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Grumpy {Leo+N - VIXX} por AquaDreams

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Notas del fanfic:

Me gusta está pareja. 

No se quien es uke o seme pero dudo que Leo sea uke -.- XD 

Notas del capitulo:

Hola hola, espero les guste este ONESHOT.

Recién comienzo con VIXX -ES probable que hayan errores de nombres o etc- 

Nota: Taek le dice HakChan a N de cariño. 

Su mirada es fría y desinteresada ante el mundo, la cual intimida a cualquier que le voltea a ver directamente a los ojos. Observa todo a su alrededor mientras sigue su camino habitual para llegar al instituto. Inclina su cabeza en muestra de respeto ante los vendedores que cruza todos los días, algunos le sonríen con amabilidad y otros copian su acto.

Cuando por fin llega al instituto todos voltean a verlo, porque a pesar de ser alguien frío, calculador y por ser, de naturaleza, gruñón, es un muchacho demasiado guapo y su seriedad no interviene en ello, no por nada era conocido como el fresco rey del hielo. Él solo agacha su cabeza ante tanta atención sola en su persona, se avergüenza y sigue caminando hasta los asientos del patio.

Él es: Jung Taekwoon, un joven de 17 años, tez blanca y cabello negro, personalidad de hielo, altura envidiable y un pésimo sentido del humor. El rey del instituto aunque el ignore ese hecho.

Se sienta en una banca de madera y toma un libro de su morral y se pone a leer, queriendo olvidar las vistas descaradas sobre él. Por eso odiaba el nuevo año escolar, nuevos alumnos, nueva gente mirándolo, nueva gente a quien odiar, era un ciclo que se repetía luego de tres meses de –cortísimas- vacaciones.

 

Suspiró por enésima vez, viendo por milésima vez con mala cara a unas chicas de primer año que pasaban por su lado y empezaban a cuchichear y dar grititos. Ellas se callaron y siguieron su camino hasta su aula.

Rebuzno y guardo su libro “El silencio de un espectador”; Solo quería eso, vivir en una historia donde el solo fuera un espectador más, sin sobre saltar y mucho menos tener que ser parte de una historia, solo quería ser la sombra de los demás.

Camino tranquilamente hasta el primer piso del edificio y miró las pizarras dónde estaban anotados los alumnos y, que desde ese día, serían sus compañeros de aula, aunque él no conocía a ninguno, quizás eran compañeros desde primaría pero él no los recordaba. Le restó importancia a esos nombres desconocidos y entro al aula, por suerte era el primero y pudo escoger un lugar cómodo para él; Al fondo contra una de las ventanas, aburrirse y distraerse de las clases era habitual en él por lo que al menos podría despejar su vista hacía la ciudad.

— Buen comienzo de año — Entra un profesor de tercera edad, con –casi- una calva y unos pequeño y redondeados anteojos color verde musgo. El fijo su vista en ese hombre — Silencio, silencio… — Y ninguno de sus compañeros hizo caso alguno.

— Callaros ya — Dijo, no fuerte, pero su voz gruesa hizo eco, muchos se sorprendieron, nunca le habían escuchado hablar, algunos voltearon y siguieron en lo suyo. Taekwoon, se paró de inmediato camino hasta quien había creado nuevamente la bulla, lo tomo por el cuello de su camisa y dijo: — Eh dicho: ¡Callaros ya! — Y lo empujó contra unas mesas.

— Oye, ¿Qué te pasa amigo? — Dice el joven de cabello castaño mientras se paraba y le veía de mala gana.

— Que te calles. — Escupió.

— Vamos, vamos… no peleen, sentaros en vuestros lugares — Dice el hombre de tez clara. Taek atiende y vuelve a su lugar, gruñéndole y enseñándole los ojos a ese chico. — La mayoría de ustedes se conoce ¿no es así?

Todos contestaron un sí, menos Taek, él ni siquiera se molestó en responder.

— Bueno chicos, debo anunciarles que habrá un compañero nuevo este año, y al estar ya casi en último año espero se pueda integrar bien en ese grupo. — Camina hasta la puerta y la abre— Pasa — Dice — Él es el joven Cha, vivió en florida por unos años, espero y lo traten bien. Vamos, preséntate a tus compañeros.

— ¡Hola a todos soy Cha Hakyeon! — Dice sonriendo abiertamente — Pueden llamarme N — Hakyeon sí que era extrovertido, y su sonrisa hizo caerle simpático a muchos.

— Bien, señor Hak puede sentarse por allá atrás — Dice mientras le señala un lugar libre; Al lado de Taekwoon. El pelinegro rodó de ojos al notar que tendría un compañero –y por lo visto- algo fastidioso.

El pelirrojo camina hasta el lugar correspondiente y deja su morral ahí, sentándose y volteando a ver a su compañero de banco.

