Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Maldito Corazón |BangHim Fanfic| por RushanaChan

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos~

Siento la tardanza T-T

Realmente se me complica con el colegio y otras actividades :c

En fin, un capítulo muy importante a continuación:)

 

Luego de una audición más, la empresa TS Entertainment no dudó en contratar a esos extraños y talentosos aspirantes. Eran exactamente lo que buscaban para el más ambicioso proyecto que estaban planeando.  Himchan, mientras tanto, se había cansado de esperar una noticia que nunca le fue dada. Llegó a exasperarlo la falta de responsabilidad con un mensaje que aparentemente era muy importante.

En ese mismo mes, les fue anunciado que tres miembros más serían requeridos para el grupo, por lo que fue la oportunidad perfecta para llamar a los refuerzos. Pero hasta que estos llegaran, les anunciaron también que dos de ellos ya empezarían a desenvolverse en la industria de la música. Como si fuera otra curiosa determinación del destino, estos dos eran Bang Yongguk y su robot, Zelo. Mientras que Himchan sería MC de un show de televisión. No es que aquello no le gustara, sino que una vez más sintió una especie de complot contra él. Aunque luego comprendió la razón de esta divergencia: Su carisma era el indicado para presentarse en televisión, pero era evidente la excelente conexión entre el robot y su creador. A pesar de que los tres fuesen muy talentosos, esos dos realmente se complementaban, teniendo en cuenta también que los dos eran raperos.

El comandante comprendió esto, por lo que aquel mes de Diciembre, cada uno se la pasó muy bien con el trabajo que les había tocado. La canción del dúo BANG&ZELO, llamada Never Give Up, había sido un éxito, ganándose el amor de las primeras fans que el grupo tendría, y el asombro de mucha gente, quienes veían el extraordinario talento de los dos raperos, especialmente del pequeño Zelo. Mientras, Kim Himchan empezaba a hacerse camino a la fama con su gran carisma y sentido del humor, ganándose muchos seguidores y hasta alguien que desde un principio pudo considerar una amiga: Jeon Hyo Sung, una chica con un terrible parecido a la mismísima Gobernadora. Solo que su cabello no era morado, sino castaño, su piel tenía otra tonalidad y sus rasgos no eran tan finos como los de la mandataria. Era cantante de un grupo llamado Secret, de la misma empresa para la que trabajaban, y era muy simpática y divertida. Los dos solían disfrutar ser presentadores del show.

Y con todo esto pasando muy rápido, empezaron a entretenerse y a contentarse con la misión. Sin embargo, Yongguk no olvidaba su misión. Seguía siendo algo frío y distante con el comandante, a pesar de los intentos de este último por llevarse bien con sus soldados. Como iban las cosas, concretaría su misión dentro de poco, quizá unos meses después de la llegada de los refuerzos. Y de su debut como grupo.

-------------------------

Yongguk y Zelo daban un fabuloso concierto ese día. Veían por primera vez esa euforia inaparente de la que se valdrían para conseguir la energía de su planeta. Himchan estaba fascinado de cómo aquellos terrícolas le demostraban amor y estima a dos personas solo por su música y por un artificial personaje que ellos mostraban. Muy cerca del escenario, en la parte baja junto a los auxiliares del concierto, el comandante observaba la gran destreza de ambos soldados en el escenario. Yongguk se veía totalmente distinto. Sonreía y reía todo el tiempo, y parecía disfrutar hacer aquella música, sumado a lo bien que se veía la presentación en general, llena de colores. Esto le conmovió en cierto modo, y llegó a pensar lo mucho que le gustaría que aquel asesino fuese así más a menudo, a pesar de que sonara controversial.

Fue en ese momento, cuando el concierto acababa, que Himchan divisó una luz refulgente en el cielo. Entonces supo de qué se trataba. Finalmente llegaron… pensó mientras se dirigía a reunirse con sus compañeros, quienes también habían notado aquel destello en el cielo.

