirle a Akamaru que encuentre a Naruto?

–Sí, ¿por qué?, ¿qué pasa?

–Estoy preocupada dicen que vieron a unos ninjas rebeldes vagando por la zona y… él desapareció.

–¿Cuándo volvió? – preguntó Sai.

–No lo sé, no lo vi… –la chica se mordió el labio inferior – dicen que un ninja del Interior lo llevó hasta su casa. Pero cuando fui a verlo ya no estaba ahí. El equipo de rastreadores está ocupado buscando a los rebeldes, pero si Naruto se topa con ellos antes podrían hacerle daño.

–Akamaru, ¿recuerdas el olor de Naruto? – Kiba le hizo señas a su compañero y éste ladró como respuesta –vamos a encontrarlo.

–Será mejor que comencemos por la parte norte del muro –instruyó Shikamaru –Naruto siempre va al norte cuando quiere estar solo, puede que ya no esté ahí pero seguro lo estuvo, Akamaru podrá seguir más fácil el rastro y lo encontraremos rápido. – Después de hablar miró a Sai.

–Sakura, vamos, nosotros revisaremos de este a oeste desde el aire– Sai invocó un ave de tinta y le hizo señas a la chica para que subiera junto con él – Lee lo hará por tierra. Después, si no lo encontramos, nos moveremos hacia el sur.

–Hai.

Tras decir aquello todos desaparecieron.

 

Efectivamente Naruto fue al norte, pero había caminado sin rumbo y ahora estaba bastante lejos de donde habitualmente paseaba. No le preocupaba porque aún no salía de los terrenos de Konoha Exterior, así que se sentía seguro.

Horas atrás Kakashi lo escoltó hasta su casa y cuando su madre les abrió la puerta, ella se quedó sin palabras por primera vez de todo el tiempo que tenía de conocerla.

–Minato sensei me dijo que lo trajera de vuelta –explicó Kakashi con voz tétrica antes de retirarse.

Naruto se quedó parado en el recibidor esperando a que su madre reaccionara y los segundos se le hicieron eternos hasta que ella se abalanzó sobre él para darle un abrazo.

–¿Estás bien?, verdad, ¿Naruto?

–…sí, ¿qué…

–Tu papá, ¿dónde está?, ¿cómo… ¿va a volver pronto?

–N-o, no lo sé. Mamá – Naruto sintió el cuerpo de su madre estremecerse cuando lo soltó.

–Naruto, necesito que me digas ¿qué…

Antes de que terminara de hablar alguien tocó a la puerta y sin esperar invitación entró su abuela Tsunade.

–Oh, Naruto – la recién llegada también miró al menor como si sintiese un gran alivio de verlo completo y después le dedicó una mirada preocupada a Kushina –¿dónde está Minato?

–Papá se quedó en el Interior, ¿qué es lo que pasa? – gruñó Naruto cansado de no saber el porqué del ambiente tenso.

–No, dinos tú qué fue lo que pasó – habló Tsunade –¿por qué venías escoltado por Kakashi?

Naruto lanzó una especie de gruñido mezclado con un suspiro antes de contarles a las dos mujeres lo ocurrido. Cuando terminó su relato ambas aún parecían tensas, pero sin duda mucho más relajadas que al principio.

–Naruto, ve a tu habitación.

Él creía que sería castigado por su madre y abuela, pero ambas estaban tan aliviadas por algo que él no sabía, que olvidaron reprenderlo. Fingió que se retiraba pero en realidad se quedó oculto detrás de una pared.

–Creí que habían intentado… hacerle algo.

–Tranquila Kushina, no hay forma de que Minato o el Hokage lo permitieran. Esperemos que sólo fuese una tontería de Naruto y que no traiga consecuencias más graves – Tsunade hizo una pausa –…como las que sufrirá si sigue escuchando conversaciones que no debe.

