Prologo:
Estaba allí acostado una vez más en su cama, donde tantas pesadillas le ocurrieron seguidamente, era libre podía irse de ese lugar cuando quisiese, pero él no quería, aunque sus familiares le habían dicho que le daban alojamiento después de tan horrorosa experiencia, el, valientemente, o más bien masoquista, decidió quedarse en el mismo lugar, todos le apuntaron de loco, seria verdad lo que contaba ¿por que seguía allí?, no podía dormir por eso pensaba en todas estas estupideces, se dio media vuelta en su cama con lo cual pudo observar su reloj que estaba arriba del velador, eran las 3 de la madrugada.
Repentinamente se acordó de los anteriores hechos que ocurrieron tan solo 2 semanas atrás, ahora todo era tan tranquilo, miro hacia el techo, era un tic que tenia de concentración, comenzó a recordar como comenzó todo, cadenas en la puerta de entrada, las ventanas eran indestructibles, y cuando gritaba nadie lo escuchaba, tal vez por la poca cordura que tenía en ese momento encontró muy buena idea meterse por agujeros que lo llevaban a dimensiones extrañas, un principio creía que eran pesadillas pero casi al final se dio cuenta de la realidad, eso en verdad estaba pasando, también conoció un sujeto interesante , Walter Sullivan, solo recordarlo le daba un escalofrió por todo el cuerpo, ya que paso muchas cosas horribles por culpa de este sujeto, mato a mucha gente y también lo quería matarlo a él y a su vecina, pero no todo era culpa de Walter, lo sabia él no tenía la culpa es mas ni siquiera llegaba a odiarlo era más lástima que le tenía, aquel hombre solo desde que era un niño tal vez jamás conoció lo que era el amor verdadero, por eso se volvió loco y se aferro a lo que primero que encontró, al pensar esto le clavo una daga en su pecho, le dolía en verdad no entendía el porqué, tal vez el meterse tanto en la vida de Walter le había dado un extraño lazo de afectividad con este.
Se escucho un ruido como si estuviesen abriendo la puerta de entrada, Henry se levanto rápidamente de su cama miro hacia la puerta del dormitorio, pero estaba cerrada, al agudizar el oído se dio cuenta que habían pasos en el living, tomo un bate que siempre tenía debajo de la cama como precaución , ahora que había pasado todo eso agobiante estaba más preparado que nunca a cualquier cosa, abrió un poco la puerta miro hacia afuera, no había nada, abrió completamente esta y entro en el living miro hacia los sofás y no vio nada, pero sintió una presencia, miro de donde provenía, y era de la puerta hay justo parado al frente de el estaba, ese sujeto de sus pesadillas, alto rubio y de ojos azules pero frio como un tempano de hielo y abrigo algo grande, era él, solo podía ser Walter Sullivan. Se hizo un poco hacia atrás siempre poniendo su arma al frente.
-¿qué vienes hacer a aquí?-dijo con voz autoritaria.
Walter le quedo mirando un poco con esos ojos serios y fríos que tenia-solo vine a preguntarte una cosa…-el aire se tenso y al pelicastaño se le estaba yendo la paciencia-¿Por qué no me mataste en ese momento?-
Esa pregunta desconcertó al otro hombre en esa habitación ¿Por qué no lo había matado? Exacto esa vez cuando tenía la oportunidad, cuando tenía que dar el último golpe no lo hizo, ese golpe le hubiese quitado la inmortalidad, en cambio el pelicastaño tomo en brazos a la chica y se fue tranquilamente.
-¿Por qué no lo hiciste?-volvió a preguntar aquel hombre.
-tú no tenias la culpa…bueno al menos no en su totalidad fuiste engañado, por esos sujetos-
-¿sujetos?...hablas de esa secta…si…me engañaban pero estaba tan loco ya que no me di cuenta-
-exacto…esos idiotas, no podre vivir en paz sabiendo que existen, quiero saber todo sobre silent hill, esa secta todo…y creo que tú me lo puedes contar ¿no?-dijo el muchacho muy decidido.
-si puedo… te puedo mostrar muchas cosas…-
-lo quiero vivir…-dijo el chico y se dirigió a su baúl el cual tenía muchas cosas de su viajecito por el “infierno”, saco distintas cosas que Walter no alcanzo a ver-exacto…quiero verlas, más bien quiero vivirlas-y acto seguido alzo su mano con un dibujo de un circulo con diseños extraños.
-esa marca…-susurro el pelirubio sorprendido.
-exacto este dibujo es el cual tú hiciste el ritual de resurrección o más bien a la vida eterna…-y acto seguido, saco un cuchillo del baúl y se lo enterró en el pecho, tambaleo hacia atrás por el dolor hasta que finalmente cayó al piso, mientras todo su torso se teñía de un color carmesí y era un dolor espantoso pero lo soportaría, debía hacerlo por esa maldita secta que no le dejaría en paz ni él ni a su vecina.
-¡henry!....-grito preocupado Walter y corrió hasta donde estaba el aludido.
“Esto es irónico ¿no que solo me querías matar? ¿A qué viene ahora esa cara de tristeza?, pero bueno se nota que aun tienes algo de humanidad….”
Este fue el último pensamiento Henry Townsend, antes de perder la conciencia y todo fuera obcuridad.
Continuara…