Los tres subieron a un auto negro. Una vez allí dentro, se dirigieron a la empresa, totalmente solos, a excepción del chofer que les acompañaba, otra vez sin saber quién era. Se detuvieron en el estacionamiento del edificio. La calle, el lugar, todo estaba desolado. Solo ellos. Al bajarse del auto, una brisa helada corrió, lo que hizo tiritar levemente sus cuerpos. Caminaron por la desierta pista, solo sus pasos rompiendo el silencio abrumador, hasta llegar a una especie de depósito. El lugar era inmenso, repleto de cajas, y también desolado. Himchan se detuvo justo en medio de aquel lugar, imitando esto sus compañeros. Por un momento, el comandante traía la esperanza de que aquellos que vendrían lo hicieran junto con la noticia que debían darle.

Unos segundos pasaron hasta que tres personajes se acercaron a ellos. Las figuras se hacían más grandes en tanto se aproximaban, y Yongguk miró de reojo al comandante, notando su leve nerviosismo. Cuando ya estuvieron a unos metros de ellos, los tres alienígenas se detuvieron paralelamente frente a ellos. Los tres vestían sobretodos de cuero color negro y máscaras platinadas que cubrían la mitad de sus rostros.

-Por fin nos conocemos- pronunció uno de ellos, por detrás de aquella máscara. El comandante sonrió como respuesta.

¿Acaso los terrícolas se visten así? Fue lo primero que pensó Moon Jong Up, aquel soldado que acompañó a Himchan en otras misiones. No tardó en fijarse lo distinto que lucía su comandante con aquel atuendo, y con aquel cabello rubio tan extraño. Nunca había visto ese color de cabello, y no pudo evitar pensar lo bien que quedaba.

Todos seguían estáticos, hasta que Himchan dio un paso delante de su posición, acercándose a los recién llegados.

-Bienvenidos a la Tierra- dijo con voz uniforme mientras acercaba el par de lentillas idéntico al que ellos utilizaran al llegar al planeta. La mano enguantada de uno de ellos tomó la pieza y la observó con detenimiento. Los dos restantes miraban con curiosidad. Acto seguido, el comandante acercó otros dos pares a los demás.

Una vez se los pusieron, les costó adaptarse a esa nueva vista, parpadeando repetidamente. Un minuto después, los recién llegados hicieron una seña al comandante diciéndole que ya estaban listos para retirarse del lugar. Este dio media vuelta y entonces todos le siguieron.

Ahora eran seis personajes los que caminaban hacia el éxito de la misión. Todos, a la par, deberían trabajar como un verdadero equipo para dar lo mejor de sí mismos y salvar su planeta.

Mientras caminaban, el comandante se colocó a la par de aquel que le hablara primero.

-¿No les han encomendado algún comunicado especial para mí?- preguntó casi en un susurro al enmascarado.

-A nosotros no nos han encomendado nada- respondió sin mirarle, luego de unos segundos.

------------------------

Varios días habían pasado ya desde la llegada de los refuerzos. Sin impedimentos, los tres  fueron contratados por la empresa al igual que sus compañeros. En esos días, Himchan había tratado de comunicarse con la Gobernadora por la demora de aquella importante noticia que debía darle. Sus intentos se vieron fallidos debido a la extraña falta de señal con su planeta. Se estaba impacientando demasiado.

Con respecto a la misión, el grupo estaba completo, pero debutarían oficialmente semanas después. Compartían  un pequeño apartamento y Himchan no se sentía tan aislado como antes. Se llevaba bien con los recién llegados, especialmente con Jong Up. Aunque esto era más por una cuestión de conveniencia, pues Jong Up siempre hacía recados por el comandante, hasta poder considerar que este se aprovechaba del soldado. Pero para Jong Up no era así, él consideraba al comandante como un amigo.

Por otro lado, Jung Daehyun, aquel que hablara primero el día de su llegada, se había mostrado como alguien bastante callado y tranquilo. Era el único que aún conservaba una máscara en su rostro, y parecía llevarse mejor con su otro colega: Yoo Young Jae. Este último mostraba un gran interés por la tecnología, y una inteligencia digna de mencionar. Tan así, que pasó a ser considerado el “cerebro del grupo” por sus propios compañeros. Tenía facciones armoniosas que resaltaban unos tiernos cachetes.

A pesar de que aun no habían debutado, esos días habían estado recibiendo regalos de quienes serían sus futuras fans, muchas de ellas quienes ya seguían a Yongguk y a Zelo. Podía notarse la gran expectativa en el público de la industria musical por ellos en particular. Todos hablaban de lo talentosos que eran y se esperaba atentamente el debut oficial. Llamó la atención del público el hecho de que todos tuvieran el cabello rubio, hasta de los mismos integrantes, quienes aun no se acostumbraban al extraño color en sus cabelleras.