 

Después de oír eso Naruto fue corriendo hacia su habitación, aunque no se quedó ahí por mucho tiempo. Cuando estaba confundido no podía permanecer encerrado, sentía que se ahogaba, así que salió de la casa por la ventana.

Durante su caminata no dejó de pensar en lo ocurrido y lo dolido que se sentía. Se suponía que aquel día sería estupendo y que Sasuke se convertiría en un muy buen amigo suyo. Pero en vez de eso lo llamó ladrón, traidor y asesino, en una misma frase y con bastante convicción.

Todo porque se enteró de que era un Uzumaki. Él sabía lo mucho que sus antepasados sufrieron, y aunque siempre decía que quería ser un ninja excepcional para superar a su padre y proteger la aldea, muy en el fondo quería ser reconocido para limpiar el nombre de sus antepasados.

De Sasuke... creyó que porque Itachi lo aceptó, también él lo haría. Si no hubiese sido por ese tonto malentendido, si le hubiera dado la oportunidad de explicar.

Sería un poco vergonzoso decirle que siempre estuvo enamorado de Itachi y que creía que estando a su lado podría conservar una parte de él, pero no iba a negar la realidad.

Le gustaría entender cómo era posible que fuesen hermanos.

Se llevó una mano al rostro. No entendía por qué, pero perder a Sasuke le dolía tanto como haber perdido a Itachi.

Aunque Sasuke fuese muy diferente.

 

De pronto escuchó un ruido a su derecha y se ocultó detrás de un árbol cuando vio tres figuras sospechosas a cuatro metros de distancia de él. Lamentablemente no era el ninja más cuidadoso del mundo, así que en su intento por ocultarse pisó una rama y delató su ubicación.

Ahogó una exhalación de angustia y rezó por no ser descubierto. Lamentablemente no tuvo suerte pues varias kunai con etiquetas explosivas se clavaron en el árbol detrás del que se escondía. Dio un salto para esquivar la detonación y se alegró de haberlo hecho a tiempo pues el árbol desapareció.

–¡¿Quiénes son ustedes?! – ya sin opción para esconderse enfrentó a los extraños. Ellos estaban vestidos de negro de pies a cabeza y tenían los rostros cubiertos por máscaras blancas. Su uniforme era similar al de los anbu sólo que no podía identificar de qué aldea eran.

–Oh, un niño –la persona que lo atacó era una mujer, su figura y su voz la delató a pesar de su disfraz – yo me encargo.

Naruto seguía desarmado, así que lo único que pudo hacer fue esquivar los ataques que siguieron. Aquella chica sólo usaba herramientas ninja de largo alcance para atacarlo.

¿Qué hago? – Naruto miró a los otros dos que acompañaban a la mujer. Ninguno se movía aunque estaban bastante pendientes de él. Su única opción era huir, no creyó poder pero aun así lo intentó.

Sin embargo, apenas tuvo la intención cuando el más alto le impidió el paso.

–Lo siento, pero no te puedes ir. Nadie puede saber que escapamos por aquí – intentó hacerle una herida fatal en el pecho pero Naruto dio un salto y corrió en dirección opuesta, sólo para encontrarse con el tercero frente suyo.

–¿Por qué están perdiendo el tiempo? – en menos de lo que Uzumaki pudo parpadear sintió que un brazo de arena lo apresó contra el piso.

–¡¿Qué haces?, basta! Ga… no debes – la chica llegó corriendo hasta donde estaban.

–Lo voy a matar, no importa.

–Espera, nos vas a delatar – el otro intentó también detenerlo.

–Cállense o los mataré a ustedes también.  

–No-o uses la arena. Haz-lo con la kunai.

 

Naruto estaba bastante aterrado y aún más porque los otros dos también estaban asustados mientras discutían la forma como lo matarían.

Forcejeó, intentando liberarse, sin embargo no tenía espacio. La arena lo estaba ahogando. Lo mataría con la presión y lo último que vería sería esa máscara blanca.

