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Eirene por ShinyOdaya

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Notas del capitulo:

 

Circe: Diosa de la traición

 

Buenos diastardesnoches. 

 

Les dejo el capitulo 13 despues de mucho tiempo creo. 

Espero disfruten, me costo mucho escribirlo. 

 

Un saludo 

~13~

~Circe~

-Buen gancho... 

-Que te den Chanyeol...-Intentaba parar un poco de sangre que brotaba de mi nariz con un mísero trozo de papel que Sehun me había dado después de atizarme. 

Ambos estábamos sentados en el banco de hormigón dejando que la brisa de la tarde nos meciera el pelo y nos refrescara. Sehun aún no me había mirado a la cara y eso afectaba a los recuerdos que tenía de él como amigo, sabía que estaba muy enfadado, pero echaba de menos las conversaciones banales sobre cosas insignificantes. 

Cuando termine de limpiarme la nariz tremendamente dolorida quise encararle. 

-Sehun yo... 

-¿Dónde estabas?- Me interrumpió mirándome a la cara por fin, me di cuenta de que sus ojos estaban marcados por grandes ojeras y sus pómulos sobresalían de su piel, se le veía mucho más delgado- ¿Por qué? 

-¿Por qué qué?  

-Deja de tratarme como a un mono estúpido Chanyeol, estoy a los límites de mi paciencia...- Junto sus dedos índice y pulgar dejando un pequeño espacio entre ellos- ¿Por que todo el mundo dice que estás muerto y de repente un día me llama mi mujer diciéndome que tiene al fantasma de mi mejor amigo en su puta consulta?  

Me quedé ordenando mis ideas, frenando mis confesiones sobre Eirene en la punta de mi lengua e intentando plantear las frases para explicarle a Sehun sin mencionar las palabras: Drogas, armas, persecuciones o Eirene. 

-¿Vas a contestar? ¡¿Te tengo que volver a pegar?! -Su actuación de poli malo me alteraba un poco. 

-No puedo hablarte de donde estaba... O estoy - El me miró con el rostro lleno de estupefacción, como si no fuera a creerme dijera lo que dijera.

-¿Estás de coña no? 

-Sehun créeme, por favor...  

El se levantó de golpe, bufando, dejando escapar bufidos de frustración y malas energías, dio un par de pasos, intérprete que intentaba calmarse, pero cuando se giró para hablarme supe que no lo había conseguido, porque empezó a gesticular como un loco.  

-Viniste a "cenar"...- Levanto sus comillas- ... a mí casa, tu novio no apareció, y te fuiste de repente dejándonos a Tiffany y a mi preocupadísimos- Hizo una pausa respirando para volver a castigarme- Al día siguiente no vienes a trabajar... Me cómo tus turnos y para colmo no me coges ninguna de las 330 llamadas que te hice...- Hizo énfasis levantando tres dedos al aire- Salí tan preocupado de trabajar que lo primero que hice fue ir a tu casa...- Mire como sus ojos cambiaban a pozos negros llenos de agua- ...no tienes ni idea de la cara de estúpido que se me quedó cuando vi a la policía, Chanyeol, ahí había mucha gente, tu casa... Estaba acordonada... Y yo pregunté, quien me mandaría a preguntar- Note como su voz se quebraba un poco- Solo me dijeron que se trataba de un asesinato... Y me echaron de ahí...  

Bajé la cabeza cuando el desistió y se volvió a sentar, la tristeza me había subido un poco por la garganta creando  un nudo que solo iba a deshacerse como lágrimas.  

-Me pase días enteros frente a la televisión esperando que dijeran algo sobre ti, te llamaba al teléfono todos los días e incluso esperaba que entraras en el club alguna mañana- Limpie una gota de sal que caía de mis ojos- Un día dijeron que el asesinado fue Baekhyun y que el asesino eras tú...- Levante la cabeza de golpe para negarlo con todas mis fuerzas 

-No, yo nunca...- Pero el me paro levantando una de sus manos. 

-Otro día dijeron que habían matado a Baekhyun y que tú huiste... Al día siguiente dijeron que el que había asesinado a Baekhyun te había matado a ti también... Pero no había rastro de ti... Yo quería pensar que estabas vivo y que te habían secuestrado o algo, que necesitabas ayuda, pero empecé a creer a la gente que me decía que ya no estabas 

-Perdóname, de verdad, debí contactar contigo 

El me miro esperando algo más, quería apartar la vista de su mirada de cachorro abandonado, suplicando por ayuda.  

-No me vas a decir que fue más importante que tú trabajo, tus amigos, tus padres y tu vida ¿No? 

-No puedo... 

