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Instinto por keromi

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Shingeki no Kyojin es propiedad de Hajime Isayama.


ADVERTENCIAS: Contenido sexual explícito, uso deliberado de lenguaje fuerte, temas adultos tratados de modo detallado, dinámicas Alfa/Beta/Omega.

Notas del capitulo:

Notas y comentarios al final del capítulo.

INSTINTO

a328;a362;óa356;a359;a351;a359;

 

El sonido de la lluvia perforaba sus oídos, haciendo que los tacones de sus zapatos golpearan duramente contra el concreto y resonara por todo el pasillo. En su gélida mirada se podía distinguir que no se encontraba de humor en esos momentos, bueno, como si alguna vez lo estuviera del todo. Pero no era su culpa, era culpa de los estúpidos a los que llamaba subordinados, los malditos imbéciles lo habían despertado a las cuatro de la madrugada, sin importar que afuera se estuviera cayendo el cielo prácticamente. Joder, lo único que quería en ese momento era volver a su cálida cama, pero eso era algo que no pasaría pronto. Aparentemente habían encontrado un pequeño grupo de sobrevivientes de la masacre en Shiganshina y ahora los mantenían en custodia.

Sin dejar de caminar, un joven soldado se acercó a él con algo de nerviosismo. —Capitán, el comandante lo está esperando en su despacho.

—Hm, llegaré en un momento, gracias por informarme.

El soldado dio una pequeña reverencia y como vino, se fue. Los soldados beta son buen material, eficaces y obedientes, a pesar de no ser del todo fuertes, sus habilidades recompensaban varios aspectos de su raza.

Betas.

La segunda raza del sistema jerárquico.

Por si se preguntarán, el sistema jerárquico estaba compuesto por tres diferentes tipos de razas. Los alfa, los beta y los omega.

Los alfa se caracterizaban por ser la raza dominante; fuertes, altos y veloces. Primeros en la jerarquía. Una raza sin fallas, casi perfecta tal vez. Para ellos se destinaban los altos mandos, además de que su carácter duro y perseverante era el ideal. Los alfa mayormente formaban lazos de pareja con un omega, rara vez con un beta. Hablando en el sentido animalístico, ellos eran posesivos y celosos sobre su pareja, defendiéndolos de cualquier posible amenaza. Al ser perpetuamente los "machos", sin importar el sexo, se encargaban de dejar encinta a su pareja, para así dejar descendencia fértil. Podría decirse que esa era la meta de vida de un alfa.

Los beta por otra parte, tenían diferentes puntos de vista. Siendo la segunda raza en la jerarquía, eran menos veloces y fuertes que los alfa, pero muy capaces. Ellos no estaban muy interesados en procrearse, sus mayores aspiraciones eran ser subordinados de los alfa y acatar sus órdenes. Era como si existieran para ser mandados, lo disfrutaban. A pesar de eso, ellos podían emparejarse con un alfa o con un omega. Las hembras beta sin embargo, muy difícilmente podían quedar embarazas de un alfa, además de que el proceso era muy doloroso. Los hombre beta por su parte, no podían quedar embarazados y no tenían mucho interés en procrear con un omega. Es por eso que eran perfectos para las labores arduas.

Por último se encontraban los omegas, la tercera raza en la jerarquía. Eran conocido como las "hembras" de los alfa. Su labor era impregnarse y dar a luz nueva descendencia. De corta estatura y apariencia frágil, los omega estaban diseñados para ser madres, dentro de ellos existía un instinto de formar lazos de pareja permanentes. Una vez que eran marcados por un alfa, estos se volvían enfermamente sumisos y necesitaban constantemente de la protección y cariño de su alfa para así poder sentirse completos. Como madres eran amorosos, protectores y su cuerpo desprendía feromonas que hacía que las crías sintieran paz y tranquilidad.

Así es, los omega eran considerados la especie más sumisa y delicada de todas.

Madres entregadas al pie de la letra.

Todo lo que Rivaille no era.

Tosco.

Malhumorado.

Fuerte.

Indiferente.