— ¡Hola! ~ — Dijo en un tono lindo, muy infantil para el otro — Puedes decirme N ¿Y tú cómo te llamas?

Taekwoon solo lo miró de reojos y bufó, giró su vista hacía la ventana. Hakyeon quedó confundido: ¿Qué clase de persona se pone de mal humor cuando alguien intenta ser educado?, También bufó y pegó su vista a otro punto, pero de vez en cuando su mirada se escapaba a ese jovencito de cabello lacio. Por alguna razón, le había llamado la atención.

Enarcó una ceja en forma divertida, la primera clase había terminado y tenían el receso, mientras una curiosa risilla abandonó su boca.

— ¿No me dirás cómo te llamas?

El otro solo lo miró.

— Tengo el derecho de saber cómo se llaman mis compañeros del aula. Vamos, dime… — Sonríe y empieza a sacudirle el brazo.

Taek se para, molesto e irritado por ese pelirrojo fuego.

— Eres molesto

Sus piernas largas le permitieron llegar a la puerta de salida antes de que el otro pensara en siquiera poder seguirle.

N queda mirando a la puerta, donde ese chico de aura fría había desaparecido como el humo, bufa porque increíblemente nadie se resistía a su simpatía. Hablando de eso, algunos de sus compañeros de curso de habían acercado a hablar con él.

— ¿Vivías en estados unidos? — Dice el chico castaño, ese cual había tenido un enfrentamiento Taek al inicio de clases.

— Si — Sonríe — Desde los quince años, no es mucho, pero si lo suficiente como para extrañar mi país natal.

— Eso es increíble — Un chico de sonrisa muy bonita estaba emocionado. — Mi nombre es Hongbin.

— Mi nombre es…

— Hakyeon — Llega un chico alto, usando una voz divertida — Eres Hakyeon, ya lo ha dicho. Yo soy Jaehwan, pero puedes decirme Ken.

— Yo soy Ravi — Habla el castaño con un sombrero negro.

— Y yo soy Hyuk

 

~

— ¿Me dejas acompañarte? ¡Vivimos cerca!

— No

— ¡Por favor!

 

Ya seis meses habían pasado, y siempre la misma rutina. Hak siguiendo a Jung –ya que este no quiso decirle su nombre- y el otro evitándolo.

— ¿Qué quieres de mi?

— ¡Tu corazón! — Dice de una manera tierna, haciéndole arcadas al pelinegro.

— Idiota.

— ¿Acaso tu corazón está ocupado? — Hak miro a Jung, notando que su semblante había cambiado… entonces suponía que sí, que el corazón de Jung estaba ocupado por alguien más.

 

~

 

—  ¿Taekwoon? ¿Se llama Taekwoon? — Dice mientras miraba pensante.

— Sí, y es el único chico del colegio del cual todos le temen, incluso los más rudos — Aclara Hyuk mientras le susurra al oído — Han dicho que es bueno triturando huesos, no te acerques mucho.

Taekwoon…

Ese nombre –curiosamente- se le hacía sumamente familiar… ¿Pero de dónde?:

FLASHBACK.

Hak tenía ocho años y estaba con su mejor amigo Leo, estaban en el parque, de las manos, el más pequeño –por meses- se había caído y estaba llorando.

— N… no llores, solo es un pequeño raspón.

— P-pero me duele…

— No tiene porque — El más alto se agachó a la altura de su amigo y le acomodo el cabello negro obscuro detrás de su oreja.

— Lo dices porque tú eres fuerte, Mi dongsaeng es muy fuerte. Quiero ser como tú — Susurra mientras esconde su rostro entre sus manos.

— Tú eres muy valiente y fuerte.

— Leo es genial, Leo me gusta… — Dice mirándole, sus pestañas aún estaban húmedas por las lágrimas, sus ojos brillosos y seguía mirándolo, fijamente, a los ojos.

Taekwoon ríe divertido.

— Entonces… ¡Casémonos Hakyeon! 

— ¿Lo dices enserio? — Dice sonriendo esplendorosamente.

— ¡Sí! Cuando vuelvas de américa nos casaremos.

— ¡Espérame hasta entonces, Leo!

 

 

El pelinegro dice:

Te extrañaré

 

Y lo último que vio del niño que le gustaba era su lágrima rodar por su mejilla.

— También lo haré, Leo. ¡Recuerda la promesa! — Y sigue su camino. — Volveré en unos meses Taekwoon, espérame.

 

~

 

Taekwoon, Taekwoon, Taekwoon ¡TAEKWOON!

Hak abre los ojos de una forma enorme, se había sumido tanto en sus pensamientos que sus compañeros guardaban sus cosas. Voltea hacía el asiento de Taekwoon, pero el no está ahí, toma su bolso y corre hasta la salida dónde lo encuentra caminando en una forma sumamente lenta y tranquila.