-Venga ya Chanyeol... -Sonrió por primera vez en ese rato, pero no era una sonrisa sincera, se cargaba de desesperación y burla- ¿Es algo así como que si me lo dices tendrás que matarme? 

-No, si te lo digo vendrán a matarte, a mataros...- El trago saliva porque realmente soné lo más serio que había sonado en mi vida 

-Dios mío... ¿Tan chungo es?-  No le conteste- ¿Algo de prostitución? ¿Drogas? ¿Una mafia o algo?- Me mostré impasible.  

-Sehun... Lo único que tienes que saber es que estoy sano, más fuerte, como bien, me he hecho un tatuaje en la espalda... 

-Ala... 

-Tengo como cuatro guardaespaldas, una de ellas es una tía cañón, como a ti te gustan y otro de ellos es un chico mono como a mí me gustan... 

-Fantástico... 

-Estoy bien, vivo... Por suerte… 

Me coloco su mano en el hombro y me apretó suavemente. 

-Lo siento por eso, Baekhyun… era un buen chico... 

-Lo era...  

Aunque el ambiente era tenso, tener a Sehun ahí a mi lado era reconfortante, familiar y muy real, sin darnos cuenta estábamos intentando alargar lo inevitable: tener que despedirnos. Y en mi caso temía que fuera ya para siempre.

Iba a comenzar con mi despedida cuando él se me adelantó, ambos nos miramos con las palabras en la boca, nos reímos y volvimos a quedarnos en un tenue silencio.

-Dime…

-No, habla tu…- Le dije yo, quería egoístamente que fuera él quien diera el paso sucio.

-Es que no hace falta decir que si tienes problemas mi casa siempre estará abierta- Su semblante era serio, supe que esa era la verdad más absoluta que había escuchado de él, y sonreí en el acto.

-Gracias, te tomo la palabra, no te vayas arrepentir…

Sehun soltó una risa nerviosa, cálida, pero cuando me levanté desapareció como una hoja de papel en llamas.

-Tengo que irme…- Siguió mis pasos y se levantó

Para mi sorpresa tiró de mi chaqueta y me envolvió en un cálido abrazo fraternal, sus manos estaban sobre mi espalda, me apretaban con fuerza y yo le correspondí con el mismo ímpetu, apoye mi barbilla en su hombro y deje que me zandareara un poco.

Cuando me soltó concluí que había respirado suficiente Sehun para unos meses y él debió pensar lo mismo porque me palmeo en los hombros con ambas manos y sonrió.

-Me alegra mucho haberte visto… -Dijo él

-Igualmente amigo –Dije yo

-Siento lo del puñetazo

-Nada, me lo merecía

-Por supuesto

Me acompañó a tirar el pañuelo manchado de sangre a una de las papeleras que había en el patio y entramos de nuevo los dos al hospital.

-

Las escaleras de hormigón se extendieron ante mis andares cansados, mire una vez más hacia atrás, despidiéndome con la mirada de mi mejor amigo y su mujer, tal vez para siempre. Ellos, cogidos de la mano, sacudían la otra en el aire, diciéndome adiós, y me puse triste. Sehun era lo último que me unía a mi vida aburrida de hace casi un año, y me estaba despidiendo de él.

Sin embargo, cuando mire a la calle vi a las cuatro personas que estaban haciendo mi vida más divertida y peligrosa. Me sorprendió ver a Yifan ya de pie. Con un cabestrillo sujetando su brazo izquierdo, Kyungsoo y Amber habían acudido y Chaerin comentaba algo seriamente mientras el resto le prestaba atención.

Mi tristeza se esfumó cuando estuve lo bastante cerca para escuchar de que estaban hablando.

-El hecho es que los Omegas están dentro...-Decía ella dejando ver la preocupación en su rostro.

-¿Y cómo...?- Comenzó Kyungsoo.

Carraspeé haciendo acto de presencia, todos me dedicaron un segundo de atención incluso Yifan volvió a burlarse de mí.

-¿Qué haces cuando te ponen una pistola en la frente Chanyeol?- Pregunto él.

-¿Negociar?

Él se rió

-No hacer el ridículo... -Y continuo cachondeándose de mi- Y ha dicho Chaerin que casi te meas en los pantalones

Iba a contestarle con una ingeniosa frase que dejara sus burlas a la altura de un gremlin cuando Chaerin alzó la voz, autoritaria.

-¡Yifan esto es serio!- Regaño a su novio

La conversación de la pareja se mudó a un segundo plano, deje de escucharles y entenderles cuando Kyungsoo me miró, con esos ojos redondos y expresivos algo tristes.

-¿Estás bien?- Me acomode la chaqueta mientras él me miraba, estaba algo nervioso, después de lo que había hablado con Chaerin sobre el amor.

-Si...

