POV KRIS
La luz molesta del sol hizo que abandonara mis sueños. Abrí mis ojos poco a poco molesto por ese despertar. Me faltaba algo entre los brazos, recuerdo haber tenido una noche maravillosa y cálida. Pero ahora lo único que podía sentir era frío a pesar de que me cubría una camisa que yo no había puesto ahí. Retiré la camisa extrañado, y al hacerlo pude notar mi camiseta húmeda en la zona de mi pecho.
- Joomyun… - a mi mente vinieron todos los recuerdos de anoche.
Me levanté en seguida, anoche había salvado a Suho de un hijo de puta y lo había traído a casa. Busqué con mi vista adormilado. Sobre la mesa pequeña de la sala había un papel. Me acerqué y lo leí, tampoco había mucho…solo un simple “Gracias”. Asimilé que ya se había marchado, y eso dejó un gran vacío en mi pecho. Imágenes del sueño que tuve anoche vinieron a mi cabeza, me sentía realmente avergonzado por haber soñado con mi profesor. Y encima lo había besado… abrí los ojos sorprendido. Mi mano se movió sola hacia mi pecho y tocó la camisa mojada. Subí la camiseta un poco y pude percibir un delicioso olor a champú. No había sido un sueño, había besado accidentalmente a Suho. Bueno no accidentalmente, ya que aunque creí que lo besaba y abrazaba en sueños seguía pensando en él.
- Esto no me puede estar pasando, que quisiera ayudarlo ayer no significa que me guste…¿verdad?...¡¿verdad?!... - Tenía una estúpida novia, y está claro que yo no era gay. Nunca. Jamás me había gustado un hombre. - Es su culpa por ser así de adorable… - susurré - vale esto es serio, acabo de llamar a un hombre que casi roza los ¿treinta? ¿veinticinco?…adorable.- Me quedé quieto mirando hacia el suelo y con los ojos bien abiertos. No pude evitar gritar- ¡¿Pero qué me has hecho maldito enano?!
POV SUHO
Tuve que abandonar su piso antes de que amaneciera y que él despertara. Me había sentido protegido y demasiado cómodo con él. Dormí muy poco, ya que tener la respiración de Kris en mi cuello y eso, no ayudaba. Sus labios de vez en cuando habían besado esa zona. Me sentía mal, porque en quien pensaba realmente era en su novia y no en mí. Pero me sentía peor por pensar de esa forma sobre él. El beso que me dio en el sofá me había hecho pensar toda la noche. No sólo sus labios habían ocupado mi mente. No sé qué mierda habrá soñado esta noche, pero podía notar un enorme bulto chocar en mi estómago. Quería alejarme y huir de allí, pero también quedarme y ser tan patético como para esperar por otro beso accidentado. Opté por la primera. Me zafé de su abrazo con cuidado de no despertarlo. Salí, busqué mi ropa y me cambié la parte de abajo. Ya le devolvería lo prestado. También busqué por algo donde escribir un simple “Gracias” y lo encontré en lo que parecía ser su zona de estudio. Lo dejé sobre la mesita de la sala y salí rápidamente de aquel sitio. Hacía algo de frío, así que lo cubrí con la camisa del pijama que me dejó anoche y me marché.
Volví a mi casa caminando ya que no tenía ni cartera, ni móvil, ni nada para poder desplazarme. Ese camino tan largo me sirvió para seguir pensando sobre lo ocurrido, tanto en la discoteca como en mis sentimientos.
Descansé poco y mal y el día llegó muy pronto. Otro día más de clases. Un día en el que tendría que mirar de lejos y sólo mirar.
Volví a mi rutina. Me levanto, me ducho, me visto, desayuno y me marcho hacia la universidad. Cuando entré puse mi mejor sonrisa, no sé por qué era tan popular ahora que era profesor. Nunca me había molestado, todo lo contrario, me encantaba interactuar con todos. Pero hoy, seguía sintiéndome asqueado conmigo mismo, y mi sonrisa era tan falsa que creí que mi cara se quedaría con esa estúpida expresión para siempre. Ese día estuve evitando el contacto físico, y por mi buena o mala suerte, no me encontré con Kris durante toda la mañana.
Los alumnos se volvían más pesados en épocas de exámenes, ya que me gustaba brindar mi ayuda con los estudios a todo aquel que lo necesitara. Cada vez que alguien me tocaba no podía soportarlo. Mi sonrisa falsa aparecía, mi cuerpo se tensaba, y me alejaba hasta donde yo podía sentirme seguro. Donde mi respiración no se entrecortaba y mis ganas de llorar se frenaban.
Decidí relajarme un poco en la hora del almuerzo y pasear. La universidad tenía unos jardines preciosos que la gente desaprovechaba. Era relajante el olor a flores, la brisa fría…
En ese momento mi vista se encontró con una escena realmente desagradable. Mi vista se nubló un poco. Me acababa de dar cuenta de que me gustaba el estúpido de Kris. Sólo esa imagen bastó para admitir lo obvio. Y mis ojos no pudieron evitar llenarse de lágrimas al ver como su novia y él se besaban a lo lejos. Nuestros ojos se encontraron y no pude evitar huir como un idiota.