Baekhyun rebobinó en lo más profundo de sus recuerdos. Su mente se posó en aquella noche, vaya noche que había pasado. Recordaba a la perfección todos y cada uno de los detalles del suceso.
Aquella ocasión había salido a un bar con unos cuantos amigos, entre ellos, sus confidentes: Sehun y Jongin. Para ser honestos, el muchacho nunca había estado en un bar, al menos no como ese, lleno de mujeres realizando bailes eróticos y ebrios golpeándose entre sí, gritando incoherencias que seguramente ni ellos entendían. Fuera de sentir pánico o algún sentimiento por el estilo, se sintió contento y excitado, estaba experimentando algo completamente nuevo, sonrió para sus adentros y sintió que daba comienzo a una nueva etapa de su vida. No es que quisiera dedicar su vida a visitar bares y hacer su santa voluntad, pero al menos quería disfrutar un poco más de la libertad que le correspondía.
—Por aquí. —Uno de los trabajadores del lugar los guió hacia una de las mesas más rescatables del local, no estaba rota de ninguna esquina, a su alrededor, no había borrachos o prostitutas. El sonido era bastante fuerte, pero no del todo ensordecedor, como otras zonas del sitio—. Por lo pronto, ¿quieren que les traiga algo de tomar?
—¿Puedo ir a la barra? —inquirió Jongin.
—Por supuesto, muchacho —dijo el hombre mayor, dando unos cuantos golpes a la espalda del adolescente.
Jongin se retiró de la mesa, Baekhyun lo siguió con la mirada. Lo observó sentarse en la mesa, a pocos minutos de diferencia, el moreno ya se encontraba platicando con unas tres chicas y dos varones, sostenía un vaso con alcohol en la mano y se podía distinguir claramente su llamativa risa.
—¿Cómo es que los dejaron entrar aquí? —preguntó Baekhyun a Sehun.
—El dueño del local es padre de una amiga mía.
—Vaya, qué amistades te consigues.
Baekhyun dio unos cuantos tragos a la bebida. Un poco amarga para su gusto, igualmente, le pareció deliciosa. No es que no estuviera acostumbrado a tomar, simplemente, la bebida era muy fuerte para él. Volteó a ver a Sehun, quien le llevaba de ventaja dos tragos más. El mayor tomó la botella y se sirvió un poco más.
—No es una mala chica, al contrario, nada que ver con el trabajo de su padre. Es buena onda, ya sabes.
Se preguntó si estaba haciendo lo correcto. Habían varios amigos suyos dispersados por todo el establecimiento, pero a quien realmente acompañaba era a Sehun y Jongin. Empezó a rezar para que eso no le trajera problemas legales ya que él era el mayor, algo así como el responsable de los dos. Después de meditar internamente sobre las consecuencias de su posible irresponsabilidad, continuó bebiendo e intentó disfrutar del ambiente.
—Ese chico no te ha quitado la mirada de encima —dijo Baekhyun, su tono era pícaro, su mirada estaba dirigida a Sehun, intentaba intimidarlo y ponerlo nervioso. La mirada traviesa funcionó, las mejillas del chico estaban cada vez más coloradas.
—Oh, vaya, vaya… Yo… Yo no soy así… Creo.
—¡Vamos! —Exclamó, dio unos golpecitos en su espalda y lo empujó fuera de la mesa—. Antes de que viniéramos aquí, me dijiste que debía relajarme y disfrutar de todo. Tenemos que probar cosas nuevas para agarrar experiencia, ¿sabes? De lo contrario nunca vas a crecer. ¿Qué tiene de malo? Después de todo, es solo hoy, es solo una noche.
Sehun sonrió y caminó hacia el muchacho que lo había estado observando desde su llegada. Baekhyun lo siguió por un momento con la mirada, después decidió voltear, le dio su espacio al jovencito y buscó como desperdiciar su tiempo.
Tomó la botella y se sirvió uno.
Bebió dos, bebió tres copas.
A la cuarta sintió que temblaba.