-Vaya susto ¿No?- Dijo él con un hilito de voz, intentando atraer la atención de Amber para que se uniera también a la conversación, pero está estaba demasiado ocupada mirándose las uñas.

Asentí

-Del uno al diez ¿Cómo de mal lo tenemos?

-Un millón... Puede que dos

-

El protocolo de "si algo sale mal" tuvo que volver a cumplirse un par de días, Chaerin y Yifan se marcharon a las afueras de la ciudad, pero Amber, Kyungsoo y yo no nos alejamos mucho de Seúl. Nos habíamos alojado en el

motel más cochambroso y ruinoso del barrio más cochambroso y ruinoso de la ciudad muy cerca de la estación, el propósito de no llamar demasiado la atención, la puerta de nuestra habitación no cerraba bien, pero Amber se había encargado de arrancar una silla para que nadie ni nada pudiera entrar, ni tampoco salir.

La habitación de unos pocos metros cuadrados olía a tabaco constantemente por culpa de la chica, y se llenaba paulatinamente de humo y ceniza. A Kyungsoo no parecía importarle, pero mi ropa se empapaba de ese humo y me hacia mojar los ojos.

-¿Desde cuándo fumas?- Yo sentado en la cama le miraba, ella tumbada en el sofá, soplando el humo poco a poco, sosteniendo entre sus dedos el que me parecía el quinto cigarrillo en tres horas.

-Desde que murió mi madre... - Contesto ella, tan seca como siempre pero con humanidad en su voz- ¿Quieres uno?

-No gracias- Decline la oferta

-Entonces cállate...- Me rechazo ella, yo por no buscarme algún tipo de bronca con ella le dejé estar.

Kyungsoo salió del baño con una mueca en el rostro que detonaba algo de enfado y una toalla enrollada en la cintura.

-Amber basta por favor- Le suplicó, abrí la boca para decirle que no me ofendían sus palabras mal educadas cuando ella se adelanto y apagó el cigarrillo en la mesa de madera, dejando una pequeña mancha- Gracias...

Amber abrió la ventana tras de ella y poco a poco el humo fue disipándose, sin embargo ella no parecía muy contenta y empezó a taladrarme con la intensa mirada de un depredador analizando a su presa. Kyungsoo volvió al baño, la puerta entre abierta me dejaba ver la entrañable imagen del pequeño chico mirándose al espejo, buscando alguna imperfección y despeinándose el cabello mojado con las manos para crear la ilusión de una. Aunque su reflejo marcaba grandes ojeras, sus mejillas seguían siendo rosadas como aquella noche en la azotea, y sus ojos chisporroteaban vida y juventud, pero lo que más me fascinó fue que cuando nuestras miradas se encontraron a través del reflejo, él sonrió.

-Que te lo tires no te da ningún tipo de inmunidad... -Tanto Kyungsoo como yo rompimos la conexión de nuestras miradas y nos alteramos ante las palabras de Amber

-¿Qué?

-Sí, ¿Te crees que estoy sorda?

El chico ni siquiera salió del baño para intentar calmar a Amber.

-No empieces otra vez Amber...-Gritó desde dentro

-Ahora no voy a poder ni hablar...

Eso fue lo único que hizo falta para rebotar a Kyungsoo, subí mis largas piernas a la cama para dejarle paso sin que tropezara conmigo. Kyungsoo caminaba enfadado para enfrentarse a ella, incluso pude llegar a ver al santo que le freno antes de darle un bofetón a su amiga.

-Siempre haces lo mismo- Comenzó el, cara a cara con una Amber que acababa de ponerse en pie- Cada vez que tenemos que escondernos haces lo imposible para alterarnos, para hacérnoslo pasar mal ¿Que consigues con eso? ¿TE DIVIERTE?

-¡Vosotros tenéis la culpa!- Amber punteo el pecho desnudo de Kyungsoo con su dedo varias veces- Vais de superhéroes y lo único que hacéis es joderos la vida y jodermela a mí, quedándoos encerrados cuatro días, con miedo... Yo no pedí hacer esto, yo no quería...-Ella respiraba fuerte, ajetreada

No pude evitar sentirme decepcionado, era cierto que ella me había contado que la causa de Eirene ni le iba ni le venía, ella solo estaba ahí porque cierta persona se lo pidió, pero pensaba que le habría cogido más estima a sus compañeros de batallas.

-¿Y porque no vuelves a Ares?- Sugirió Kyungsoo sin ningún temblor en su voz- Baekhyun ya no está, ya no hay nadie a quien le debas la vida...

-A lo mejor lo hago...-Vi sorprendido como cogía su chaqueta, y empujando a Kyungsoo a un lado se dirigía a la puerta, quitó la silla que la bloqueaba y puso la mano en el pomo.

