~9~
~Macas~
Kyungsoo había conducido, había conducido mi coche, coche que no había dejado conducir ni a Baekhyun. Pero bueno, yo no estaba en condiciones. El me había arrastrado hacia su casa, la casa de Eirene y que yo no sentía como hogar. Me había ayudado a subir las escaleras y me había sujetado mientras abría la puerta con su llave. Una vez estuvo la puerta abierta entramos al piso, Kyungsoo no quiso encender las luces, aunque el amanecer ya era notorio. Se deshizo de su chaqueta.
El ambiente lúgubre de aquel lugar en el que me había despertado seguía siendo oscuro, sabía que debía acostumbrarme a aquello pero tenía la sensación de que iba a costarme mucho
-¿Dónde demonios estabais?- Una voz femenina llegó desde el sofá, vi una figura entre la oscuridad que se levantaba y se acercaba a nosotros. Encendió la luz
El rostro de Chaerin estaba marcado por la furia, sus ojos grandes estaban desmaquillados y crispados, entrecerrados analizando nuestras caras.
-Kyungsoo sabes en qué situación estamos- Su tono había cambiado a un tono preocupado y familiar- No podéis iros a donde os apetezca sin decírnoslo- Me miro con pura tristeza- No queremos otro susto
Kyungsoo entro dejando de lado a Chaerin, no parecía importarle la preocupación de la mujer, pero a mí sí.
-Lo siento Chaerin…-Ella me miro con sorpresa poco disimulada.
-No pasa nada, es solo que ahora tenemos que mirar quien se esconde detrás de cada esquina…
Entró en el piso, dejándome vía libre a mí. Le seguí
-¿Y se puede saber a dónde habéis ido?- Se dirigía de nuevo a Kyungsoo- Apestáis a alcohol…
Kyungsoo se levanto levemente la manga de la camiseta para dejar a la vista el nuevo tatuaje
Chaerin lo miro fijamente y después le miro a la cara
-Oh… Kyungie- Suspiró la mujer- Que detalle…
-Se lo prometí- Confesó Kyungsoo encogiéndose de hombros- Es una forma permanente de recordarle…-El muchacho de ojos grandes no parecía verse afectado, como antes- El de Chanyeol sin embargo, es muchísimo peor
Kyungsoo habló entre serio y bromista, dejando a la chica de cabellos de oro ardiendo de curiosidad.
Kyungsoo revelo el lugar de mi tatuaje señalándose su propia espalda y las manos pequeñas de Chaerin comenzaron a subirme la camiseta, yo me opuse al principio, pero mis sentidos inhibidos por el alcohol hicieron que ella ganara fácilmente.
Se produjo un silencio algo cortante cuando lo vio, notaba su respiración dándome en la desnuda piel de mi espalda.
-¿Chanyeol?- Pronunció seria.
-¿S…si?
-¡Es hermoso! ¡Me encanta!- Grito, retumbando su voz por cada hueco de aquel piso- Es precioso…
-Es gracias al lienzo también… -Dijo Kyungsoo con una sonrisa en los labios, una sonrisa de verdad, la primera que le había visto.
-¿¡Qué demonios son todos esos gritos Chaerin?!- Un Yifan con el pelo revuelto y sin camiseta apareció por el pasillo.
Kyungsoo y Chaerin aun reían y habían aparecido pequeños rayos de buen rollo entre ellos
-Mira lo que se ha hecho Chanyeol- Llamo la mujer a su recién despertado novio
Yifan se acercó
-¿Un fénix?- Me sentía algo expuesto a tanta mirada, menos mal que Amber tan solo se asomó al salón y rodo los ojos antes de volver a lo suyo- Me gusta…- Y con las palabras de Yifan supe que a fin y al cabo, no había cometido un error decantándome por Eirene.
