-Me llamo Takashi y soy gay...
Así se lo dije a todos en mi cumpleaños, no pensé en más que en mí, ser egoísta no es algo que me guste en demasía.
Lo que me gusta es estar con mi novio, por eso más que pensar en mí pensé en él, no es justo para él estar en la sombra y aguantar los coqueteos de las chicas que insisten en ser mi pareja, no sabiendo que tengo novio.
No creo que sea justo para él...
-¿¡QUE!?
-Sé que es impactante, pero ustedes deben saberlo, llevo 5 años saliendo con mi novio, Akira Muroda, y creo que es justo que lo sepan - eso dije antes de que mi padre me golpeara en la cabeza...
-¡ah!
-¡¡¡Takashi!!!-escuche que gritaba mi novio.
Me fui a un mundo de oscuridad, pero en mi mente aun oía lo que pasaba con mis padres…
-¡TU! ¡Cómo te atreves siquiera a entrar en esta casa! No entraras nunca más aquí, oíste…-le gritaba mi padre a mi novio, pero él solo me miraba a mí.
-Takashi, ¿estás bien? por favor contéstame.
Suplicaba a en mi oreja, pero yo no podía ni siquiera moverme y me daba pena escucharlo tan triste.
-Señor, si tanto le molesta, yo me puedo ir, y no volverá a verme, pero por lo que acaba de hacerle a mi NOVIO tampoco yo lo dejare en esta casa, por lo que quiero decir es que también me lo llevare a él.
Me quedé estupefacto, está bien, yo tenía 19 años, este era el día en que los cumplía, pero irme a vivir con él era un sueño, y creo que quería que lo siguiera siendo, la verdad.
-está bien, por mi está bien, no quiero tener hijos así-dijo con frialdad mi padre, de mi madre solo escuchaba sollozos, en mi casa mi padre era el que tomaba las decisiones.
Sentí como mi madre subía las escaleras y como ordenaba mis cosas en una maleta, mientras mi padre salía de la casa con todos los invitados…
-está bien, querido, todo estará bien, darin.
Sentí como me tomaba y me llevaba a la calle, como paraba un taxi y me subía junto con las maletas, no quería escuchar nada más y me deje llevar a la inconciencia.
-adi-adiós, querido hijo-se despidió de mí, mi madre.
-no se preocupe por él, yo lo cuidare bien.
-ahora querido-dijo irónico mi acompañante-me debes una bieeen grande-sentí como sus asquerosas manos tocaban mis piernas.
-y te las devolveré con intereses-dije forzándome para que no me saliera el asco en la voz.
Todo mi plan había salido a la perfección.
Ahora la verdad…
Mi nombre, Kusawa Takahashi, tengo 19 años, y como dije antes: soy gay.
Pero no tengo un novio, o por lo menos no uno fijo…
-Ya llegamos, “querido”-me dice el desagradable de mi acompañante- quiero la recompensa, y con los intereses.
-¿tan impaciente estas?
-claro, esa sangre que corre de tu cabeza me calentó bastante-dice lujurioso…
Y esta es la historia de mi vida… me desnuda con deseo y me mira con lujuria.
Me toca sin decencia… y me penetra de una sola embestida.
-ahhh… maldito, eso duele…-digo jadeando.
-es entretenido mirar tu cara de deseo-me responde burlón.
-ah… ah… ah… mue-muévete-le digo.
El vaivén empieza de forma acelerada, rápidos gemidos salen de mi boca… esto es lo que más me gusta de tener sexo, el placer que se siente cuando salen y entran de mi… ese hormigueo tan satisfactorio del sexo.
Y esta es una rutina común en mi vida…
-¡¡¡Akira!!! ¿Qué haces?-escucho a alguien gritar en la puerta de esa habitación que sería la mía.
Hasta que llego el, el chico que me está destinado en mi vida.
-¿¡onii-oniichan!?...
Y me enamore.