Seoul nunca fue una ciudad tranquila, ni de noche ni de día. Ese día no era una excepción, el cielo ya estaba totalmente oscuro pero la gente seguía por la calle. Coches pasaban de un lado a otro, posiblemente yendo a casa, a cenar, o quizás eran aquellas personas que salían al bar, con sus colegas, a beber y charlar un poquito. Los habitantes también acudían a sus compromisos, algunos más acelerados y otros con lentitud, disfrutando esa cálida noche. Los turistas paseaban, queriendo absorber en sus mentes todo lo que veían, aunque fuera de noche, para tenerlo grabado una vez regresaran a sus países o ciudades.
A pesar del ruido que había fuera y de las luces que iluminaban la ciudad, había un apartamento, perteneciente a 13 chicos, que ya estaba oscuro, silencioso. Todos dormían plácidamente sobre sus camas, agotados, descansando para afrontar el próximo ajetreado día de trabajo. Todos menos dos.
ByungJoo, conocido como B-Joo, de 20 años y perteneciente al grupo de hip-hop Topp Dogg, salia en esos instantes de su cama y de su cuarto, el cual compartía con Xero, para dirigirse al de HoJoon y Hansol. Asegurándose que el primero estaba completamente dormido se coló en la cama de Hansol y lo abrazó por la espalda, enterrando la cabeza en su cuello y dejando escapar su cálido aliento sobre él. El mayor suspiró muy ligeramente, agradecido de sentirlo.
-Hola.- pronunció bajo, pero perfectamente claro para los oídos del menor. Este no le contestó, sino que le besó en el cuello. Una, dos, tres veces. Hansol empezaba a suspirar irremediablemente.
-Byung... detente... HoJoon puede despertar...
-Pues no hagas ruido, hyung... Te extrañé.
-Hace mucho que no hacemos nada, no puedes pedirme que no haga ruido, te necesito...
Los brazos de B-Joo se enredaron en la cintura del mayor, posando un último beso en su cuello.
-No podemos hacer nada aquí.
-Ni aquí ni en ningún sitio, ¿esto nos lleva a algún lado?
-Podemos hacerlo cuando los demás no están.
-No pienso esconderme de todo para poder amarte, ByungJoo. Tarde o temprano lo descubrirán...
-¿Y que propones, hyung? No podemos decirles. Ni a ellos ni a nadie, no tendríamos su aprobación, y sinceramente no quiero alejarme de ti.- se quedaron momentáneamente callados, asustados, cuando HoJoon se removió un poco en su cama, pero volvieron a conversar en cuanto vieron que no sucedía nada más.- Y tengo miedo.
-No tienes porque tenerlo, mientras estemos juntos y nos amemos todo estará bien.
-Yo te amo, pero la presión... todo me puede.- el mayor se volteó para quedar de cara y poder mirarle a los ojos. Le besó suavemente los labios y correspondió el abrazo.
-Confía en mi, Byung. Todo saldrá bien. Sigamos como hasta ahora, aunque duela. Ya veremos lo que pasará después.- volvieron a juntar sus labios, esta vez cerrando los ojos y transmitiendo sus sentimientos con el contacto, disfrutándolo y agradeciéndolo.
Para esta pareja las cosas no eran fáciles. ByungJoo y Hansol habían empezado a liarse alrededor de dos meses después de su debut, concretamente el día de Navidad, en el cual, por alguna razón que desconocían, se habían quedado solos en la casa. Desde entonces cada vez que podían esconderse o se encontraban solos en cualquier lado donde nadie pudiera verlos, aprovechaban para besarse y toquetearse. Después de un mes, es decir, el 25 de Enero, decidieron “formalizar” su relación. Empezaron a ser novios, si es que se les podía llamar de esa forma. Nadie sabía lo que había entre ellos, ni siquiera sus propios compañeros de grupo. En realidad estaban igual a antes de que lo formalizaran, solo que a partir de ese instante empezaron a ser más posesivos y celosos con el otro, y llevaron su relación a un nivel superior. El sexo se había vuelto una costumbre para ellos, cada vez que tenían oportunidad lo hacían, fuese donde fuese. En alguna ocasión incluso lo habían hecho en el apartamento con los demás en él sin que nadie se diera cuenta. Por lo general se tenían que conformar con algún cuartucho poco utilizado en la empresa, pero cuando conseguían el apartamento para ellos, aquello se volvía un caos. Su lugar preferido era el cuarto del menor, al cuál acudían cada vez que podían, pero, cuando los demás estaban en el apartamento, o tenían poco tiempo y no les llegaba para cambiar las sábanas de la cama del menor, recurrían a la bañera, aunque esta fuera algo incómoda.