 

–¡Naruto! – justo cuando estaba por sucumbir a la inconciencia, producto del dolor y la falta de aire, Lee apareció y le dio una patada al que lo sostenía. Directo en el estómago y bastante rápido. Con eso logró que su agresor aflojara el agarre y pudiera escapar – ¿estás bien?

–Sí – el rubio gateó un poco para alejarse y se dio cuenta de que probablemente tenía las costillas rotas. Le dolía mucho el pecho.

–Naruto – Sakura fue la segunda en llegar, bajó del ave de tinta antes de que ésta aterrizara y fue rápido a su lado para curarlo. –No te muevas, yo me encargo.

–Tú, ¡todos ustedes van a morir! – el recién golpeado no se tomó bien la patada e iba a atacarlos pero sus compañeros se lo impidieron.

–¡Basta! – la enmascarada volvió a crisparse y tras intercambiar miradas con su otro acompañante, ambos hicieron sellos con las manos para desmayar a su compañero.

El equipo de Naruto y Sakura sólo vieron como salieron huyendo de ahí.

–Voy a avisar a los anbu que se fueron por aquí – Sai se volvió a subir a su ave para irse. Mientras que Sakura y Lee se quedaron para llevar a Naruto con Tsunade.

Sakura intentó curar a Naruto, pero era apenas una principiante y aunque podía disminuir la gravedad de las heridas aún no podía curarlas del todo, mucho menos parar hemorragias internas o reparar huesos rotos.

 

Kushina estaba pasando un día fatal y ver a su hijo herido era la cereza del pastel. Así que a pesar de que Tsunade dijo que ya había controlado la hemorragia y que las costillas se le curarían pronto, ella estaba llorando.

 

–Naruto, tu madre se arrugará por el disgusto si sigues desobedeciendo así – Minato entró a la habitación del hospital asignada para su hijo hablando con tono jovial.

–¡Minato! – Kushina fue hasta él y lo abrazó –¿por qué tardaste tanto en volver? – después le dio un par de golpecitos en el pecho –no tienes idea de lo preocupada que he estado.

–Lo siento –Minato sonrió y le acarició la cabeza a su esposa –las cosas con el Hokage se alargaron y lo de los rebeldes. Siento haber dejado todo esto en tus manos – lo último lo dijo mirando a Tsunade.

–No es nada. Huyeron pero no lograron pasar la seguridad. Afortunadamente el único herido de gravedad fue Naruto.

–¿Cómo? – Kushina miró con rencor a su madre adoptiva y ella sonrió nerviosa.

–… sólo era unas costillas rotas, y ya están sanando.

 

–Lo siento – se disculpó Naruto. Él estaba recostado en la cama al centro de la habitación –por lo que pasó en el Interior y por salir de casa. ¿Todo está bien papá?

–ehh – Minato miró hacia el techo un par de segundos antes de sonreír –bueno, a parte de que prometí castigarte severamente por desobedecer las reglas de Konoha, no hay algo de lo que debas preocuparte.

El menor tembló y su rostro adquirió un tono azul –¿qué tan severo?

–¡Muy severo tebane! – con la llegada de Minato, Kushina se calmó al instante.

–No, mamá. Lo siento, de verdad lo siento.

–Yo también jovencito. No puedo creer que no hicieras caso a algo tan sencillo que te pedí.

A pesar de que Naruto lloriqueó para que sus padres reconsideraran el castigo o que fuera su papá el encargado de imponerlo, no logró que su futuro se viera menos gris. Así que se rindió a sufrir el castigo y prefirió dormir.

 

Después de descansar unas horas Naruto se despertó con un hambre voraz. A causa de la desazón y toda la adrenalina que liberó su cuerpo olvidó por completo que tenía hambre, pero ahora que volvía a estar relajado lo recordó.

Su abuela Tsunade hizo un trabajo estupendo curándolo, pues cuando se levantó de la cama ya no sintió tanto dolor y fue sin problemas a la puerta para llamar a alguna enfermera en el pasillo. Por desgracia no había un alma.