A la mañana siguiente mi cuerpo estaba entumecido, pero yo tenía ganas de levantarme, más que en las últimas semanas, me vestí rápidamente con la ropa ancha de Yifan y me propuse salir de mi habitación peinándome algunas greñas e intentando mantener la sonrisa.
Para mi sorpresa, todo el mundo estaba allí hoy, hablando de diversos temas comiendo tostadas y bebiendo café.
-Buenos días- Dije algo más alegre de lo habitual en esos días
-Buen día Chanyeol- Canturreo Chaerin dándome una taza de café y un sitio en la mesa, accedí.
Kyungsoo se limitó en hacer una mueca medio sonriente mientras me mantenía la mirada por unos segundos, Yifan me levanto la mano como saludo y Amber me soltó un seco “ei…”
Pero a mí me bastaba.
No pude impedirme pensar que aquello parecía un bonita estampa familiar, una madre y un padre con sus dos hijos callados y algo rebeldes. Me pregunte si me aceptarían como mascota, o como “el tío Chanyeol”
-Emm… Quería pedir algo sin parecer atrevido- Los cuatro miembros fijaron la atención en mi- Me gustaría que me enseñarais a defenderme…
Se hizo algo de silencio en el que los cuatro intercambiaron miradas que solo ellos podían leer
-¿Defenderte o luchar?- Pregunto la callada chica de pelo corto y mirada penetrante
-Pensaba que las dos cosas iban ligadas- Dije inocente, recordando las películas de acción que había visto
-En realidad no tienen nada que ver- Contesto ella
Me encogí de hombros
-Supongo entonces que a luchar…
Y hubo sonrisas por una parte y malas caras por otra
Lo que no me esperaba era que a partir de ese momento mis días iban a ser todo un caos. Al menos, no quedaría tiempo para dejar mi mente en blanco y pensar el Baekhyun.
Los meses siguientes fueron duros, extraños pero productivos, empezaba a preguntarme de donde habían salido esas personas y si realmente llegaría un día en el que me parecería lo más mínimo a ellos, al menos las agujetas los golpes y mis músculos no dirían lo contrario.
Empecé con Chaerin y sus clases de “lucha libre” en el “sitio de Kyungsoo”, hasta ese momento, no imagine que una chica a la que le doblaba el tamaño pudiera tirarme tantas veces al suelo con tan pocos movimientos. Yifan y Kyungsoo reían cada vez que chocaba la grava con la espalda y animaban a Chaerin a hacerlo de nuevo.
-Vamos Chanyeol, levanta…- Mis piernas flaqueaban pero aun tenia energía para intentarlo de nuevo.
Sus enseñanzas eran básicas, me enseño a defender mis puntos débiles y a usar mi tamaño y mi fuerza en mi beneficio, aun así, recibí muchos golpes de sus pequeños puños que dolían como miles de agujas. Me enseñó movimientos clave, esquivar, golpear, rodar, y alguna que otra manera de dejar al oponente fuera de combate, pero no fue hasta pasadas las cuatro primeras semanas cuando conseguí aplicar todo lo aprendido y cuando ella me atacó, conseguí atrapar sus puños al vuelo inmovilizando sus brazos, colar mi pierna entre las suyas y hacer que tropezara con un ligero movimiento de rodilla.
Cuando Chaerin toco el suelo, Yifan y Kyungsoo dejaron de reírse
-Muy bien…- Dijo la chica desde el suelo, le ayudé a levantarse- Ahora metete con alguien de tu tamaño…
Y escuché como Yifan crujía sus nudillos
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Con Amber la cosa era más seria, yo nunca había sostenido un arma de fuego en las manos, y hacerlo por primera vez me resultaba peligroso y oscuro, mis manos temblaban y el miedo a que me explotara en la cara era evidente.
-No va a comerte- Dijo la chica, cargando la suya- Esto es el cargador…-Me señalo lo que acababa de insertar en la parte más baja- El gatillo, el cañón, la boca de fuego…- Me enseñó el pequeño agujero de donde salía las balas- …el seguro, muy importante y la mira, por donde se apunta.
