— Ódiame – grito el entre llanto, su voz apenas se entendía y yo, yo solamente le miraba, pensando que todo era una broma y de seguro el dejaría su actuación y nos iríamos felices a casa pero suspire tristemente al notar que todo era tan real – ódiame, hazlo porfavor y cayó al suelo, de rodillas, sin importarle ensuciar sus prendas, que era muy sagrado para él.
—Deja de decir tonterías— me agache a su altura rodeándole con mis brazos, intentando hacer que entrara en razón, pero él lo ignoraba y susurraba cosas inentendibles por su llanto, el cual me hacía sentir más miserable de lo que ya me sentía.
— No soy digno, no puedo, no quiero tu amor— Musitó sin levantar su mirada, pegada al sucio suelo de la estación de tren, vacía, solo nosotros, discutiendo por idioteces.
— ¡Cállate! — Lo zamarreé un poco, él se volteo a verme, entre indignado y asustado, nunca había utilizado movientes brucos con él. Su barbilla temblaba y su mirada cambio a una culposa, y ahí fue cuando una parte de mí se había quebrado.
— Escúchame — imploro sin despegar su mirada de mí, guarde silencio, lo amaba tanto, que no soportaba verlo en esa condición. Asentí y deje que hablara — Ódiame y déjame ir, olvídate de mí.
— ¡¿Pero porque?!
— Taemin, estoy embarazado — Me dijo, pero antes de poder ser feliz por un segundo dijo: — No es tuyo — Palidecí y yo ya me declaraba sin visa — Estoy viéndome con tu hermano Minho desde que salió del servicio militar — dijo con sinceridad mientras yo soltaba mis brazos de su alrededor y caía arrodillado cal suelo, como un peso muerto.
— ¿Porque? — Susurré y solloce al mismo tiempo, el me miro mi voz apenas había sido audible – ¿porque me has hecho esto? Con lo tanto que te amo —mi voz se elevó y el salto en su lugar— y encima… ¡con mi hermano, maldita sea!
— Yo, siento todo… me enamore Taemin, me enamore del hermano de la persona que anteriormente amé con locura — También grito, se paró del suelo y estiro su mano para que hiciera lo mismo pero la rechacé y me levante por mí mismo quitando de un manotazo su mano de mi vista — Amo a alguien equivocado, perdón
— ¿Eres tan cara rota como para pedir perdón? — Le mire a los ojos, con rencor, escondiendo la decepción y el amor que sentía, no podía odiarlo por más que quisiera.
— Perdón por no amarte correctamente, creí que no me enamoraría, creí que podía controlar la situación, se sinceró.
— Entonces… ¿pensabas que fuese tu amante?
— No es así…
— Regalado — No medí mis palabras y él no lo hizo con su fuerza golpeándome la mejilla, su fuerza era débil, pero dolo más que fuese el quien lo hacía — ¡Entonces como mierda explicas lo que dices!
— Creí que… que solo sería un desliz, pero él me buscó, y no pude detener este sentimiento, no puedo detenerlo. Lo lamento, te amo… pero ya no es como antes.
— Deja de jugar
El me miró expectante sin darme cuenta había tomado fuertemente su muñeca, y lo había estrechado hacía mi cuerpo, me sentí intimidado por el hecho de que el desapareciera de mi vida y no quería que se separará de mí de una forma tan rápida. Evaporándose como el agua en las termas.
— Lo lament- — Ni siquiera deje que continuara, pegue mis labios a los suyos en un suave beso, apenas un roce y me separé.
— Fui un tonto al pensar que estaríamos juntos para nuestra vida, que tendríamos muchos hijos y… seríamos una familia, una muy feliz.
— Taemin… — Su voz denotaba pena, pena por mí, por mi idiotez ser tan iluso, un pobre idiota… eso era.
— Eres un idiota Kibum, tu no conoces ni la mitad de bien que yo a Minho… pero si así lo quieres, está bien, quédate con él, ten los hijos que quieras con él, cásate con el pero… pero cuando te des cuenta que todo lo que creíste como un sueño se convierta en tu pesadilla ni siquiera digas: Oh, él tenía razón.
— Lo dices por los celos, son tus malditos celos… pero ¡YA NO TE AMO!
Y eso fue un balazo directamente en el corazón.
— Y-yo… Taemin… l-lo siento… no quise decirlo de esa…
— ¡Cállate! Esto será un adiós ¿no es cierto?
Y ni siquiera espere a que dijera algo y desaparecí como humo, corrí como bestia desesperada, me detuve cuando me dolía el pecho de tanto esfuerzo físico, a lo que estaba acostumbrado, era mucho, y más aún enterarme que el amor de mi vida estaba esperando un bebé, un bebé de mi hermano.
— Con que es así… — La ira corroía mis venas, estaba enojado conmigo, con él, con Minho, con todos. Le di un gran puñetazo al tronco de un árbol sin importar haberme hecho daño en la mano, ni siquiera la sangre que corría por mis nudillos, el dolor era nulo ante el dolor de lo que Kibum había hecho, aquello no tenía perdón, pero… por más que quisiera odiarle y repudiarle no podía, no podía odiar a ese ser que amé y amo, también sé que seguiré amándolo.
No me importaba donde iba, no tenía problema económico alguno como para no poder abandonar el lugar, aquel pueblo dónde me críe, donde tuve mi primer cumpleaños, mi primer amor, mi primer novio, mi primer beso… mi primera vez en todo, aquella primera vez llevaba nombre y apellido: Kim Kibum, el ser al que le había entregado todo.
Le dije adiós a ese lugar, cuando salí del límite de Jamyeonghae intente hacer un reinicio de todo. Olvidar a mi primera vez en todo; olvidar a Kibum, olvidar a que alguna vez tuve hermano y olvidar mi pasado.
¿Quién era Kim Kibum?
Sonreí patéticamente y me dirigí al centro de autobuses.
Sabía que olvidar no era fácil, no iba a ser sencillo tratar de borrar todos esos hermosos recuerdo con la persona más perfecta del mundo, iba a ser un trabajo duro pero… que más podía hacer, por más que quisiera hacer como que nada paso él ya no me amaba, no quería nada conmigo…