La de sustos que se habrían llevado por hacerlo ahí. Jenissi y Yano parecían amar interrumpirles en aquellos íntimos momentos en el baño, puesto que eran ellos los que casi siempre iban a avisarles de que salieran de la ducha. No era algo extraño para los demás que se duchasen juntos, ni ellos ni nadie, puesto que a veces lo hacían para ahorrar agua o simplemente por falta de tiempo. Tampoco es como si a ellos les importase mucho, el que les interrumpieran solo hacía crecer el morbo, y B-Joo seguía embistiendo el pequeño cuerpo de su hyung mientras este intentaba pronunciar alguna frase coherente para que la persona que estaba del otro lado de la puerta. Por lo general, tras esa interrupción ambos llegan al clímax, se limpian rápidamente y salen del baño como si nada hubiese sucedido ahí dentro. Hansol se acerca a Xero y se sienta a su lado, dedicándole una sonrisa al menor, siendo correspondida de inmediato por este, y B-Joo va a la cocina para ver si podía conseguir algo de comer, posiblemente haciéndole ojitos a quien fuera que estuviese en la cocina para que le alimentase.
ByungJoo se acurrucó más contra el mayor, cerrando los ojos y sintiendo su calor, mientras este apretaba el abrazo y le besaba la cabeza, cariñoso.
-Deberías ir ya a tu cama, ha sido un día agotador y estamos muy cansados... Podríamos quedarnos dormidos en cualquier momento.- ByungJoo hizo un ruidito afirmativo con la garganta, pero no se movió. Hansol tampoco volvió a decir nada más, tan solo se quedaron en silencio escuchando la respiración del otro, relajados, hasta que estas se acompasaron totalmente en el momento que estos se entregaron a los brazos de Morfeo, entrelazados.
Cuando a la mañana siguiente el despertador sonó, lo primero que Hansol pensó fue que estaba muy cómodo y calentito y que no quería moverse de la cama, lo siguiente fue las tremendas ganas que tenía de un chocolate caliente. Pensando en la perspectiva de poder tomarlo, sonrió y abrazó aún más a lo que fuera que había tenido abrazado toda la noche. Algo empezó a molestarle entonces, ¿qué demonios estaba abrazando? Con las manos intentó descubrir que era, llegando a la conclusión de que era una persona, concretamente un hombre, uno que le estaba abrazando con fuerza. Un murmuro proveniente de la cama contigua le hizo salir de su ensoñación.
-Mmh... Hansol, apaga eso...- el nombrado abrió los ojos de golpe, encontrándose con la pacífica cara de B-Joo profundamente dormido justo delante suya. Se movió ligeramente para no interrumpir el sueño de ninguno de los otros dos que estaban ahí y apagó el despertador.
-Hyung, ¿estás despierto?- al no oír contestación de su hyung suspiró aliviado y movió a B-Joo suavemente.- B-Joo... despierta...- este gimió al verse sacado de su sueño y parpadeó, sonriendo al ver a su novio a esas horas de la mañana.
-Que bien sienta que seas lo primero que veo al despertar, hyung...- el mayor sonrió levemente, aunque estaba preocupado, y se separó de él.
-Ya todos deben estar despertándose, debes salir ahora.- el mayor suspiró y asintió, depositando un suave beso en los labios del mayor.- Te amo.