Salió de la habitación e iba en camino a la sala de descanso de las enfermeras, en busca de Shizune, cuando escuchó las voces de sus padres y abuela.

Se acercó con cuidado de no hacer ruido, aunque debido a que los adultos estaban enfrascados en un debate ninguno lo noto.

–¿Estás diciendo que te dijeron que mi Naruto tiene que volver mañana a enfrentarse en un duelo con el hijo de Fugaku? – dijó Kushina – pero está herido. Además, ¡¿cómo se atrevió a pedirte eso?! él sabe perfectamente que nosotros no podemos.

–No te preocupes Kushina… con lo del ataque ya no tendrá que hacerlo. Yo me disculparé por él. Cuando el Kazekage se vaya todo estará olvidado.

–Minato – Tsunade usaba un tono de voz bastante serio –entonces dirás que por el ataque no se presentará.

El menor se pegó a la pared con aprensión. Ahora lo recordaba. El Kazekage dijo que quería verlo pelear con Sasuke.

El corazón comenzó a bombearle bastante rápido. ¿Qué decían?, que no se presentaría al duelo. ¿Qué pasaría si no se presentaba? Definitivamente lo tacharían de cobarde. ¡¿En qué estaban pensando sus padres?!

–Sí.

–Pero, ¿si no nos hubieran atacado? – presionó Tsunade.

–Creo que le hubiera dicho a Naruto que se enfrentara a Sasuke. No sería correcto caer en el juego de Kazekage, pero la aldea quedaría en mal si no obedecía la orden de Hokage. Además, mientras más lo pensaba más creía que Naruto tomaría la decisión correcta.

–Pero Minato, nosotros menos que…

–Kushina, esto es mi culpa, jamás debí sugerir que me acompañara. Hablaré con los Kages mañana. Todos saben lo ocurrido porque ellos eran el objetivo del atentado. Cumplimos nuestro deber, y ya no pueden poner en entredicho nuestra lealtad.

 

Naruto regresó a su habitación otra vez sin apetito. De lo que había escuchado, entendía que su duelo con Sasuke sí debía ocurrir, pero que Minato lo excusaría ante los Kages por sus heridas. Y cuando el Kazekage partiera iba a quedarse así. Con él siendo un cobarde que manda a su padre a disculparse y dar la cara por él.

No podía permitir eso. Jamás. Pelearía con Sasuke. Era lo que tenía que hacer. Costillas rotas o no.

 

A la mañana siguiente estuvo bastante pendiente de los movimientos de todos los que lo rodeaban, su padre fue a visitarlo alrededor de las nueve de la mañana y cuando se retiró, él aprovechó que lo dejaron solo para invocar a un clon de sombra que lo remplazara en el hospital y nadie se diera cuenta de su huida.

 

Siguió a su padre en el camino hacia la puerta de entrada al Interior y lo vio bacilar frente a ella. Creyó que lo había descubierto, pero cuando entró desechó la idea.

Naruto salió de detrás del poste del que se escondía y miró la puerta con un gesto compungido. Olvidó por completo que no podía entrar sin una autorización desde dentro.

–¡Oigan! – gritó golpeando la madera roja –ábranme, soy Naruto, el gran Naruto Uzumaki, ¡tengo que entrar!

Golpeó durante dos minutos hasta que la madera hizo un chirrido y se abrió. A diferencia de cuando Minato la tocó no brilló, sino que las hojas simplemente se separaron, como si fuese una puerta normal.

Naruto miró el mismo escenario que viera el día anterior, sólo que lo recibió un adulto que no pasaba los veinticinco y lo observaba bastante serio.

–Ah… um… hola.

–Hola – respondió el joven entrecerrando los ojos – ¿qué quieres?

–Bueno pues… soy Naruto, tengo que ver al Hokage, se supone que debo tener un duelo hoy con Sasuke.

