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Deseo cumplido por vickytoya

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Notas del fanfic:

No sé si se considere un trío estrictamente... En fin, es el primero que escribo, así que échenle flores y escribiré más (?)

Notas del capitulo:

¿Por qué tantas notas?

Espero que les guste.

A leer <3

Deseo cumplido

Se encuentran desnudos y jadeantes cuando Ravi ingresa a la habitación, la mirada lasciva que Leo le dedica es invitación suficiente para que el calor empiece a recorrerle de súbito el cuerpo.

—Ravi—lo llama Leo con voz suave, casi como un gemido que está dispuesto a excitar a las dos personas en el cuarto, a pesar de que Ken sabe que no fue su nombre el pronunciado por los labios de su novio, tal vez esa sea la razón por la que lo gira y lo penetra de una estocada certera, sin preparación alguna.

El mayor gime y Ken arremete en las estrechas paredes de su cuerpo mientras Ravi comienza a desnudarse, sin quitarles la vista de encima, sin quitar el calor que recorre su cuerpo de su piel, es por eso que su miembro salta caliente y grueso cuando es liberado de los estorbosos bóxers, se acerca sigiloso, como el más sublime cazador que sabe su presa puede escapar en cualquier momento, entonces la voz ronca de Ken resuena por el lugar.

—Acuéstate, tu cabeza hacia acá—es una orden concreta para Ravi, por lo que el menor de los tres obedece, poniendo su cabeza entre las piernas abiertas de Leo, que sigue siendo torturado por las deliciosas embestidas del castaño—sobre él, bonito—murmura en el oído de su novio. Entonces sale de él por unos momentos, dejando que se acomode sobre el chico de cabello blanco para volver a entrar, siempre fuerte, grande y caliente.

Cerca del rostro de Ravi se balancea el pene de Leo debido a los embates de Ken, pero no es hasta que siente la lengua cálida y húmeda del mayor recorriéndole el tronco cuando se anima a saborearlo.

Empieza por tomarlo entre sus manos, sopesándolo, notando tan caliente como ha de estar el propio, vibrante; lo recorre con dedos trémulos, decidiendo llevarse un testículo a la boca primero. Así pues posiciona la caliente bola entre sus labios, succionando con avidez hasta que la introduce completamente, uniendo al concierto de pieles chocantes el sonido característico de la succión.

Leo grita por el placer que siente ante la tirantez que provoca la boca del menor sobre su hombría, combinado con el dolor provocado por Ken, el cual ha tomado las hebras largas de su cabello y las ha enredado entre sus dedos, jalándole la cabeza hacia atrás, doblándole la espalda de tal manera que no pueda alcanzar el miembro de Ravi con sus labios, por lo que empieza a masturbarle con las manos, bombeando con fuerza el sexo caliente y lleno de venas del menor.

El mayor culmina en la boca del menor cuando siente los dedos de Ken hurgar en su entrada en conjunto con su miembro y los dientes del primero rozarle el miembro, entonces éste sale del lugar donde ésta, incorporándose para evitar ahogarse con el semen del más grande.

Ken lo llama, haciendo un gesto con la mano, invitándolo a que se posicione al lado suyo, le da unas cuantas indicaciones que Leo no alcanza a escuchar y en menos de lo que imagina tiene el miembro de ambos chicos entrando y saliendo de su cuerpo al compás.

Uno dentro.

Uno fuera.

Los gemidos salen de su boca mientras siente como un fino de saliva abandona su boca y se instala en el suelo alfombrado, dejando una mancha húmeda que termina por perder de vista. Sus manos se convierten en puños, pero dejan de soportar su cuerpo en cuanto siente la mano de Ken hurgar en su miembro; podría reconocer el tacto aunque tuviera los ojos cerrados y los demás sentidos privados, porque en todo ese tiempo, ha sabido reconocer que nadie más lo tocará como él.

Ken pellizca sus testículos minuciosamente, sabiendo lo que al mayor le gusta, entrando con más fuerza cada que Ravi sale, encontrando ese punto que lleva al pelinegro a ver las estrellas, arremetiendo una y otra vez contra el delicado y níveo cuerpo, estrellándose contra la próstata mientras una de sus manos se encarga de cubrir el glande.

— ¿Así que te gusta, no? —Pregunta el castaño deteniendo las embestidas, parando a Ravi.

Leo se mueve a gatas, encontrándose con el miembro a punto de estallar del menor, metiéndolo en su boca y degustando el sabor salado y amargo del presemen, lamiendo con avidez, chupando y succionando.

La mano de Ken se estampa sobre la nalga izquierda del mayor— contesta—pide con brusquedad, dándole otra nalgada.

El miembro del menor resbala por la boca de Leo, dejándolos unidos por un hilo de baba—sí—contesta en un gemido—dame más.

Antes de que termine la frase, el castaño vuelve a encajarse en la tierna y caliente piel. Ve a Ravi explotar en la boca de su novio y a éste último tragar obedientemente la semilla que el otro ha dejado dispuesta en su boca. Algo en su interior se enciende al ver la escena, no es el fervor caliente de la pasión, más bien de los celos.

Afianza con ambas manos las caderas de Leo y bombea en su cuerpo sin descanso, dándole más fuerte y más rápido cada vez, nalgueándolo, notando como esa parte de su cuerpo se torna rojiza, pero lejos de que el mayor se queje, lo nota excitado; a cada nalgada que da, el otro se restriega más contra su miembro, contrayendo sus paredes anales cada que sucede, soltando gemidos obscenos.

Ravi se encuentra en una esquina de la habitación, observándolos atento, masturbándose, logrando el segundo orgasmo con su mano cuando Ken se vacía dentro del interior cálido de su novio.

Voltea a Leo y se mete su pene en la boca, terminando el trabajo. Traga el manjar viscoso que le da su novio mientras hurga en el ano, quitando residuos del semen que ha dejado en él; los recoge con dos de sus dígitos y se los da a lamer antes de besarlo, combinando ambas esencias en la boca de éste.

—Te amo—murmura cuando el beso ha terminado y Leo sonríe.

—Gracias.

—No lo volveré a hacer, así que espero que hayas disfrutado.

Una suave risa escapa de los dos—te amo Ken.

—Ya lo sé, soy lo mejor que te pudo haber pasado.

La conversación susurrante pasa desapercibida para Ravi, quien al notarlos tan acaramelados sonríe y recoge sus cosas de la habitación, saliendo de ahí.

—Lo eres, realmente lo eres.

—Ya te dije que no lo volveré a repetir.

Leo ríe—está bien—comenta a regañadientes, notando como la mano de su novio vuelve a acariciarle el pene, dispuesto para su segunda ronda.

Notas finales:

¿Les ha gustado? Espero que sí, tengo miedo, nunca había escrito un trío, no sé, siento que hubiera sido trío sí Ravi le hubiera dado a Ken, o qué se yo...

En fin, si les ha gustado pueden dejarme un lindo review y si no pues también pueden hacerlo, ¿por qué no?

Hasta la próxima.

Victoria.


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