-Te amo también, hyung.- salió de la cama del mayor y con mucho cuidado abrió la puerta, asegurándose de que nadie le veía. Sonrió de nuevo hacia Hansol y salió definitivamente hacia la cocina. Hansol se estiró perezosamente y se levantó, lanzándole un cojín a HoJoon.
-Vago, es hora de despertarse.
-Mmh... un ratito más...
-Ya es tarde, hyung. Levántate.
-No quiero.- replicó como si fuera un niño pequeño, haciendo reír al menor.
-Voy a hacer el desayuno, ten en cuenta que es posible que te quedes sin pronto.- de inmediato el mayor abrió los ojos, alarmado.
-Ya voy, hyung. ¡No dejes que me quiten mi desayuno!- Hansol soltó una carcajada y salió de la habitación, donde tan solo se encontraba B-Joo de espaldas a él. Se acercó en silencio y le abrazo por la espalda, depositando un beso en su cuello, haciendo que se sobresaltara.
-¡Hyung, no me asustes de esta forma!- el mayor rió y se separó de él para empezar a hacer el desayuno.
-Buenos días a ti también, ByungJoo.- tras recuperarse del leve susto, sonrió.
-Buenos días, hyung.
-Buenos días mis pequeños, ¿cómo habéis dormido?- apareció Jenissi alegre, dedicándoles una sonrisa a cada uno.
-De maravilla, ¿y tú, hyung?- contestó Hansol, mientras que B-Joo asintió con la cabeza para afirmar las palabras de su novio.
-Muy bien, me siento totalmente recuperado para empezar un nuevo día.
-Pues serás el único.- se quejó Xero entrando en la cocina con cara de mala leche.
-Aww Xero, no pongas esa carita, te saldrán arrugas.- habló Seogoong provocándole un leve sobresalto al no esperárselo.
-¡Estúpido! No me asustes.- esa interacción entre ambos hizo reír a todos los presentes, incluyendo a A-Tom y a Nakta que acababan de levantarse. Una vez todos estuvieron sentados Hansol puso el desayuno en la mesa con la ayuda de Kidoh.
-¿Tu no desayunas, hyung?- preguntó B-Joo girándose hacia Hansol. Este le sonrió y asintió, señalando hacia el microondas encendido.
-Se está calentando.- cuando el pitido del microondas advirtió de que el desayuno ya estaba caliente Hansol se levantó y se dirigió hacia él relamiéndose los labios. El olor a chocolate inundó las fosas nasales de cada uno de ellos, haciendo que automáticamente sus bocas se llenaran de saliva.
-¡Chocolate caliente! ¡Yo también quiero!- chilló Xero caprichosamente. Hansol le sacó la lengua, divertido.
-Pues te lo haces tu, irrespetuoso.
-¡Hyung!- añadió hinchando los mofletes. Hansol estiró un poco el brazo y le picó la mejilla, deshinchándola.
-Ahora ya no, pero te dejo darle un sorbito al mío. Pero pequeñito, ¿eh?- advirtió pasándole la taza. Xero sonrió feliz, como un niño con un juguete nuevo y agarró la taza, soltándola de inmediato al quemarse las manos.
-¡Malvado, quema!- todos rieron exageradamente al ver la reacción de Xero y Hansol volvió a tomar su taza, dándole un sorbo.- ¿Cómo puedes beberlo tan ardiente?
-Me gusta caliente, sabe mejor.- le contestó Hansol divertido, casi dándole doble sentido, haciendo sonrojar a B-Joo, quien se escondió tras su desayuno, evitando ser visto por los demás.
-¡Serás sucio!- gritó SangDo en broma, haciendo reír a Hansol.
-Bien, bien. Suficientes risas por ahora, luego seguiremos riendo. De momento terminad de desayunar y arreglaros, que tenemos que irnos.- habló P-Goon, terminándose su café. Todos se apresuraron a desayunar y a vestirse. Una hora después todos estaban en la furgoneta listos para trabajar.
Cuando regresaron a casa ya eran más de las 8 de la tarde. Llegaron cansados y sin ganas de hacer nada, por lo que todos se desplomaron en los sofás mientras Jenissi llamaba para pedir unas pizzas.