–Naruto eh – el otro caminó hacia él para intimidarlo y cuando estuvo lo suficientemente cerca puso una mano sobre su cabeza. Lo aplastó ligeramente mientras acercaba sus rostros para mirarlo fijamente un eterno minuto –entonces acompáñame.

El pequeño sintió escalofríos, pero lo siguió sin decir palabra pues cuando el joven se giró identificó el emblema de los Uchiha en su espalda.

–Físicamente eres igual a Minato sensei, pero él jamás gritaría frente a la puerta como tú, eso sólo lo haría alguien como Kushina – comentó el Uchiha mientras caminaba.

–Eh – Naruto fue a la par del adulto – ¿tú también fuiste alumno de mi papá?

–Sí, soy Obito – volvió a mirarlo, estaba verdaderamente fascinado con el parecido que había entre él y su padre. Volvió a revolverle el cabello.

Naruto se sonrojó ligeramente, Obito tenía una mirada bastante pesada y le incomodaba que lo tocara –podrías dejar de hacer eso –gruñó.

Obito se miró la mano sonriendo un milisegundo antes de volver al gesto serio. –Entonces ¿tendrás un duelo con Sasuke?, Minato sensei acaba de decir que eres uno de los heridos por el ataque de ayer.

Naruto se encogió de hombros –podría ganarle a ese teme aunque tuviera todos los huesos rotos.

–Lo dudo de un Uzumaki – Obito resopló con burla –pero de un hijo de Minato sensei, es algo que me gustaría ver.

–Entonces también eres uno de esos Uchiha – Naruto miró al mayor con el ceño fruncido.

Obito ya no le contestó. Sino que lo guio hasta el centro de la aldea, ahí donde estaba la torre del Hokage.

 

–Llegamos – le dijo cuando pararon frente a la puerta del edificio–yo les anunciaré que estás aquí –. Después de decir eso lo dejó fuera solo.

Naruto se balanceó sobre sus pies y se acarició el pecho. A pesar de que sus heridas no estaban curadas del todo se sentía bien y estaba seguro de que podría ganar. –Voy a darle las patadas que se mere…

Sin embargo no pudo terminar de hablar porque escuchó una voz conocida y al girarse alcanzó a distinguir a Sasuke. A su lado venía una muy sonriente y parlanchina Ino, y algunos pasos más atrás sus otros cuatro compañeros.

Naruto se quedó pasmado mientras veía a Sasuke. Su contrincante se veía bastante bien vestido completamente de negro, y el gesto desafiante le quedaba perfecto a su rostro. De verdad, Sasuke era capaz de hacer que todo a su alrededor desluciera.

Quedaron frente a frente. Naruto tragó toda la saliva acumulada en su boca y negó con brusquedad. Sasuke era un maldito bastardo que lo había insultado y como tal merecía un castigo. Ahora que tenía permiso de molerlo a golpes, se iba a enterar quién era Naruto Uzumaki.

–Naruto kun – Hinata habló para romper el hielo entre todos y así logró hacer reaccionar al mencionado.

–Sasuke – hizo un gesto bastante dramático al mostrarle la palma de su mano para que pudiera ver la cicatriz que le dejó la ceremonia antes de apuntarlo directamente a la frente con el dedo índice. – Ya no va a haber nada que me impida darte tu merecido. Yo, el gran Naruto Uzumaki, voy a acabar contigo.

El Uchiha se le quedó mirando unos segundos antes de darle un manotazo para que dejase de apuntarlo.

Naruto rabió e iba a volver a retarlo cuando del edificio salieron Obito, los Kages y su muy desconcertado padre.

–Naruto – Minato lo reprendió con tono serio y su hijo le sostuvo la mirada haciéndose el fuerte. Su papá debía entender que él tenía que pelear.

 

Sin ser muy consciente de cómo fue que llegó ahí, Naruto se vio a sí mismo parado a mitad del campo donde el día anterior fue el entrenamiento.