Luego una quinta.
Después de la sexta perdió la cuenta.
Se preguntó si la bebida tendría algún tipo de droga o si era alérgico. Esa bebida había causado algo dentro de su organismo que no le había provocado ningún otro líquido con alcohol. Sintió que todo le daba vueltas, el calor había aumentado más de lo normal, no sabía si era porque había más gente en el local y uno de los ventiladores se había descompuesto o su temperatura corporal había aumentado de una manera significativa. Las personas se movían más rápido de lo normal, bailaban de un lado a otro, sin control, y el ruido se intensificaba. Sintió que era una cámara en movimiento. Entonces, llegó el peor efecto secundario que pueda existir, ¡las nauseas!
Salió corriendo, preguntó por un baño y unos hombres le indicaron por donde. Se encaminó de manera rápida hacia la dirección que le indicaron. El baño no era la gran cosa, de hecho, era terrible. Cubierto de mugre, las paredes estaban de una tonalidad gris, probablemente habían sido blancas años atrás, estas tenían cada clase de insulto existente sobre ella, además de números telefónicos y nombres de personas. Había dos lavabos, uno tenía el grifo roto y el otro goteaba. Los tres cubículos de baño que había estaban ocupados. Baekhyun optó por vomitar en el lavabo inservible, lo observaron, escuchó burlas detrás de él. Limpió su boca y salió de ahí.
—Bah, que mierda. ¿Dónde están esos dos cuando los necesito?
Se derrumbó en el suelo, después de haber reclamado a la nada, completamente molesto.
Cogió su celular y buscó el número de alguno de los dos idiotas que lo acompañaban, pero fue lamentablemente empujado por unos tipos enormes y su celular se destrozó. Maldijo para sus adentros el haber tomado tanto estando solo.
Una pelea más había comenzado y, aún peor, se lo llevaban de encuentro.
Los hombres habían empezado a gritar. Cada que elevaban el tono, sentía que su cabeza explotaba, le dolía de una manera profunda e intensa. Uno de ellos empujó a otro, este golpeó accidentalmente la rodilla de Baekhyun. El pleito continuó hasta que el muchacho terminó con un golpe en la cabeza. Después de eso, su vista nublada se tornó absolutamente negra.
Cuando despertó, había un grandulón de cabello castaño observándolo. Estaba de pie y Baekhyun sintió que estaba viendo a la persona más grandiosa del mundo. No tanto por su belleza, si no por su espectacular tamaño.
—¿Qué…
—¿Vienes con alguien? —Preguntó el muchacho.
—No sé —dijo Baekhyun y se dejó caer—. Oh, sí, vengo con un negro idiota y un rubio aún más idiota. —Se sobó la cabeza e intentó abrir un poco más los ojos—. ¿Debería darte las gracias? ¡Mi héroe!
—Te hubiera ido mal…
—Lo sé, te debo la vida.
—Me debes más que la vida.
Baekhyun sentía que los efectos del alcohol seguían vigentes, aunque ya no se sentía tan jodidamente mal, aún sentía un dolor en la cabeza y sentía que todo era surrealista. Sentía un dolor en los músculos, consecuencia de los golpes, imaginó. El muchacho le entregó un analgésico y le dio una botella de agua.
—Ya se pasará —dijo el contrario.
—Eso espero —exclamó Baekhyun.
—Hubiera sido un desperdicio que le pasara algo a esas piernas.
Sintió un ardor recorrerle el rostro, no era ningún efecto secundario o algo por el estilo, estaba ruborizándose ante el comentario del atractivo rescatador. No podía ver su reflejo en ninguna parte, pero sabía claramente lo que estaba pasando en su rostro. Esperó que la poca iluminación lo favoreciera y no le permitiera al otro chico percatarse de eso. Se mordió el labio y lo miró.
—¿Estás coqueteando conmigo?
—Tómalo como quieras.
—Lo tomaré como un coqueteo.
Y, probablemente, ese coqueteo, cambió todo.