-Espera Amber- Dije yo intentando pararla- No te vayas...

-Tú...- Me señaló con descaro y desprecio- Tú eres el peor de todos, vienes como una mosquita muerta sin saber coger un arma y pretendes aprender en dos meses lo que nosotros llevamos viviendo toda nuestra puta vida, y todo porque eras la querida del jefe...

El hecho de que me dejara con la boca abierta, no ayudaba a la impresión que tenía ella sobre mí, pero me dejó con el corazón rajado y con ganas de que se fuera.

-Vete- Dijo Kyungsoo por mí.

Y ella abrió la puerta y se largó.

Me quedé unos minutos mirando la puerta esperando a que entrara de nuevo, mientras Kyungsoo terminaba de vestirse. Caminaba de un lado a otro de la habitación con ropa arrugada en las manos, deje que mi preocupación por la chica se marchara por el mismo sitio que ella había utilizado y me centre en el nervioso chico de cabellos rojos.

-Kyungsoo...- Intenté llamar su atención pero el aunque me escucho no quiso atenderme

Dejó caer la ropa al suelo, como si no le importara que se ensuciara y comenzó a mover la cabeza en pequeñas negaciones, colocó una mano sobre la pared, apoyándose en ella y me levanté de la cama cuando le escuché sollozar. Acudí a él como si fuera el imán más potente del mundo y yo una pequeña viruta metálica.

-Kyungsoo eh...- Le acaricie el hombro con una mano y con la otra lo tome de la barbilla para que me mirara a los ojos- No te pongas así…

-Yo, no quise decir eso... -Se limpio corriendo los ojos mojados- Joder... Pero es que es tan inmadura...

Se quejó con desgana, de zafó de mi sutil agarre antes de dejarse caer sentado en la cama. Me senté a su lado.

-Debería ir a buscarla- Dijo y mi cabeza estuvo en desacuerdo enseguida

-No, ni hablar, no vas a salir...

Me miró unos pequeños segundos, y me gustó que su mirada no estuviera llena de desprecio ni de ira, simplemente me miro como si fuera idiota.

-Es interesante como tu sentido de la justicia choca tan descaradamente con tu sentido de la protección- Me sentí tan desnudo ante tal análisis que me incomodó.

-No sé lo que significa eso

-Chanyeol, no puede estar sola, ninguno de nosotros debería estar solo- Dijo Kyungsoo mientras arrugaba las sabanas sobre sus piernas.

-Pero es Amber- Intenté tranquilizarlo- Ella se vale bien por sí misma, tú la conoces mejor que yo, seguramente no irá muy lejos, se ha dejado sus cosas aquí, además, lo que ha dicho no iba en serio.

-Porque la conozco se que lo que ha dicho iba muy enserio…

Me quedé pensando, escuchando el sonido punzante de un reloj lejano que marcaba ya más de media noche.

-¿Volvería a Ares?- Pregunté con miedo a la respuesta.

-Eso no lo sé…

-Tendremos que confiar en ella- Dije mientras me dejaba caer pesadamente sobre el colchón, cuyos muelles chillaron con cada gramo de mi cuerpo.

Kyungsoo me siguió, pero él se quedó mirando al techo, con el ceño fruncido pero las mejillas aun rosadas y brillantes.

-Algún día tu confianza en la gente te matará… -Sonaba ¿Preocupado?

Acto seguido giró su cabeza de cabellos rojizos para mirarme fijamente, con sus ojos negros perforándome la piel, apretó sus labios frunciendo más el ceño todavía, sabía que estaba esperando una contestación, aunque no fuera ninguna pregunta.

-Prefiero morir así a morir solo y desconfiado

-Qué inocente eres- Se carcajeo él, ante mi supuesta estupidez.

-Ya… Baekhyun solía decirme eso también- Y dejé que mi mente viajara un año atrás por un segundo, antes de obligarla a volver con una sacudida y centrarla en prestarle atención a Kyungsoo- Lo siento… -Me disculpe sin razón aparente, tan solo sentí que debía hacerlo.

-No te disculpes- Y se acercó a mí, lo suficiente como para dejar sellados mis labios con un suave beso que dio paso a otro más y otro y otro.

-

Me despertó un golpe lejano, me erguí lo más rápido que mi cuerpo entumecido me dejó e intente enfocar mi vista más allá de la ventana entrecerrada.

Pasos.

Me tomo un segundo comprobar que nada había alterado el sueño de Kyungsoo, antes de levantarme y acercarme despacio a la ventana, aparté levemente la cortina que aun olía a tabaco y asomé tan solo mis pestañas por encima del sofá.

Luces.