Eran unas cuantas de todas las cualidades que poseía, cualidades muy lejanas de su raza. No es que repudiara el hecho de ser un omega, pero no planeaba que su cuerpo e instintos se interpusieran en todo lo que había logrado en tantos años. Había llegado a ser la mano derecha del comandante Irvin Smith, un alfa, y eso era algo que no era muy propio de un omega como él. Años de esfuerzo, sudor y sangre para llegar a donde estaba hoy en día. Demostrando a todas esas sucias alimañas que los omega podían ser algo más que fábricas de crías. Él era capaz de estar a la altura de un alfa, inclusive aún más.

Tocó bruscamente la puerta que ahora se encontraba delante de él, esperando a que le dieran una indicación de pasar. Pronto escuchó como una voz profunda dijo "Adelante", acto seguido abrió la puerta y entró.

—Irvin, me informaron que el grupo de exploración encontró un grupo de sobrevivientes. —Dijo Rivaille una vez dentro, observando con algo de desagrado como el despacho se encontraba desordenado. Él odiaba el desorden tanto como odiaba ser menospreciado.

—Así es, aparentemente eran habitantes de una zona un tanto alejado del centro de Shiganshina, consiguiendo escapar a duras penas. —Murmuró el rubio, dejando un par de papeles sobre el escritorio.—Te llamé porque necesito de tu ayuda para revisar si alguno de ellos tiene información referente al ataque.

Al escuchar esto, el más bajo alzó una ceja en incredulidad. —¿Qué clase de información podrían darnos? Debieron de estar muy ocupados tratando de salvar sus pellejos como para procesar lo que ocurría a su alrededor.

—Uno nunca sabe, así que deja esa actitud tuya y acompáñame. —Irvin se puso en pie, ganándose un bufido de la persona que tenía enfrente. —Por cierto, si fuera tú me andaría con cuidado. —Murmuró en un tono extraño.

— ¿Ah? ¿A qué te refieres con eso?—Preguntó un tanto irritado.

—No sabemos si se encuentran alfas en ese grupo, así que deberías de ser precavido.—Sonrió de medio lado, tomando un tono medio en broma y medio serio.

El azabache captó inmediatamente a lo que se refería y no pudo evitar sentir como la sangre comenzaba a hervirle, rechinando sus dientes en ira. —Si tienes tiempo de andar diciendo estupideces como esas, entonces sal del camino antes de que te saque yo de una patada.—Dicho esto pasó de largo y abrió la puerta de una mala manera para caminar directamente a su destino, sin siquiera molestarse en cerciorar que el rubio le siguiera.

Si su humor estaba jodido por haberle levantado a las cuatro de la madrugada, ahora estaba peor. Lo que más detestaba es que ese bastardo tenía razón. Él era lo que se conocía como omega no marcado lo que significaba que no tenía un alfa y por lo tanto era propenso a que uno intentara algo contra su persona. Pero no iba a dejar que eso le afectase, no señor. Suficiente tenía con que su cuerpo entrara en ciclos de apareamiento cada determinado tiempo, tiempo por el cual debía encerrarse en su habitación, colocando toallas o ropa en las ventanas y puertas, cualquier cosa para que su esencia no se colara y atrajera atención indeseada. Pasaba todo el día tocándose, tratando de apaciguar su cuerpo ardiente. La lubricación chorreaba entre sus piernas y manchaba las sábanas, cualquier caricia lo volvía loco. Durante esa etapa su cuerpo se encontraba sensible y fértil, dispuesto a entregarse a cualquier alfa que lo tocase. Irvin trató en reiteradas ocasiones en aparearse con él y marcarlo, pero este siempre se negó rotundamente, a pesar de estar a punto de sucumbir antes sus deseos. Rivaille no buscaba formar un lazo de pareja, además que no sentía gran apego al comandante. Es por eso que escondía muy bien su esencia y se contralaba ante la esencia que emitían otros alfas.

Él no necesitaba estar rodeado de los brazos de un alfa para sentirse seguro de sí mismo.

Al menos eso pensó toda su vida.

Hasta que lo vio.

-x-o-x

Prontamente llegaron al almacén donde se encontraba el pequeño grupo de sobrevivientes, arrinconados unos contra otros con el miedo a flor de piel. Era obvio, se podía apreciar en las feromonas que desprendían sus cuerpos temblantes de frío. Unos cuantos soldados intentaban calmarlos y colocaban mantas sobre ellos para que así la estancia fuera un tanto soportable.