Aparentemente la voz se había corrido y varios aldeanos y ninjas estaban ahí para verlo pelear. Naruto supuso que el único que lo apoyaría sería su padre, así que se impresionó cuando vio a Rin hacerle gestos de ánimo y a Konohamaru junto con sus otros dos amigos gritarle “tú puedes”.

Miró de nuevo a su papá y aunque parecía a disgusto ya no pensaba en detenerlo. Naruto le sonrió ligeramente. Con tanta gente sabiendo lo de su duelo con Sasuke si él no se hubiera presentado habría sido el acabose.

 

Kakashi fue el encargado de explicarles que sólo podían utilizar las herramientas dentro del pequeño kit que les entregaron y recalcó que aquel era un duelo amistoso.

Usualmente Naruto le daría la mano a su contrincante, pero Sasuke no parecía compartir su costumbre. Para él era más natural ponerse en posición de ataque y esperar a que les anunciaran el inicio del duelo.

Naruto también se puso en guardia y en lo que esperaba a que Kakashi hiciera la señal volvió apreciar a Sasuke y el bonito tono carmesí que sus ojos adquirían cuando activaba el Sharingan.

Entonces Kakashi hizo un ademán para comenzar el duelo.

Naruto, acostumbrado al cuerpo a cuerpo fue directo por Sasuke. Él, por supuesto, no estaba familiarizado con las ventajas que el Sharingan le daba a su contrincante, así que no sabía que atacarlo de frente era una mala estrategia.

Justo como el día anterior Sasuke logró esquivarlo, pero ya no lo golpeó.

Naruto sí se esperaba aquel ataque así que también lo esquivó dando una voltereta hacia atrás. Por desgracia, con el movimiento brusco, sus costillas recién curadas le punzaron.

Naruto se llevó involuntariamente una mano al pecho y se acarició. Intentó recuperar el ritmo y contra atacar, pero Sasuke ya le había ganado en la intención e iba directo hacia él.

Uchiha le dio un golpe al estómago, no lo pudo esquivar, y tuvo que dar otras vueltas hacia atrás para ponerse en guardia. Gruñó ligeramente. Kami, le dolía bastante.

Siguieron peleando, Naruto acertando unos golpes, Sasuke otro tanto. Pero mientras más daño recibía Naruto el dolor en su pecho se hacía más agudo e incluso volvía a sentir que le faltaba el aire.

–Kage bunshin no jutsu – invocó a tres copias de él que se encargaron de ir por Sasuke en lo que se recuperaba.

Sasuke se deshizo de sus clones con bastante rapidez y como si se supiera el ganador se acercó a Naruto con pasos lentos mientras que en su brazo comenzaban a formarse destellos de rayos azules.

–Bien, yo también quiero terminar rápido con esto – Naruto sabía que ya no podía recibir más golpes y que mientras más rápido dejase a Sasuke inconsciente mejor. Así que al igual que su contrincante acumuló chacra en su mano, sólo que él formó una bola de energía que giraba como un remolino. Aquella era su técnica más poderosa.

–Rasengan – gritó mientras emprendía camino hacia Sasuke. El Uchiha también corrió hacia él. Ambos dispuestos a terminar aquello con una explosión de chacra. Pero no lograron su cometido.

Naruto apenas dio tres pasos cuando sintió que el dolor en su pecho fue tal que perdió todas las fuerzas. Su rasengan se desvaneció en su mano y cayó al suelo como un costal de papas.

Sasuke sorprendido paró su ataque.

–argh – Naruto se quejó y tosió sangre en el suelo. El aire no le llegaba, se ahogaba, el pecho le dolía de una forma terrible y entonces se desmayó.

–Naruto – a lo lejos escuchó la voz preocupada de su padre gritar.

 

Notas finales:

Sé que esto es un poco de relleno y medio raro, pero, créanme, era necesario para la historia.

Errores, avísenme plis.

Gracias por leer y comentar.

Bsos.

Yais


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