Amber no parecía querer estar ahí y la entendía, yo mismo me consideraba patoso y tener que lidiar con alguien como yo en vez de descansar en su rato libre resultaba frustrante
Me miró una última vez mientras yo observaba la mía. Brillaba tanto que parecía un objeto precioso, una gema tallada con forma letal.
Amber estiró el brazo y apuntó a algún sitio detrás de mí. En la zona de entrenamiento de tiro que Ares había habilitado para sus soldados estaba vacía, no porque fuera tarde, sino porque era demasiado pronto y no se oía nada más que nuestras respiraciones y los chasquidos de las pistolas. Me giré para ver los “objetivos” así les había llamado ella a los paneles con forma humana que había esparcidos tan lejos como me llegaba la vista.
Ella disparó y el objetivo más lejano se zarandeó con un agujero justo en el punto que representaba su cabeza.
Me pareció fascinante como le había dado sin ni siquiera mover un músculo.
-¿En serio eres tan buena?- Le pregunté y eso pareció ofenderle porque me quito el arma de las manos, le quito el seguro con un movimiento ligereo de muñeca y apuntó con las dos manos.
Empezó cruzando su brazo izquierdo sobre el derecho, en movimientos gráciles, Amber recorría todo el campo con diminutas balas que brillaban bajo la luz de los fluorescentes. Su cara mostraba una seria mueca de concentración. Mientras miraba a cada uno de los paneles, porque parecía que donde pusiese el ojo ella ponía las balas.
Cuando terminó las figuras temblaban entre humo y olor a pólvora, y todas y cada una de ellas tenían el mismo agujero en el mismo sitio. En la cabeza.
-Vaya…- Aun me pitaban los oídos por el ruido
-No vuelvas a dudar de mis habilidades…- Me riñó- Soy la mejor tiradora de este puto circo
Me encogí sobre mí mismo, a pesar de su pequeño tamaño esa mujer parecía más fuerte que cualquier hombre.
Me devolvió el arma y se pudo detrás de mí, noté sus manos en mis codos y como me subía los brazos
-Vamos a empezar con las dos manos- Cogí el arma con las dos manos y apunté al objetivo más cercano- Estas temblando mucho Park
No me di cuenta hasta ese momento de que mis manos se sacudían y un sudor frio me caía por la espalda.
-Pensé que Baekhyun saldría con una persona más…-Y disparé-…valiente
Obviamente no le di a nada, ni siquiera lo más mínimo, pero el hecho de que hubiera apretado el gatillo sorprendió a Amber. Por una parte, no me sentía bien, mi corazón latía en mi cabeza y mis piernas temblaban como flanes en un terremoto, pero sin embargo, un orgullo chispeó en mis entrañas.
-Vale… podemos ir avanzando…
Las semanas que le siguieron a ese día pasaron lentas, Amber y yo pasábamos mucho tiempo juntos, pues ella invertía su tiempo en entrenarme poco a poco como tirador, para poder defenderme o para poder atacar, lo mismo me daba.
Sabía que no había nacido para esto, pues de cien disparos solo veinte daban donde yo quería, pero ella tampoco parecía encajar en ese lugar, era diferente a Chaerin, a ella se le veía preparada mentalmente mientras que a Amber no parecía que le gustara estar ahí.
-¿Por qué estás aquí? ¿En Ares quiero decir?- Le pregunté mientras tomábamos un refresco junto a los paneles de objetivo, sentados en el suelo lleno de polvo y casquillos vacios.
-No te importa- Me dejó caer como una piedra, pero yo insistí
-En realidad si me importa, os habéis convertido en mis compañeros y me gustaría saber más de vosotros, hasta ahora solo se que seguíais a… Baekhyun…
-Mi historia es común comparada con las que hay por aquí…- Dijo ella con el afán de quitarse mi curiosidad de encima.