Fue entonces cuando algo golpeó su rostro. Como una cachetada dura y seca.

Un aroma que era diferente a los demás, que no era miedo ni disforia. Un aroma que irradiaba ira y dominancia. Su cuerpo se contrajo al sentirse invadido por esa fuerte esencia, provocando que se sintiera como una muñeca de trapo. Ladeo su cabeza levemente en un intento furtivo de encontrar al causante de esto.

Gran error.

Sus ojos olivo fueron interceptados por grande orbes turquesa, orbes que derramaban rabia pura.

Orbes que gritaban dominante en todo el sentido de la palabra.

Supo que era un alfa en el momento que sus fosas nasales fueron llenadas de tan peculiar aroma.

Sintió como su cuerpo gritaba por dentro. Como si quemara y de pronto hubiera calor a pesar de la fuerte tormenta ahí afuera. Era como si su piel escalara y tuviera la necesidad de arrancarse la ropa.

—Los asesinaré a todos...

Rivaille se tensó al escuchar aquella voz rasposa y grave, sus piernas temblantes y su respiración entrecortada le dieron a entender la gravedad de la situación en la que se encontraba.

—Los asesinaré, hasta que paguen todo lo que hicieron... Esos malditos y sucios bastardos. —Masculló el muchacho entre dientes, empuñando sus manos hasta casi volverlas blancas debido a la fuerza.

Dominante.

Fue todo lo que pensó Rivaille en ese momento. Tuvo que hacer uso de su autocontrol para no lanzarse contra el chico en ese preciso instante a la vista de todos.

Es él, es él, es él, quieres que te marque, quieres que te haga suyo, entrégate a él como la pequeña ramera que eres, gime para él, suplícale que te toque, que te ensucie, que te rompa.

— ¿Estas bien, Rivaille?—Preguntó Irvin algo consternado, colocando una mano sobre su hombro.

El mencionado saltó ante el contacto y se apartó bruscamente. Su esencia amenazaba con escapar si seguía así. —Estoy bien. —Respondió secamente.

Irvin le miró por un momento, para luego dirigirse a uno de los soldados y preguntar la gravedad de la situación.

—Comandante, los habitantes están demasiado asustados como para hablar, necesitamos algo de tiempo para que puedan asimilar las cosas. Además...—El soldado carraspeo un poco antes de continuar. —Estamos teniendo problemas con uno de ellos...

El comandante supo a quien se refería, era normal para un alfa sentir cuando otro estaba cerca, en especial si se encontraba tan alterado como aquel. Miró al muchacho por un momento y endureció la mirada.

Era demasiado agresivo para su gusto. Pero al parecer era el único que pensaba eso, pensó al dirigir su mirada a Rivaille, quien no despegaba la vista del muchacho en el suelo.

— ¿Cuál es el nombre del chico?—Preguntó Irvin mirando al soldado nuevamente.

—Eren Jaeger, señor.

—En ese caso tendremos que ponerlo bajo custo-...

—Yo me encargaré de él. —Interrumpió Rivaille, observando indiferentemente a los hombres delante de él. —Tal vez ustedes no sean lo suficientemente capaces como para controlar a un simple mocoso como él, pero yo sí. —Sentenció con orgullo en su voz.

No iba a dejar que un alfa cualquiera hiciera estragos en su mente así como así.

Su esfuerzo no iba a ser arruinado por un mocoso como él.

No. Le iba a demostrar que él seguía teniendo el mando a pesar de todo. 

Le iba a demostrar que él no era un omega en mente.

Rivaille siempre seria el dominante y eso jamás iba a  cambiar.

Notas finales:

Ya había posteado esto en fanfiction.net pero también me gustaría postearlo aquí ya que es una de mis páginas favoritas<3. Como ya les había dicho anteriormente, este es un fanfiction con temática omegaverse, osea que los personajes tienen conductas animales en ciertos casos(?).Verán de lo que hablo más adelante, espero que les haya gustado este prólogo. c:

Si tienen alguna duda, pregunta y/o sugerencia acerca del fanfiction o de la temática en si, no tengan miedo de dejar un review y con gusto responderé.

Eso sería todo, espero con muchas ansias saber sus opiniones. <3


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