Como fogones que iban y venían, aunque aún los veía lejos. Cerré el centímetro de cortina que había corrido cuando un haz de luz entró en la habitación, y bajé la cabeza, rezando a algunos dioses porque no me hubieran visto.

El ambiente tardó un par de minutos en oscurecerse y cuando volví a asomar la vista, lo único que había en la calle era oscuridad. Aun sin ver nada, mi cuerpo estaba tenso como una cuerda de guitarra y no parecía querer relajarse.

Cuando creí que había pasado el peligro escuche un sonido, como algo rasgador, como uñas paseándose por la madera de la puerta. Había alguien o algo ahí fuera, y me asusté. Ojala hubiese puesto la silla de vuelta en sus sitio.

Miré el cuerpo dormido de Kyungsoo y deseé que se despertara en ese momento y me dijera que hacer. Pero temía alzar la voz más de lo debido.

El golpeteo se hizo más fuerte y me armé del valor que mis padres decían que tenía cuando me iba de campamento escolar. Cosa que me aterrorizaba. Y comencé a andar hacia la puerta. Mi primer impulso fue abrir, pero reaccione antes y acerqué el ojo a la mirilla.

Vi quien era, e inmediatamente llevé mi mano al pomo para abrir suavemente, pero ella empujó violentamente, entró, cerró tras ella y me empujó con una mano en el pecho hasta que mi espalda chocó con la puerta. Todo ello sin armar ni un decibelio de escándalo.

-Am…-Me tapó la boca con su otra mano y llevo la de mi pecho a su boca, cruzando un dedo sobre sus labios.

-Shhs- Chistó- Están aquí…-Susurró advertidora

No me di cuenta de que Kyungsoo estaba agazapado sobre el colchón hasta que Amber le lanzó algo que este cogió al vuelo, bajó de la cama en un salto y se puso a buscar sus botas por el suelo. 

Noté algo frío presionándome el abdomen, bajé la mirada y pude ver como Amber sujetaba una pistola del cañón y presionaba la culata sobre mi estomago.

-Cógela, te enseñé a usarla, no te decepciones a ti mismo…- Me susurró antes de apartar su mano de mi boca, asentí y cogí el arma con la mano derecha.

Kyungsoo me lanzó mis botas que más me valió coger y me calcé tan rápido como pude dejándole el sitio de la puerta a Amber.

Aunque mis manos eran torpes conseguí ponerme las botas sin que se me cayera la pistola. Incluso me puse mi chaqueta mientras ellos dos miraban por el quicio de la puerta al exterior.

-No vamos a poder salir… -Concluyó Kyungsoo tras su investigación.

-A lo mejor no saben que estamos aquí…-Susurré yo, ambos me echaron una mirada como si estuviera loco.

-Si no supieran que estamos aquí se hubieran ido ya- Dijo Amber.

-¿Los has traído tú? Sinceramente- Le pregunto el pelirrojo a la chica. Ella le mantuvo la mirada a un centímetro de su propio rostro.

-¿Y estar en el equipo perdedor?- Vi en la comisura de los labios de Kyungsoo un pequeño temblor en forma de sonrisa.

Quería decirle que yo tenía razón, que incluso conociendo a Amber unos meses sabía algo de ella que Kyungsoo no había podido leer.

Me vino bien ser un poco inocente después de todo.

Volví a la realidad, la cruel realidad, cuando nos sorprendió otro destello de luz. Intenté pegarme más al suelo, tanto como me dejaban mis piernas, las cuales comenzaban a doler de tantas cuclillas. Apoyé mis rodillas en el suelo, sobre un haz de luz de luna tardía, mezclada con luz de sol temprana. Me giré a ver por donde entraba esa luz y se me encendió la bombilla sobre la cabeza con un chisporroteo oxidado.

-La ventana del baño…- Les anuncié mi gran idea- Salgamos por ahí…

Aunque era el único que por altura llegaba sin problemas a esa ventana, lo cierto es que gracias a los años de preparación de Kyungsoo y Amber, fui al que más le costó subir las piernas por la pared resbaladiza del baño.

Cuando a duras penas saqué mi cuerpo a la calle, me di cuenta de que hacía mucho viento, y era un viento helado, oscuro, violento, que golpeaba mis orejas y las enrojecía. Me puse de pie sobre el alfeizar de la ventana y me dispuse a seguir a Kyungsoo y a Amber, que caminaban seguros pero cautelosos por un saliente de la fachada.

Miré frente a mí, una gran explanada de aparcamiento se abría ante nosotros, en ella, decenas de camiones descansaban los ojos aparcados cerca de la gasolinera. Me recordó a un laberinto de maíz, solo que con olor a asfalto quemado, e incluso más lejos, las vías del metro.