-¿Ponemos una peli?- preguntó Kidoh, desesperezándose un poco.
-¿Qué tal una de miedo?- propuso P-Goon. Ante la negativa de algunos de los otros, terminaron por decidir ver una comedia romántica. En cuanto las pizzas llegaron todos se acomodaron en los sofás y butacas del comedor y pusieron la película. En uno de los sofás estaban B-Joo, Hansol, Xero y Seogoong, en el otro Jenissi, P-Goon, Nakta y Kidoh. Yano se había colocado en una de las butacas, mientras que en la de su derecha estaban Gohn y A-Tom, y en la de su izquierda SangDo y HoJoon. Empezaron a comer con ansia mientras empezaba la película y, pronto, ya no hubo más pizza. Hansol se recostó sobe B-Joo, apoyando la cabeza en su pecho y rodeándolo con uno de sus brazos tras taparse a ambos con una manta. Uno de los brazos de ByungJoo rodeó la cintura del mayor, coló la mano bajo su ropa y le acarició lentamente su costado. Poco a poco, Hansol cerró los ojos y se relajó hasta tal punto que se quedó dormido sin hacer caso a las exageradas risas de los demás.
Pero no era el único, Jenissi, Seogoong y SangDo también se habían quedado dormidos al poco tiempo. A media película B-Joo, informando de que se iría a dormir, se levantó agarrando a Hansol como si fuese una princesa, se giró hacia HoJoon y le sonrió.
-Yo le llevaré a vuestro cuarto, ¿si?- su hyung le sonrió y asintió agradecido y le deseó buenas noches. Tras despedirse del resto se dirigió al cuarto de su hyung y, después de cerrar la puerta, lo depositó sobre la cama y empezó a darle besitos de mariposa por toda la cara hasta que se despertó soltando un quejido,
-Mmh, ¿qué haces, Byung?
-Te doy besitos para que te despiertes y me desees buenas noches.- Hansol rió ligeramente y le detuvo con una mano para poder besarle en los labios suavemente.
-Buenas noches, bebé.- dijo una vez se hubieron separado. El menor le sonrió y le besó de nuevo.
-Buenas noches, hyung. Te quiero.- añadió antes de salir por la puerta, sin oír el “yo también” de su novio.
Al día siguiente Hansol se despertó con una deliciosa presión en los labios que le hizo sonreí. Sin abrir los ojos, sabiendo ya quien era, correspondió el beso pasando los brazos por su cuello, soltando un pequeño gemido. Mordió el labio ajeno e introdujo la lengua en su boca, consiguiendo el control de la situación. Un rato después se separaron para coger aire y por fin Hansol abrió los ojos.
-Buenos días, Byunggie.- dijo una vez que hubo recuperado el oxigeno que había perdido en ese fogoso beso.
-Muy buenos días, dirás. Te has despertado muy cariñoso y juguetón hoy, ¿eh?- le contestó divertido, haciendo que Hansol se sonrojase.
-¿Cómo es que te has despertado antes que yo?
-Al parecer se te olvidó poner la alarma, ya todos están despiertos.- de inmediato Hansol se incorporó y B-Joo se rió al ver su cara de desesperación.- Tranquilo, Jenissi y Kidoh se están ocupando del desayuno.
-Está bien. Necesito una ducha.- comentó sugerente, pasando sus dedos por el abdomen del menor.- ¿Te apetece?
-Nop.- se negó, sorprendiendo a Hansol. Rió y se explicó, contento.- Hyung ha dicho que tenemos la tarde libre y todos han hecho planes. Tenemos la casa para nosotros solos.
-¿En serio?- preguntó incrédulo, al ver al menor asentir sonrió exageradamente y le dio un pico.- Está bien. Ve a desayunar, me ducho y en seguida voy. yo.
Tras salir B-Joo de la habitación sonrió y se levantó, cogió ropa para cambiarse y se dirigió al baño felizmente. Se desnudó y se metió en la ducha, apoyándose en la fría pared mientras el agua caliente caía sobre su rostro.
