El clima melancolico era perfecto con el ambiente en la casa, completamente apagada, sollozos que habían cesado, en su lugar solo estaba el silencio y los lamentos, el aroma a sake apestaba la casa, el silencio solo torturaba a aquella persona que estuviera ahí. Gakupo corria, corria lo mas rápido posible, las gotas de lluvia que caian en su rostro, solo bañan su mente, lo hacían pensar frio, por mas que quisiera concentrarse para ver que cosas diría, como le ayudaría, quería ver a aquel alumno, no, no quería ver a su alumno, el quería ver a aquel chico del que se había enamorado, lo extrañaba, lo necesitaba, a llevaba muchas faltas a sus clases, y eso, era realmente preocupante, mas aparte, sabia, que por muy listo fuera, todavía era un chico, un chico con 23 años cumplidos podria cometer cualquier estidez si esta trsite y mas aun solo, sin algún apoyo. Gakupo lo sabia, el había sido la voz de la experiencia, ya con 28 casi 29 años, sabia incluso como pensaban los jóvenes, se había topado con muchos chocs inexpertos que, por creer ser mayores, terminaban heridos, desaparecidos, o muertos. Despues de un tiempo indefinido, llego a un bosque, y observo una casita, no era muy grande, tampoco muy pequeñita, era del tamaño perfecto para 3 o 4 personas, probablemente se había esforzado mucho para poder construir esa casa, cerro los ojos, y se concentro completamente, podía escuchar el viento soplar, las hojas de los arboles bailar, las gotas caer, ¿caer? Empezaba a llover rápidamente se acerco a aquella construcción en tristeza, toco la puerta, espero respuesta, nada. Nuevamente toco la puerta,, espero la respuesta, nada. Con valor y decisión entro, no estaba seguro de que eso fuera bueno, pero sabia, que si Kaito seguía solo, podría cometer algo de lo cual el se arrepentiría, sabiendo que pudo haber evitado.
Con inquietud entro, buscando a aquel ser que apenas descubrió apreciaba, al entrar, inhalo la peste de alcohol, con rapidez entro, y busco por las diferentes habitaciones su pequeña gota de agua, entro a algunos cuartos, con camas y adornos, arboles bonsái, y cosas con armonía, después, entro a algo parecido a un jardín interior, un jardín japonés, pequeños sakuras plantados apenas, un pequeño lago y una pequeña fuente, igualmente con una belleza interior, pero, no estaba Kaito, y asi, visito cada una de las habitaciones, y por fin, llego a la cocina, muchas botellas estaban tiradas por el suelo, vacias o llenas, nuevas o antiguas, y lo vio, yacia tendido en el suelo, con una botella en la mano, ojos vidriosos, aunque en realidad parecía estar muerto, vestia un kimono azul marino, vestia, el kimono de su boda, con unas cuantas gotas escarlatas en la parte baja, Gakupo al ver esta patética escena, fue corriendo, alejando las botellas, tomo a Kaito en brazos, hacerco su oído a su pecho, el corazón latia, débilmente, con un leve apegamiento por la vida, con desprecio por la vida, con odio hacia la vida, con culpabilidad por lo ocurrido.
Gakupo lo observo, y sintió un escalofrio recorrerle el cuerpo ¿Acaso el tuvo miedo de que el fallecido fuera el? Rápidamente, se acomodo su katana en la espalda, y cargo a Kaito con ternura, rápidamente lo llevo hacia lo que parecía ser el baño, con una linda tina de bambu fina, era bastante grande y amplia, puso el agua a calentar, y comenzó a prepararle el baño. Una vez todo listo, tomo a aquel peliazul con respiración débil, ahora venia lo mas difícil ¿Lo desnudaría o lo dejaría con ropa?
Despues de mucho pensar, llego a la conclusion….lo desnudaría ara darle un mejor baño asi, recibiría mas hábil el calor, comenzó con desabrochar aquel moño mal hecho de su cintura, estaba en completas fachas, cabello desordenado, aroma a alcohol, mejillas con marcas de lagrimas, piel blanca suave tersa como porcelana, labios entreabiertos, sus, mejillas, sonrosadas, un cuello delicado, la tela que lentamente caia acariciando sus hombros, dejando a la vista mas piel, piel blanca, piel hermosa, piel de Kaito; Gakupo no se quería dejar llevar, tenia que ser fuerte para resistir aquellas tentativas que la escena le daba, pero, por mas que lo intento, no lo conisguio, una de sus manos se deslizaba hábilmente por la tela, bajándola, impidiendo que cubriera mas, con extrema lentitud y delicadeza, la tela fue desojada del cuerpo del mejor, la mano, comenzo a acariciar aquella hermosa piel, era tan suave, tan fina, parecia ser terciopelo, a cada toque, un escalofrio recorria el cuerpo del ebrio azulado, era raro, pero, en cierta forma esas caricias le encantaban, asi que, decidio dejarse hacer, ese tacto lindo, esas manos hábiles, esa respiración pausada y tranquila, ese aroma a cerezo, esa respiración de te verde, ese, ese, ese era…
-Ga…¿¡¿¡¿¡Gakupo !?!?!?