-¿Qué hora es?- Pregunté en un susurro cuando llegué hasta ellos, para no perturbar el amanecer.

-¿Qué importa ahora eso Chanyeol?- Dijo ella- Cierra la boca si no quieres que nos encuentren…

-El metro, si llegamos a él podemos cogerlo y salir de aquí…- Kyungsoo alzó una ceja y miró a Amber, ambos pasaron un segundo en silencio, supuse que comunicándose mentalmente en un idioma que yo no conocía, y acto seguido ambos miraron a la que era probablemente nuestra única salida.

-¿Qué hora es?

-Las seis menos trece minutos- Dijo Kyungsoo mirando su teléfono

-A las seis pasa el primero…

-Tu novio tiene buenas ideas- Dijo Amber con el primer rastro de rin tintín que le había oído en todo este tiempo.

Me sentí alagado.

-Está muy lejos… -Dijo Kyungsoo- No llegaremos…

El aire helado se coló por mis pulmones y me hizo más pesado que nunca, pero cuando expiré me sentí bien, ligero, y vivo.

-No quiero morir aquí- Dije mirándoles a ellos y después al camino que nos quedaba por delante.

Sabíamos que había gente de Ares por ahí escondida, seguramente nos estarían viendo en ese momento, y probablemente estarían esperando a que bajáramos de ahí para darnos caza.

-Vosotros ir… yo os cubro- Amber cargó su arma, y saltó del saliente al suelo, cayó dos pisos y cayó de pie.

-¿Hay que saltar?- Le pregunte a Kyungsoo, el me miro y pude entrever un atisbo de preocupación, pero en seguida me sonrió.

-Yo me caí de un tercer piso y no me hice nada, esto solo son dos…- Le sonreí de vuelta- Ten cuidado por favor… te quiero siempre delante de mí y si te giras y no me ves sigue corriendo… no te pares.

-Kyungsoo… -Pero el levanto su mano cortando rápidamente mi réplica, puso su mano en un puño y levantó su meñique.

-Juramento de meñiques- Me reí ante el tierno detalle

-Pensaba que te parecía una gilipollez

-Si es la única forma de que me prometas que me harás caso, me expondré a hacer el ridículo.

Su cara distaba mucho de jugar con la burla, a contrario, Kyungsoo era una piedra seria con un meñique en alto.

Levanté mi mano y entrelacé mi dedo con el suyo, observé momentáneamente la diferencia de tamaño de nuestras manos. Kyungsoo tenía las manos mucho más pequeñas que las mías, como Baekhyun.

Cuando llegamos abajo después de un salto y por mi parte una caída extraña nos reunimos con Amber tras unos contenedores de basura.

-¿Qué coño estabais haciendo?- Exclamó ella.

-Nada… -Dijo el pelirrojo.

Amber rodó los ojos en un gesto de hastío y pereza.

-Cuando estéis preparados…- Anuncio Amber.

-Pero vamos los tres juntos, nadie se queda atrás- Les dije yo- No quiero ser yo quien se enfrente a Chaerin después de eso… 

Al parecer ambos estuvieron de acuerdo conmigo, pues ninguno se opuso. El miedo corría tímido por mis venas, pero la adrenalina y el instinto de supervivencia atoraban mi corazón a cada latido.

Comenzamos a avanzar, despacio, entre los camiones de distintos colores y marcas, intentando no hacer ningún ruido en la tranquilidad del amanecer. Amber iba delante, yo le seguía y Kyungsoo iba justo detrás de mí.

Íbamos bien, habíamos avanzado unos cuantos metros cuando el camión detrás del cual nos escondíamos arrancó. No nos dio tiempo a reaccionar porque nos vieron enseguida.

-¡Ahí están!- Grito una de ellos señalando a nuestra posición, pero nosotros ya habíamos salido corriendo.

Notaba mis cuádriceps tensarse con pequeños golpes de dolor cada vez que daba una zancada, me repetía a mi mismo que corría por mi vida para evitar pensar en el cansancio.

Oí disparos, e incluso sentí algunos de ellos pasar muy cerca de mi cabeza, tanto que los oídos me pitaban y el vello de mi nuca se erizaba violentamente. Kyungsoo puso su mano en mi cabeza y me la empujó hacia abajo para que la agachara.

Seguíamos corriendo, esquivando camiones que se movían, pasando por debajo de otros y espantando camioneros que veían aterrados la persecución

-¡Fuera de aquí!- Les gritaba yo, gesticulando con las manos por miedo a que algún inocente saliera herido

Se escuchó otra tanda de disparos, logramos esquivarlos, Amber tiró de mí y dada mi torpeza natural tropecé y caí de rodillas al suelo, raspándomelas incluso a través del pantalón, estos disparos agujerearon la chapa blanca de un camión de comercio, se abrió la puerta de conductor y un señor en su edad madura salió pagando voces.

