Los primeros rayos de sol se filtraban por la ventana de aquella habitación, dos castaños de enormes ojos verdes se encontraban escuchando los gritos y quejas de uno de sus amigos.
-¡No puedo creer como ese asqueroso de Nowaki me ha podido dejar plantado!
-Dijo que estaría ocupado. No es como si te estuviera engañando o algo por el estilo.
-Aunque pensándolo mejor nunca dijo a donde iría ¿O sí?-Si alguien podía hacer enfadar al joven demonio, ese alguien era Shinobu Takatsuki.- Podría estar en la cama de otro en estos momentos.
-¡Cierra la boca mocoso!-Apenas terminar la frase un libro estaba volando hacía la frente del rubio.
-Kamijou, no arrojes cosas a la cabeza de Shinobu. Recuerda lo que paso la última vez…-Habló el pequeño Chiaki que apenas había despertado.
Y como olvidarlo…La última vez que Hiroki le lanzo algo a Shinobu el pobre termino en el hospital por una semana. La mañana no era muy distinta a las demás, las peleas por quien usaba el baño primero ya eran algo habitual en la casa, aun así era bastante irritante que el que acaparará el baño fuera siempre el mayor de la casa “Kisa Shouta”.
-Apúrate Shouta , no voy a estar aquí toda la endemoniada mañana.-Bufó Kamijou al borde de la rabia.
-¿Cuánto más piensas estar ahí?- El carácter de Ritsu no era muy diferente al de su amigo, aun así era un poco más “tranquilo”.
-¡Juro que si no sales a la cuenta de tres, tirare la puerta!-Gritaba un molesto Shinobu, su paciencia era mínima a esas horas. –Uno…Dos…Tres.
Y antes de que el oji-gris se arrojara contra la puerta el azabache la abrió logrando que el más joven chocara contra la pared de azulejos del baño.
-Shinobu, deja de hacer tonterías que los demás quieren usar el baño…-La voz de Kisa era tan relajada, era como si no hubiera escuchado en absoluto las amenazas de hace unos minutos.
-Nee~ Shinobu, ¿Puedo usar el baño?-La dulce voz de Misaki se hizo presente en extenso pasillo de la casa.
Era casi imposible decirle que no, a pesar de ser mayor, Misaki poseía una mirada angelical que hacía a cualquier caer en sus encantos.-Si, pasa…-Dijo mientras se sobaba la cabeza.- ¡Pero luego me toca a mí!
-¡Já! Ni sueñes, ve a la fila.- Le replico Hiroki.
…
La situación era completamente distinta en la casa de los “semes”. Todos estaban despiertos a excepción de Usami Akihiko, en la cocina se hacía presente una pequeña pelea para saber quién sería el “Valiente” encargado de despertarlo. Los cinco sabían que “El gran Usami” tenía un despertar de mil diablos y ninguno de ellos estaba dispuesto a arriesgarse.
-Yo creo que Masamune debe despertarlo, se llevan muy bien y tienen casi el mismo carácter.- Opinó el más joven de los semes.
-¿Y por qué no vas tú, Kou? También te llevas bien con él.- Habló Takano y acto seguido le dio un sorbo a su café.
-Yo pienso igual que Kou, pasan mucho tiempo juntos y siempre que tú lo despiertas su humor es más apacible.-Dijo sabiamente Hatori.
-Levanten la mano los que piensen que Takano debe despertar a Akihiko.
Luego de que la votación fuera hecha y todos decidieran por Takano, el oji-café se dirigió pesadamente a la habitación del joven escritor.
-¡Oe! Despierta Akihiko, ya es tarde y debemos ir a la escuela en menos de diez minutos.
-…-Sin recibir respuesta.
-¡VAMOS MALDITO PERESOSO! NO TENGO TODO EL DÍA. –Gritó molesto el azabache mientras se acercaba a la cama del peli-plata.
Antes de poder decir otra palabra, el oji-lila lo tomo de las caderas, aún estaba algo dormido así que no sabía muy bien lo que hacía.
-Misaki…-Murmuraba entre sueño.
-¡No soy Misaki! Ahora suéltame o lo lamentaras…
No paso mucho tiempo para que los demás integrantes de la casa entraran en la enorme habitación y se encontraran con: Takano tomando a Usagi del cuello de su playera y gritando.
-Por eso es que siempre despierta de buen humor cuando lo hace Takano…-Rio por lo bajo Kusama.
-Tú te callas.-Murmuro furioso el mencionado mientras salía de la habitación.- ¡El estúpido me confundió con Misaki!-Gritó desde la cocina.
Luego de que el peli-plata despertara y desayunara, los seis semes comenzaron su caminata hacía la escuela. Takano mantenía una distancia prudente del oji-lila mientras que este no comprendía dicha precaución. Al notar eso Miyagi soltó una carcajada que podría escucharse claramente a calles de donde estaban.
Continuara….
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