-Pero es tu historia- Dije con una tímida sonrisa, intentando hacerme paso- Me gustaría oírla…
Ella rodó los ojos mientras se acomodaba con la espalda apoyada en la pared.
-Mi padre murió cuando yo era muy pequeña, desde entonces tuve un padrastro, él no me gustaba, era patético, tonto y muy bestia, no tarde en descubrir de malas maneras por motivos que no te importan, que trabajaba para la competencia de Ares, aunque yo no sabía qué era eso aún…- Bebió de su refresco mientras hacia una pausa, vi como su rostro cambiaba, se marcaron las arrugas de su frente y su mandíbula se apretó-… a mi me daba igual, pero un día se volvió loco, y simplemente mató y violó a mi madre, en ese orden, y después me molió a mi a golpes y patadas, desde ese día en el hospital juré que vengaría a mi madre…- Pauso otra vez, supuse que para recomponerse-… tropecé y caí en manos de Ares, no era nada buena, no sabía luchar e incluso me llevé alguna paliza de mis compañeros, sin embargo, conocí a alguien que me hizo sobrellevarlo todo… -Me miró
-¿Baekhyun?
-Exacto… él me decía que siguiera luchando fuera cual fuera mi razón, así que lo hice, cuando llego la hora de cargarme a ese cabrón simplemente le disparé a metros de distancia…-Simuló con sus manos que disparaba-…la bala le atravesó el cráneo entre los ojos, la pena es que no supo que fui yo… se lo diré en el infierno… cuando mi sed de venganza estuvo satisfecha me quedé vacía, sin rumbo y pude ver de cerca de que pasta estaba hecho Ares, y no me gustó así que cuando Baekhyun me dijo que me uniera a la causa, acepté- Arrugó de nuevo la frente- Aunque en realidad ni me va ni me viene, Baekhyun parecía realmente convencido de acabar con esto y yo hubiese dado mi vida por el chico que prácticamente me salvó la vida… además, también le cogí cariño a Kyungsoo…- Sonrió- …a los demás no
Mis ojos estaban aguados, debajo de la fachada ruda y salvaje de aquella chica había un corazón machacado por muchos puños y cosido por muchos hilos que se habían roto y vuelto a coser, sin embargo ella mantenía esa expresión de seriedad solemne.
-Pues tu historia me parece interesante- Dije mientras se me escapaban un par de lágrimas que me apresuré en limpiar
-La gente está aquí o bien por dinero, o bien, como tú y yo, por venganza…
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Yifan sostenía la barra sobre mi cabeza, me había tomado unos segundos de descanso del levantamiento de pesas, los músculos me ardían y las articulaciones gritaban de dolor. Era una tortura, los ejercicios eran cada vez más duros y yo cada vez me movía menos.
-Vamos Chanyeol…-Me animaba Yifan- …solo te queda una serie de doce repeticiones
Él lo decía como si no fuera nada, pero verle aguantar con una mano lo que yo no podía con dos brazos me hacía dudar de su palabra. La diferencia de volumen muscular era notable y aunque yo había ensanchado bastante, aun me quedaba para llegar al nivel de Yifan
-No puedo más, me duele todo…-Yifan se rió mientras dejaba las pesas a un lado.
Ese gimnasio estaba lleno, pero para mí tranquilidad ninguna de las personas que hacían ejercicio allí pertenecían a Ares, o eso esperaba.
Mire mi cuerpo en el espejo de pared que cubría todo el gimnasio, mis hombros quedaban al descubierto por mi camiseta sin mangas, eran más anchos, mas grandes, los músculos de mis brazos estaban más marcados y en mi cara se podían ver marcada las ojeras de noches en vela y esfuerzos forzados.
-Yifan...-El chico dejó de hacer lo que estaba haciendo para prestarme atención- Creo que estoy preparado…