-¡Eh, mi cami…!- Y tal como habló cayó de bruces al suelo.

Observé con pleno horror como aquel humilde camionero caía al suelo, muerto por un disparo en la cabeza. Mi cerebro sufrió un cortocircuito al ver un hombre normal, con un rostro normal, con un trabajo normal, tendido en el suelo sobre un charco de sangre porque había tenido la mala suerte de cruzarse con nosotros, el sudor se concentro en mi nuca y comenzó a bajar por mi espalda como una fría cascada. Desperté de mi sueño cuando Kyungsoo tiró de mí para llevarme de vuelta a la tierra.

-No te pares Chanyeol- Me dijo, Amber efectuó dos disparos a modo de despeje, pero pondría la mano en el fuego porque esas dos balas habían acertado de pleno, habían dos personas menos siguiéndonos.

Corrimos unos metros más paralelamente a los tráileres y remolques, las vías del metro se veían muy cerca y tan solo quedaban siete minutos. Si a las seis en punto no estábamos al otro lado de las vías estaríamos muertos. Corría desesperado teniendo la sensación de que no avanzábamos, de que mis pies estaban pegados al suelo y que llevaba un par de piedras en el bolsillo que pesaban más de cien kilos.

El sudor frio que recorría mi espalda se juntaba con un sudor caliente bajaba por mi sien, mojaba mi pelo y pegaba mis parpados, estaba comenzando a agotar mis fueras.

Bordeamos una pequeña furgoneta roja cuando pasó, de la parte de atrás del vehículo saltó un chico, vestido de negro y muy armado, no sería más mayor que yo, tal vez no entraría ni en los veinticinco, pero aun así disparó con tanta facilidad que me asusté de lo podridas que hacia Ares a las personas. Todo ocurrió a cámara lenta, más lenta de lo que me hubiera gustado, incluso pude percibir la curvatura de la bala, pero eso no hizo que me moviera más rápido. Bloqueé a Kyungsoo, que cayó al suelo y me preparé para el impacto, para el dolor, pero la bala nunca me tocó.

Sin embargo, lo que sí que noté fue el cuerpo de Amber chocando contra mi pecho, del golpe mi espalda fue contra la furgoneta en un sonido metálico. La envolví con un brazo, intentando estabilizarnos para no caer al suelo y con la mano que me quedaba libre saqué la pistola que no pensé que usaría jamás y apunté al chico que volvía a cargar contra nosotros.

No lo pensé, ni siquiera un segundo, cuando apreté el gatillo, mi única preocupación era protegernos, por suerte o por desgracia mis dedos fueron más rápidos y maté al joven chico antes de que pudiera volver a disparar. Me quedé viendo el cuerpo de ese chico, y recordé al camionero, ahora no me sentía más puro que la gente de Ares y eso hizo querer vomitar, y tal vez pegarme un tiro en la cabeza.

Mi mano temblaba en alto, el quejido de mi victima aun resonaba en mis oídos y la boca comenzó a saberme a hierro oxidado, jadee tan fuerte que mi pecho se hundió y Amber empezó a escurrírseme del brazo.

-Mmph…-Gimió ella mientras caía desde mi pecho hasta el suelo.

-¡Amber!- Aunque mis sentidos estaban en otro mundo, escuche como Kyungsoo gritaba y vi como se arrastraba hasta la chica.

Miré mis manos temblorosas, una estaba manchada de pólvora y la otra… de sangre. Mis neuronas se desconectaron y comencé a alternar mi vista entre el cadáver del chico, mis manos y Amber. Comprendí entonces que Amber había puesto su vida entre la mía y la muerte, ella había parado la bala que iba a perforarme, ella me había salvado.

Me deje caer sobre mis rodillas heridas y me situé junto a Kyungsoo.

-Amber…- Le susurré, la vista se me clavó en la gran mancha roja que se agrandaba en el centro de su pecho, ella jadeaba suavemente apretando los ojos- Amber ¿Por qué…?

Ella abrió los ojos un poco, lo suficiente para que pudiera ver como sus pupilas se clavaban en mi cara.

Simplemente sonrió.

Entre en shock, porque era la primera vez que le veía sonreír y no pude evitar sufrir pensando que era en esa situación.

-Tenéis que iros…- Dijo Amber- Sin mi…- Negué con la cabeza mientras Kyungsoo le maldecía a ella y a sus antepasados con palabras no muy finas.

-¿Te crees que vamos a dejarte aquí?- Le grito Kyungsoo- Dijimos que nadie se quedaba atrás… ¿Eres ese tal nadie? ¿No? Te jodes… ¡Chanyeol ayúdame a levantarla!  