-------------------

Como sugerencia de Himchan, una noche decidieron todos salir a cenar. El comandante había visto y reservado de antemano un restaurant que a su parecer era muy bueno. Todos estaban expectantes debido a las maravillas que dijera Himchan acerca del lugar. Es inmenso y tiene una vista fabulosa de toda la ciudad.

Desgraciadamente, el plan se vio totalmente arruinado por una lluvia torrencial que les impedía salir. El desmedido diluvio decepcionó a los miembros. Habían perdido la reserva y, según el comandante, el restaurant era muy popular y frecuentado, por lo que sería difícil encontrar otra reserva.

-¡Ánimo!- alentó el comandante a sus compañeros. Se hallaban todos en un pequeño living del apartamento, tumbados en los sillones, con el ánimo por el suelo. Se habían mantenido en silencio, solo escuchando el ruido de la lluvia, hasta que Himchan rompiera aquel silencio. –Aún podemos hacer algo aquí en el apartamento-.

-¿Cómo qué?- preguntó Daehyun algo malhumorado.

-Uhm… Podemos encargar comida- respondió nuevamente con ánimos de alentar.

-¡Cherry tomatoes!- exclamó Zelo incorporándose en su asiento, esbozando una sonrisa que se contagió en la expresión del comandante.

-¿Qué es eso?- preguntó el misterioso Daehyun.

El robot miró entonces a su creador, quien seguramente explicaría mejor qué es lo que eran. Pero en ese instante, Young Jae, con una rapidez anormal, buscó en su celular para obtener una definición más acertada.

-Variedad más pequeña que el tomate, posiblemente originada en Perú o en el norte de Chile- dijo velozmente, adelantándose al líder del grupo.

-Los vio en un mercado cuando salimos el otro día- añadió Yongguk. Aquellas salidas eran frecuentes, pues Zelo estaba muy curioso acerca del nuevo planeta, y su creador no podía negar que también lo estaba. –Le llamaron mucho la atención, y entonces le compré algunos. Le encantaron-.

 

Luego de una pequeña deliberación acerca de qué pedirían, decidieron ordenar comida japonesa y los famosos cherry  tomatoes, los cuales fueron muy difíciles de conseguir. Debido a la lluvia, la comida tardó en llegar, pero una vez había llegado, tuvieron una agradable cena, confirmando como la comida puede subir el humor de alguien. Hasta el mismo Yongguk parecía estar disfrutando de aquella reunión, más que nada porque veía a su robot feliz, entonces él también lo estaba. En un momento, halló divertidas las anécdotas del comandante.

Aquella atmósfera que otrora fuese de silencio y división se vio reemplazada por una alegre reunión, donde hasta parecían conocerse de toda la vida.

Pero el destino quiso que aquel momento se viera interrumpido.  Sonó el timbre.

-Yo iré- se ofreció Himchan con una sonrisa, deteniendo a Jong Up quien se estaba incorporando de su silla.

Limpió su boca con una servilleta y se dirigió a la puerta. Tomó el picaporte y abrió la puerta. Seguramente era Kang, su manager, pues él iba a menudo a visitarlos. Pero al ver dos siluetas, ambas con uniformes que le eran muy familiares, supo que no era así. Claro que le eran familiares, eran los uniformes de la milicia de Mato. ¿Qué hacían allí?, pensó.

-¿Quién es?- preguntó Young Jae al ver que el comandante aun no regresaba. Ni siquiera podían escuchar voces, pues seguramente susurraban.

Justo cuando el joven de los cachetes se disponía a ver qué pasaba en la entrada del apartamento, un sonoro sollozo pudo escucharse. Se miraron entre sí, reconociendo en aquel lamento a Himchan. En ese instante, vieron a alguien correr por el pasillo a la velocidad de la luz, dirigiéndose a uno de los cuartos donde dormían y cerrando la puerta violentamente, como si quisiera no volver a abrirla nunca más.