— ¡Espera! — Grita — ¡Oye!

El otro voltea y le echa una mirada de odio, y vuelve a su camino, pero esta vez más rápido.

— Espera, porfavor…

— ¿Por qué debería? — Dice frío.

— Esperame, Leo. ¡Tu lo p-prometiste!

El pelinegro volteo, mirándole fijamente.

¿Su Hak? ¿Era su Hakkie?

 

— ¿Hakchan? — El alto voltea y antes de darse cuenta el pelirrojo estaba abrazado a su pecho, escondiendo su rostro en su pecho.

— Leo, te extrañe tanto.

— ¡Oye, suéltame! — Dice exasperado empujando al mas viejo un poco lejos.

— ¿Leo?... — Su mirada cambia a una de confusión, ahora se preguntaba porque el joven era así, siempre había sido un niño dulce y tierno. — ¿Qué paso con el viejo Leo?

— No hay ningún Leo. Leo no existe, soy Taekwoon.

— ¡Eres Leo, mi Leo! … siempre, y siempre lo serás.

— Leo murió, Hakchan… Leo dejó la vida el día que… que rompiste la mas preciada promesa con él.

— ¿Q-que?

— Meses Hakchan, meses… ¡Fueron años!

 

Y el más alto desapareció, dejando más confundido al pelirrojo.

.

.

.

 

— ¡Deja de evadirme! Leo… — Dice tomándolo del antebrazo, ganando miradas, pues estaban en el jardín del instituto.

— Vete de mi vista.

— ¿Por qué?

— ¿Acaso no notas que todos nos están viendo? ¿Quién te crees que eres para interferir en mi vida?

— Hakchan… — Murmura

— Hakchan Tambien murió, al igual que Leo. Solo existen Hakyeon y Taekwoon ¿Entendido?

— P-pero… ¿Por qué? ¿Acaso no recuerdas mis sentimientos?

— ¿Y tu recordaste los míos? — Dice serio

— Te envíe muchas cartas y…

— Mientes, nunca leí nada tuyo.

— ¡Pero yo las enviaba!

— Dejame en paz.

— Leo..

— Y aléjate de mi, no quiero destacar

.

.

.

 

 

N estaba parado en las espesas calles, había un gran frío y la calle estaba blanca, cubierta de una gruesa capa de nieve. Miraba hacía un punto fijo, sus lagrimas querían caer pero no lo hizo.

¿Por qué Taekwoon besaba a esa chica? ¿No era que a él no le interesaban las mujeres?

La chica se separo y le sonrio coqueta, le entregó una bolsa y se fue.  Hakyeon sonrió ironico.

— ¡Leo! — Gritó como si nada pasara.

— ¿Hakc-…Hakyeon? — Dice

— ¡Feliz cumple años! — Susurra — Lo lamento, intente localizarte pero cuando salí de tu casa y te vi aquí… ¡Dios la suerte estaba de mi lado!. Pensé, pero lamento si interrumpí con tu novia, después de todo… solo quería darte mi regalo — Sonríe tristemente, el tono de su voz había cambiado mucho y Taekwoon lo había notado, noto que había hecho poner triste a N.

— O-oh, gracias…

— No hay de que… ah, debo irme.

— Oye, espera… tu casa está de paso a la mía, dejame acompañarte.

— No creo que sea necesario.

— Vamos — Entonces Taekwoon toma el brazo de Hak para pasarlo por el suyo y caminaban así, en  silencio.

Hak estaba triste, pero a la vez feliz por lo menos Leo estaría feliz, no importaba no ser lo que esperaba del menor, solo estaba contento con su amistad...

¿Verdad?

— No pongas esa cara larga — Taekwoon lo abraza por el hombro y caminan así. — Llegamos a tu casa — Le mira fijamente — Nos vemos mañana — Se acerca al rostro del moreno y junto sus labios en menos de un minuto, su sonrisa apenas fue vista por el mayor— Nos vemos en el colegio mañana, no te olvides. Pasaré a buscarte y si no estás a las siete me iré sin ti — Su voz sonó decidida pero con un toque de cariño en ella, Hak aun no salía de su ensoñación y antes de darse cuenta Leo se iba.

— ¡Leo, Te amo!

El pelinegro alzo su mano en forma de saludo, volteo su vista y le dio una gran y hermosa sonrisa.

 

 

 

¿Era posible enamorarse dos veces de la misma persona?

Bueno, tres veces.

N sonrió y entró en su casa, se pegó a la pared y cayo, como si se hubiera derretido. Salto en su lugar y en ese entonces cayó un papel.

 

Leo y Hakchan 4ever

 

Notas finales:

Espero os haya gustado. 


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