-Podría al menos haberse ocupado de esto, ¿cómo se supone que voy a esperar con este problema hasta la tarde?- susurró mirando hacia su erección matutina.- ¿No puedes simplemente esperar un rato?- suspiró y arrastró su mano por su cuerpo hasta llegar a ella, envolviéndola con sus manos y maldiciendo de nuevo a su novio por dejarle así. Movió inconscientemente la mano y en seguida la visión de B-Joo se formó en su mente, excitándolo más si eso era posible. Su mano izquierda voló hasta su boca para evitar que sus gemidos, por muy pequeños que fueran, salieran de ella. Cuando terminó un rato más tarde, se apresuró a limpiarse y salir rápido hacia la cocina, esperando que le hubiesen guardado algo para desayunar.
La mañana pasó rápido dado que solo tenían que ensayar sus coreografías. Comieron todos juntos en un restaurante cercano a la compañía al que solían asistir cuando tenían poco tiempo para comer y volver al trabajo. Todos charlaron amenamente sobre trivialidades, sobre la película que habían visto la noche anterior, sobre las ganas que tenían de ir a dar una vuelta esa tarde, lo que haría cada uno,... Hansol y B-Joo acordaron en decir que irían de compras, nadie se apuntaría.
-Aún no entiendo como puedes acompañar a Hansol a comprar, ByungJoo.- mencionó Gohn cuando informaron sobre eso. B-Joo se encogió de hombros.
-Es como un aspecto de nuestra amistad. Él me acompaña a ver a mis padres y yo voy con él de compras, las gallinas que entran por las que van saliendo.*- dijo haciendo reír a todos, incluso a Hansol, aunque sabía que de alguna forma se estaban metiendo con él.
Poco a poco todos se levantaron de la mesa y cada uno fue por su lado. La pareja se dirigió a la primera tienda de ropa que vieron que a Hansol le interesó para despistar a los demás y estuvieron alrededor de una hora yendo de acá para allá. Cuando pensaron que fue suficiente, se dirigieron hacia el piso en absoluto silencio. B-Joo abrió la puerta del piso y pasó detrás de Hansol, cerrando con delicadeza.
-¡Hola!- gritó Hansol, para asegurarse que no había nadie en la casa. Tras no oír ninguna contestación, sonrió y se volteó hacia su novio, besándole con ansias. ByungJoo rió entre besos y andó abrazado a Hansol hasta su habitación, empezando a desabotonarle la camisa. Al llegar a su habitación se la quitó y la lanzó lejos, empujó a Hansol sobre su cama y se puso encima de él, depositando sus manos a cada lado de su cabeza. Volvió a juntar sus labios y fue bajando despacio, sin intención de dejar marca en el blanco cuello del mayor. Hansol cerró los ojos disfrutando del contacto, soltando varios suspiros que ya empezaban a tomar la forma de un gemido. Su cara se volteó ligeramente hacia la derecha y su pecho subía y bajaba rápidamente por culpa de la excitación. B-Joo seguía bajando, ya había alcanzado los pezones del menor y jugaba pasando la lengua por ellos, y su mano, casi experta, intentaba desabrochar el pantalón ajeno. El placer que atacó a Hansol le obligó a abrir los ojos, quedándose en shock de inmediato. El menor, al darse cuenta de la tensión en el cuerpo de su novio, regresó a su cara y le besó en la mejilla.
-¿Qué pasa?- al ver hacia donde miraba dirigió su vista también hacia aquel lugar. Sus ojos se abrieron completamente al ver a dos de sus compañeros en la cama contigua en no mucha mejor condición que ellos. Xero, aún vestido, se encontraba totalmente tumbado en la cama, aprisionado por un medio desnudo Seogoong. Ambos les miraban atentamente, igual de sorprendidos que ellos.
Tras unos minutos de silencio, Xero se atrevió a hablar.
-Bueno, al menos ya sabemos porque en esta habitación siempre huele a sexo.
FIN