-------------------------

Se hallaban nuevamente todos, menos Himchan, sentados en los sofás de la sala, en silencio. Ninguno se atrevía a entrar al cuarto del comandante, cuyo llanto había cesado hace un rato. Tampoco se atrevían a abrir una caja que los enviados de Mato les entregaron. Sabían que era para Himchan, y que aquello que se encontrara allí le había destrozado. Esa era la noticia que tanto esperaba.

Ya entrada la noche, la lluvia sin ceder, concluyeron la improvisada y fallida cena y se fueron a dormir. Solo Jong Up había quedado allí en la sala, diciendo que él aun no tenía sueño. Claramente estaba mintiendo, pues no quería admitir que en realidad temía por lo que podría suceder si llegara a entrar al cuarto que compartía con Himchan. No le dieron importancia, al menos no en un principio. Era muy tarde y el joven soldado seguía sentado, convencido de que esa noche dormiría en el sofá. Yongguk notaba el tiritar del joven al acostarse en el sillón, sin sábanas ni nada, afectado por la brisa fría que la lluvia provocaba. No pudo evitar sentir pena al verlo. Quizá podría entrar en el cuarto del comandante y ver si este estaba dormido. Pues si lo estaba, le diría a Jong Up que entre tranquilamente y duerma en su cuarto.

Parado en el pasillo, detuvo su mirada en el picaporte de esa puerta. La del cuarto de Himchan. Se acercó decidido pero se detuvo. ¿Por qué no se animaba a entrar? En su vida de sicario había visto muchas cosas trágicas. Además, ¿qué podía hacerle ese frágil comandante? ¿Golpearle? Giró el picaporte y abrió la puerta.

Escuchó un muy leve sollozo, proveniente de una figura tendida en la cama en posición fetal, de espaldas a él. Estaba tan encogido que podría haberlo confundido con un niño. Al parecer, Himchan no había notado su entrada, ya que no hubo reacción de su parte. Si no hubiese sido por aquellos sollozos, Yongguk habría pensado que estaba muerto. Caminó solo un poco, sin acercarse demasiado. ¿Por qué no disfrutaba aquello? Era una de las cosas que siempre había querido ver, verlo abatido, destruido, derrotado. ¿Por qué no le parecía patético?

¿No sería una buena oportunidad de hacer eso?  Era la perfecta. Pero no lo pensó.

¿Qué tenía de especial aquella situación? La había visto varias veces en su vida delictiva.

Esos sollozos le impedían pensar correctamente. Le recordaban a los de su madre cuando lloraba en silencio la muerte de su marido. A pesar de que ella no lo quisiese, él de todas formas la escuchaba llorar. ¿Cómo se atrevía a comparar a su madre con ese canalla? Era inevitable, y se odió por eso. Se acercó un poco más.

Súbitamente, Himchan se giró hacia él como un ciervo que ha notado a su cazador. Sus ojos estaban rojos y aun húmedos del llanto. Se sentó en la cama, como queriéndose alejar de aquel que tenía en frente. Le miró con terror, como si estuviese a punto de matarle. Su respiración se tornó agitada y notó que sudaba demasiado.

-No voy a hacerte nada- dijo Yongguk fríamente para que se tranquilizara.

El comandante relajó su cuerpo y lo apoyó en el respaldar de la cama. Tapó su rostro con ambas manos mientras su respiración se tranquilizaba.

-¿Qué sucedió?- preguntó el asesino de manera inconsciente. No supo si lo hizo solo porque la situación lo demandaba, o porque empezó a preocuparle. Se convenció de lo primero.

Hubo un silencio por parte del otro. Quizá era obvio que no respondería. Ellos no eran ni amigos, ni se llevaban bien, ¿por qué le contaría sus problemas personales? Ni siquiera por el vínculo laboral y de servicio que les unía. Pero las excepciones siempre están.

-Han matado a mi hermana- dijo mirándole de manera lamentable y penosa, llevando luego ambas rodillas a su pecho, y empezando a llorar como un niño.

En ese momento, Yongguk sintió como una feroz puntada en el pecho. Muchas cosas pasaron por su cabeza. Ahora era su respiración la que se agitaba, por lo que solo atinó a sentarse al borde de la otra cama, aquella que perteneciera a Jong Up, quien seguramente ya se habría dormido en la sala. Miró al suelo abatido, con la mirada confusa y miserable de Himchan en él. Hundió la cabeza en sus manos. Qué curioso era el destino. El comandante sufría lo que él había sufrido hace unos años.