Kyungsoo se veía alterado, y no pude evitar acordarme de mi mismo, en una situación similar, intentando quedarse junto a una persona que sabía que iba a perderse y eso me hizo saltar las lágrimas. Me veía en la misma situación y Amber… ella… era mi amiga.

Sin ayuda de Kyungsoo la levante y la subí a mi espalda, ella dejo caer sus brazos por mi cuello y apoyó su mejilla contra mi cabeza, yo le sujeté de las piernas y sin previo aviso comencé a correr de nuevo.

Amber se quejaba un poco cada cierto tiempo, pero eso solo me alentaba a seguir corriendo aún más rápido con Kyungsoo tras de mí. El pánico se instalo definitivamente cuando vi llegar el metro, se veía bastante cerca y nosotros bastante lejos, aun así no ralentizamos nuestro paso. Sabía que nos seguían, pero eran pocos, cuatro exactamente, que parecían saber nuestras intenciones también porque intentaron alcanzarnos y no solo con las manos.

Era el momento, salimos del asfalto del aparcamiento para entrar en terreno terroso, con las plantas secas que daban el tiempo soleado y pocas lluvias esparcidas de forma irregular. El tren a escasos metros, dos metros, un metro...

El silbato del tren comenzó a sonar repetidas veces.

Saltamos cuando tan solo quedaban unos ridículos centímetros.

La corriente expansiva nos empujo, Amber se separó de mi, y nos hizo rodar por la tierra a los tres llenándonos de polvo y hierba, cuando dejamos de rodar, me incorporé, mirando el tren pasar a mis espaldas y solté el aire que había estado guardando todo el camino, sintiéndome aliviado de estar al otro lado.

-Lo hemos conseguido- Dije al viento, mientras Kyungsoo me escuchaba.

-Pero el tren no es infinito, tenemos que largarnos de aquí…- Asentí, pero se nos fue la atención a las toses de Amber.

Ella seguía tumbada a escasos centímetros de nosotros, parecía no poder moverse. Nos acercamos a ella lo más rápido que pudimos.

-Vamos Amber, tenemos que irnos- Le alenté e intenté levantarla, pero ella se quejó con un gemido lastimero que me hizo frenar en seco mis acciones.

-No puedo- Me dijo ella y su voz no sonó para nada en este mundo- No pasa nada… Chanyeol- Ella levantó su mano y agarró mi camiseta, tiró un poco de mí y entendí que quería que me acercara- Me puse… delante de ese tipo… porque me caes bien…

Kyungsoo no pudo aguantar más sus lagrimas, aunque eran silenciosas, caían y caían como si sus ojos fueran ríos y ellas las cascadas.

-Además…-Siguió hablando- Yo ya me he vengado… tu aún tienes que conseguir descansar… en paz… por Baekhyun.

Asentí, incapaz de formular palabra, me sentí tan agradecido que mi corazón dolía. Mis ojos picaban por la sal de las lágrimas que deseaban caer y mis pulmones se hinchaban de aire que sabia a despedida.

-Kyungsoo, te ves horrible…- El chico pelirrojo se llevo un brazo a sus ojos, ocultando parcialmente su rostro

-¡Siento haberte dicho esas cosas!- Grito entre sollozos- ¡Gracias por salvarme la vida tantas veces! ¡Por cuidar de mí! ¡Y de Jongin!

Ella emitió un sonido que interprete como una pequeña risa.

-Jongin… me caía fatal… Lo hacía por ti…- Kyungsoo solo lloro más a eso.

-Llamare a Tiffany, ella hará que te pongas bien- Ella clavo sus ojos en mi, llamándome estúpido con la mirada, pero realmente no quería que se marchara

-Chanyeol… cállate…  

Con un suspiro deje que mis lágrimas brotaran, era tanto el sentimiento que no podía contenerlo más.

-Acuérdate, dile a ese capullo que fuiste tu quien le metió un tiro entre ceja y ceja… por tu madre.

-Lo haré… Decirles vosotros… a Yifan y a Chaerin que agradezco… que hayan sido mi familia… todo este tiempo…

-Lo haremos…

-Cuidar el uno del otro…

-Vale…

Y escuchándonos llorar y con una extraña sonrisa en los labios cerró los ojos para siempre.

Me dejé caer sentado en la tierra mientras Kyungsoo lloraba sobre ella, abrazándola como si fuera su hermana mayor, bueno, realmente lo era.

El tren llegaba a su fin y sabía que teníamos que irnos, pero no dejé de pensar en la segunda oportunidad que Amber me había regalado y lo poco que importaba la vida, cuando uno no tenia con quien compartirla.       

Notas finales:

 

 

 

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