Yongguk tenía dos hermanos. Una hermana mayor, llamada Natasha, y otro hermano, llamado Yongnam, con la distinción de que con este último eran gemelos. Yongnam y él compartían todo. No podían imaginarse haciendo algo sin el otro, eran demasiado unidos. Los dos nacieron cuando Natasha ya era casi una adolescente, y se volvieron inseparables. Cuando su padre había muerto, Yongnam había sido el único apoyo que tenía, pues su madre se aislaba constantemente en su propio sufrimiento y Natasha vivía muy lejos de allí. El vínculo entre los gemelos se hacía aun más fuerte. Y a medida que crecían, este no se rompía.

Desde muy pequeño, Yongnam había soñado con integrar la milicia de Mato. Yongguk nunca le entendería, pero lo aceptaba de todas formas. Lo deseaba tanto, que luego e su adolescencia se unió al cuerpo militar. Era la primera vez que se separaría de su hermano, al menos, unos años, ya que en los primeros años de servicio no está permitido el contacto con los familiares. Fue complicado para ambos, pero prometieron que ni siquiera eso lograría separarlos.

Los años pasaban y el desempeño de Yongnam en la milicia era destacado. El vínculo entre ellos seguía siendo fraterno, y Yongguk se alegraba de que su hermano cumpliera su mayor sueño.

Entonces llegó el día que Yongnam tanto esperaba. Su primera misión de campo. Ya no más crímenes menores que ocurrían en la ciudad. Esta vez, una tropa del planeta vecino amenazaba con invadir y tomar unos poblados del sur. Un regimiento fue convocado por la Gobernación para su defensa y Yongnam se hallaba orgullosamente allí. Podía verse su entusiasmo cuando se lo contó a su hermano gemelo. Comentaba muy seguido el hecho de que el comandante que llevaría a cabo la misión decía tener su misma edad. Su habilidad debe ser exorbitante para ganar un título así a tan corta edad, decía.

Pero Yongguk no podía esperar sino desdichas de esa misión. A los dos días de concretada aquella misión, le comunicaron que su hermano había muerto en combate.

Todo perdió sentido para él. Todo cambió. Perdió su fe, perdió sus sentimientos. Ahora la vida le era insignificante, sin valor. Porque así como se la habían quitado a su hermano, podían quitársela a cualquiera. Entonces un día vives tu sueño, y al otro, mueres.

Nadie en ese momento estaba allí para consolarlo. Su hermana estaba más y más lejos, y su madre había sido atacada por una enfermedad años atrás, tras la cual ni siquiera podía hablar ni escuchar, y tampoco parecía estar viva. Estaba solo.

Fue cuando todas estas cosas pasaron por su cabeza que levantó la mirada hacia Himchan. Era como verse así mismo hace unos años. Era igual, el sufrimiento era palpable. Se veía tan frágil, tan vulnerable. Igual que él. Hasta una escoria como él podía sufrir.

Por lo tanto, olvidó quién era. Olvidó para qué estaba allí, en ese planeta, tan lejos de su hogar. Olvidó por qué había decidido matar gente por dinero. Olvidó por qué odiaba al comandante. Solo veía a Kim Himchan, un ser que sufría, igual que él.

Entonces lo rodeó con sus brazos y le abrazó fuertemente. Su mente estaba en blanco. No sentía su cuerpo, no hasta que el otro le rodeara de igual forma. Lágrimas caían por las mejillas de los dos, mientras ese abrazo fraterno  parecía acabar con todo orgullo y rencor.

Notas finales:

Un indicio de Banghim en este capítulo ewe hahaha

Aunque no todo va a ser lindo y bonito(?)

Pobre Uppie :( ellos se abrazan y él muriendose de frío en la sala(?)

Como habrán notado en todo este problema, la hermana de Himchan fue alguien muy importante para él, tanto como lo fue Yongnam para Bang. En esta ocasión hablé de Nammie, pero más adelante contaré la historia de la hermana de Himchan~

 

Gracias por haber leído enserio~ :) Si tienen sugerencias, críticas, dudas o les ha gustado, solo comenten :3 :D

Este es solo el comienzo de la historia(? xD 

 

Los veo en próximo capítulo, ¡cuídense mucho, lectores! c:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).